sábado, 16 de noviembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

CATALUÑA ROMANA Y PRERROMANA

La cantera romana del Médol es una cantera de piedra calcárea excavada durante el periodo de la República romana y del Imperio romano de más de 200 metros de largo y entre 10 y 40 metros de ancho. Sirvió para construir los edificios más importantes de Tarraco (Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco, actual Tarragona), capital de la Hispania Citerior durante la república.1​ La cantera tiene paredes casi verticales de hasta 12 metros y en el centro de la pedrera permanece una columna testigo (una columna de la roca original intacta), frecuentes en las canteras romanas.
Es la más grande de las seis canteras romanas que rodean Tarraco. Se explotaba en ella el localmente conocido como Soldó, piedra caliza del Mioceno de tonos entre blancos a rojizos, generalmente dorado claro. Esta roca, aunque inadecuada para la arquitectura romana más destacada de la ciudad, sí sirvió para el grueso de la construcción romana y para la arquitectura medieval de Tarragona, incluyendo la catedral de Santa Tecla.
La cantera está muy próxima a la Vía Augusta, una de las principales vías de comunicación del imperio cuyo trazado es seguido por la actual carretera nacional 340 entre Barcelona y Tarragona. Esta vía sirvió para el traslado de unos 50 000 metros cúbicos de piedra, principalmente a lo largo de los 6 km que separan la cantera de Tarraco.
Es gestionado por el Museo de Historia de Tarragona.2
Se puede visitar fácilmente accediendo desde la Carretera Nacional 340 o desde la autopista AP-7, a la altura de La Mora.

Medol-tarragona 0460-01.jpg
Columna testigo del Médol.
Coordenadas41°08′17″N 1°20′21″ECoordenadas41°08′17″N 1°20′21″E (mapa)
PaísFlag of Spain.svg España
TipoCultural
Criteriosii, iii
N.º identificación875rev
RegiónEuropa y
América del Norte
Año de inscripción2000 (XXIV sesión)











El Foro colonial de Tarraco, capital de la Provincia de Hispania Citerior, es el espacio donde se desarrollaban los asuntos administrativos y comerciales de la ciudad romana. Es una de las localizaciones del Lugar Patrimonio de la Humanidad (Cairns, 2 de diciembre de 2000) denominado Conjunto arqueológico de Tarraco, en concreto identificado con el código 875-005. Declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) según el Decreto del 26 de marzo de 1954 (R-I-55-0068).


Historia[editar]

