Mainake (en griego antiguo, Μαινάκη, Mainákē) es un topónimo citado por algunos textos clásicos como asentamiento griego ubicado en la costa de las actuales provincias andaluzas de Málaga o Granada (España). Su emplazamiento exacto es aún desconocido, dada la escasez de información.
La que parece ser la noticia más antigua sobre Mainake, posiblemente extraída de un periplo griego arcaico, se encuentra en la Ora Maritima (vv. 426-431) de Rufo Festo Avieno, donde se afirma que la ciudad de Málaka se denominaba anteriormente Mainake, pero sin aludir a ningún componente étnico de la misma. Otros textos clásicos como el llamado Pseudoescimno de Chios (vv. 147-149) señalan que Mainake era una colonia de Massalía (Marsella) situada cerca de las Columnas de Hércules y que constituía la ciudad griega más occidental. Por su parte Estrabón (III, 4,2) recoge también esta noticia, pero atribuye la fundación de Mainake a gentes procedentes de Focea (Jonia, Asia Menor). Estrabón señala también que, en su tiempo, algunos pensaban que Mainake era Málaka (Málaga), opinión que no es compartida por este autor, quien señala que Mainake se encontraba entre las localidades de Málaka y Sexi (Almuñécar), al tiempo que las ruinas de la misma dejaban ver que se trataba de una ciudad griega, mientras que Málaka tenía "planta fenicia".
Algunos historiadores actuales opinan que Mainake no es sino la transcripción al griego del topónimo Málaka (Málaga), por lo que ambas denominaciones corresponderían a la misma ciudad. Otros investigadores han planteado que Mainake pudo ubicarse en el Cerro del Villar (Málaga) o en Toscanos (Vélez Málaga). Otra posibilidad que se ha barajado es un emplazamiento en el entorno de Almuñécar.
Por el momento, las investigaciones arqueológicas no han podido confirmar la presencia de una colonia griega en el litoral de Málaga y Granada, que parece dominado totalmente por fundaciones fenicias. Lo que sí ha quedado en evidencia es la importancia que tuvo el comercio griego en toda esta costa, especialmente a lo largo del siglo VII a. C. y en la primera mitad del siglo VI a. C., en un claro paralelismo como lo que ocurre en Huelva. Esta actividad mercantil griega en el extremo Occidente estuvo en manos de agentes jonios, principalmente de Samos y Focea, y debió operar en cooperación con los fenicios que dominaban el litoral meridional de la península ibérica.
La Ciudadela de Rosas es el recinto amurallado que antiguamente protegía la ciudad de Rosas (provincia de Gerona, Cataluña, España), fundada como una colonia griega con el nombre de Rode en el golfo de Rosas (el extremo nororiental de la costa española). A pesar de la similitud fonética, no está demostrada la identificación de ese nombre con el de la isla griega de Rodas, ni la condición de rodios de los griegos que fundaron esta colonia. Tampoco la época de su fundación, que las fuentes literarias sitúan en el siglo VIII a. C., mientras que las fuentes arqueológicas vinculan con la cercana Emporion (Ampurias) no antes del siglo V a. C. También el culto a Artemisa asocia a ambas colonias. No obstante, las dracmas acuñadas en Rode en torno al 400 a. C. (con la grafía ΡΟΔΗΤΩΝ)2 difieren de los de Emporion o Massalia (Marsella) y se asemejan a la tipología monetaria rodia.3
Actualmente, lo que se puede apreciar desde el exterior es la reforma ordenada por el rey Carlos I en el año 1543, cuando visitó la ciudad, a fin protegerla de ataques piratas y de los franceses. Es Bien de Interés Cultural desde 1961.

Historia[editar]
Época griega[editar]
Cuando transcurría el año de 333 a. C. llegaron al Golfo de Rosas ocho naves de transporte cargadas de familias provenientes de la ciudad griega de Masalia (Marsella), que emigraron debido al exceso de población para buscar un lugar adecuado para instalarse.
Parece ser que, en primer lugar, se instalaron en San Pedro de Roda, donde construyeron su castillo. Esto comporta una estrategia astuta ya que era un sitio estratégico.
Luego, bajaron a la plana, donde edificaron la colonia. Según nos transmiten las evidencias históricas, esta colonia llegó a tener una gran importancia mercantil. Prueba de ello es la acuñación de monedas que aquí se llevaba a cabo. Estas monedas llevaban por una cara una rosa, y por la inversa la cabeza de la ninfa Arethusa con la leyenda "rodeton".
El repentino cese de la acuñación y del trabajo en los talleres de cerámica son evidencia de un abandono del barrio helenístico.
Los griegos llevaron a la zona diversas tecnologías, como tejer cestas, hacer sogas y construir molinos de piedra para moler cereales. También llevaron su religión y sus costumbres, así como la moneda.
Época romana[editar]
En el año 216 a. C. llegaron por mar cerca de setenta barcos con 1800 caballos y 36.000 infantes. Iban bajo el mando de Cneo Cornelio Escipión Calvo. Desembarcaron en la zona en son de paz, ya que reconocieron las leyes, los derechos y las libertades de los indígenas.
Pero con el tiempo dejaron de estar en paz. Cuando en el año 195 a. C. desembarcaron en el Ampurdán 25 galeras al mando de Marco Porcio Catón (Catón el Viejo) para derrotar a los cartagineses, los nativos de la zona se unieron a las fuerzas enemigas en la llamada batalla de Rhode. La plaza cayó en julio después de tres meses de asedio. Catón saqueó la ciudad y luego combatió contra cartagineses e indígenas, quienes perdieron ante el ejército romano, compuesto aparentemente por 17.500 combatientes que causaron, según nos transmite la historia, unas 40.000 bajas enemigas.
Después de esta guerra vino una época de prosperidad en la ciudad de Rosas. El comercio floreció considerablemente convirtiéndose en una de las cinco poblaciones mayores del distrito ampurdanés.
Existía una magnífica plaza con una estatua de un caballero rosense. En esta plaza se situaba el templo de la diosa Minerva. Según un plano de Claudio Ptolomeo en las montañas se encontraba el templo de Venus. Rosas obtuvo el título de municipio durante la segunda mitad del siglo I d. C. Lo cual constituye una señal de su esplendor en aquella época.
En la zona se desarrolló la industria de la cerámica. También había villas agrícolas en el campo, que eran autosuficientes y que producían vino, aceite y cereales, y tenían vacas, cerdos y rebaños de ovejas. Además se desarrolló en la ciudad la salazón de pescado.
Edad Media[editar]
A principios de la edad media, pasó de unas manos a otras. Fue ocupada primero por los visigodos, que fundaron el Castrum o Ciutadella visigoda. Luego, por un corto periodo de tiempo, por los árabes. Posteriormente perteneció al Reino de Aragón, momento en el que se fundó el Monasterio de Santa María de Rosas.
Ciudadela del siglo XVI[editar]
La villa tomó importancia como centro comercial, dadas las favorables condiciones que tiene la bahía, convirtiéndose también en un objetivo militar a defender de piratas sarracenos y franceses, lo que dio lugar a la construcción de la ciudadela de Rosas, fortificación del siglo XVI mandada realizar por el rey Carlos I, el año 1552, siendo sitiada, modificada, reformada y arreglada en sucesivas ocasiones (1645–1659, 1794–1795), hasta la invasión napoleónica (Guerra de la Independencia, 1808–1814), a cuya finalización el ejército francés dejó la ciudadela inutilizable para fines militares.
La importancia económica y estratégica que había conseguido explica que el pueblo fuera fortificado, en 1402, para protegerse de los ataques piratas por el mar y de invasiones francesas por tierra, constantes siempre en su historia. La primera de estas invasiones fue la creada contra la Corona de Aragón en 1285. El ejército francés ocupó la población y empezó a invadir el Ampurdán hasta llegar más tarde a Gerona. Los invasores fueron derrotados más tarde por Roger de Lauria. Este ocupó Rosas después de haber sido incendiada por los franceses.
En relación al término «ciudadela», utilizado habitualmente para referirse a esta fortaleza, que ha desplazado al más popular de «murallas», cabe decir que es de origen relativamente reciente, como ha demostrado el historiador Pablo de la Fuente. En concreto, el término provendría de una total incomprensión de la historia urbana de la villa por parte de los ingenieros franceses del siglo XVII y XVIII, quienes al observar una fortaleza al lado de una población le aplicaron este término. No se debe olvidar que cuando se construyó la plaza fuerte -este seria el nombre correcto- de Rosas, el área urbana de la misma se encontraba incluida en su interior y no fue hasta su total destrucción, durante la Guerra dels Segadors, cuando se produjo el nacimiento del actual casco urbano.
Actualidad[editar]
Después de estar durante muchos años cerrado, prácticamente abandonado y a merced de los saqueadores, el recinto amurallado y los restos arqueológicos que contiene fueron abiertos al público en 1991, convirtiéndose desde 2004 en el Museo de la Ciudadela de Rosas, impulsado por la Generalidad de Cataluña, la Diputación de Gerona y el Ayuntamiento de Rosas. Este último gestiona el conjunto en el marco de un importante programa de recuperación del patrimonio arqueológico del municipio a través de la "Fundación Rosas Historia y Naturaleza", creada en 2002. El museo está dividido en tres ámbitos diferenciados: recinto, sala museo, sala de exposiciones y vestíbulo central, donde se han incluido los espacios destinados a servicios, cafetería, tienda, recepción y atención al visitante. En el museo se pueden ver gran variedad de objetos de la vida de la ciudadela en la antigüedad y la edad media. Además del museo, es posible visitar las ruinas de las edificaciones realizadas en ella durante las diferentes épocas de su historia. Si se va a la villa es realmente obligatoria la visita a este gran yacimiento de historia.
El conjunto de la "ciudadela" se encuentra afectado por las disposiciones españolas de protección del patrimonio histórico de 1949 y 1961, y catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional a efectos de la ley del Patrimonio Cultural catalán de 1993. El yacimiento de Rhode, en especial, y más adelante también la villa medieval, han sido objeto de repetidas campañas arqueológicas. A pesar de aquellos primeros reconocimientos, ni la dictadura franquista ni, inicialmente, el nuevo régimen democrático se interesaron por un programa serio de recuperación. Hasta 1982 el ayuntamiento de Rosas no pudo adquirir los últimos terrenos de propiedad privada, en un proceso que se había iniciado, por cesión del estado Español, en 1923. El conjunto monumental ha sido objeto de una verdadera reconstrucción, que ha destruido parte de sus restos, especialmente la zona del baluarte de Santiago y la muralla de levante, realizada con escaso criterio histórico y arquitectónico (Fuente, 2002, 2-3).
Rosas1345 (en catalán y oficialmente Roses), es un municipio español de la comarca del Alto Ampurdán en la provincia de Gerona, Cataluña.
En poco más de medio siglo ha experimentado un rápido crecimiento debido al turismo, pasando de 2.703 habitantes (1950) a 12.991 habitantes en 2000 y a 19.896 en 2012.
Está situada en la costa norte del golfo de Rosas, al sur del cabo de Creus. Es un gran centro turístico, con urbanizaciones, hoteles y playas6 y dos puertos (pesquero y deportivo), y un lugar atractivo y de gran relieve dentro del sector septentrional de la Costa Brava. La costa del municipio de Rosas incluye una larga playa de arena y más hacia el este un gran número de calas, entre las cuales destacan Canyelles Petites, L'Almadrava, Cabo Norfeu, Punta Falconera y Montjoi.
Aunque el turismo es la fuente principal de la economía, el sector primario también tiene presencia, con la agricultura (cultivo de olivo y viña), y también, aunque más reducida, la pesca, ya que Rosas tiene el puerto pesquero más destacado de la costa del norte de Cataluña.
Época griega[editar]
En el año 333 a. C. se asientan en San Pedro de Roda una serie de familias procedentes de la ciudad griega de Masalia (Marsella). Posteriormente el asentamiento se mueve a la parte llana del territorio y recibe el nombre de Rodas, cuyos restos se encuentran en el patio de armas de la actual ciudadela. La colonia llegó a tener una gran importancia mercantil. Prueba de ello es la acuñación de monedas que aquí se llevaba a cabo. Estas monedas llevaban por una cara una rosa, y por la inversa la cabeza de la ninfa Arethusa con la leyenda "rodeton".
Salou es un municipio y localidad española de la provincia de Tarragona, en la comunidad autónoma de Cataluña. Su población es de 26 775 habitantes (INE, 2018).
Fundada por los griegos en el siglo vi a. C., la ciudad constituyó un destacado puerto comercial durante la Edad Media y la Edad Moderna. A lo largo del siglo xx, Salou, ubicada en la llamada Costa Dorada, se convirtió en un importante centro turístico, condición que mantiene en la actualidad. En las cercanías de la localidad se encuentra el complejo de ocio PortAventura World.
Según la hipótesis actualmente aceptada, Salaurio (ciudad saneada) fue fundada con en el siglo vi a. C. por griegos de la región de Fócida. La primera fuente escrita que menciona la ciudad es la Ora maritima, del escritor romano Avieno (siglo iv). Este libro, basado en un texto griego de entre 530 y 500 a. C, realiza una descripción geográfica del litoral mediterráneo de Hispania, desde Gibraltar a Marsella.
Durante la dominación romana, la ciudad pasa a denominarse Salauris, y constituye uno de los puertos más importantes de la Hispania Citerior. A partir de aquí, y con la invasión musulmana, se produce un progresivo despoblamiento y abandono del territorio. La ciudad vuelve a florecer con el impulso de la Reconquista, otorgándose en 1211 la jurisdicción del territorio al arzobispo de Tarragona.
Dadas las excepcionales condiciones del puerto natural de Salou, protegido por el cabo de Salou, el lugar se convierte rápidamente en uno de los puertos más importantes de la Corona de Aragón, importancia que prevalecerá hasta el siglo xix. Así, a petición de los mercaderes de Barcelona, Tarragona y Tortosa ante los ataques de los piratas sarracenos mallorquines a las flotas comerciales catalanas, el seis de septiembre de 1229 el rey Jaime I de Aragón concentra en Salou, Tarragona y Cambrils a una escuadra aragonesa que partiría a reconquistar Mallorca a Abú Yahya, el gobernador almohade de la isla. Debido a los saqueos piratas que atemorizaban a la población, en 1530, Pere de Cardona, arzobispo de Tarragona, ordena construir la Torre Vieja de Salou, para defensa de la ciudad.
En el transcurso de la sublevación de Cataluña o revolta dels segadors, en el año 1649, el general felipista Juan de Garay Otañez obligó a los reusenses a destruir las fortificaciones de Salou con la finalidad de evitar que fueran utilizadas por los "somaténs" catalanes (milicia armada que se reunía en los pueblos con el toque de las campanas) o sus aliados franceses.
En 1673, el arzobispado otorga los derechos de la ciudad al municipio de Vilaseca, iniciando un proceso por el cual esta villa irá adquiriendo la posesión de Salou y su puerto, situación que se ha prolongado hasta hace pocos años. La importancia comercial del puerto de Salou continúa durante el siglo xviii y principios del xix. El año 1766 se bendice la iglesia de Santa María del Mar. En 1820 se edifica la Capitanía y la Nueva Aduana (actualmente derruida) en la calle Barcelona. En 1858 se inaugura el faro, situado en el cabo de Salou.
A principios del siglo xix, el puerto de Salou entra en decadencia y a mediados de siglo se prohíbe su funcionamiento. La ciudad comienza entonces un proceso de conversión de puerto comercial a centro turístico. Así, el año 1863 se autorizan las casetas de baño en la playa de Poniente y en 1865 se pone en funcionamiento la estación del ferrocarril. En 1867 se inaugura el conocido "Carrilet", el tranvía Reus-Salou (hoy en desuso), que lleva a los primeros veraneantes a la villa.
Durante la década de 1920 se empiezan a edificar los chaléts modernistas del paseo de Jaime I, como los chalets "Bonet", "Loperena", "Marisol/Solimar", "Llevat", "Enriqueta", "Miarnau" y "Banús" diseñados por el arquitecto y colaborador de Gaudí, Doménec Sugrañes i Gras. A partir de los años 1960, Salou experimenta un espectacular crecimiento urbanístico provocado por el turismo. En 1965 es erigido el monumento a Jaime I, obra del escultor catalán Lluis M. Saumells Panadés, que puede ser considerado todo un símbolo del Salou contemporáneo. En los años 1970, un amplio movimiento popular y organizado promoverá el proceso de segregación de Salou respecto de Vilaseca, que culminará el 30 de octubre de 1989 con una sentencia del Tribunal Supremo que concede la independencia administrativa de Salou. En 1995, como colofón al desarrollo urbanístico de Salou, se edifica el parque temático Port Aventura en las cercanías de la localidad.
El paseo marítimo de la localidad iba a ser, en un principio, víctima de los atentados de Cataluña de 2017, aunque, debido a la gran cantidad de patrullas de Mossos de Escuadra, por la zona, desviaron el foco del atentado al paseo marítimo del pueblo vecino de Cambrils.
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