Tito Didio (en latín, Titus Didius) fue un político y militar romano de la gens Didia célebre por restaurar la Villa Publica 1 y su recordado proconsulado en la Hispania Citerior, actual España.
Carrera militar y política[editar]
Era hijo del tribuno de la plebe del mismo nombre. En 103 a. C. alcanzó el tribunado de la plebe.3 En este tiempo intentó vetar el proceso que inició Gayo Norbano, otro tribuno, contra Quinto Servilio Cepión por la debacle de Arausio.3 En 101 a. C. le nombraron pretor. Un año después, ya como propretor, estuvo destinado en Macedonia donde derrotó a los escordiscos;3 gracias a este triunfo, el Senado le concedió un triunfo que celebró el año 100 a. C.4 En 98 a. C. alcanzó el consulado con Metelo Nepote el Mayor, durante el cual ordenaron la reconstrucción de la Villa Publica,1 y aprobaron la ley Caecilia Didia que estableció de nuevo un plazo —trinundinum— entre la promulgatio de un proyecto y su votación, y prohibió mezclar en un proyecto de ley materias independientes —per saturam rogare—.56
Como procónsul le correspondió la administración de la provincia de Hispania Citerior (97-93 a. C.).3 En estos cinco años centró su atención en derrotar a los celtíberos;3 alcanzó numerosas victorias en las que murieron unos 20 000 arévacos y asaltó las ciudades de Termes, ubicada en la provincia de Soria, y Colenda, que después de nueve meses capituló siendo sus ciudadanos reducidos a la esclavitud.7
Los senadores decretaron la concesión de otro triunfo por «acabar con una colonia de ladrones»,8 que en realidad eran antiguos aliados celtíberos de Roma en la guerra contra los lusitanos, asentados allí por Marco Mario en 102 a. C., y luego sublevados «a causa de su pobreza», según Apiano.7 Apiano escribió que la crueldad de Didio causó un levantamiento que aplastó su sucesor, Flaco.9 Según Salustio, Quinto Sertorio sirvió como tribuno militar bajo las órdenes de Didio.10
Cuando retornó a la capital sirvió como legado de Lucio César y Lucio Porcio Catón y Sila durante la guerra social.311 Poco después de la conquista de Herculano, Didio murió en combate en el año 90 a. C.
Marco Emilio Lépido Porcina (en latín, Marcus Aemilius M. f. M. n. Lepidus Porcina) era un político y militar romano que alcanzó el consulado en 137 a. C.
Hispania[editar]
Como cónsul el Senado le envió a Hispania en calidad de sucesor de su compañero Mancino, derrotado por los numantinos. En un primer momento - a la espera de que vinieran más tropas - no estaba en condiciones de combatir a los numantinos, por lo que decidió luchar contra los vacceos, bajo la acusación de haber ayudado a los numantinos.
Cuando conoció esta resolución, el Senado envió numerosos representantes con la orden de hacer desistir al procónsul, ya que temían caer derrotados de nuevo. No obstante, cuando estos hombres alcanzaron a Lépido éste había iniciado el ataque y contaba con el asesoramiento de su pariente Bruto Galaico, veterano comandante y gobernador de Hispania Ulterior.1
En 136 a. C. ambos comandantes ordenaron arrasar los campos para poder concentrar el ataque en la capital - Palantia (Palencia) - pero la escasez de suministros les hizo levantar el sitio; de esta situación se aprovecharían los vacceos para diezmar seriamente las filas romanas durante su retirada. Cuando la noticia de esta nueva derrota alcanzó la capital el Senado privó a Lépido de su mando proconsular y le impuso una cuantiosa multa.234
Hechos Posteriores[editar]
En 125 a. C. le nombraron augur; ese mismo año los censores Cneo Servilio Cepión y Lucio Casio Longino Ravila le hicieron rendir cuentas por haberse construido una casa excesivamente ostentosa para los estándares romanos.56
Política[editar]
Cicerón le menciona en Bruto:
Marco Emilio Porcina floreció casi en los mismos tiempos que Galba, aunque era algo más joven: tuvo fama de buen orador, y fue sin duda, buen escritor, según se ve por sus discursos. Es el primero entre los latinos que quiso imitar la suave armonía de los griegos, y que limó algo el estilo. Solían oirle con grande atención dos jóvenes de mucho ingenio, y casi de la misma edad, Cayo Carbón y Tiberio Graco.7
En la política Lépido parece haber pertenecido al partido aristocrático. Como cónsul se opuso a la introducción de la lex Cassia Tabellaria, propuesta por Lucio Casio Longino Ravila,12 y se desprende de un escrito de Prisciano13 que también se pronunció en contra de la lex Aemilia, una ley suntuaria que Escauro propuso durante su consulado (115 a. C.).
