lunes, 18 de noviembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA ANTIGUA - ANTIGUOS ROMANOS EN HISPANIA

Cayo Cecilio Metelo Caprario (en latín, Gaius Caecilius Metellus Caprarius), nacido aproximadamente en 160 a. C., era hijo de Quinto Cecilio Metelo Macedónico. El origen de su segundo cognomen es desconocido.

Vida[editar]

Entre 134 a. C. y 133 a. C. fue legado de Escipión Emiliano y participó en el asedio de Numancia, en la península ibérica. El maltrato que recibió de parte de Escipión, de acuerdo con el relato de Cicerón,1​ puede haberse debido a la enemistad que existía entre su padre y Escipión, más que a cualquier demérito propio.
Fue cónsul en 113 a. C. con Cneo Papirio Carbón como colega. Tuvo éxito en las campañas contra los tracios, por las cuales el Senado le concedió un triunfo en 111 a. C., al mismo tiempo que a su hermano Marco Cecilio Metelo. La campaña de Tracia le hizo merecedor del título de imperator.
Fue elegido censor en 102 a. C. junto a su primo Quinto Cecilio Metelo Numídico. Junto con su hermano Lucio Cecilio Metelo, fue partidario del regreso a Roma de Metelo el Numídico que había sido exiliado por su negativa a jurar la ley de Lucio Apuleyo Saturnino.23456
Fue el padre de:













Quinto Cecilio Metelo Macedónico (en latín, Quintus Caecilius Q. f. L. n. Metellus Macedonicus; c. 210 a. C.-115 a. C.) fue un militar y político romano de la República, hijo de Quinto Cecilio Metelo.

Campañas en Macedonia y Grecia[editar]

Participó en la tercera guerra macedónica en el año 168 a. C. en el ejército de Emilio Paulo y fue uno de los enviados a Roma para anunciar la derrota del rey Perseo.
En el año 148 a. C. fue elegido pretor. Recibió Macedonia como provincia, donde Andrisco, un supuesto hijo de Perseo, bajo el nombre de Filipo VI de Macedonia, había derrotado al pretor Publio Juvencio. Andrisco fue derrotado y capturado por Metelo y, como resultado, Macedonia se convirtió en provincia romana.
En 146 a. C. intentó una gestión diplomática ante la Liga Aquea; al fracasar, llevó a la guerra. Cerca de Escarfia, en Lócrida, derrotó a su estratego Critolao, el cual resultó muerto y fue sustituido por Dieo. Posteriormente derrotó a un ejército de Arcadia cerca de Queronea.
No pudo terminar la campaña al ser sustituido por el cónsul del año Lucio Mumio. Al volver a Italia, Metelo recibió el honor de un triunfo y el cognomen de Macedónico por su victoria. Además, Metelo construyó sendos pórticos en los templos de Júpiter Estator y de Juno, los únicos de mármol por entonces, para conmemorar sus victorias en Macedonia, además de adornarlos con estatuas ecuestres de los generales de Alejandro Magno hechas por Lisipo.

Campaña en Hispania[editar]

A pesar de la gloria que había adquirido en esta guerra, Metelo fue dos veces candidato al consulado sin éxito. No obtuvo este honor hasta el año 143 a. C. junto con Apio Claudio Pulcro, recibiendo la provincia de Hispania Citerior.
Como procónsul en 142 a. C., luchó contra los celtíberos en la tercera guerra celtíbera, en las guerras numantinas y contra Viriato, pero no consiguió conquistar Numancia, siendo sucedido por Quinto Pompeyo. En esta campaña, Valerio Máximo y Frontino mencionan su humanidad con los enemigos, la severidad en el mantenimiento de la disciplina en sus filas y la prudencia de sus actos civiles y militares, pero finalmente intentó dejar el ejército sin capacidad de combate para su sucesor, al que envidiaba y odiaba.

Censura[editar]

Dado su enorme prestigio, fue nombrado censor en 131 a. C. con Quinto Pompeyo. Por primera vez, los dos censores eran plebeyos.
Durante su censura propuso que todos los romanos estuvieran obligados a casarse con el fin de aumentar la población libre de la ciudad. El discurso que pronunció sobre el tema aún existía en la época de Augusto y fue leído por el emperador en el Senado cuando llevó adelante su lex de Maritandis Ordinibus.1​ Algunos fragmentos se conservan en el texto de Aulo Gelio,2​ quien, sin embargo, lo atribuía erróneamente a Metelo el Numídico. Durante el ejercicio de su cargo estuvo a punto de morir a manos del tribuno de la plebe Cayo Atinio Labeón, que lo cogió y quiso despeñarlo por la roca Tarpeya en desquite por haber sido expulsado del Senado. Fue rescatado gracias a la intervención de otro tribuno, aunque Atinio pudo confiscarle las propiedades, que fueron dedicadas a los dioses.
Miembro de los optimates, se opuso a las medidas de los Gracos. El discurso que pronunció en contra de Tiberio Graco es alabado por Cicerón, que habla muy bien de su elocuencia, y lo menciona en varios de sus discursos.3
Al igual que los otros nobles romanos de su tiempo, tenía un gran amor por el arte. Erigió un espléndido pórtico y dos templos, uno dedicado a Júpiter y el otro a Juno, que fueron los primeros en Roma construidos de mármol, al frente de los cuales se colocó la estatua hecha por Lisipo de la batalla del Gránico encargada por Alejandro el Grande y que Metelo había traído de Macedonia.
Metelo murió en el año 115 a. C. durante el consulado de su hijo Marco Cecilio Metelo. Dejó cuatro hijos (tres de los cuales habían obtenido el consulado en vida del padre y uno lo fue el año siguiente), dos hijas casadas y numerosos nietos. Era frecuentemente citado por los escritores antiguos como un ejemplo extraordinario de la felicidad humana.











Quinto Cecilio Metelo Nepote (en latín, Quintus Caecilius Metellus Nepos; 135 a. C.-55 a. C.) fue un militar y político de la República romana.

Vida[editar]

Era hijo de Quinto Cecilio Metelo Baleárico. Su sobrenombre, Nepote, es debido probablemente a que fue el nieto mayor de Quinto Cecilio Metelo Macedónico. Este cognomen, Nepote, fue también llevado por uno de sus hijos. Metelo Nepote se esforzó en lograr que su pariente Metelo el Numídico volviera del destierro en el año 99 a. C.
Fue elegido cónsul en 98 a. C. junto a Tito Didio. En este año los dos cónsules hicieron aprobar la ley Cecilia Didia.1
Participó en Hispania en campañas contra celtíberos y vacceos, frente a los que sufrió una fuerte derrota. Se casó con su prima Licinia, viuda de Quinto Mucio Escévola, de la que antes había sido amante.[cita requerida]
Fue padre de tres hijos:
















Quinto Cecilio Metelo Numídico (en latín, Quintus Caecilius L. f. Q. n. Metellus Numidicus) fue un político y militar romano del siglo II a. C., hijo del cónsul del año 143 a. C. Lucio Cecilio Metelo Calvo, hermano de Lucio Cecilio Metelo Dalmático, sobrino de Quinto Cecilio Metelo Macedónico, padre de Quinto Cecilio Metelo Pío y abuelo de Quinto Cecilio Metelo Escipión. Ocupó el consulado romano en 109 a. C., fue censor en 102 a. C. y el líder de la facción política de los optimates en el Senado romano. Como tal, fiel partidario de la ortodoxia republicana romana.

Biografía[editar]

En su juventud adquirió una vasta cultura, siendo discípulo del filósofo Carnéades en AtenasCicerón le cita como un brillante orador. Según Frontón, algunos de sus discursos fueron recogidos por Lucio Elio Estilón, aunque por desgracia no se conservan.
Fue tribuno de la plebe en 120 a. C., edil en 117 a. C. y pretor en 113 a. C. en Sicilia y Cerdeña. Es probable que, a su regreso de su provincia, fuese acusado de extorsión, pero su fama de incorruptible era tan alta que los jueces no creyeron las acusaciones. Algunos escritores modernos, sin embargo, suponen que esta acusación se llevó a cabo después de su regreso de Numidia.1
Metelo apoyó a su cliente Cayo Mario para que ganara las elecciones a tribuno de la plebe y entrara en el Senado. Mario, a pesar del apoyo de Metelo, llevó a cabo una política popular y opuesta a los intereses de los optimates. A partir de entonces, Metelo se convirtió en opositor político de su antiguo cliente. Unido al princeps senatusMarco Emilio Escauro, hizo todo lo que estuvo a su alcance para evitar que Mario ocupara el cargo de pretor.
No sabemos en qué circunstancias Metelo se reconcilió con Mario, ni si se trataba de un perdón sincero u obligado por las circunstancias. Sin embargo, cuando obtuvo en 109 a. C. el consulado con Marco Junio Silano como colega y el mando de la guerra contra Yugurta (que continuaría ejerciendo como procónsul hasta 107 a. C.), Metelo se llevó como legados a Cayo Mario y a Publio Rutilio Rufo.
En Numidia reorganizó las tropas romanas, imponiendo una severa disciplina en el ejército. Tomó la ciudad de Vacca y derrotó a Yugurta en Mutul. Sin embargo, la excesiva prudencia de Metelo y la habilidad del númida provocaron el estancamiento de las acciones militares. Mientras Metelo obtenía notables pero no decisivos resultados, Mario utilizó en provecho propio la impaciencia y frustración de los grupos de poder que en Roma consideraban ya demasiado larga la guerra y sospechaban de las intenciones de Metelo, que prorrogaba su imperium proconsular en África. Tras una campaña de intrigas y sistemático desprestigio de la gestión de Metelo, en 108 a. C. Mario accede al consulado frente al desprecio y las burlas de Metelo, que ambicionaba el consulado para su propio hijo y tachaba a Mario de ser un palurdo itálico que ni siquiera hablaba griego. El nuevo cónsul relevó a Metelo del mando, pero éste no quiso hacer entrega del ejército a Mario y dejó al mando a su legado Publio Rutilio.
A pesar de ello y de su mala imagen tras la campaña de Mario, el Senado decidió recompensar a Metelo con el reconocimiento de sus méritos en África, materializado en un triunfo en el año 107 a. C. y el sobrenombre de Numídico. Negó a Lucio Equicio, que pretendía ser hijo de Graco, la entrada en la lista de ciudadanos, a pesar del tumulto popular que esta negativa causó.
Saturnino decidió arruinar a Metelo y obtuvo el apoyo de Cayo Mario, que odiaba a Metelo tanto por motivos personales como políticos. Después del asesinato de Aulo Nonio, que aspiraba al tribunato de la plebe, esta dignidad para el año 100 a. C. recayó en Saturnino, el mismo año en que Glaucia era pretor y Mario cónsul por sexta vez. Cuando Saturnino obligó a los senadores a jurar una ley agraria en el plazo de cinco días, o en caso contrario avenirse a pagar una multa, Metelo prefirió exiliarse a Rodas antes que someterse a tal desatino, siendo por ello expulsado del Senado y perdiendo la ciudadanía.
Luego de pasada la amenaza germánica y del revuelo causado por Saturnino, Quinto Cecilio Metelo Pío, hijo de Metelo el Numídico, logró que su padre, en el año 99 a. C. regresase a Roma a propuesta del tribuno Quinto Calidio, recuperando la ciudadanía romana y su fortuna. Murió poco después de su retorno.2
Según Cicerón,3​ Metelo el Numídico fue envenenado por Quinto Vario, que fue tribuno de la plebe en el año 91 a. C., y era un enemigo violento de la aristocracia.









Marco Claudio Marcelo (en latín Marcus Claudius M. F. M. N. Marcellus) fue un militar de la República romana, fundador de la ciudad de Corduba, la actual Córdoba. Hijo del cónsul homónimo de 196 a. C., al cual sucedió en el cargo de pontifex a su muerte ocurrida en el año 177 a. C.1​ Fue elegido cónsul en tres ocasiones, en 166 a. C., junto con Cayo Sulpicio Galo; en 155 a. C., con Publio Cornelio Escipión Nasica Corculum y en 152 a. C., con Lucio Valerio Flaco.

Corduba, Hispania Baetica, Córdoba, Spain (25725494905).jpg

Primer y segundo consulado[editar]

En 169 a. C. fue pretor y se le dio Hispania como provincia (169-168 a. C.)2​ y habría desarrollado un buen gobierno desde el punto de vista de Roma.
Tres años más tarde obtuvo su primer consulado, en el año 166 a. C. y venció a los galos de los Alpes, victoria por la que obtuvo los honores del triunfo.3
Su segundo consulado, en el año 155 a. C., se distingue, de igual manera, por un triunfo sobre los ligures.4​ Aunque no se ha conservado ninguna documentación de estas dos hazañas.

Tercer consulado y las guerras celtíberas[editar]

En 152 a. C. fue nombrado cónsul por tercera vez, junto con Lucio Valerio Flaco, y fue enviado a Hispania para sustituir a Quinto Fulvio Nobilior, que había dado muestras de incapacidad para hacer frente a la rebelión de los celtíberos.
Marcelo tomó varias medidas militares prudentes y adecuadas y supo ganarse a los celtíberos con actos de clemencia y de visión política. Logró controlar el valle del Jalón y atraerse a los nativos con un tratado similar al logrado años antes por el procónsul Tiberio Sempronio Graco, padre de los Graco. Oscilis se le rindió y los arevacos concertaron una tregua.
Al sur los vetones y lusitanos se habían sometido y Marco Atilio había controlado su obediencia, pero cuando éste abandonó la zona se rebelaron de nuevo Marcelo acudió y consiguió que volvieran a la obediencia ocupando la ciudad de Nertobriga.
El invierno del año 152 a. C. a 151 a. C. lo pasó en Córdoba (latín Corduba, donde antes había fundado una colonia). La embajada enviada por los arevacos a Roma no pudo concertar la paz, puesto que el Senado acusó a Marcelo de indolencia y no ratificó el acuerdo, y nombró a Lucio Licinio Lúculo, el nuevo cónsul, para continuar la guerra.
Cuando Marcelo conoció la resolución del senado salió de sus cuarteles de invierno y fingió un ataque a los celtíberos, los cuales se sometieron incondicionalmente (parece que fue un pacto preestablecido) que el cónsul aceptó, firmó la paz en Numancia y se restablecieron los antiguos tratados, y así entregó la provincia a su sucesor en estado de completa paz.5
Su administración se destacó por la fundación de la colonia de Corduba, ya mencionada.6
En 148 a. C. fue enviado como embajador ante el rey Masinisa de Numidia, pero su barco naufragó y murió.7

Reconocimiento[editar]

La ciudad española de Córdoba, que él mismo fundó, tiene una calle con su nombre, que une la plaza de las Tendillas, donde estaba el antiguo foro romano, y el templo romano. Además, se creó una estatua de su persona en 2015 realizada por el escultor Marcos Augusto Dueñas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario