La presa romana de Almonacid de la Cuba es una presa de gravedad de origen romano situada en el municipio español de Almonacid de la Cuba, Zaragoza, Aragón, construida en siglo I.2 Situada sobre el río Aguasvivas, con 34 metros de altura es la presa de mayor altura de todas las presas romanas que se conservan en el mundo.
Historia[editar]
La presa fue construida en la época del emperador Augusto y ha sido reparada en múltiples ocasiones, incluyendo un periodo en el que fue abandonada durante la segunda mitad del siglo I.1 Debido a problemas de colmatación de su embalse, fue usada finalmente como azud para desviar caudales a los regadíos de Belchite, a través de un antiguo canal de origen también romano de 8 kilómetros de longitud. En la actualidad continúa desempeñando esta función.
El ninfeo romano de Alfaro está constituido por una serie de restos romanos en la localidad española de Alfaro, en la La Rioja.
Descripción[editar]
Este bien cultural se ubica en el municipio riojano de Alfaro. Su origen se remonta a la antigua Graccurris. Se encuentra emplazado, en las cercanías del núcleo urbano de la localidad y por encima del río Alhama, casi en la confluencia con el Ebro. Consta de un arco, resto de una pila, el arranque de otro arco, el terraplén de acceso al primero y varios frogones de hormigón en el cauce. En la declaración como bien de interés cultural el nombre asignado es «Puente Romano, en Alfaro».1 Quedan restos de lo que fue un puente, la calzada que circulaba sobre él y una presa situada aguas arriba. La parte mejor conservada corresponde a la manguardia en la que se localiza el ninfeo.23
Estatus patrimonial[editar]
El 18 de diciembre de 1981 fue declarado monumento histórico-artístico de carácter nacional, mediante un real decreto publicado el 24 de marzo de ese mismo año en el Boletín Oficial del Estado, con la rúbrica de Juan Carlos I y de la entonces ministra de Cultura Soledad Becerril.1 En la actualidad está considerado Bien de Interés Cultural.
Amallobriga1 era un asentamiento de la península ibérica dentro de la Hispania Citerior. En el siglo III aparece relacionada como mansio en el Itinerario de Antonino XXIV de Mérida a Zaragoza, entre las plazas de Albocela2 y Septimanca,3 (Simancas). Se suele identificar con el Yacimiento de Cerro de la Ermita de la localidad vallisoletana de Tiedra.
Es es el nombre que dieron los romanos a la ciudad vaccea de Abulobrica, situada en la pequeña elevación que se conocería siglos más tarde como Tedra y como Tiedra la Vieja, a unos quinientos metros de la villa definitiva conocida como Tiedra. Se sabe de la existencia de la oppida vaccea gracias a la información de los historiadores Plinio y Ptolomeo; más tarde en época romana aparece mencionada como mansión y con el rango jerárquico especial de civitate junto con Intercatia, Nivaria,4 Pintia, Septimanca y Tela. 5
Siguiendo el itinerario de Antonino XXIV —siglo III d.C.— y las indicaciones del de Ravennate —siglo VII d.C.— se llega a la ciudad llamada Tiedra a occidente de la cual a unos quinientos m está la ermita de Nuestra Señora de Tiedra Vieja edificada sobre el despoblado cuyo yacimiento arqueológico contiene restos vacceos y romanos de la ciudad de Amallóbriga.
Cauca1 era un asentamiento vacceo de la península ibérica dentro de la Hispania Citerior.2 En el siglo III aparece relacionada como ciudad en el Itinerario de Antonino XXIV de Mérida a Zaragoza, entre las plazas de Nivaria y Segovia. Se suele identificar con la villa segoviana de Coca.3
En la Segunda Edad del Hierro, a partir del 500 a. C., la ciudad de "Cauca" de los textos clásicos, es una de las ciudades más prósperas del valle del Duero. Tiene entre 6 y 8 mil habitantes, un urbanismo plenamente desarrollado, unos órganos de gobierno independientes, y una economía diversificada (incluyendo el comercio). Es, como el resto de ciudades vacceas, una ciudad-estado dirigida por una aristocracia guerrera, muy potente política y militarmente y, gracias a su particular situación estratégica, fácilmente defendible al encontrarse entre los profundos tajos de los ríos Eresma y Voltoya. Completa esta defensa natural con una potente muralla como señalan los autores latinos.
Roma logra doblegar su resistencia en el año 151 a. C. sólo por medio de un cruel engaño, narrado por Apiano, quien eleva la cifra de sus habitantes a 20.000. Poco después, en el 134 a. C., Escipión, de paso hacia Numancia, permite repoblar de nuevo la ciudad. Nuevamente destruida en las Guerras Sertorianas (74 a. C.) logra rehacerse económicamente en los siglos posteriores.4
El Bronce de Montealegre de Campos constata cómo Cauca en el siglo II ya gozaba del privilegio de ser municipium romano. Durante los siglos IV y V, Cauca tendrá una notable importancia en el contexto de Hispania.
Numerosas villas romanas en sus alrededores atestiguan la existencia de una rica economía agrícola. Es ahora cuando aparece aquí asentada una rica aristocracia romana que llegará a regir los destinos del imperio en su tramo final: Teodosio el Grande es el reflejo del dominio en Roma de este clan hispano.
Titulcia era un asentamiento de la península ibérica dentro de la Tarraconense. En el siglo III aparece relacionada como mansio en el Itinerario Antonino A-24 entre las plazas de Miaccum y Complutum y en el Itinerario Antonino A-25 encabezado con el título de Alio itinere ab Emerita Cesaragustam 369 que significa Otro camino de Mérida a Zaragoza, 369 millas, entre las plazas de Toletum y Complutum.1 Se identifica habitualmente con la actual Titulcia en la provincia de Madrid aunque existen discrepancias y hay quien la situa en el municipio de Móstoles.
En octubre de 2009 se encuentra un plato de hace 25 siglos denominado la Pátera de Titulcia o, popularmente, Medusa de Titulcia.
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