Lucio Emilio Paulo apodado Macedónico (en latín Lucius Aemilius L. f. M. n. Paullus Macedonicus; c. 230-160 a. C.) fue un general y político romano, el miembro más distinguido de la rama Paullus de la gens Emilia.
Familia[editar]
Era hijo de Lucio Emilio Paulo (también general) y nació c. 230-229 a. C. Creció influido por las ideas aristocráticas de su padre; era partidario de una estricta disciplina en el ejército, y un experto en la ciencia de los augurios, perteneciendo al colegio de augures. Es mencionado por primera vez en el año 194 a. C. cuando fue nombrado triunviro para la fundación de una colonia en Crotona.
Carrera política y militar[editar]
Dos años después, en 192 a. C. fue edil curul con Marco Emilio Lépido, y triunfó sobre doce candidatos que después fueron cónsules. Durante su edilidad persiguió a los pecuarii, es decir, ganaderos que pastaban de forma ilegal en tierras públicas.
En 191 a. C. fue pretor y obtuvo la provincia de Hispania Ulterior con título de procónsul. Su actuación en la Península aparece poco clara debido a las contradicciones de los historiadores, pero se sabe que dominó una sublevación de los turdetanos y que en 190 a. C. fue derrotado por los lusitanos en Lyko (¿Ilugo?), en Bastetania, donde perdió seis mil hombres; después se recuperó y derrotó al enemigo, dejando la Ulterior pacificada por un tiempo; a consecuencia de esta victoria le fue decretado un triunfo. Algunos autores indican, basándose en Tito Livio, que las tropas de Lucio Emilio Paulo Macedónico fueron derrotadas en Ilurco, hacia el año 190 a. C.1
La primera (o segunda) inscripción romana conservada de Hispania, el llamado Bronce de Lascuta, contiene un decreto de Emilio Paulo en el que se concede la libertad a los habitantes de una fortaleza, la Turris Lascutana, que eran hasta entonces servi (esclavos) de la ciudad de Hasta Regia (Mesas de Asta, cerca de la actual Jerez de la Frontera, Cádiz).
Primer consulado[editar]
Volvió a Roma en 189 a. C. y se presentó al consulado, pero varias veces perdió la elección,2 hasta que finalmente en el año 183 a. C. fue elegido cónsul junto con Cneo Baebio Tanfilo. Ejerció el consulado en el año 182 a.C.
En 181 a. C. fue enviado contra los ingaunios, un pueblo lígur que tenía un considerable poder naval y que atacaba a los barcos mercantes; los ingaunios fueron completamente sometidos y sus fortificaciones arrasadas; a su retorno obtuvo los honores del triunfo. Los siguientes trece años vivió tranquilamente en Roma, dedicado a educar a sus hijos.
Segundo consulado y victoria sobre Perseo[editar]
Ya hacía algunos años que se disputaba la tercera guerra macedónica contra el rey Perseo, pero no se conseguía el triunfo definitivo y en 169 a. C. el pueblo exigía un general de gran experiencia y habilidad; algunos notables presionaron a Paulo para que se presentase a la elección. Paulo ya pasaba de los 60 años y no estaba muy dispuesto a asumir dicha tarea, pero finalmente, entre aclamaciones, se presentó y fue escogido junto con Cayo Licinio Craso.
En la primavera de 168 a. C. llegó al reino de Macedonia y el 22 de junio obtuvo la gran victoria de Pidna que de hecho puso fin a la guerra; el rey Perseo de Macedonia se rindió, fue hecho prisionero y traído ante Paulo, que lo trató con cortesía y amabilidad.
En 167 a. C. permaneció en Macedonia como procónsul, tiempo en el que visitó toda Grecia, reparó algunas injusticias e hizo varias donaciones. Volvió entonces a Macedonia, residiendo en Anfípolis, donde junto con diez comisionados especiales romanos arregló el futuro de Macedonia; finalmente celebró unos espléndidos juegos. Antes de salir de Grecia fue al Epiro, donde, cumpliendo una cruel orden del Senado, dio a sus soldados sesenta ciudades que habían sido aliadas de Perseo, con permiso para saquearlas.
Regreso a Roma y tragedia familiar[editar]
Entonces fue a la ciudad de Orico, y allí embarcó a sus tropas, para volver a Italia donde llegó hacia noviembre de 167 a. C. con un botín bastante considerable que depositó en el tesoro de la República, provocando la indignación de los soldados porque querían más reparto; esto provocó alguna oposición, pero finalmente le fueron concedidos los honores de otro triunfo, que se celebró en los últimos días del mismo mes. La celebración de éste duró tres días; delante del carro triunfal de Paulo iban el rey vencido y su hijo; detrás los dos hijos mayores de Paulo, Quinto Fabio Máximo y Publio Cornelio Escipión Africano el Joven, adoptados por las familias de los Fabios Máximos y de los Cornelios Escipiones. Sin embargo, la gloria del vencedor fue empañada por el infortunio familiar. Sus dos hijos más jóvenes murieron, uno de ellos con 9 años, sólo cinco días antes del triunfo, y el otro, de 14, tres días después. Esto suponía la extinción legal de la familia de Emilio Paulo.
Murió en 160 a. C. después de una enfermedad bastante larga. La fortuna que dejó era tan reducida que apenas sirvió para pagar la dote de su segunda mujer.
Descendencia[editar]
Paulo se casó dos veces. Con su primera esposa, Papiria, la hija de Cayo Papirio Masón (el cónsul de 231 a. C.), tuvo cuatro hijos (dos hijos y dos hijas):
- El hijo mayor de su primer matrimonio (probablemente llamado Lucio Emilio Paulo) fue adoptado por el hijo menor de Quinto Fabio Máximo, tomando el nombre de Quinto Fabio Máximo Emiliano.
- El hijo menor de su primer matrimonio (probablemente llamado Marco Emilio Paulo) fue adoptado por un hijo de Escipión el Africano, llevando el nombre de Publio Cornelio Escipión Emiliano.
- Emilia Prima, casada con Quinto Elio Tuberón.
- Emilia Secunda, casada con Marco Porcio Catón (hijo del censor Marco Porcio Catón).
Se divorció y se casó con una segunda dama de nombre desconocido, con la que tuvo los dos hijos que murieron en 167 a. C. y una hija, Emilia Tertia, que a su vez tuvo un hijo.
Publio Cornelio Escipión Emiliano Africano Menor Numantino (en latín, Publius Cornelius Scipio Aemilianus Africanus minor Numantinus) (185 a. C.-129 a. C.), más conocido como Escipión Emiliano, fue un militar y político de la República romana del siglo II a. C., quien actuó dos veces como cónsul, en 147 y 134 a. C. Era hijo natural de Emilio Paulo, pero fue adoptado por la familia de los Cornelios Escipiones—la más destacada de la época— por un hijo de Escipión el Africano.
En el año 147 a. C., asumió el mando de la Tercera guerra púnica (149–146 a. C.) y asedió y destruyó Cartago. En el año 134 a. C. emprendió la Guerra numantina (143–133 a. C.), restauró la disciplina del ejército romano y derrotó a los numantinos. Fue un destacado mecenas de escritores y filósofos, el más famoso de los cuales fue el historiador griego Polibio.
Biografía[editar]
Juventud y primeros años[editar]
Desde joven, se debatió entre el tradicionalismo romano y la influencia helenística. A los diecisiete años acompañó a su padre Lucio Emilio Paulo Macedónico a Grecia, y luchó bajo sus órdenes en la batalla de Pidna, en el año 168 a. C.1
Seguramente en Grecia conoció al historiador Polibio y en 167 a. C., cuando éste fue enviado a Roma, junto con otros exiliados aqueos, Escipión le ofreció su patrocinio y la protección de su poderosa familia y formó con él una gran amistad que continuó sin interrupción durante toda su vida.
De Polibio aprendió mucha literatura griega y en general la refinada cultura griega, pero por otro lado fue un ejemplo también de las virtudes romanas.
Su amistad con Cayo Lelio hijo fue tan notable como la del padre de éste con Escipión el Africano, y ha sido inmortalizada por el célebre tratado de Cicerón titulado Laelius sive de Amicitia.
Escipión Emiliano pronto se convirtió en la cabeza del clan de los Escipiones, que integraba a políticos, como Lucio Calpurnio Pisón Cesonino y Quinto Fabio Máximo Emiliano; filósofos, como Panecio de Rodas; escritores, como Lucilio y Terencio; e historiadores como Polibio. Casado con Sempronia, su prima, y hermana de los Gracos, se opuso, sin embargo, a la política de éstos, aunque no simpatizaba con el extremista partido conservador.
Familia[editar]
Ostentó el cargo de cónsul en 147 a. C., concluyó victoriosamente la tercera guerra púnica destruyendo Cartago tras un asedio que duró tres años, y de la misma forma concluyó las guerras contra los celtíberos tras la toma de Numancia. Era hijo menor del primer matrimonio de Lucio Emilio Paulo Macedónico, conquistador de Macedonia. Después fue adoptado por Publio Cornelio Escipión, el hijo mayor de Escipión el Africano, vencedor de Cartago en la segunda guerra púnica (Batalla de Zama, 202 a. C.), de quien tomó el nombre.
Su hermano mayor Quinto Fabio Máximo Emiliano fue a su vez adoptado por la gens Fabia. Tras conquistar Numancia, recibió el sobrenombre de Numantino.
Se casó con su prima Sempronia, hija de Tiberio Sempronio Graco y de Cornelia menor (hermana de su padre adoptivo Publio Cornelio Escipión).
Campañas en Hispania[editar]
Escipión atrajo la atención pública por primera vez en el año 151 a. C. En este año, después de varios desastres en Hispania, no se presentaron voluntarios para el reclutamiento de tropas que estaban realizando los cónsules.
Entonces Emiliano se ofreció como voluntario para servir en el lugar que los cónsules consideraran conveniente; fue nombrado tribuno militar y acompañó al cónsul Licinio Lúculo a Hispania donde se distinguió por su coraje; mató a un cabecilla hispano en combate singular e hizo un acto de valentía al ser el primero en trepar por los muros de la ciudad de Intercatia. Estas hazañas le hicieron ganar la admiración de los enemigos y la de sus compañeros.
En 150 a. C. Lúculo lo envió a África para obtener de Masinisa algunos elefantes, y el rey númida lo recibió muy bien; el rey estaba en guerra con Cartago y pidió a Emiliano que hiciera de mediador, pero fue incapaz de lograr nada. Escipión consiguió algunos elefantes con los que volvió a Hispania.
Conquista de Cartago[editar]
En 150 a. C. comenzaba la tercera guerra púnica. En 149 a. C. se produjo el desembarco en Útica y el asedio de Cartago, que tuvo que interrumpirse al año siguiente por razones logísticas. Escipión Emiliano actuó como tribuno militar, destacando por su inteligencia y capacidad militar, en contraste con la incompetencia de sus superiores. Por su valentía personal y habilitad militar pudo reparar, en gran medida, los errores, y la incapacidad del cónsul Manilio, cuyo ejército en una ocasión salvó de la destrucción. Sus habilidades le ganaron la confianza absoluta de Masinisa y de las tropas romanas, mientras que su fidelidad a su palabra lo hizo apreciado por el enemigo. En consecuencia, los comisionados, que habían sido enviados por el Senado para inspeccionar el estado de cosas en el campamento romano, hicieron un informe muy favorable de las habilidades y de la conducta de Emiliano.
El año siguiente Lucio Calpurnio Pisón tomó el mando del ejército romano y Escipión volvió a Roma, acompañado por los deseos de los soldados que pronto volviera a ser su comandante. Muchos de ellos escribieron a sus amigos en Roma, diciendo que sólo Escipión podría conquistar Cartago.
Esto hizo que el pueblo romano acuñara la creencia de que sólo un descendiente de Escipión el Africano (vencedor de Aníbal en la Batalla de Zama) podía vencer en Cartago, en una guerra que se les estaba haciendo demasiado larga a los habitantes de la ciudad del Tíber.
Incluso personas de edad como Catón, que siempre estaba más dispuesto a la crítica que a la alabanza, elogió a Escipión con las palabras de Homero,2 "Sólo él tiene la sabiduría, el resto son sombras vacías".3
La predisposición a favor de Escipión aumentó todavía más debido a la falta de éxito de las operaciones de Pisón, y, en consecuencia, en el día que iba a presentarse a la edilidad, fue elegido cónsul, incluso aunque no cumpliera los requisitos requeridos por la legalidad vigente, ya que sólo tenía treinta y siete años. Que las leyes duerman por esta noche proclamaron los romanos, y Escipión Emiliano fue proclamado en la primera magistratura.
El Senado, por supuesto, le asignó África como su provincia, a la que inmediatamente partió, acompañado por sus amigos Polibio y Lelio.
Reanudó el bloqueo y emprendió acciones complementarias en el interior del país. En 146 a. C. se produjo el asalto final, el incendio y destrucción de la ciudad. Según Polibio, derramó lágrimas sobre las ruinas, citando un verso de la Ilíada: Llegará también un día en que perecerá Troya, la santa.4 Luego explicó que esta frase que hoy se aplicaba a Cartago, algún día podría ser aplicada a su patria, Roma.
África se convirtió en provincia romana y Escipión Emiliano se volvió a Roma donde celebró un espléndido triunfo y el sobrenombre de "Africano" que había recibido por herencia le fue dado por derecho propio.
Censura[editar]
Elegido censor en 142 a. C., con Lucio Mumio. Se caracterizó por su severidad en la represión de la inmoralidad y el lujo, pero sus intentos fueron boicoteados por su colega, que vivía con gran ostentación y era en este sentido más indulgente.5
En la solemne oración ofrecida en la celebración del lustro, Escipión cambió la súplica para la ampliación de la República en una para la preservación de sus posesiones actuales6
En 139 a. C. fue acusado (según se cree de majestas) por Ti. Claudio Asellus, un tribuno de la plebe que había sido reducido a la condición de aerarius por Emiliano, y privado de su cargo público, pero fue absuelto.7
Por este tiempo también dirigió una embajada en Egipto y Asia,8 misión a la que sólo se llevó cinco esclavos para dar ejemplo de combatir el lujo.9
Conquista de Numancia[editar]
Fue nombrado de nuevo cónsul en ausencia, para el año 134 a. C. junto con Cayo Fulvio Flaco y se le asignó la provincia de Hispania, con el mandato expreso de acabar con la resistencia numantina, donde los ejércitos romanos iban de desastre en desastre.
Al llegar a la zona, y ante la indisciplina del ejército, rehuyó el combate, salvo escaramuzas menores, y puso asedio a la ciudad de Numancia en toda regla. El hambre y las epidemias terminaron con la resistencia de Numancia en el año 133 a. C.. Casi todos los numantinos mataron a sus familiares y luego se suicidaron. Los pocos supervivientes fueron vendidos como esclavos, y la ciudad arrasada. Cincuenta de sus principales habitantes adornaron el triunfo de Emiliano y los restantes fueron vendidos como esclavos.
Emiliano recibió el sobrenombre de Numantino además del de Africano menor.
Lucha política[editar]
Mientras Escipión estaba ocupado en la reducción de Numancia, Roma estaba convulsa por las medidas del tribuno Tiberio Sempronio Graco, y que terminaron con el asesinato de éste. A pesar de que Escipión estaba casado con Sempronia, hermana del tribuno de la plebe muerto, no tenía ninguna simpatía con sus reformas, y al recibir la noticia de su muerte en Numancia, se dice que exclamó con un verso de Homero:10
«Así perecen todos los que hacen lo mismo otra vez».
A su regreso a Roma en el año 132 a. C., no ocultó su aprobación a la muerte de Graco, y cuando le preguntó el tribuno Cayo Papirio Carbón, en la asamblea de las tribus, lo que pensaba de la muerte de Tiberio Graco, él respondió que su asesinato fue justo (jure caesum). El pueblo, que esperaba una respuesta diferente, en voz alta expresó su desaprobación, y entonces Escipión, con desprecio aristocrático por la multitud, exclamó: Taceant quibus Italia noverca est.11
El pueblo no olvidó este insulto, y desde este momento Escipión perdió gran parte de su influencia sobre ellos. Gracias principalmente a su influencia y autoridad el partido aristocrático fue capaz de derrotar el proyecto de ley del tribuno Carbón, que permitía la reelección indefinida de los tribunos.12
Desde entonces Escipión Emiliano fue considerado la cabeza de la aristocracia (los "optimates") e impuso medidas, en el año 129 a. C. que tenían como consecuencia la virtual derogación de la ley agraria de Tiberio Graco; con la oposición vehemente de los tres miembros de la comisión agraria Fulvio Flaco, Papirio Carbón y Cayo Sempronio Graco.
Su misteriosa muerte[editar]
En el foro fue acusado por Carbón de ser enemigo del pueblo, mientras el pueblo gritaba: «¡Abajo el tirano». Por la noche volvió a su casa acompañado por senadores y un gran número de aliados, y luego se retiró a su cuarto de dormir con la intención de redactar un discurso para el día siguiente.
Por la mañana, Escipión fue encontrado muerto en su habitación. Los rumores más contradictorios surgieron a raíz de su muerte, pero era la opinión general de que fue asesinado. Algunos pensaban que había muerto de muerte natural, y otras que se suicidó, pero el hecho concreto, que es admitido en todos los relatos, es que no hubo investigación de la causa de su muerte, lo que corroboraba la opinión popular de que fue asesinado.
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