Quinto Pompeyo (en latín, Quintus Pompeius A. f. L. n.) fue un político y militar romano.
Orígenes[editar]
Hijo de Aulo Pompeyo, era de extracción humilde, pero no sabemos nada de su cursus honorum, ni de los medios por los cuales llegó por primera vez al consulado.
Se destacó seguramente como orador puesto que Cicerón le menciona en una de sus obras:
Quinto Pompeyo fue por entonces orador no despreciable, y por su propio mérito, no por la nobleza de sus mayores, llegó a las más altas dignidades.1
Consulado[editar]
Ganó su elección en oposición a la candidatura de Lelio, que tenía el apoyo de Escipión. Escipión Emiliano, que había estado en términos amistosos con Pompeyo, después de esto renunció a toda relación con este último.2
Pompeyo durante su consulado fue enviado a Hispania Citerior con orden de reemplazar a Metelo Macedónico,3 mientras Fabio Máximo Servilino era gobernador de Hispania Ulterior.,4 para aplastar la rebelión de los numantinos.
Ese mismo año ordenó a los soldados establecerse en las inmediaciones de la capital numantina. En un principio los numantinos, conscientes de su inferioridad, rechazaron librar un combate abierto con los romanos y se limitaron a acosar sus líneas.5
Procónsul en Hispania[editar]
Viendo el escaso éxito que estaba teniendo el asedio ordenó sitiar Tiermes, pero acabó siendo rechazado nuevamente.5 Entonces el procónsul decidió atacar Manlia - que acabó abriendo las puertas a los romanos después de que sus habitantes acabaran en una noche con todos los numantinos que custodiaban la ciudad5 - y de nuevo Tiermes, que esta vez cayó en sus manos.5 Eliminadas estas dos ciudades, y derrotado en Sedetania el caudillo Tangino, Pompeyo centró su atención en volver a sitiar la capital numantina.
Esta vez decidió cortar los suministros de los rebeldes bloqueando el Duero6 pero tuvo que desistir ya que los sediciosos salieron de la ciudad y atacaron a los romanos haciéndoles retroceder.5 El procónsul mandó entonces que sus hombres permanecieran en el campamento pero el clima invernal causó una elevada mortandad. Para evitar un desastre mayor acabó levantando el sitio y repartiendo a sus hombres entre las ciudades aliadas.5
En 139 a. C. el Senado envió a Marco Popilio Lenas a sustituirle,5 pero mientras el cónsul estaba de camino, Quinto concluyó un tratado secreto con los numantinos que resultaba muy desfavorable a los intereses romanos.7 Cuando Lenas tuvo noticias de las acciones de su predecesor - que declaró no haber establecido acuerdos con los rebeldes7 - le denunció ante los senadores, que invalidaron el tratado y reanudaron los combates.
Censura[editar]
A su regreso a Roma, Pompeyo escapó de todo tipo de castigo en relación a su conducta en el tratado, pero, sin embargo, poco después, fue acusado de extorsión en su provincia, cargo del cual finalmente fue absuelto, a pesar de que personas muy eminentes como Q. Metelo Macedónico o L. Metelo Calvo8 habían dado testimonio en su contra.
No sabemos mucho más acerca de la vida de Pompeyo, a excepción de que obtuvo la censura con Metelo Macedónico (131 a. C.);9 la primera vez que dos plebeyos ocupaban el puesto.
Marco Popilio Lenas o Lenate (en latín, Marcus Popillius M. f. P. n. Laenas) fue un político y militar de la República romana.
Hijo de Marco Popilio Lenas, elegido cónsul en 173 a. C. Los inicios de su carrera política son relativamente desconocidos. Se sabe que formó parte de una delegación enviada a Liguria debido a las quejas de los habitantes de Massilia. En 146 a. C. perteneció a una embajada enviada a Corinto, que sería tomada y destruida por Lucio Mumio. En 139 a. C. fue elegido cónsul junto a Cneo Calpurnio Pisón.
Obtuvo la provincia proconsular de Hispania Citerior. Su predecesor en el mando era Quinto Pompeyo, que había concluido un tratado desfavorable con los habitantes de la ciudad de Numancia, tratado que no había sido admitido por el Senado. Cuando exigió la entrega de las armas a la ciudad, los numantinos se lo negaron y enviaron una delegación a Roma exigiendo el cumplimiento del tratado firmado por Quinto Pompeyo. El Senado decidió continuar la guerra y Lenas inició el asedio a la ciudad, sin embargo fue derrotado sufriendo considerables pérdidas.1
Lenas reforzó el ejército de Quinto Servilio Cepión, gobernador en Lusitania. En 137 a. C. fue reemplazado por Cayo Hostilio Mancino. A partir de ese momento no se conoce nada más de su vida.
