martes, 19 de noviembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA - HISPANIA TARDOANTIGUA - VISIGODA

El concilio Caesar-Augustanum se celebró en Zaragoza el año 380, tenido por los Obispos de Aquitania, contra los Priscilianistas, que formaban una secta de los errores de los Gnósticos, de los Maniqueos y de los Sabelianos.

Motivo del Concilio[editar]

Esta herejía tuvo por autor a uno llamado Marco, nacido en Memphis, en Egipto, gran Mágico y discípulo de los Maniqueos. Los Dogmas de los Priscilianistas eran una mezcla de todo género de errores pero particularmente de las de los Maniqueos y de los Gnósticos. Sobre la Trinidad seguían a los Sabelianos, enseñando que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no eran más que una Persona. Querían con Paulo de Samosata y Foltino que Jesucristo no había existido antes de nacer de la Virgen. No querían, como Marcion y Maniqueo, que hubiese tomado verdaderamente una Naturaleza humana y eran enemigos de la Cruz y de la Resurrección.
Decían:
  • que el Diablo había salido del caos y de las tinieblas eternas y que no procedía de nadie
  • que era el principio del mal
  • que era el dueño de los truenos, de los rayos, de las tempestades
  • que las almas eran de la Naturaleza Divina y suponían que habían pecado en el Cielo
  • que a causa de esto, cayeron a la tierra entre las manos de diversos Príncipes y de varias Potencias del aire, que las encerraron en los cuerpos.
Estos Príncipes eran el mismo Demonio, le atribuian la formación del hombre, de lo que procede que aborrecían el uso del Matrimonio. Prohibían comer carne de animales como de una cosa impura y no querían creer ta resurrección de la carne.
San Agustín llama a Prisciliano un impío, condenado por herejías y delitos horribles. Sus misterios no eran menos infames que los de los Maniqueos que excedían todo lo que se podía imaginar pero tenían cuidado de ocultarse. Prisciliano, que ha dado el nombre a esta secta, era de ilustre nacimiento y tenía muchos bienes. Con un genio vivo y elocuente, su facilidad en explicarse y en disputar era mucha pero extrema su vanidad y bueno su conocimiento de las ciencias humanas. Dejándose sorprender de la doctrina de Marco y de Elpidio, atrajo a otros muchos con sus discursos artificiosos y con sus halagos, pero las mujeres principalmente aumentaron el número de sus discípulos. En poco tiempo, se halló extendida por toda España esta herejía.

Celebración del Concilio[editar]

Esta se formó por el año 379 y tomó el nombre de su autor. Algunos Obispos se dejaron llevar de ella y entre otros, Instancio y Salviano, Idacio, Obispo de Mérida, en Lusitania emprendió la causa de la Iglesia con un gran celo pero por falta de prudencia y estrechando a Instancio y a los demás sin moderación, aumentó el mal, más que detenerlo. Después de muchas disputas entre Idacio y los Priscilianistas, juntándose los Obispos de Aquitania con los de España el año 380, se trató en este Concilio el asunto de los Priscilianistas. Se ignoran las particularidades que pasaron en él pero se sabe que estos herejes no se atrevieron a presentar al juicio de los Obispos. Y a pesar de esto, no impidió su ausencia que fuesen condenados por el Concilio y principalmente Instancio y Salviano Obispos, Prisciliano y Elpidio, Seculares. También fue excomulgado Higinio de Córdoba. Ithacio tuvo orden de publicar por todas partes el Decreto de los Obispos pero Instancio y Salviano, lejos de sujetarse a esta sentencia, alzaron el Estandarte de la revolución, estableciendo a Prisciliano, por Obispo de Avila.
No tenemos más que un fragmento de este Concilio, donde se ven los nombres de doce Obispos y contiene ocho Cánones. Por el tercero, consta que se reciba en la Iglesia la Eucaristia, sin permitir que la llevasen a sus casas como antes se permitía.









Concilio de Zaragoza (592)

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Fue un concilio de la provincia Tarraconense celebrado en Zaragoza en primero de noviembre del año 592, durante el reinado de Recaredo, con el objetivo de resolver la situación en la que se encontraban los arrianos convertidos al catolicismo en el III Concilio de Toledo celebrado tres años antes.
Estuvo presidido por el obispo metropolitano Artemio y concurrieron además los obispos Sofronio de EgaraEsteban de TarazonaJulián de TortosaSimplicio de UrgelAsterio de AucaMunimio de CalahorraLiliolo de PamplonaMáximo de ZaragozaJuan de GeronaGalano de AmpuriasJulián de Lérida, y los diáconos Antedio y Esteban diputados respectivamente por Gabino de Huesca y Aquilino de Ausona; nótese la ausencia de Ugnas de Barcelona y Froisclo de Tortosa, únicos obispos de la provincia que habían profesado el arrianismo antes de su conversión.
Hicieron en él tres cánones:
  • Los sacerdotes y diáconos convertidos del arrianismo podrían servir en la iglesia católica después de haber recibido de nuevo la bendición, si fueran puros en la fe y en las costumbres;
  • Las reliquias veneradas por los arrianos deberían presentarse a los obispos para su examen;
  • Las iglesias consagradas por obispos arrianos deberían serlo nuevamente por prelados católicos.









El Concilio de Zaragoza fue un concilio celebrado en Zaragoza en el año 691. En él se hicieron cinco cánones, entre los cuales se renovó la prohibición de que se casaran las viudas de los reyes visigodos, ordenando que tomaran el hábito de religiosas y guardaran clausura en un monasterio el resto de su vida. La razón del Concilio fue la falta de respeto y aun los insultos a que se exponían, quedándose en el siglo.







Se conocen tres concilios o sínodos en Zaragoza:









Heleca o Eleca fue un eclesiástico español, obispo titular de Zaragoza a finales del siglo IX.
A diferencia de su antecesor en la silla episcopal Senior, a quien los musulmanes habían permitido desarrollar su labor pastoral, Eleca fue desterrado de Zaragoza por éstos, dirigiéndose a Oviedo, donde el rey Alfonso III de Asturias tenía su corte.
Algunos autores lo mencionan como obispo desde el año 8601​ u 864,2​pero históricamente sólo consta desde su asistencia al concilio de Oviedo del año 872,3​ tras el cual le fueron asignadas las rentas de la iglesia de Santa María de Solís para su sustento. También se halló presente en la consagración del monasterio del Salvador de Valdediós el año 893 y en la de la catedral de Santiago de Compostela en el 899. La última noticia conocida sobre él data del año 902; se ignora la fecha y lugar de su fallecimiento.45
No se tiene noticia de que dejara escrita cosa alguna, pero a principios del siglo XVII el jesuita Jerónimo Román de la Higuera compuso algunos fragmentos literarios atribuidos a Eleca, que fueron incluidos como adiciones a los falsos cronicones de Flavio Lucio Dextro y Marco Máximo6​Su condición de apócrifos quedó demostrada poco después.







Gauterico o Gauterit fue un comes (jefe militar) visigodo enviado por el rey Eurico a finales del siglo V para conquistar la Tarraconense central y oriental y otras regiones hasta el Reino de los suevos.
Gauterico atravesó los Pirineos procedente de Aquitania, probablemente por el paso de Roncesvalles, tomando Pamplona. En 472 logró también conquistar Zaragoza «et vicinas urbes» (y las ciudades cercanas), en donde parece que no halló ninguna resistencia. 1​ A diferencia de ocasiones anteriores, esta vez los visigodos no entraban a Hispania al servicio del Imperio romano, sino como conquistadores.
Las autoridades locales de estas zonas se sometieron ante un ejército muy superior y contra el cual difícilmente podían esperar ningún éxito (una ciudad amurallada, como Tarraco, a pesar de los escasos medios militares de la época que hacían difícil franquear murallas fuertes, fue tomada por otro comes visigodo, Eldefredo) 2​ mientras que las tácticas de guerrilla no eran utilizables contra un ejército potente.
Las ciudades disponían de una administración que, en sus aspectos principales, era continuadora de la administración romana y consideraban a los visigodos (en proceso de romanización) como aliados imperiales, tal como habían actuado durante años.
Fue en esta época (hacia el 482) que en el Valle del Ebro se establecieron los primeros propietarios visigodos, quienes irían acompañados de sus familias, de sus esclavos y de sus servidores. Algunos autores sospechan que fue también en esta época cuando se estableció en el Valle del Ebro un magnate vaso ancestro del conde Casio (Casius, después Banu Qasi).








Juan de Zaragoza nace en torno al 580,1​ San Ildefonso es quien nos da noticia de Juan de Zaragoza, en el Capítulo VI del libro de Scriptoribus Ecclesiasticis.2​ Juan fue abad y después sucedió a Máximo en el obispado de la sede cesarugustana. Fue un hombre erudito en las sagradas escrituras, pero le gustaba más predicar la Palabra que exponerla en los libros; parece que también tuvo un gusto peculiar por la música, por lo que es considerado uno de los más insignes compositores de su época,3​ musicalizó algunos textos de los Oficios Eclesiásticos, parece que también le tenía amor a la liturgia pues compuso varios cánones pascuales.2
San Ildelfonso describe a Juan de Zaragoza como hombre generoso y caritativo, de agradable semblante.2​ El mismo San Ildefonso describe así las obras de Juan Zaragoza:4
In ecclesisticis officiis quaendem eleganter et sono et oratione composuit. Annotavit inter haec inquirendae Paschalis solemnitatis tam subtile atque utile argumentatum, ut lectori et brevitas contracta, et veritas laceat patefacta.
Ocupó la silla episcopal por doce años (619 – 631) durante los reinados de Sisebuto y Suintila. Juan de Zaragoza fue hermano de San Braulio, quien le sucedió en el Obispado de Zaragoza.

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