miércoles, 25 de diciembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

ESPAÑA PRERROMANA

El castro de la Garma es un yacimiento castreño cántabro situado en Omoño (Ribamontán al Monte), que forma parte de otro mucho mayor, del cual lo más destacable es la galería inferior de la cueva La Garma, que contiene evidencias arqueológicas fechadas entre el 25.000 y el 11.500 aC. Fue descubierto por el equipo de prospecciones del GAEM y estudiado desde 1996 bajo la dirección de Esteban Pereda Saiz.1​ Data de la Edad del Hierro I y en lo que se refiere únicamente al castro, cuenta con una superficie de 2 hectáreas.

Restos arqueológicos[editar]

Arquitectura[editar]

El yacimiento posee una superficie terraplenada variante a lo largo del tiempo de ocupación, tanto en su forma como en tamaño.1
Aún no se ha determinado el lugar que ocupaban las viviendas, si bien se ha descubierto lo que se cree que es el zócalo de una cabaña, aunque no son observables agujeros ni de una estructura de cubrición de madera ni de un hogar.3

Industria[editar]

Se han encontrado trozos de cerámica y de molinos, como es típico en la región. Además se hallaron un punzón de bronce y otras evidencias de actividades metalúrgicas en bronce y hierro; uno de los elementos de fundición encontrados está compuesto de varios metales, sobre todo del cobre y plomo, y otro, de cobre con aproximadamente un 4% de estaño.











El castro del Pico del Hacha es un poblado castreño cántabro localizado en las inmediaciones de Seña (Limpias), cerca de Laredo, e identificado como tal por el Servicio de Patrimonio (I. Castanedo Tapia) en junio de 2000.1​ El lugar está ocupado por una serie de antenas que han provocado la destrucción de gran parte del yacimiento, instaladas en 1999.
Se trata de un recinto amurallado que ronda las 2 hectáreas de superficie12​ y data de la Edad del Hierro.3​ En él se han encontrado fragmentos de molinos de mano barquiformes4​ concebidos en piedra arenisca y otras herramientas protohistóricas.








Los castros del monte Dobra, en el término municipal de San Felices de Buelna (CantabriaEspaña), constituyen una red de peculiares asentamientos defensivos de cronología cántabro-romana, estratégicamente situados sobre los pasos naturales entre el valle de Buelna y la costa cantábrica.

Los castros[editar]

La sierra del Dobra se dispone en dirección este-oeste, cortando transversalmente el curso del río Besaya. La zona alberga tres yacimientos situados en las cimas del sector occidental del Monte Tejas-Dobra:
  • Pico Toro es un pequeño castro fortificado ubicado en el pico más occidental del macizo del Dobra.
  • La Peña Mantilla se sitúa en la cara oeste de la cima. Buena parte del mismo está ocupado por afloraciones y agujas de lapiaz, además de varias dolinas.
  • Las Lleras es un castro fortificado, situado en una pequeña elevación sobre la ladera meridional del macizo del Dobra.



Pico Dobra 2.JPG









El castro Monte Cueto es un poblado cántabro situado en el monte El Cueto, dentro del término municipal de Castro-Urdiales. Conserva trozos de muralla y es datable en la Edad del Hierro, e incluso podría coincidir con la ocupación romana. Su situación se ve afectada por antenas de radiodifusión, torres elétrictricas y plantaciones modernas de eucaliptos, a pesar de estar protegido por la declaración genérica del decreto de 22 de abril de 1949 y la ley 16/1985 sobre el patrimonio histórico español.

Restos arqueológicos[editar]

El castro es un poblado protegido por tres murallas concéntricas de bloques trabados a hueso. En él se han encontrado una estatuilla religiosa indígena de Neptuno, fechada en época romana, de 12 cm., de bronce (denominada el Neptuno cántabro), dos monedas romanas de los siglos I y IV y restos cerámicos en sus proximidades del Bronce final y principios del Hierro.
Plinio el Viejo ya mencionaba en su Historia Natural, al describir la costa norte de España, una población que llamaba Portus Amanus o Portus Samanum, y que en teoría pertenecía a un grupo indígena cántabro llamado los sámanos. Dice también que sobre este puerto se estableció Flaviobriga, posteriormente Castro-Urdiales.











El castro de la Peña de Sámano se localiza en la junta vecinal de Sámano en el término municipal de Castro Urdiales (CantabriaEspaña), en un macizo calizo denominado Peña de Santullán. Su altitud oscila entre los 336 metros de la Peña de Sámano, en la zona este del recinto, y los 200 metros del Portillo Bajo de Vallegón, en el extremo sur del recinto. Constituye un punto estratégico del valle desde el que se domina todo el entorno, incluido el ámbito costero. Presenta una extensión aproximada de 10 hectáreas y está rodeado de fuertes pendientes. Los puntos más elevados del yacimiento se localizan en la zona oriental (cotas de 336 y 305 metros).
La fortificación del castro se ha llevado a cabo aprovechando las excelentes condiciones defensivas del emplazamiento, de tal modo que se ha combinado hábilmente las estructuras defensivas naturales con las artificiales. El resultado es un emplazamiento fuertemente fortificado, en el que se condiciona el paso por puntos determinados (puertas y caminos), y se dificulta o impide cualquier otro acceso mediante sólidas estructuras defensivas.
La gruesa muralla que rodea el castro tiene más de 2 metros de espesor y constituye una obra contra talud que permite situar al defensor en una posición elevada sobre el atacante. Asimismo, dada su considerable anchura, constituye un buen medio de comunicación al poder ser utilizada como camino. La muralla alcanza un mayor desarrollo en la zona norte (casi medio kilómetro de longitud), en donde se localiza un gran acceso de 30 metros de largo por casi 3 metros de ancho, denominado "Puerta de la Sangaza". La muralla ha sido reforzada en el extremo este, a la altura de la cota de 336 metros, debido a su vulnerabilidad desde un posible ataque desde la eminencia de la Peña de Santullán. Continúa su trazado hacia el sureste adquiriendo una mayor potencia, debido a la más fácil accesibilidad de esta zona. En la zona sur el relieve su acentúa y en el suroeste se refuerzan de nuevo las defensas al construirse el elemento estratégico denominado "La Puerta del Vallegón". Esta puerta, a la que se accede tras salvar los portillos Alto y Bajo, tiene unas dimensiones reducidas y permite el acceso a la parte oeste del castro.
El castro "intramuros", constituye un único recinto con dos sectores diferenciados. El sector occidental presenta unas mejores condiciones de habilitabilidad y protección. Se han excavado en esta zona posibles estructuras de habilitación asociadas a abundante material arqueológico. El sector oriental es mayor y su acceso se practica únicamente desde el sector anterior. No se han documentado en este sector estructuras de habitación ni se han hallado materiales arqueológicos.
En la parte oeste del recinto del castro existe una pequeña cavidad conocida como "La Cueva del Ziguste", en cuyo entorno se han hallado materiales metálicos atribuidos a la Segunda Edad del Hierro (puntas y regatones de lanzasfíbula, etc.).
El castro ha sido muy maltratado por las excavaciones furtivas antes de su descubrimiento oficial.










El Castro de Las Rabas es un Bien de Interés Cultural de Cantabria, con la Categoría de Yacimiento Arqueológico declarado por Decreto 37/2004, de 22 de abril. Se encuentra en Celada Marlantes, dentro del término municipal de Campoo de Enmedio.
El Castro de Las Rabas, también conocido en la bibliografía como «asentamiento cántabro de Celada Marlantes», se localiza en el paraje del mismo nombre, a kilómetro y medio al noroeste de la localidad de Celada Marlantes. El emplazamiento está circundado por lomas ligeramente más elevadas hacia el norte y el oeste: las Encinas, La Mayuela y Las Quintanas. Por el sur y el este los límites orográficos vienen marcados por el cauce del río Marlantes.
El conocimiento del yacimiento de Las Rabas parece estrechamente unido a las excavaciones en la villa romana de Julióbriga iniciados en la década de los años 1950. Los resultados de las mismas y las exploraciones de la zona en relación con el trazado de la vía romana que, siguiendo el curso del Besaya conduce a la costa, llevaron al descubrimiento en el entorno de Celada Marlantes de una necrópolis alto-medieval que aseguraba una continuidad histórica del poblamiento en la comarca. Así, la búsqueda del asentamiento prerromano condujo al hallazgo de vestigios arqueológicos que han sido datados en el siglo I a. C.
La mayor parte de las intervenciones se realizaron en la vertiente norte del castro, que proporcionó abundante material cerámico y metálico. La cerámica predominante está realizada a mano y con variados motivos decorativos tanto impresos como incisos y con motivos típicos (acanaladuras, uñadas, espigados, etc.) de las culturas del Hierro I, y aún anteriores. Junto a estas, pero en menor número, aparecen cerámicas de tradición celtibérica de pastas finas, decoradas con motivos característicos de dicha cultura. De la misma manera, el material metálico conformado por puntas de lanzacuchillos afalcatados, fíbulas de diversa tipología, hachasclavos, etc. nos informa de la superposición sobre el sustrato anterior de las influencias de los pueblos del Hierro II.
La última campaña ha sacado a la luz los restos de unos posibles fondos de cabañas circulares, en la vaguada que forman la vertiente norte del castro de Las Rabas y las estribaciones del alto de La Mayuela.

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