sábado, 16 de noviembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA


ARQUITECTURA

El poblado íbero Can OliverBien Cultural de Interés Nacional desde 2017,es un asentamiento íbero de grandes dimensiones que se encuentra en la sierra de Collserola, en el territorio antiguamente conocido como Layetania y, actualmente, dentro del término municipal de Sardañola del Vallés, en el barrio de Montflorit. Se trata de un yacimiento arqueológico que estuvo habitado entre el siglo VI a. C. hasta el 50 a. C. y más adelante, en la Edad Media.

PoblatIbericCanOliver1.jpg

Historia[editar]

El poblado está situado de manera estratégica sobre un cerro, como la mayoría de los poblados layetanos ibéricos desde donde las familias de posición social más elevada podían controlar ampliamente el territorio, formado por campos de cultivo, divididos en terrazas para adaptarse al terreno, y pequeños núcleos agrícolas. Desde la colina se observa toda la llanura del Vallés.
El poblado fue habitado durante toda la época de los íberos. Inicialmente era sólo un cúmulo alineado de casas sencillas construidas dentro de un gran recorte. Durante la época del ibérico pleno, se agrandaron y diversificaron las viviendas, y vivió su momento de esplendor cuando se construyó un gran acceso, un foso y un campo de silos con el objetivo de almacenar los excedentes de la producción agrícola, que posteriormente se comercializaban con otros pueblos mediterráneos.
El poblado fue destruido a fines del siglo III a. C. o principios del II a. C., debido a la segunda guerra púnica (218 a. C.-206 a. C.), pero se reconstruyó durante el ibérico final. Años más tarde, con la llegada de la nueva organización territorial impuesta por romanos, los iberos abandonaron el poblado definitivamente.
Durante los siglos IX y X, en la época alto medieval, el poblado fue habitado de nuevo, aprovechando algunas construcción y silos de los íberos. Se cree que podría haber formado parte de la red defensiva de la zona. En un documento del 998 del cartulario del monasterio de San Cugat recibe el nombre de Castello.

Excavaciones y catalogación[editar]

Se tiene constancia de la existencia del poblado ibérico desde 1919. Las excavaciones comenzaron en 1954, pero se abandonaron en los años 60. Los trabajos se continuaron a partir de 1986 a cargo del Colectivo de Búsquedas Arqueológicas de Cerdanyola y más adelante por empleados del Servicio de Patrimonio del ayuntamiento local.
En noviembre de 1999 se inauguró la primera fase del museo. Desde entonces, anualmente se está catalogando los hallazgos restaurados durante el año anterior. Actualmente se pueden observar las calles bien definidas, así como casas y otros restos, accesibles al público.
El 1 de octubre de 20101​ se inauguró el Museo Ibérico de Ca n'Oliver, ubicado en la antigua cantera del poblado, donde se muestra el gran volumen de objetos recuperados en las excavaciones, integrando el poblado en la «Ruta de los Íberos».

Partes representativas del Poblado[editar]

Edificios íberos reconstruïdos
Hay diferentes partes identificadas suficientemente representativas de lo que fue la vida en este poblado:
  • El foso
  • El campo de silos
  • La entrada monumental
  • La calle principal
  • La casa del ibérico final
  • Las viviendas superpuestas
  • La casa del ibérico pleno
  • La habitación del ibérico antiguo
  • Tres edificios reconstruïdos:
    • Casa del ibérico final (de finales del siglo III a principios del siglo I)
    • Casa del ibérico pleno (de finales del siglo V a la segunda mitad del siglo III)
    • Taller metalúrgico (de finales del siglo IV a la segunda mitad del siglo II)

Íberos en Sardañola del Vallés[editar]

También se han encontrado restos de los íberos en otros puntos del territorio de Sardañola, como Can Xercavins, silos en Bellaterra o un yacimiento ibero-romano en la Facultad de Medicina de la UAB.










El Puig Castellar es un poblado íbero situado en la cima del Turó del Pollo (303 m), en Santa Coloma de Gramanet, en la provincia de Barcelona (España). Fue construido por la tribu de los layetanos, cuya época dorada transcurrió desde el siglo VI a. C. hasta el III a. C.

Estructura[editar]

Su estructura elíptica consta de tres calles longitudinales con más de treinta casas, es dicha estructura la que hace pensar en una población de poco más de trescientos habitantes. Habitantes que tendrían como principal forma de subsistencia la agricultura y la ganadería y, en segundo término, la metalurgia y el textil.
No todas las casa se encuentran a la misma altura del poblado, cuanto más alta se encuentra una vivienda más importancia tenían sus habitantes en la sociedad de la tribu ibera, por ello también se cree que la zona más elevada del poblado era la destinada a los edificios más importantes (según nos dicen los paneles informativos del mismo poblado que en la actualidad es visitable).
Dibujo del poblado ibero de Puig Castellar

Descubrimiento y excavaciones[editar]

El Puig Castellar fue descubierto a principios del siglo XX por Ferran Segarra i de Siscar, más concretamente entre los años 1904 y 1905. Ferran Segarra, ilustre habitante de Santa Coloma de Gramanet, era el propietario de las tierras en las cuales se encuentra el poblado. En 1917 Ferran Segarra donó los terrenos al Instituto de Estudios Catalanes y estos de 1922 a 1925 se dedicaron a excavar la zona norte del poblado.
En 1954 el centro excursionista del Puig castellar organizó varias campañas para terminar de excavar el poblado entero, estos trabajos se prologaron hasta 1958. Durante estas excavaciones se produjeron tres hallazgos muy importantes: un morillo de hierro, una cabeza de terracota de Tanit (diosa fenicia de la fecundidad) y un cráneo enclavado (posiblemente debido a una tradición céltica que hacía conservar así la cabeza de los enemigos vencidos). Estos hallazgos se conservan en el Museo de Arqueología de Barcelona y en el Museo Torre Balldovina de Santa Coloma de Gramanet.
En la actualidad se puede visitar el yacimiento arqueológico de forma libre y gratuita, en él encontramos plafones explicativos que facilitan la comprensión del conjunto arqueológico, en la que entre otras cosas podemos encontrar la reconstrucción de una casa con un molino en su interior.








El castillo de Gallifa, es una pequeña fortificación que fue el centro histórico y jurisdiccional del término en la Edad Media y que se encuentra en la llanura que acoge la actual población de Gallifa.

Historia[editar]

El castillo está sobre un cerro escarpado de 600 m de altura y era un plano fortificado por murallas y dos portales, uno a poniente y el otro a levante, ambos con torre de vigilancia.
En recientes excavaciones han aparecido unas murallas ibéricas datadas en el siglo VIII a. C., que indican un empleo estable del territorio. pero las primeras noticias documentadas del castillo son del año 999.
Originalmente pertenecía al conde de Barcelona, que tenía encargada la custodia a la familia Gallifa, nombre que adoptaron del castillo. Son conocidos desde el 1060 Ramón, hijo de Adaltrudis, casado con Rodlendis. Le sucedió su hijo Bernardo Ramón de Gallifa, que era también castellano del castillo de Clarà, en Moyá. Muerto Bernardo Ramón, en torno al 1115, lo heredaron sus hijos Ramón Bernat, que se titulaba también de Maçanet, y Rodlendis, casada con Guillermo Humberto de Rocafort. En 1348 aparece como señor del castillo Bernardo de Guasius de Petra. De 1357 al 1564 fue ocupado por los Centelles, fecha en que los hombres de Gallifa compraron su libertad al rey Felipe II por el precio de 10 000 sueldos. El castillo perdió su carácter de fortaleza en el siglo XVI para convertirse en solo el centro de la parroquia de Santa María del Castillo a partir de los siglos siguientes.

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El Castillo de Rubí es un castillo situado en la población de Rubí, en el Vallés Occidental. Se encuentra intacto y en buen estado. Cercano a su ubicación se ha podido demostrar por unas excavaciones arqueológicas una ocupación humana de un poblado ibérico. El edificio actual del Castillo está compuesto de tres cuerpos, oeste (parte noble), norte y este, que rodean un patio en la parte sur.

Historia[editar]

Entre 1989 y 1990 el arqueólogo medievalista Josep Maria Vila hizo un estudio del castillo y de su cronología, aunque distinguiendo varias fases.

Fase 0 (986-1233)[editar]

Corresponde a la fortaleza que se levantaba a unos 200 m al oeste de los restos de la ermita de Sant Genís.

Fase 1 (1233-s. XIV)[editar]

La fase 1 arranca del año 1233, cuando Berenguer de Rubí pide permiso a Jaime I el Conquistador para construir una domus para defenderse de sus enemigos. Sería una casa de planta en forma de L concebido como residencia del señor de Rubí.
En 1361 la familia Torrelles convirtió la casa en su castillo y se abandonó definitivamente la fortaleza de Sant Genís. El edificio fue ampliado y presentaba un aspecto de fortificación militar donde vive el encargado de hacer cumplir las órdenes del señor. Fue concebido como el punto de defensa del término de Rubí y como centro de administración feudal.

Fase 2 (siglo XV)[editar]

La fase 2 arrancaría de finales del siglo XIV, cuando la jurisdicción civil y militar que ostenta el señor de Rubí pasa de los Torrelles a manos del rey Juan I. Como consecuencia de la abolición de estas jurisdicciones, el edificio pasa a convertirse en residencia señorial y pierde su carácter militar anterior. De esta época (siglo XV) es la fecha de la puerta de acceso al balcón que da al patio y el cuerpo E, con sus almenas (hoy sólo se pueden ver desde el patio), los elegantes ventanales góticos y las pinturas murales en el interior, muy deterioradas, y que representaban sobre todo barcos.

Fase 3 (siglos XVI-XVII)[editar]

En la fase 3 el castillo es transformado en una masía, pero no se operan grandes cambios en su estructura.

Fase 4 (siglo XVIII)[editar]

A principios del siglo XVIII, el castillo sigue siendo una casa de campo más donde vivían los colonos. Se construyó un tejado de una sola vertiente en el cuerpo E, lo que hizo que desapareciesen las almenas de la pared oriental, y se rellenaron los espacios entre los que se levantaban, en la pared occidental que lo habían coronado.

Fase 5 (siglos XIX-XX)[editar]

Finalmente, en la fase 5 del edificio sufre una serie de derribos de paredes y se degrada notablemente. Pasó sucesivamente a manos de varias familias, hasta que en 1983 fue adquirido por el Ayuntamiento de Rubí, que realizó reformas para adecuarlo a usos culturales (creación del Castillo-Ecomuseo urbano), aunque operando grandes cambios en su estructura arquitectónica y destruyendo algunos elementos de interés arqueológico y arquitectónico.

CastellRubi.JPG

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