Los vestigios arqueológicos del foro de la Colonia fueron documentados a partir de la segunda mitad del S.XIX, cuando fueron derribadas las antiguas murallas renacentistas que cerraban la ciudad a la altura de la actual Rambla Nova. Las evidencias de que los restos eran de gran importancia provocaron, cerca de 1920, la excavación arqueológica de la parte que aún no había sido urbanizada y que hoy se corresponde con el recinto conocido como el Foro de la Colonia o Foro local.
El conjunto está formado por dos zonas separadas por la Calle Soler y unidas entre sí por un puente metálico sobre la calle. En la primera zona, ubicada entre las calles Lleida, Cervantes y Soler, se encuentra la basílica jurídica, una tribuna y restos de casas anteriores; mientras que en la segunda zona, delimitada entre las calles Soler, Cervantes y Fortuny, se encuentra parte del Capitolio, restos de una plaza y de una isleta de casas parcialmente rodeada por calles, una de ellas empedrada.
El edificio central del foro consiste en una plaza rectangular de unos 58 x 12,5 m; a su alrededor se abre un pórtico con columnas de 6,10 metros de altura. Al fondo del pórtico norte, y comunicando con él mediante amplias arquerías, hay unas dependencias —tabernae u hostales— que miden de 2,90 x 3,90 m. En medio de la hilera de tiendas hay una amplia estancia: es la curia, espacio donde se reunían las asambleas del senado local. El techo del pórtico era de madera, mientras que las tabernaeestaban cubiertas con bóveda de piedra. Todos los muros y los elementos arquitectónicos son de piedra arenisca local.
La basílica, lugar de reunión social, administrativa, política y también judicial, era un edificio cubierto de tres naves, la nave central era el doble de ancha que las laterales. El porticado interior que separaba las naves, estaba formado por columnas corintias (14x4). Actualmente se conservan in situ siete bases de las columnas en la esquina sudeste. Una peculiaridad de la basílica de Tarraco es que disponía de una serie de pequeñas estancias, situadas en uno de sus lados, con una anchura igual a los intercolumnios, que hay que relacionar probablemente con la administración pública. Una sala central, en el centro de las pequeñas estancias, presidía el interior de la basílica, y era un lugar de reunión del senado local, la curia.
Al exterior de la basílica, justo al lado de la Calle Soler, por encima de antiguas cloacas, se pueden observar restos de una tribuna relacionada con la plaza, conservada en el segundo sector del recinto. Detrás de la basílica se encuentra la cisterna de una casa particular que debió de derruirse para poder construir la basílica.
Una vez cruzado el puente, en la segunda zona, se llega a un espacio que probablemente era una plaza, dónde fueron encontrados muchos restos de estatuas imperiales.
También encontramos un edificio con unos depósitos revestidos de gruesas placas de piedra y un pequeño patio con pequeñas columnas; probablemente formaban parte de un conjunto más grande relacionado con la administración de la ciudad.
Junto a los edificios actuales encontramos los restos del Capitolio. Este era el templo principal de Tarraco, dedicado a Júpiter, Juno y Minerva. La parte conservada del templo se limita a los cimientos de hormigón romano (opus caementicium), alternados con sillares de la parte posterior del templo, que quedaba cerrada por un muro ciego. Por lo tanto, desde la calle del empedrado sólo se veía un muro ciego, ya que la fachada del templo estaba encarada en dirección SO, donde ahora se encuentra la Calle Gasòmetre.
La calle empedrada, parcialmente reconstruida, limita en un lado con una isla de casas, donde se conserva una fachada en toda su longitud. Algunas de esas casas presentan grandes silos en el interior, que correspondrían a una etapa anterior.
El foro de Tarraco fue destruido por un incendio durante una incursión de los bárbaros, y finalmente se perdió el rastro. A finales del siglo XIX, al urbanizarse este sector de Tarragona, se puso al descubierto parte de las ruinas del foro local. Los hallazgos de la basílica, el pórtico con las (tabernae) y la curia, y la probable existencia de un templo acreditan su función central, que sería simultáneamente mercado y lugar de administración y representación para la ciudad.

Detalles del foro.











El Puente Viejo sobre el río Cardener a la entrada suroeste de Manresa. El puente ha sufrido varias destrucciones. De origen romano, la actual se trata de la reconstrucción fiel de un puente medieval también reconstruido en el siglo XII, del que sólo se conservan las bases del arco central. El puente, que fue destruido en 1939 y reconstruido entre los años 1960 y 1962, dibuja ocho arcos de medio punto con una altura máxima de 25 m sobre el caudal del río.2
Junto con la Seu y la Cueva de San Ignacio, forman la silueta más característica de la ciudad.

Puente Viejo
Bien de Interés Cultural
Patrimonio histórico de España
Manresa, Pont Vell y Cova de Sant Ignasi-PM 40294.jpg
Declaración23 de diciembre de 1955
Figura de protecciónMonumento
CódigoRI-51-00012531
Coordenadas41°43′15″N 1°49′48″ECoordenadas41°43′15″N 1°49′48″E (mapa)
UbicaciónManresa (Barcelona)
Flag of Spain.svg España


Leyenda[editar]

Puente Viejo y edificio de la Cueva de San Ignacio.
Una vez los demonios se apoderaron de la ciudad de Manresa y se instalaron bajo el Puente Viejo. Los diablos endemoniaban a todas las personas que pasaban. Los cónsules de Manresa, desesperados, pensaron que pidiendo las reliquias de un santo, los diablos se marcharían. Y así lo hicieron: pidieron las reliquias de San Valentín a los monjes del monasterio de San Benito de Bages. Tanto y tanto las pidieron que finalmente se las dejaron. Una vez bajo el Puente, las reliquias del santo asustaron a los diablos, que huyeron para siempre.
Los cónsules de Manresa quedaron maravillados cuando vieron el efecto que hacían las reliquias de San Valentín y decidieron que no las devolverían. Pero un día desaparecieron y nunca más volvieron a ver. Las reliquias fueron a parar sobre una colina en medio de un zarzas entre San Benedicto y San Fructuoso de Bages. Una pastorcilla que solía pastar por allí las encontró y las llevó a las autoridades eclesiásticas. En recuerdo del encuentro, en aquel lugar se construyó una capilla.










El anfiteatro de Tarraco es un edificio romano construido muy cerca del mar, tras la muralla de la ciudad de Tarraco, capital de la provincia romana Hispania Citerior Tarraconensis. Es una de las localizaciones del lugar Patrimonio de la Humanidad llamado «Conjunto arqueológico de Tarraco», en concreto con el código 875-007 (actual Tarragona), en España.

Amphithéâtre de Tarragona.jpg

Historia[editar]

Fue construido a finales del siglo II d.C., en un espacio que había sido un área funeraria.
Durante el imperio de Heliogábalo, a del siglo III d.C., en el anfiteatro se llevaron a cabo diversas reformas. En conmemoración de este hecho, el podium se coronó con una gran inscripción monumental, de la que se conservan numerosos fragmentos.
El 21 de enero del año 259, en el marco de las persecuciones contra los cristianos en época del emperador Valeriano, fueron quemados vivos en la arena del anfiteatro el obispo de la ciudad, Fructuoso y sus diáconos, Augurio y Eulogio.
Durante el siglo V, y como consecuencia de la política religiosa de los primeros emperadores cristianos, el anfiteatro fue perdiendo sus funciones originarias. Un siglo después se aprovecharon las piedras de éste, sobre todo los sillares de la gradería, para construir una basílica cristiana de tres naves que conmemoró el lugar del martirio de los tres santos de la Iglesia tarraconense. Alrededor del templo se construyó un cementerio con tumbas excavadas en la arena y mausoleos funerarios adosados a la iglesia.
La invasión islámica abrió un período de abandono del conjunto hasta que, en el siglo XII, se erigió sobre los cimientos de la basílica visigótica un nuevo templo bajo la advocación de Santa María del Milagro. De estilo románico y planta de cruz latina, una sola nave y un ábside cuadrángular. La iglesia se mantuvo en pie hasta 1915.

Funcionamiento y uso del anfiteatro[editar]

En él se disputaban todo tipo de espectáculos, como la munera (lucha de gladiadores) o las venationes (luchas con animales). También cacerías, exhibiciones atléticas y suplicios de muerte (así como matanzas de cristianos).
Se construyó cerca del mar en la parte baja de la ciudad por su fácil acceso tanto para el público asistente a los espectáculos como para el desembarco en la playa de los animales usados para ellos. Está colocado en una pronunciada pendiente, aprovechando la roca para recortar parte de las gradas. En las demás partes donde no se podía aprovechar la topografía, las gradas se levantaron sobre bóvedas. Se combinó el uso de hormigón (opus caementicium) y el de grandes sillares de piedra (opus quadratum).
Se sabe que en determinadas ocasiones se desplegaba una enorme carpa (velum) que protegía a los espectadores del sol.
Debajo de la arena donde se celebraba el espectáculo, en los sótanos inferiores, se hallaban unos montacargas que, mediante un sistema de poleas y contrapesos accionados por tornos, levantaban las jaulas con las fieras, los gladiadores o diversos elementos escenográficos de los juegos. En las fosas o sótanos también había zonas de descanso y de culto.
En la zona norte de la fosa trasversal se encontró una pintura al fresco (hoy conservada en el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona) dedicada a la diosa Némesis, que decoraba una pequeña capilla destinada a la invocación de esta diosa protectora de los gladiadores.

Características técnicas[editar]

Aforo: 15.000 personas
Forma arquitectónica: elipse
Medidas: 130x102 metros en forma elíptica
Estancias: Podium era el escenario que estaba situado en un lado del anfiteatro y las fossae estancias subterráneas para fieras y gladiadores que contaban con un montacargas para elevarlos hacia la arena del anfiteatro. La cávea era la grada con tres maeniana (sectores) destinados al público separado por muros y pasillos para separar a los espectadores por clases sociales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario