Organización etnopolítica[editar]
Uno de los aspectos más conflictivos, esencial para la delimitación de la Celtiberia, es el de las etnias o populi, que según los autores clásicos integrarían el colectivo celtibérico. Diversos son los pueblos mencionados. Estrabón considera a arévacos y lusones como dos de los cuatro pueblos de la Celtiberia; aunque no cita los otros dos, al menos por sus etnónimos, que por las narraciones de las guerras celtibéricas y Lusitanas, se sabe que habrían sido los bellos y tittos, que no vuelven a ser citados para después del año 143 a. C. Más difícil es llenar una quinta parte, a la que se refiere Estrabón, sin ningún detalle. Plinio el Viejo señala de forma clara a los pelendones como pueblo celtíbero, aunque también, siguiendo a Apiano, a los vacceos, los berones[cita requerida] o incluso los celtíberos mencionados de forma independiente de arévacos y pelendones por Ptolomeo.
Religión[editar]
Conocemos muy poco de la religión de estos pueblos. La única mención directa en los textos clásicos es la de Estrabón, que dice que los celtíberos adoraban a un dios sin nombre.
Podemos dividir el panteón indígena en tres categorías de divinidades, las cuales no son excluyentes:
- Divinidades de carácter astral (e.g. el Sol y la Luna). Forman el sustrato de las religiones indoeuropeas.
- Grandes dioses celtas. Iguales que en otras zonas de la península y fuera de ella, como en la Galia y Britania.
- Divinidades menores. Con un culto probablemente local, cuyo carácter parece indicar un sustrato u origen de tipo animista o totémico y que aparecen vinculadas, bien a accidentes naturales (montes, bosques, etc.) o de tipo territorial (castros, aldeas, ciudades, etc.).
El panteón celtibérico posiblemente incluiría varios de los dioses celtas:14
- El más importante dios celta era Lug, dios guerrero que con la romanización fue asimilado a Mercurio. Aparece mencionado en inscripciones encontradas en Uxama (Osma, Soria), y en Peñalba de Villastar (Teruel).
- De Cernunnos, dios de la fertilidad y la regeneración, popular en la Galia, se han encontrado algunas representaciones.
- El dios sin nombre mencionado por Estrabón ha sido tradicionalmente asociado bien a la Luna, o al dios irlandés Dagda.
- Las Matres, diosas de la fecundidad, la tierra nutricia y las aguas, cuyo culto estaba extendido entre los celtas y germanos.
- El culto a Epona, diosa de los caballos, encajaba muy bien en la Celtiberia, al ser zona de cría de caballos. Se han encontrado varias inscripciones dedicadas a Epona en la Celtiberia.
- También han aparecido varios bronces con imágenes de la divinidad infernal Sucellus.
Los dioses con culto exclusivamente local fueron muy abundantes. Todos estos cultos locales que pudieron estar vinculados a una determinada comunidad gentilicia o a una localidad, son los más abundantemente representados.
Se desconoce, actualmente, la existencia de templos dentro de las ciudades o poblados celtíberos. La norma general parece que los santuarios estuviesen fuera de las poblaciones, como los recintos naturales con graderías excavadas en la roca, localizados bajo la acrópolis de Tiermes, con un conjunto de piedras de sacrificios con pocillos y canales.
Pese a lo defendido tradicionalmente, es muy probable que existiese una sección de la sociedad especializada en la esfera religiosa, quizá con características comunes a los druídas de otros pueblos celtas.15 Es posible que los caudillos militares realizaran ceremonias religiosas en presencia de su ejército y que los jefes o las cabezas de linaje realizaran, en el ámbito de la ciudad o la familia, determinados cultos.
Los bailes festivos fueron descritas por Estrabón como un elemento importante de la religión celtíbera, quien menciona que se ejecutaban como si fuesen combates simulados. Blas Taracena y otros arqueólogos sugieren que los bailes de paloteo de Casarejos y San Leonardo son adaptaciones de estos bailes celtíberos.
Véase también: Mitología celta
Lengua y escritura[editar]
La lengua de los celtíberos existe hoy sólo en inscripciones antiguas. El idioma fue llevado a la península por inmigrantes celtas de Galia y se habló en las partes centrales y norteñas. Es posible que el celtibérico no fuera el único idioma celta de Iberia, pues existen evidencias de nombres de lugares en el norte de Cataluña de que se hablaba galo allí. Por eso, y por el hecho de que quizá se hayan hablado otros idiomas indoeuropeos antiguos en Iberia, es difícil delimitar con exactitud la zona celtíbera.
Al oeste de la zona del celtibérico, el lusitanio se hablaba en lo que ahora es Portugal. Es posible que el lusitanio fuera un dialecto de celtibérico, o una lengua celta distinta. Otros creen que los pocos restos del idioma sugieren que el lusitanio era un idioma indoeuropeo distinto.
El celtíbero se hablaba a partir del siglo IV a. C. cuando Heródoto mencionó que los keltoi vivían en el otro lado de las Columnas de Hércules, y los celtíberos se mencionaban en documentos romanos y griegos a partir del siglo III a. C. Los celtíberos por fin fueron dominados por los romanos después de 49 a. C., y desde luego su idioma cedió rápidamente al latín. Sin embargo, sobreviviría hasta los comienzos de la era cristiana.
El vascuence es el único idioma precelta de Europa.16 Como curiosidad, la actual Comunidad Autónoma Vasca, arqueológicamente, era una zona con ciertos asentamientos celtas en la parte occidental de Vizcaya, la parte oriental de Cantabria y norte de Burgos, mientras que en Navarra, norte de La Rioja y norte de Aragón hasta Andorra sería una zona completamente euskérica, extendiéndose a su vez por toda la Gascuña hasta el río Garona. Hay unas palabras celtas en el vasco, prestadas del celtibérico. Algunas palabras celtíberas también fueron tomadas prestadas por el latín, y todavía sobreviven en el español moderno, por ejemplo, la celtíbera camanom (irlandés céimm, galés cam, 'paso') pasó prestada como camminum, dando camino, que en vascuence sería bide, en español y chemin en francés.
El celtíbero perteneció a una rama paralela de la familia celta. Muestra rasgos muy antiguos, y como el goidélico, había preservado la kw original. Esto, junto con las leyendas celtas que nos hablan de contactos antiguos entre Irlanda y los celtíberos, han llevado a sostener que el goidélico se llevó a Irlanda desde Iberia. Por cierto, había contactos entre los celtas de Iberia y los de Irlanda, pero la evidencia existente [cita requerida]soporta mejor la interpretación de que el celtibérico y el goidélico son dos ramas semejantes pero distintas del celta, que se habían separado ambos muy temprano como dos idiomas celtas y no tuvieron una relación muy estrecha entre sí. El celtibérico no tuvo algunos rasgos muy distintivos del goidélico, por ejemplo, la posición inicial del verbo ni las preposiciones conjugadas. Los lingüistas consideran que dos idiomas tienen una afinidad estrecha si muestran innovaciones comunes. Esto exactamente no fue el caso del celtibérico y goidélico.
El celtibérico se escribió en un alfabeto que también se usó para escribir los otros idiomas prerromanos de la península (véase: Ogam). El alfabeto se utilizaba en primer lugar para escribir el idioma de los iberos, que no lo conocemos bien. El alfabeto no combina bien con la fonología de un idioma indoeuropeo, y esto hace aún más difícil la interpretación de las inscripciones celtíberas. Existe un gran número de inscripciones celtíberas, la mayoría de ellas palabras o nombres simples escritos en cerámica. También hay dos cortas inscripciones, más probablemente dedicaciones, de Peñalba de Villastar y de Luzaga. La inscripción más importante, sin duda, es la inscripción larga de Botorrita, cerca de Zaragoza.
La extinción del celtibérico no puso fin a la historia de los idiomas celtas en la Península. En los siglos V y VI, después de la caída del Imperio romano, algunos hablantes del celta británico huyeron desde el sur de Gran Bretaña para escapar de los invasores anglosajones. La mayoría de estos se instaló en Armórica de la Galia (la Bretaña moderna), y puede que otros pocos llegaran a Galicia, donde su idioma sobrevivió y se transformó de diversas maneras durante varias generaciones.
Las necrópolis[editar]
Las necrópolis localizadas a lo largo del siglo XX en las altas tierras de la Meseta Oriental, ofrecieron uno de los temas más atrayentes para los investigadores que abordaron, en los comienzos de su estudio, el mundo celtibérico.
A pesar del elevado número de necrópolis identificadas a comienzos del siglo, en muchas ocasiones, se desconoce la localización exacta. Aunque por lo común se localizan en zonas llanas (vegas o llanuras de suave pendiente, que actualmente están explotadas por la agricultura),17 en la proximidad a cursos de agua (ríos y arroyos permanentes) o en antiguos lugares de habitación, en el exterior y en los alrededores de los hábitat y visibles desde estos.
Véase también: Anexo:Necrópolis celtibéricas
El espacio funerario[editar]
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención, es la peculiar organización interna del espacio funerario. Así algunas necrópolis del Alto Tajo-Alto Jalón y Alto Tajuña y más raro en la zona del Alto Duero, se caracterizan por la deposición alineada de las tumbas formando calles paralelas, en algunas ocasiones empedradas, de longitudes variables y formadas por grandes piedras a modo de estelas indicando la localización de una tumba. No obstante, lo que Cabré18 denominó «el rito céltico de incineración con estelas alineadas», no puede considerarse como de práctica general en todas las necrópolis celtibéricas, más bien al contrario la mayor parte de las necrópolis con tumbas con estelas se caracterizan por carecer de cualquier orden interno, siendo habitual en este tipo de cementerios que las tumbas aparezcan agrupadas, localizándose zonas de menor densidad de tumbas e incluso espacios libres de enterramientos.
El número de enterramientos varía notablemente; así algunas necrópolis, como la de Aguilar de Anguita alcanzan las cinco mil tumbas, y otras tan sólo llegan a las cien.
El ritual funerario[editar]
El ritual documentado arqueológicamente en los cementerios celtíberos es el de la cremación, pero al conocer solo el resultado final de este proceso, toda evidencia queda reducida al ajuar y al tratamiento de que éste fue objeto o a las estructuras funerarias con él relacionadas. Aunque el rito de la incineración fue el más extendido entre los celtíberos, las fuentes literarias, las representaciones pintadas numantinas y la ausencia de evidencias funerarias en determinadas épocas y áreas de la Celtiberia19 sugieren que no fue el único utilizado. Se puede asumir el empleo de rituales tales como la descarnación o la exposición de los cadáveres, cuya práctica entre las tribus celtíberas es conocida gracias a las fuentes clásicas.2021 Tal costumbre tiene su confirmación iconográfica en dos representaciones vasculares numantinas, en una de ellas un buitre se lanza sobre un guerrero yacente, mientras que, en la otra el buitre figura posado sobre el cadáver, esta iconografía aparece reproducida en una estela de Lara de los Infantes y en la estela gigante de Zurita.22 Finalmente cabe referirse a las inhumaciones infantiles documentadas en el interior de los poblados, ritual característico del ámbito ibérico, al que excede y del que se conocen algunos ejemplos en el mundo celtibérico y vacceo. En la ciudad de Numancia se han localizado algunos restos humanos, no necesariamente de época celtibérica, entre los que cabe destacar un grupo de cuatro cráneos hallados en el interior de una vivienda, que han sido relacionados con el rito céltico de las cabezas-trofeo.23 Además las inhumaciones documentadas en una de las torres de la muralla de Bilbilis Itálica, interpretadas como sacrificios fundacionales.
Estructuras funerarias[editar]
Dentro de la extensión de las necrópolis, se diferencian dos estructuras, los lugares donde se realizarían las cremaciones, los ustrina, seguramente espacios colectivos y generalmente mal conocidos y los lugares donde se produjo la deposición definitiva de los restos del difunto, que ofrecen una gran variabilidad estructural.
Los ustrina[editar]
Se localizan e identifican dentro del espacio funerario, como ya hiciera Cerralbo, a quien se debe la mayor parte de la información que se posee sobre este tipo de estructuras, por la presencia de abundante ceniza, restos de cerámica y metal, que pueden estar localizados, o no, en zonas marginales de la necrópolis (en la necrópolis de Aguilar de Anguita se localizaban en las calles más alejadas). Los trabajos de excavación más recientes han ofrecido algunas evidencias sobre lugares reservados a la cremación en algunas necrópolis.
Tipos de enterramiento[editar]
Existe una gran variedad respecto al tipo de enterramiento, desde la deposición de los restos de la cremación en un hoyo, con o sin urna cineraria y a veces acompañada de estelas de variado tamaño o de encachados tumulares. Esta variabilidad, que se manifiesta entre las tumbas de un mismo cementerio, podría implicar, en función de la mayor complejidad constructiva, una diferenciación de tipo social, y también evidente entre las distintas necrópolis.
Las estelas pueden variar notablemente de tamaño,24 estando realizadas generalmente de materiales de la región. Suele tratarse de piedras sin desbastar o toscamente talladas.
La presencia de enterramientos tumulares, aunque es un elemento minoritario en las necrópolis celtíbericas, ofrecen también una cierta diversidad, encontrándose por lo común bastante alterados, quedando en ocasiones solo una acumulación de piedras sin forma definida.25
El ajuar funerario[editar]
Los objetos que acompañan al cadáver en la sepultura, denominado ajuar funerario, pueden ser de distinto tipo: los realizados en metal, generalmente de bronce, hierro o también en plata, que incluyen las armas, los elementos de adorno y los útiles; los materiales cerámicos, que abarcarían desde la propia urna cineraria hasta los vasos que en ocasiones le acompañan, fusayolas o bolas; los objetos de hueso, pasta vítrea, piedra, etc., y los realizados en materiales perecederos, no conservados en ninguna ocasión, pero conocidos por las fuentes antiguas, tales como recipientes de madera o la propia vestimenta del difunto.
Si bien la mayoría de los objetos depositados en las tumbas debieron tener una función práctica en el mundo de los vivos, algunos de ellos presentan un valor social y simbólico añadido al valor puramente funcional, indicando, con ello, el estatus de su poseedor. Destaca el papel jugado por el armamento y particularmente por la espada. El prestigio de la espada, con las ricas decoraciones que a menudo presentan las empuñaduras y sus vainas y como arma de lucha, llevó a convertirla en indicadora del estatus guerrero y de la posición privilegiada, dentro de la sociedad celtíbera, de su dueño, enfatizando el carácter militar de la sociedad.
Un primer análisis permite constatar la existencia de tumbas con muchos objetos, frente a otras que no tienen ninguno y que, cuanto menos, implica un intencionado tratamiento diferente. El ajuar depositado mantiene una constante y es que las piezas de pequeño tamaño se introducían en el interior de la urna y las piezas grandes se colocaban fuera; en el caso de los enterramientos sin urna, los restos debían envolverse en alguna piel, tela o material perecedero que no se ha conservado y las piezas del ajuar se disponían alrededor.26
Armamento[editar]
El equipo militar documentado en las necrópolis celtibéricas está formado básicamente por la espada, el puñal (en ocasiones sustituye a la propia espada), y armas de asta, que englobaría las lanzas, las jabalinas, los pilum y los soliferra, realizados en hierro en una sola pieza. Es frecuente el hallazgo de cuchillos de dorso curvo, así como los escudos, de los que solo se ha conservado las piezas metálicas: los umbos, las manillas y los elementos para la sujeción. Igualmente la panoplia de algunas tumbas incluía elementos defensivos como cascos y discos coraza, fundamentalmente de bronce, aunque dado su reducido número de hallazgos, su uso quedaría restringido al sector más privilegiado de la sociedad.
Posible origen de los celtas en España[editar]
Según un estudio realizado por el profesor de genética y medicina molecular de la Universidad de Oxford, Bryan Sykes, los celtas que habitaban el Reino Unido antes de la llegada de sajones, vikingos y normandos, descienden de poblaciones procedentes de la península ibérica que cruzaron el golfo de Vizcaya hace más de 4000 años. Para llegar a esta conclusión, el equipo liderado por Sykes, tomó muestras de ADN a más de 10 000 personas en el Reino Unido e Irlanda, en aras de elaborar un completo mapa genético, dando como resultado que los pueblos tradicionalmente denominados celtas; escoceses, galeses e irlandeses, tendrían un parentesco cercano con las poblaciones norteñas de iberia, a partir curiosamente de un haplogrupo que tiene su foco de emisión en el golfo de Vizcaya. Los análisis en la composición del cromosoma Y del ADN revelaron que las huellas dactilares de los celtas eran prácticamente idénticas a las de los habitantes del norte de España.27
Daniel G. Bradley, profesor de genética del Trinity College de Dublín, llegaba a las mismos resultados genéticos publicados por Sykes. Hay que matizar que cuando Bradley habla de la «fachada atlántica» no lo hace como es común en España, para referirse a Galicia y Portugal, sino que lo circunscribe al Atlántico pirenáico: «La similitud entre las zonas costeras del Atlántico es más evidente y muestra que de hecho, el oeste de Irlanda y Gran Bretaña tienen una mayor afinidad con la región vasca».28 Así, las afinidades genéticas son máximas entre irlandeses y cántabro-pirenaicos, y descienden hacia las poblaciones occidentales del norte de España.29
Estas investigaciones contradicen las teorías tradicionales que apuntan a que los celtas británicos provienen del centro de Europa. No obstante, es muy probable que la herencia genética ibérica presente en las Islas Británicas esté relacionada con la expansión megalítica, anterior a la existencia de los celtas. Se tiene conocimiento de contactos comerciales y de una ruta de navegación antiquísima, prehistórica, que unía el golfo de Cádiz con lo que ahora son Irlanda y Gran Bretaña.[cita requerida] A esto habría que sumarle la evidencia de que en el 10.000 a. C. Europa estaba sufriendo una mini glaciación y la península ibérica era uno de los pocos lugares en Europa donde el hombre podía vivir. Gran parte del continente Europeo, incluidas las islas británicas, estaba cubierto por el hielo. Al retirarse los hielos, se produjo una migración hacia el norte. Todo esto ocurrió mucho antes del nacimiento de ninguna cultura celta.
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