Publio Rutilio Rufo (en latín, Publius Rutilius Rufus; 159-78 a. C.) fue un político, militar, orador e historiador romano perteneciente a la gens Rutilia. Ocupó diversos cargos públicos durante su vida, pero fue condenado al exilio tras ser acusado y condenado por extorsión. Durante este último periodo escribió numerosas obras que no han llegado a nuestros días.
Carrera militar[editar]
Comenzó su carrera militar en el año 134 a. C., como miembro del estado mayor de Publio Cornelio Escipión Emiliano en el asedio a la rebelde ciudad hispana de Numancia. Rufo participó también en la campaña contra Yugurta de Numidia del año 109 a. C., junto con Cayo Mario. Se distinguió en la batalla de Muthul, en donde hizo frente a la carga de Bomílcar y logró capturar a la mayoría de los elefantes de guerra de Numidia. Fue pretor en 111 a. C.
Consulado[editar]
En el año 105 a. C., tras una candidatura fracasada presentada en 107 a. C., fue elegido cónsul como consul senior, siendo el compañero de Cneo Malio Máximo. Sus mayores logros fueron mejoras en la disciplina del ejército y mejoras en la formación.
Legado en Asia y juicio[editar]
Posteriormente en el año 95 a. C. sirvió como legado con Quinto Mucio Escévola, gobernador de la provincia de Asia.
Por ayudar a su superior a tratar de proteger a los ciudadanos de la provincia de la extorsión de los publicani, los recaudadores de impuestos, Rufo se granjeó la animadversión del orden ecuestre al que pertenecían los publicani. En el año 92 a. C. los propios publicani lo acusaron de extorsión, cuando había hecho todo lo posible por evitarla. La acusación era a todas luces falsa, pero en esos tiempos los jurados estaban compuestos por ciudadanos del orden ecuestre, y dado su enfrentamiento le condenaron. Rufo fue defendido por su sobrino Cayo Aurelio Cota y aceptó el veredicto con resignación, demostrando su educación estoica, como alumno de Panecio de Rodas.
Cicerón,1 Tito Livio,2 Veleyo Patérculo3 y Valerio Máximo,4 están de acuerdo en que era un hombre honrado e íntegro y su condena fue resultado de una conspiración de algunos caballeros que tenían el privilegio en este tiempo de juzgar los casos criminales.
Retiro y obras[editar]
Se retiró a Mitilene y más tarde a Esmirna, en donde pasó el resto de su vida. Posiblemente como forma de desafiar a los perseguidores, fue recibido con honores en la misma ciudad en la que se le acusó de haber extorsionado, y en donde Cicerón le visitó alrededor de 78 a. C. A pesar de haber sido invitado por Sila a volver a Roma, Rufo lo rechazó. En su estancia en Esmirna redactó su autobiografía y una historia de Roma en griego, parte de la cual se sabe que trataba de la guerra de Numancia. Poseía amplios conocimientos sobre la guerra y escribió tratados sobre el tema, siendo algunos fragmentos de estos citados en el Digesto.5
Los discursos de Rutilio contienen valiosa información acerca del derecho civil. Se han conservado algunos fragmentos de los siguientes:
- 1. Adversus Scaurum
- 2. Pro se contra Scaurum; los dos primeros efectuados en el año 107 a. C.6
- 3. Pro lege sua de tribunis mililum efectuada como cónsul, 105 a. C..7
- 4. De modo aedificiorum sobre la forma de establecer límites a la extravagancia en la construcción de viviendas suntuosas. Probablemente efectuado en su consulado.8
- 5. Pro L. Caerucio ad populum
- 6. Pro se contra publicanos efectuado en 93 a. C. o 92 a. C.
- 7. Oratio ficta ad Mithridatem regem9
Rutilio escribió también una autobiografía compuesta por al menos cinco libros,10 y una historia de Roma en griego, que contenía un relato de la guerra numantina.
Tiberio Sempronio Graco (en latín, Tiberius Sempronius Gracchus; c. 164 a. C.-133 a. C.) fue un notable político popular romano del siglo II a. C. perteneciente a la familia de los Graco, una de las más ricas y destacadas de Roma.
Juventud[editar]
Fue el hijo mayor de Tiberio Sempronio Graco y Cornelia, y hermano de Cayo Sempronio Graco y de Sempronia, los tres únicos de los doce hijos de este matrimonio que llegaron a la edad adulta. Educado por su madre Cornelia, tuvo excelentes maestros, como el filósofo estoico Blosio de Cumas y el retórico Diófanes de Mitilene. A los 10 años fue augur. Comenzó sirviendo como oficial durante la llamada tercera guerra púnica a las órdenes de Publio Cornelio Escipión Emiliano (primo de su madre Cornelia y, por adopción, primo suyo), destacando en su asalto a las murallas de Cartago: se dice que fue el primero en escalarlas.
En el 137 a. C. fue cuestor en Hispania, esta vez bajo las órdenes de Cayo Hostilio Mancino, cuyo ejército salvó Graco de la aniquilación después de sufrir un serio revés en la tercera guerra celtíbera, al negociar con gran inteligencia un tratado con los numantinos. Esta actuación fue considerada por el Senado romano una rendición humillante, y se negó a ratificar el acuerdo, ordenando que se entregase al cónsul y al cuestor a los enemigos. El pueblo, por su parte, se opuso a la entrega de Tiberio, atribuyendo la responsabilidad a Mancino.
Ley de Distribución de la Tierra[editar]
Tribuno de la plebe desde el 10 de diciembre de 134 a. C. Desde este cargo quiso solucionar el problema agrario y mejorar la desastrosa situación del campesinado itálico, implantando una serie de leyes que no fueron muy bien recibidas por la mayoría del Senado.
Propuso una lex agraria que permitiera el reparto de tierra procedente del ager publicus entre los ciudadanos más pobres; la experiencia de Tiberio en Hispania así como -según reveló su hermano Cayo- la situación del campo en Etruria, donde la esclavitud estaba muy difundida, fueron las causas principales que explican sus revolucionarios proyectos.
Para llevarlos a la práctica contaba con el apoyo de una factio senatorial en la que figuraba, entre otros, Apio Claudio Pulcro (cónsul en 143 adC), Publio Mucio Escévola y Publio Licinio Craso Muciano (cuya hija estaba casada con su hermano Cayo). Este círculo era contrario al que encabezaba Escipión Emiliano (al que también unían vínculos familiares, pues Escipión estaba casado con Sempronia, hermana de Tiberio y de Cayo). En su intento de sacar adelante su proyecto de ley agraria, trató de revitalizar una ley más antigua por la que quedaba limitado a 500 iugera (125 Ha.) el máximo de tierra estatal por possesor (más otras 250 suplementarias por cada hijo); de esta forma se establecía que la tierra restante debía ser devuelta para proceder a su reparto en lotes de 30 iugera (7'5 Ha.) como máximo, en las que debían asentarse ciudadanos sin tierras -en calidad de colonos a perpetuidad- mediante el pago de una simbólica contribución.
Eran propuestas razonables y coherentes con las leyes Licinias aprobadas dos siglos antes. El proyecto preveía que la puesta en marcha de la operación corriera a cargo de una comisión de tres miembros (Illviri agris dandis adsignandis iudicandis) elegida anualmente, despertando la violenta oposición de la aristocracia senatorial, que se valió del tribuno de la plebe (y pariente de Graco) Marco Octavio para vetarlo (intercessio). Sin embargo, Octavio fue, a instancias de Tiberio, depuesto de su magistratura en una votación de los comicios, hecho sin precedentes y contrario al mos maiorum que fue interpretado por muchos senadores (incluso por algunos partidarios de la reforma) como un acto revolucionario y anticonstitucional. Con Minucio, fiel a los proyectos de Tiberio, como sustituto de Octavio, la asamblea popular no tuvo dificultades para la aprobación, por unanimidad, del proyecto de ley, eligiéndose a los tres miembros de la comisión (Tiberio, su hermano Cayo y su suegro Apio Claudio). La comisión contó con poder ejecutivo, y con los recursos financieros necesarios cuando Átalo III de Pérgamo legó su reino al pueblo romano, lo que agudizó más el nerviosismo de la oposición senatorial, encabezada por Escipión Nasica. En el verano de 133 a. C. se convocaron los comicios que debían decidir la reelección de Tiberio como tribuno de la plebe, lo cual, sin estar prohibido, atentaba contra la costumbre establecida; de hecho, para tratar de lograr sus reformas, tuvo que adoptar medidas dudosamente constitucionales, argumento que utilizaron sus detractores para minar su apoyo entre los senadores.
Su muerte[editar]
Tiberio Graco murió asesinado a golpes el día que se presentaba a un nuevo mandato, cuando un grupo de exaltados senadores y hombres armados, encabezados por Escipión Nasica, masacró entre 200 y 300 seguidores de los Graco con mazas y estacas, en el espacio abierto entre los templos del Capitolio. Tiberio murió de un mazazo en la nuca. Su cuerpo fue arrojado al Tíber, negándosele toda sepultura, mientras Nasica era destinado, prudentemente, a una misión en Asia, y Escipión Emiliano justificaba en cierta medida su asesinato. Sus esfuerzos por una reforma agraria fueron continuados por su hermano Cayo, el cual fue también asesinado por los mismos motivos.
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