viernes, 27 de diciembre de 2019

HISTORIA DE ESPAÑA

PUEBLOS PRERROMANOS

La ceca de Tamusia se enmarca en el contexto del castro vetón de «Villasviejas del Tamuja»,12​ cuyos restos arqueológicos se encuentran a unos dos kilómetros al Noroeste de la localidad cacereña de Botija.
Tradicionalmente, la existencia de este taller monetario ha despertado un especial interés en lo relativo a dos cuestiones principales: el hecho de que se acuñasen monedas celtíberas en suelo extremeño, lejos de su espacio cultural; y la aparición de una tercera emisión bilingüe, posterior a las dos primeras acuñaciones, ya plenamente celtibérica.

Hallazgos monetarios[editar]

Primera serie[editar]

  • As. AE. Ø 23-24 mm. Anverso: Cabeza viril a derecha entre dos delfines. Reverso: Jinete con lanza a derecha; debajo, bajo línea, inscripción ibérica: TANUSIA [sic].4

Segunda serie[editar]

  • As. AE. Ø 21 mm. Anverso: Similar al anterior. Reverso: Similar al anterior, salvo que el texto aparece entre dos líneas.4

Emisión bilingüe (114-113 a. n. e.)[editar]

  • As. AE. Ø 28-30 mm. Anverso: Cabeza viril a derecha; delante, signos ibéricos: TAM; detrás, delfín. Reverso: Embarcación con remos a derecha; encima, leyenda latina: TAMVSIENSI, con las letras AM o AMV anexadas según los cuños.56
Tabla de piezas localizadas
PublicaciónAñoProcedenciaConservación
Flórez1773Col. MostiMAN
Lorichs1852Col. ÁlvarezIVDJ
Delgado1873Col. Gago
Berlanga1892-1902Col. CerveraANS
Años 40Col. NewellANS
Gómez Moreno1942Lote de Guadix
Hernández1985Necrópolis de «El Mercadillo» (Botija, Cáceres)Museo de Cáceres
Sánchez Abal, García Jiménez1988Lote de Botija 1
CNH1994
Blázquez1995Lote de Botija 2
Ruiz Trapero2000Col. BucklerIVDJ

Cronología[editar]

Se han datado estas emisiones a principios del siglo I a. n. e.7​ o, al menos, durante la primera mitad de la centuria.









Laiesken fue una ceca que perteneció a los layetanos, pueblo ibérico situado al noreste de la actual Cataluña. Es imposible precisar con exactitud su emplazamiento concreto, dado que no hay evidencias arqueológicas que permitan relacionar la ceca de Laiesken con ningún yacimiento conocido . Tan sólo puede decirse que son monedas acuñadas en un lugar indeterminado entre Barcelona y Manresa, al norte del río Llobregat, territorio que sería dominado por los layetanos.1
Durante mucho tiempo, debido a la obra Inscripciones romanas inéditas de Barcelona, realizada en 1876 por el padre Fidel Fita Colomé, se creyó que la ceca pertenecía a la ciudad de Laie. Esta afirmación se hizo sobre la base de dos inscripciones: Anniae Laietanae (hallada en una lápida descubierta en Barcelona) y Praefecto Orae maritimae Laietanae.2​ Salvador Sanpere i Miquel, corroboró esta tesis y aceptó la existencia de la ciudad, identificándola con Barcino, de tal modo que Laie sería la ciudad primitiva y Barcino la factoría comercial fundada a posteriori.
Sin embargo, hoy en día estas tesis están superadas, ya que no hay nada que evidencie la existencia de Laie. Las inscripciones que permitieron al padre Fita identificar dicha ciudad, tal y como afirma Leandre Villaronga,3​ no se refieren a una localidad sino a una región, la de los layetanos. De manera que la leyenda que aparece en las monedas (Laiesken), no haría referencia a una ciudad, sino que este genitivo plural designaría a los habitantes de una zona determinada, la cual se correspondería con la Layetania de las fuentes escritas.
En lo referente a la cronología, decir que la ceca acuño moneda durante el siglo II a. C. No tenemos noticias acerca de las causas que precipitaron el cese de su actividad, quizá como argumenta Fernando Gimeno Rúa,4​ ésta se produjo por motivos naturales, tales como la pérdida de importancia de la región, puesto que no hay constancia de acciones violentas que precipitaran el fin de la producción.
Respecto a la morfología de las piezas elaboradas en esta ceca, debe afirmarse la presencia de unos tipos constantes que aparecen a lo largo de toda la producción monetaria. En el anverso nos encontramos siempre con una cabeza masculina vuelta a la derecha, es un rostro imberbe, con la cabeza laureada y en ocasiones con lemniscos colgando. Quizá el motivo de tales variaciones se deba a la imaginación del grabador. Leandre Villaronga aporta la posibilidad de que fuera la representación de alguna divinidad muy querida por los cartagineses, como lo pudiera ser Melkart, el Hércules cartaginés.5​ A este anverso con una divinidad guerrera, le acompaña un reverso presidido por un caballo victorioso. En el reverso podemos distinguir tres modelos diferentes; el primero sería la representación de un jinete galopando a la derecha llevando una palma, el segundo un caballo galopando hacia la derecha, situándose encima de él una láurea, y el tercero se trataría de medio caballo. Las leyendas ibéricas que poseen las monedas, son bastante uniformes y no presentan alteraciones fundamentales, tan sólo cabe destacar la alteración de alguna grafía.
La información que pueden ofrecernos las monedas de esta ceca de ubicación incierta, acerca de la actividad económica y comercial de la zona es muy limitada. Su modesta difusión (todas las monedas han sido halladas en la zona al norte del río Llobregat, en Balsareny, Cànoves y Azaila) conduce a pensar que el núcleo poblacional perteneciente a los layetanos que las emitió, no fue un gran centro comercial, quizá se trataría de un emplazamiento interior poco conocido mercantil y geográficamente.6​ La ausencia de fuentes escritas que nos hablen de él, parece corroborar esta idea.









Las acuñaciones conocidas como moneta castrensis o de caetra, forman parte de las emisiones o acuñaciones de la ceca del noroeste de la Península Ibérica.1​ Estas acuñaciones carecen de topónimo, por lo que desconocemos su procedencia exacta. Ni indica si fue acuñada por orden de un magistrado romano, por lo que es muy probable, que su acuñación sea de época imperial.

Caetra en el reverso de un dupondio de la ceca del Noroeste

Cronología[editar]

Denario de Augusto acuñado por Publio Carisio en Augusta Emerita, que sirvió de modelo al anverso de las monedas de la caetra acuñadas en la ceca móvil del Noroeste de Hispania durante las guerras contra cántabros y astures de 27 a. C.- 19 a. C.
Para Villaronga2​ la leyenda IMP AVG DIVI F sugiere que las acuñaciones sean posteriores al año 27 a. C., por la proximidad tipológica con las acuñaciones de Emerita, del legado Publio Carisio y la ausencia de la tribunicia potestas nos ayudan a datarlos en una fecha posterior al año 23 a. C. Mientras Volk3​ sugiere en su trabajo que la época de emisión sea en torno a los años 18-17 a. C. y que fueran realizadas por artesanos de Patricia afincados en Lucus o que se acuñaran en Patricia directamente. Lo que sí es seguro es que son acuñaciones de carácter militar, de cronología incierta.

Localización[editar]

Todavía está por determinar la localización de la ceca, pues la mayoría de hallazgos se han producido en la zona del NO, lo que sugiere que la ceca sea de allí como sugiere Sagredo,4​ lo cual también se relaciona con las tropas romanas que lucharon en las guerras cántabras5​ contra astures y cántabros.

Tipología[editar]

Estas acuñaciones del NO se dividen en dos series, de dos posibles talleres:
La primera serie de monedas corresponde a sestercios, dupondios y ases de cobre con gran porcentaje de plomo. Posiblemente acuñados por un taller principal, el cual algunos autores, como Sagredo,4​ sitúan en Lucus (LugoEspaña), por la aparición de los flanes para fabricar moneda, caracterizadas por un buen grabado, uniformidad tipológica de los anversos y cospeles de sección troncocónica.
La segunda serie es de ases de grabado más tosco, lo que sugiere que fueron acuñadas en otro taller auxiliar por artesanos diferentes, en un lugar y momento diferentes, teoría defendida por Giard,6​ aunque otros autores, como García-Bellido,7​ defienden que fueron copias oficiales. Además la homogeneidad de estas acuñaciones sugiere que su acuñación se produjo en un corto período de tiempo y por un mismo equipo de artesanos.

Utilización[editar]

Estas moneta castrensis fueron poco contramarcadas, aunque tuvieron un uso militar, por lo que se puede sugerir que fueron percibidas como numerario del Estado.







Colonia Patricia es la denominación que recibió la ciudad de Corduba (CórdobaEspaña) tras las reformas administrativas que se emprendieron en el periodo de Augusto, y a la que se le confirió el estatuto de colonia.
La ciudad, tras recibir esta nueva denominación y tras convertirse en la capital de la Bética, comenzó una nueva tipología en sus acuñaciones que poco tienen que ver con las monedas emitidas en su periodo anterior, difiriendo en sus metrologías, en su número de valores, en su tipología, e incluso en sus leyendas. Es por este motivo, por el cual las monedas acuñadas en la ceca de colonia Patricia son consideradas un tipo aparte de todas aquellas monedas acuñadas en la antigua Corduba.

Cronología[editar]

Existen controversias acerca del inicio de las acuñaciones en Patricia. Según autores como Knapp y Grant las acuñaciones comenzarían alrededor de los años 15-14 a.C, mientras que la cronología propuesta por Chaves (1977: 102, 119-121)1​ sería en torno al 12 a.C, momento en el cual Octavio Augusto recibe la dignidad del pontificado máximo, haciendo acuñar monedas con símbolos sacerdotales con motivos conmemorativos al suceso. Las emisiones monetales en Patricia continuaron hasta el reinado de Tiberio, quien decidió no renovar el permiso de acuñación para la ciudad.

Tipologias[editar]

As acuñado en Colonia Patricia.
Únicamente se acuñó moneda de bronce, cuyos valores fueron el sestercio, dupondio, as, semis y cuadrante, los cuales muestran un único tipo de anverso, el de la efigie del emperador mirando hacia la izquierda, cuyo diseño se presenta bastante idealizado por el grabador.
Su única leyenda es la de “PERMISV CAESARIS AVGVSTI” en la que consta la autorización imperial, Ripollès (2010: 110)2​ la cual se presenta de manera externa y en muchos casos abreviada según cuál sea el tamaño de la moneda.
Los reversos muestran variedad en sus tipos según el valor de la moneda.
  • El sestercio (Ø 40/41 mm, ~ 37,50 g) presenta una corona laureada (laurea), símbolo de la victoria de Octavio Augusto, y en cuyo interior se encuentra la leyenda “Colonia Patricia”.
  • El dupondio (Ø 32/33 mm, ~ 19,40 g) muestra insignias legionarias (águila mirando a la izquierda entre dos estandartes) y su leyenda interna es “Colonia Patricia”.
  • El as (Ø 24/25 mm, ~ 10 g) presenta un reverso con corona laureada y en su interior la leyenda “Colonia Patricia”.
  • El semis (Ø 20/21 mm, ~ 5,10 g) contiene un reverso con representaciones de instrumentos sacerdotales, apex y simpulum.
Leyenda interna “Colonia Patricia”.
Leyenda interna abreviada “Colo Patr”

Sistema metrológico[editar]

El sistema metrológico de Colonia Patricia no siguió el sistema semiuncial establecido en la lex Papiria, pero tampoco se adapta exactamente a la reforma Augustea. Se toma como patrón teórico de peso el as de 10 gramos, adaptándose según este peso el resto de valores. La excepción radica en que los dupondios y sestercios que en teoría debían de fabricarse en oricalco, se fabrican también en bronce, dando como resultado unas monedas con un peso mucho mayor a las que seguían el sistema augusteo.








Turirecina fue una ciudad romana que acuñó monedas con caracteres libio-fenicios. Su nombre latino debió de ser Turi Regina y tradicionalmente se incluyó en el conventus Gaditanus, relacionada con Regina y Asta Regia, en la provincia de Cádiz.

Fuentes numismáticas[editar]

No obstante, los numerosos hallazgos de monedas con este topónimo en la zona de Casas de Reina (Badajoz) hacen pensar que se trataría de la Regina Turdulorum romana, adscrita en el Itinerario de Antonino (415.1, 405.6) al denominado conventus Cordubensis, en la Beturia túrdula.2​ Es conocida sobre todo por sus emisiones monetales, acuñándose tres series en bronce durante la segunda mitad del siglo II a. n. e., compuestas de duplos y ases.
De la iconografía reflejada en las monedas, se puede deducir el carácter guerrero de esta población que alcanzaría con la dominación romana un cierto desarrollo agrícola. Así, suele aparecer representada en el anverso una cabeza femenina con casco (identificada con Tanit guerrera), rodeada por una guirnalda de hiedra; mientras que en el reverso figuran en la parte superior una falcata, debajo la leyenda TURIRECINA y bajo esta la misma con caracteres libio-fenicios y una rodela. En la última de estas emisiones, se aprecia ya el carácter claramente agrícola de la zona: aunque el anverso es muy similar, en el reverso aparecen racimos de uvas, espigas y la leyenda definitiva TURI.REGINA.3456

Fuentes arqueológicas[editar]

Castillo de Reina.
Los restos arqueológicos más antiguos localizados en Casas de Reina datan de época prehistórica, si bien la mayoría de los que se conocen hasta ahora proceden del periodo romano. La ciudad republicana debió de estar situada en el área del castillo de Reina. Posteriormente, en el siglo I a. n. e., todos los poblados de la zona se unifican en un solo asentamiento (Regina Turdulorum). Ya de época imperial se conservan restos del foro y teatro romanos,7​ sabiéndose por las excavaciones realizadas desde 1978 que algunos de sus habitantes procedían de Italia e incluso Oriente.

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