El Triunfo de Baco es un mosaico romano de finales del siglo II o del III d. C.1 encontrado en Zaragoza en 1908.2 Representa el triunfo del dios Baco, motivo que fue muy popular entre los mosaicos hispanos y africanos y que muestran un sentido religioso y escatológico.
El fragmento pertenece a una composición geométrica más amplia, con representaciones figurativas de las cuatro estaciones. El protagonista es Baco, versión latina del Dioniso griego, dios del vino y de los ritos religiosos mistéricos, considerado así mismo como protector de la agricultura. Puede verse al dios Baco en el centro del carro triunfal o biga tirado por tigresas, con el tirso en su mano derecha y las riendas en la izquierda. Junto a él y a su derecha está la figura de un sátiro que quizás aluda a Ampelo, joven amado por Dioniso-Baco quien le transformó en constelación cuando murió. A la izquierda de Baco se muestra una Victoria alada y coronada.
Guiando a las fieras que tiran del carro se ve al dios Pan (dios de los pastores y rebaños), vestido con básara (un tipo de túnica de oriente con mangas) y cubierto con nebris (piel de cervato). Delante de este dios puede adivinarse una ménade de la que solo se conserva una pequeña porción del manto. Detrás de las tigresas ve otra ménade coronada de hiedra, que vuelve su cabeza hacia el dios.
El mosaico destaca por su carácter pictórico y volumétrico, que se aprecia en los cuerpos de los felinos de tiro, y en las anatomías humanas. Es notable también el variado cromatismo, que le equiparan con los que se producían en la península itálica. Muestra el periodo de pleno apogeo del mosaico polícromo en Caesaraugusta, que fue introducido en la segunda mitad del siglo II. Pertenecería a un salón de gran aparato; en él se encontró también el llamado Grupo de Ena, por haber sido encontrado (junto con el mosaico) en la propiedad de Mariano Ena, localizada entre las calles del Coso Alto y Alfonso I.

El conjunto arqueológico de Bursau (en escritura íbera
) ocupa los cabezos de "El Castillo", "La Corona", "La Cueva Esquilar" y zonas aledañas del casco urbano, en el actual término municipal de Borja (Aragón, España).12

Las diferentes excavaciones en los referidos cabezos han puesto de manifiesto restos de estructuras arquitectónicas correspondientes a diferentes épocas. Se trata de una ciudad que tendría su origen en el cerro de "La Cueva Esquilar", con un asentamiento de tipo Campos de Urnas de la Edad del Hierro. La llegada del mundo celtibérico supondría la ampliación del primitivo asentamiento, extendiéndose incluso por los vecinos cabezos de "La Corona" y, a partir del siglo II-I a. C., por las zonas denominadas como "Torre del Pedernal" y "Polígono de la Romería", en los aledaños.
Son muy interesantes los resultados obtenidos en la llamada "Torre del Pedernal", ya que en esta zona se han encontrado unos restos urbanos con una adscripción cultural celtibérico-romana, correspondiendo a diferentes casas con sus hortus, entre las que sobresale una domus romana con paredes de mampostería, sillería y tapial. En una de sus habitaciones se conserva un mosaico y, además, un rico conjunto de pinturas murales, conservadas tanto in situ como caídas. Igualmente se han obtenido abundantes restos de cerámicas ibéricas, hallazgos metálicos en bronce y hierro, y, de época romana, un nutrido conjunto de cerámicas de terra sigillata hispánica y cerámica norteafricana.
Todas las excavaciones arqueológicas practicadas hasta la fecha en este yacimiento vienen a confirmar la importancia histórica de esta ciudad, con una secuencia estratigráfica muy importante, que aporta materiales y restos monumentales que sacan a la luz un gran conjunto arqueológico.
La Cabañeta es un yacimiento arqueológico situado en el término municipal del municipio zaragozano de El Burgo de Ebro, uno de los más interesantes para conocer los inicios de la romanización en el segmento central del valle medio del Ebro.
Recibe este nombre porque en sus inmediaciones discurre la “Cabaña Real” de los pastores trashumantes.
Su existencia es conocida desde antiguo. Según los últimos estudios fue fundada en el siglo II a. C. con el fin de servir de campamento militar para una legión romana y sus tropas auxiliares de unos 6000 hombres, convirtiéndose después en ciudad. Posiblemente se trate de la Castra Aelia que cita el historiador Tito Livio al relatar la campaña del general romano Sertorio por tierras hispanas en 77 a. C.1
Tradicionalmente, el enclave ha sido mal tratado por la acción de los detectoristas clandestinos, las labores agrícolas y la urbanización de su suelo. Sin embargo, desde el año 1994 se van realizando varias campañas de excavaciones sistemáticas; con ellas se han conseguido algunos hallazgos importantes, como la puesta al descubierto de una zona de termas y otra de almacenes, inscripciones latinas, monedas, vasijas, objetos de cocina, piezas metálicas, mosaicos, vasijas, etc.
Recientes trabajos de prospección han permitido apreciar también los restos del amplio foso que lo rodea por tres de sus lados (el cuarto queda protegido por el corte de la terraza natural del río Ebro), determinar su planta rectangular y establecer su extensión en torno a unas 20 hectáreas en el interior del recinto y evidencias de un hábitat externo también de considerables dimensiones. Los materiales arqueológicos de cronología romano-republicana muestran un predominio abrumador de las importaciones itálicas frente a las escasas cerámicas de tradición indígena. Entre estas últimas son de destacar los “pondera” (pesas de telar) y los vasos de cocina decorados con motivos geométricos.
Cabeza Ladrero (también conocido como Cabezo Ladrero) es un yacimiento arqueológico ubicado al oeste de Sofuentes, ya en el término municipal de Sos del Rey Católico, en la actual comarca de las Cinco Villas (provincia de Zaragoza). Se sitúa en un pequeño cerro de 563 m de altitud extendiéndose, al menos, por la zona llana que separa la colina de Cabezo Ladrero de otra que hay un poco más al Norte conocida como El Bayo, y por la cima de éste, lo que constituye una superficie de, al menos, 4 ha1
El asentamiento, de características desconocidas,2 se encuadraría cronológicamente en el periodo romano en su mayor parte; aunque debió de tener un origen en la Edad del Hierro, desconociéndose el momento de su abandono.
El yacimiento y sus intervenciones[editar]
Aunque el yacimiento es conocido desde antiguo, no ha sido hasta el año 1997 cuando se realizaron las primeras prospecciones del término de Sos del Rey Católico3 que tuvieron escaso impacto sobre Cabeza Ladrero. En el año 2007, dentro del marco del Plan Puesta en Valor de la Calzada Romana de las Cinco Villas de Aragón que realizó el ente de desarrollo local ADEFO, se desarrolló la prospección de todo el corredor de la vía romana donde se incluyó el yacimiento.4
Durante el año 2009 se realizó una segunda fase de este proyecto, dirigida a la localización y delimitación del yacimiento. Esto implicó la excavación de varias trincheras en Cabeza Ladrero y campos circundantes bajo la dirección de J.J. Bienes.
Desde el año 2016 se está desarrollando el Proyecto de Investigación de Cabeza Ladrero, dirigido por el Dr. Ángel A. Jordán, y con la aprobación del Gobierno de Aragón, con el objetivo de estudiar este yacimiento y su entorno.
Restos y hallazgos[editar]
Aunque el yacimiento no ha sido excavado, son muchos los restos conservados en el vecino pueblo de Sofuentes, así como en diferentes colecciones privadas y museos de Navarra y Zaragoza.
Arte mueble[editar]
Epigrafía[editar]
Actualmente los restos se encuentran integrados dentro de la arquitectura, habiendo sido reutilizados para la construcción de diversas viviendas en la localidad de Sofuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario