CONJUNTOS MONUMENTALES
PAISAJE CULTURAL DE ARANJUEZ SEGUNDA PARTE
Obras hidráulicas y sistemas de irrigación
[editar]Caz de la Azuda
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Trazado en la orilla derecha del Tajo a lo largo de casi ocho kilómetros, fue mandado construir por Felipe II en una fecha desconocida, aunque las distintas teorías datan su construcción entre 1535 y 1572. Arranca 350 metros aguas arriba de la presa del Embocador y después de regar los cultivos y huertas del Cortijo, del Rebollo, de las Tejeras y de Picotajo —donde el agua se deriva a través de caceras—, desagua en el río Jarama.31 A la altura del Cortijo recibe las aguas de los canales de la Cola Alta y la Cola Baja, cuyo inicio se encuentra en el canal del Tajo.
Presa de Palacio, Cascada y la Ría
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La presa se construyó con una triple función: permitir la navegabilidad del Tajo, filtrar la entrada de agua a la Ría y formar un salto de agua que permitiera la instalación de molinos.32 Existen noticias de estos desde el siglo XVI, por lo que la presa y la Ría datarían de ese momento o incluso de finales del siglo XV, si bien la estructura existente fue definida por De Witte y Bonavía en 1751.
La Ría tiene su antecedente en el canal de unos molinos existente desde el siglo XIV, y gracias a ella el brazo de tierra debido al meandro del Tajo se convierte en isla.33 En el tramo que discurre junto al palacio, Carlos III ordenó construir una cascada ornamental, la cascada de las Castañuelas, cuyo proyecto fue realizado por Caro Idrogo y su construcción finalizó en 1753; se trata de un conjunto de plataformas semicirculares, a distinto nivel, con dos series de piedras que producen el encrespamiento del agua.33
Molino
[editar]Tras la concesión otorgada por Fernando VII a una empresa privada, aguas abajo de la presa de Palacio —en el mismo sitio donde previamente se emplazaba un molino— se levantó una fábrica de harinas (El Puente) con seis piedras de moler y maquinaria de diseño inglés. Se inauguró en 1830 y su entorno estaba ajardinado. Posteriormente sufrió distintas modificaciones hasta que finalmente fue derribada en 2001.3234
Puente de la Reina
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Se encuentra al final de la calle de la Reina, tres kilómetros al este del conjunto palaciego. En el mismo lugar existieron anteriormente otros puentes de madera, al menos desde el siglo XVI, cuando Luis de Vega trazó la calle hacia 1551. En 1774, Carlos III ordenó que se hiciese de cantería para asegurar el paso del Tajo en los periodos de crecidas del río, ya que en ocasiones el puente Verde también quedaba inutilizado, cortando la comunicación de la Corte con el sur peninsular. El proyecto fue ejecutado por Manuel Serrano, pero en 1776, con los machotes y contrafuertes ya finalizados con piedra de Colmenar, se suspendió la obra y se instaló un suelo provisional de madera. Finalmente, y tras los destrozos y reparaciones sufridas tras la guerra de la Independencia, en 1847 se completaron los arcos, antepechos y estribos con ladrillo. Está formado por seis ojos, con arcos carpaneles de 8,5 metros de luz, tajamares triangulares y tablero de 6,2 metros de anchura.35
Puente de la Isleta
[editar]El principal acceso de la Corte al Real Sitio, establecido cuando este se constituyó en el siglo XVI, se producía a través de un puente sobre el Tajo, en el extremo oeste del jardín de la Isla, y tras cruzar este y la ría seguía por la calle de Madrid hasta el Palacio. Sin embargo a finales del siglo XVII estaba muy deteriorado por lo que en 1728 se construyó, aguas abajo, el puente Verde, que permitía cruzar el río sin pisar la Isla. Con el fin de recuperar el antiguo camino, Santiago Bonavía propuso en 1748 un proyecto con dos puentes de madera apoyados en la Isleta y portadas de cantería en sus extremos.36 Este proyecto fue abandonado pero en 1750 se levantó una portada en el acceso desde la calle de Madrid; realizada en ladrillo y piedra de Colmenar, se compone de dos exedras enfrentadas, con pilastras toscanas y decoradas con jarrones de mármol, y se cierra con una puerta de rejería realizada por Francisco Barranco.37 Así mismo, al año siguiente se levantó el puente sobre la ría, aún en pie, construido en ladrillo y con un solo arco de piedra de Colmenar.37
Trazado urbano
[editar]Hasta el siglo XVIII estuvo prohibido residir en el Real Sitio, a excepción de la Corte y sus sirvientes; además del Palacio y la Casa de Caballeros y Oficios, solo había dos espacios ordenados —el Raso de la Estrella y la plaza de Parejas— y unas pocas casas en lo que sería la plaza de San Antonio. Sin embargo, a mediados de ese siglo, Fernando VI emprendió la iniciativa de crear una nueva ciudad, cuyo diseño y ejecución estuvo en manos de Santiago Bonavía.38 Este, por un lado, trazó un tridente desde el palacio (oeste-este), compuesto por las calles Reina, Príncipe e Infantas, a partir de la existencia previa de la primera. Perpendicular a ese eje, ubicó la plaza de San Antonio, en línea con el puente de Barcas y el camino de Andalucía (norte-sur). Al oeste de esa plaza, Bonavía destinó el terreno a huertos y jardines, mientras que en su parte oriental fue donde trazó la nueva ciudad. Esta se componía de una retícula de manzanas centrada alrededor de otra plaza, la de Abastos.39
La consolidación del núcleo urbano se debió a Carlos III, quien impulsó la finalización de las obras iniciadas por su predecesor y bajo cuyo reinado la ciudad creció al sur del trazado de Bonavía.40 La dirección de los trabajos estuvo en manos de Jaime Marquet, quien sucedió a Bonavía en 1760, y de Manuel Serrano, que reemplazó a Marquet en 1774. Bajo Carlos IV, que dedicó especial atención a los jardines, fue Juan de Villanueva el encargado de ejecutar nuevas obras en un momento de gran auge constructivo. En 1801 comenzó la numeración de los bloques y la colocación de los nombres de las calles. Su imagen cambió poco bajo Fernando VII. El conjunto se caracterizó por su regularidad y uniformidad; la altura variaba entre uno y tres pisos, con palacios de gran tamaño, casas unifamiliares y bloques de dos pisos dispuestos en torno a patios.41 A lo largo del siglo XX, la falta de mantenimiento y la construcción de edificios que no respetaron las normas preexistentes llevaron a un cierto deterioro del paisaje urbano; esto se suplió a finales de siglo con la aprobación de planes especiales que regulan las nuevas construcciones.42
Plaza de San Antonio
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El espacio que ocupa, antes de su realización, era una extensión sin allanar y bastante accidentada, en la que se alzaban antiguas construcciones, casas y establecimientos comerciales que daban servicio a la comitiva que acudía a Aranjuez con motivo de las jornadas reales. Sin embargo, hacia 1745 se había decidido una reordenación de los accesos a Aranjuez y para el público la entrada sería por el puente de Barcas, por lo que ese espacio sería la antesala de entrada a la ciudad. Además, de cara al abastecimiento de agua de la población, se instalaría una fuente en el centro de la plaza. Ambas razones motivaron la creación de una plaza principal que sirviera igualmente como elemento de conexión entre el conjunto palaciego y la nueva ciudad. El proyecto corrió a cargo de Santiago Bonavía y su ejecución tuvo lugar entre 1750-1752.43
Casa de Caballeros y Oficios
[editar]Su construcción se remonta a 1584. Se trata de un conjunto de dependencias auxiliares organizadas en torno a dos patios;44 el situado al norte se destinó a Oficios de Boca de Su Majestad y se complementó con pequeños patios adosados en sus ángulos: al noroeste el patio de la cocina del rey, al noreste el de la panetería, al suroeste el de la botica y al sureste el de la sausería, confitería y ramillete. Además, las casas fueron ocupadas por criados y oficiales menores, como el cura de palacio, el médico de cámara, vidrieros, escuderos y el propio arquitecto del Real Sitio.44 Las obras de este primer patio terminaron a principios del siglo XVII de la mano de Juan Gómez de Mora quien, a continuación, inició la construcción del nuevo patio —Caballeros—, destinado al alojamiento de caballeros con cargo en la corte, como el mayordomo mayor, el mayordomo de semana y los gentilhombres de cámara.45 La nueva construcción, de mayor altura, se adosó a la primera y sus obras progresaron notablemente de la mano de Santiago Bonavía como arquitecto, quien siguió las trazas renacentistas dadas en su momento por Juan de Herrera. El uso del arco herreriano bordeando todo el conjunto unifica su estilo con el del palacio, a lo que contribuye también el uso bicromático del ladrillo y la piedra blanca. Todo el edificio estaba terminado en 1770.45
Fuente de Mariblanca
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Proyectada por Santiago Bonavía, en origen fue concebida como un monumento a Fernando VI, con una estatua del soberano en lo alto de una estructura triangular, a cuyos pies se situaban tres leones, obra de Juan Domingo Olivieri. Así no solo expresaba el dominio del monarca sobre el Sitio, sino que también recibía a los visitantes que entraban por el puente de Barcas.46 En 1760 Carlos III ordenó retirar la estatua del rey —ubicada posteriormente en la plaza de París, en Madrid—, y en su lugar se colocó una «Venus» realizada por Juan Martínez Reina entre 1761-1762, también llamada Mariblanca por su parecido con la existente en Madrid. Presenta símbolos alusivos al agua, como un jarro que deja caer el líquido sobre una concha, un delfín a sus pies y el agua de donde ella misma emerge. La última transformación tuvo lugar entre 1831 y 1836 de la mano de Isidro González Velázquez; el cuerpo triangular se transformó en cilíndrico y en el basamento circular abrió tres hornacinas, con niños a lomos de delfines. Posteriormente se giró la mirada de la figura hacia el sur, constituyéndose como contrapunto de la iglesia de San Antonio.47
Iglesia de San Antonio
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Configurada como cierre sur de la plaza de San Antonio, fue construida en 1752-53 según un proyecto de Santiago Bonavía con el objetivo de satisfacer las necesidades religiosas de la población y de la Corona. Se trata de un templo de planta circular, cuya fábrica es de ladrillo y piedra de Colmenar, en el cual destaca especialmente su fachada. Esta presenta una composición a modo de arco de triunfo, con cinco vanos de medio punto entre pilastras jónicas, y sobre ellos arquitrabe de piedra, friso de ladrillo y cornisa de piedra, sobre la que apoya una balaustrada, y en el centro un frontón. Su línea es ondulante, con los extremos cóncavos y el centro convexo, lo cual le da una sensación de movimiento.48 Por encima de la fachada sobresale el tambor cilíndrico, rodeado por una balaustrada y decorado con adornos en forma de alcachofa y un escudo real, y como remate superior una linterna cilíndrica que culmina en un chapitel bulboso. En los ángulos de su cabecera, y en conexión con las galerías laterales de la plaza, Jaime Marquet proyectó en 1768 cuatro pórticos serlianos —nombrados así por Sebastiano Serlio—, los cuales constan de un vano principal, en arco carpanel, flanqueado por dos vanos menores adintelados.49
Casa de Infantes
[editar]Su construcción tuvo lugar entre 1769 y 1772 según un proyecto de Manuel Serrano. Se trata de un edificio de planta cuadrada, con patio central porticado, y cuenta con piso bajo, primero, segundo y desván (a ellos se añade un semisótano en las fachadas septentrional y meridional).50 Su fachada occidental, con vistas a la plaza, presenta una galería a imitación de la Casa de Caballeros y Oficios. Está construida en ladrillo, con piedra en los zócalos, esquinas y cornisa. El edificio estaba destinado a la comitiva de los infantes Gabriel, Antonio Pascual y Francisco Javier;51 tras el fallecimiento de este en 1771 y de Gabriel en 1788, Antonio Pascual mantuvo la casa hasta 1817. Incautada por la Corona a sus herederos (Carlos Mª Isidro y Sebastián Gabriel), entre 1834 y 1859 funcionó como Colegio de Huérfanas. En ese último año, la mitad sur fue devuelta a Gabriel, y desde entonces hasta 1979 —año en que fue adquirida por el Ayuntamiento— perteneció a sus descendientes, mientras que la Corona retuvo desde entonces la mitad norte, separadas ambas por una tapia y con acceso independientes.52
Jardín de Isabel II
[editar]Ubicado en una manzana del trazado urbano, constituyó el primer espacio ajardinado de uso público de Aranjuez y posiblemente uno de los primeros de España.53 Previamente, el solar era utilizado para descanso de caballerizas; sin embargo, a principios del siglo XIX se decidió embellecer el espacio. Se trazó un esquema en forma de cruz, con dos calles perpendiculares unidas en una plaza circular. Cada cuadro resultante se divide a su vez en cuatro cuadros. Tanto las avenidas principales como la plaza se acompañan de platabandas y se bordean de mirto. En la plaza se ubican ocho bancos de piedra, obra de Sabatini, y ocho vasos de Jean Thierry, y en el centro, tras una verja de hierro, una escultura en bronce de Isabel II niña sobre un pedestal de mármol. La obra fue promovida por el embajador francés Juan Luis Brunet y realizada por Desboeufs y L. Ravrio.54
Palacios de la nobleza
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Palacio de Godoy
[editar]Forma parte de la manzana 1 del plan general de 1750. La primera edificación, atribuida a Jaime Marquet, databa de 1761 y era la Casa de Capellanes, construida por iniciativa real para alojar al capellán de palacio y al párroco de Alpajés. Constaba de dos edificios medianeros, con entradas independientes, cada uno con su patio.55 En 1781, Carlos III vendió las casas al Marqués de Llano, quien reformó el conjunto para transformarlo en un solo edificio. En ese momento se levantaron los alzados existentes bajo las pautas neoclásicas de Juan de Villanueva. En 1792, el Marqués vendió la casa a Manuel Godoy; este amplió el edificio en superficie y en altura, con un segundo piso y desván, mientras que en la planta baja construyó un pórtico dístilo in antis.55 En 1800 Godoy vendió el edificio a Carlos IV, y en 1825 Fernando VII se lo cedió a su hermano Francisco de Paula, que lo conservó toda su vida y pasó posteriormente a sus hijos. En 1902 se encontraba transformado en el Gran Hotel de Pastor, y esa función se mantuvo hasta la guerra civil. Por último, en 1952 fue adquirido por las Hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos, que lo dedicaron a colegio femenino, y desde entonces mantiene su función educativa.5556

Palacio de los Duques de Osuna
[editar]Se sitúa entre las calles de la Reina y del Príncipe, colindante con el palacio de Godoy. En 1750, por iniciativa real, se ordenaba construir una casa para Farinelli; su portada, abierta al este, presentaba dos niveles, ventanas enrejadas en el inferior y balcones en el superior, y en el centro la entrada, con arco carpanel y entre pilastras dóricas.57 Al lado de la casa se levantó otro edificio destinado a caballerizas, y en ambos se siguieron las trazas de Santiago Bonavía. Cuando Carlos III llegó al trono, Farinelli vendió la casa y regresó a Italia. Fue comprada por la Corona y tanto la casa como su adyacente fueron vendidas en 1787 a los duques de Osuna, quienes reformaron y unificaron el conjunto en un solo edificio bajo la dirección de Juan de Villanueva.58 El acceso principal se trasladó a la fachada meridional y se construyó una nueva fachada hacia la calle de la Reina, con dos garitas octogonales en sus extremos. El palacio perteneció a la Casa de Osuna hasta finales del siglo XIX, momento en que fue vendida.59 En estado de abandono, en 2018 fue destruido por un incendio.60

Palacio del Duque de Medinaceli
[editar]Ocupa una manzana completa entre las calles Abastos, Gobernador, del Rey y del Capitán. Se construyó en la última década del siglo XVIII para los duques de Medinaceli, Luis María Fernández de Córdoba y Gonzaga y Joaquina María de Benavides y Pacheco, quienes ocupaban cargos en la Corte y necesitaban alojamiento para su familia y servicio. Su autoría se atribuye a Juan de Villanueva.61 Se trata de un conjunto rectangular dividido en dos sectores, el residencial hacia el oeste y el auxiliar hacia el este. El primero presenta tres pisos más buhardillas, mientras que el segundo lo conforman dos pabellones en los ángulos. La fachada principal, a la calle del Capitán, se ordena simétricamente mediante portada, con pilastras a los lados y ménsulas que soportan un balcón, ventana y vano. Como elementos decorativos están la línea de imposta entre pisos, los marcos de los vanos y el zócalo, todos ellos en piedra de Colmenar. Tras la entrada se accede a un patio, con fuente en el centro.62

Cocheras de la Reina Madre
[editar]Situado entre las calles del Rey, Gobernador, Capitán y la plaza de Abastos, se trata de un edificio de planta rectangular, de dos pisos, con portada de sillería y dintel adovelado. En el piso inferior presenta ventanas enrejadas y en el superior balcones. Se construyó, bajo la dirección de Jaime Marquet, entre 1758 y 1765 para cocheras, caballerizas y habitaciones de los criados de Bárbara de Braganza. Tras el fallecimiento de esta, Carlos III lo acabaría destinando al servicio de su madre Isabel de Farnesio.63 En 1811 sufrió un incendió, en el contexto de la guerra de la Independencia, y no se reconstruyó hasta 1832-1833 de la mano de Isidro González Velázquez. En 1886, la reina María Cristina lo cedió para colegio de huérfanos del cuerpo de Infantería. En 1985 pasó a la Comunidad de Madrid y entre 1986 y 1992 se llevó a cabo una remodelación, según el proyecto de Juan José Echeverría Jiménez y Enrique de Teresa Trilla, para su conversión en el Centro Cultural Isabel de Farnesio; se vació el interior, conservando fachadas y cubierta, y se sustituyó la crujía intermedia por una nueva construcción que alojaría un auditorio y un salón de actos.64

Palacio Silvela
[editar]Situado al sudoeste del palacio, en el lugar que previamente ocupaba un pabellón del infante Luis de Borbón, su construcción fue encargada por Francisco de Asís a mediados del siglo XIX como residencia para su primo Adalberto de Baviera. En 1902 estaba ocupado por Francisco Silvela y posteriormente sufrió un progresivo abandono y degradación, hasta que en 1987 fue restaurado. Obra de José Segundo de Lema, se encuadra en el llamado racionalismo neogótico.65 De planta rectangular, con tres alturas más buhardilla, cuenta con tres vanos en los lados mayores y dos en los menores, y torres en tres de las esquinas, la mayor en el ángulo noroccidental, donde se encuentra la entrada principal y el hueco de la escalera. Al exterior presenta fachada de ladrillo visto combinado con piedra de Colmenar, mientras que la cubierta es de pizarra con chimeneas de ladrillo.66
Edificios civiles
[editar]Casa de Fogones
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Con la llegada de los Borbones a España se introdujo la etiqueta cortesana francesa, lo que supuso un aumento del número de cargos y oficios. Esto impidió que todo el personal de servicio estuviera dentro del palacio. A ello se unió el interés por alejar las cocinas del palacio para evitar el peligro de incendio. Por todo ello, en 1758 Santiago Bonavía dirigió la ejecución de las obras del nuevo edificio, que se ubicó al sur de la plaza de Parejas. Se trata de una construcción rectangular alrededor de un patio; su fábrica es de ladrillo y mampostería sobre zócalo de piedra y el acceso principal se realizaba por la calle del Lucero.67 Tras la desamortización de 1869, la mitad de la casa pasó a manos privadas, mientras que la otra mitad fue transformada en almacén por la Casa Real. La parte privada se amplió con un nivel de altura más de cara a su conversión en viviendas.68
Casa del Gobernador
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A finales del siglo XVIII, Juan de Villanueva recibió el encargo de construir una casa para alojamiento del gobernador y las oficinas de contaduría, tesorería y escribanía. Su construcción se llevó a cabo entre 1799 y 1802 y ocupó la mitad de una de las manzanas, entre las calles Almíbar y Capitán.62 Presenta una planta en forma de «U» alrededor de un patio medianero y cuenta con nivel bajo y principal, además de semisótano y buhardilla. Exteriormente su composición es sencilla, con portada enmarcada con piedra de Colmenar, ventanas con rejas en el piso inferior y balcones en el superior. En 1836, tras el establecimiento del ayuntamiento constitucional, perdió su función al desaparecer el cargo de gobernador y pasó a denominarse Casa de Administración del Real Patrimonio. En 1873 fue cedido al Ayuntamiento, que lo transformó en escuela pública, y así continuó hasta finales de los años 1980. En 1998, el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid llegaron a un acuerdo para rehabilitarlo e incorporarlo al Centro de Estudios Superiores Felipe II.69
Casa de Empleados
[editar]Se trata de un edificio que ocupa una manzana completa y cuya fachada central se abre a la plaza de la Constitución. Se construyó en 1792 para viviendas de los criados de mayor categoría de Su Majestad y contaba con piso principal y segundo piso con buhardilla, excepto en la fachada a la plaza donde se añade un piso bajo debido a la pendiente. Si bien al exterior parece un conjunto unitario, engloba nueve divisiones residenciales distintas con autonomía en su acceso. Su fachada está construida con muros de ladrillo y cajones de mampostería, con piedra en los zócalos y arranques de las esquinas.70 En 1836, cuando se constituyó el primer Ayuntamiento constitucional de Aranjuez, se pidieron como sede las casas orientadas hacia la plaza de la Constitución. En 1881 se llevó a cabo una reforma en la fachada, con la sustitución de balcones y ventanas y con la colocación de un frontón y la torre del reloj, inspirada en la Real Casa de Correos de Madrid.70
Hospital de San Carlos
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Fue construido en 1775-1776 bajo la dirección de Manuel Serrano, con el fin de ofrecer asistencia sanitaria a los empleados reales y residentes del Real Sitio. Se organiza en crujías en torno a un patio, al igual que el modelo de manzana seguido en el trazado urbano.71 La fachada principal, de ladrillo visto con cajones de mampostería, se abre a la plaza de San Pascual; su portada posee dos machones almohadillados sobre los que apoya un arco de medio punto, coronado por una cruz; el arco alberga un frontón triangular y una cartela con la inscripción Hospital Municipal de San Carlos.72 Debido a problemas económicos, en 1840 se ordenó su cierre; sin embargo, durante el reinado de Isabel II se llevó a cabo una ampliación, de la mano de José Segundo de Lema, con la incorporación de un patio posterior hacia la calle del Capitán y galerías abiertas en los laterales, y se puso al servicio de las Hermanas de la Caridad. Posteriormente se utilizó como hospital militar, prisión y asilo de ancianos de las Hermanas de San Vicente de Paul. En 1990 pasó a ser propiedad del Ayuntamiento y, tras varios intentos de rehabilitación, finalmente la Universidad Rey Juan Carlos se hizo cargo de la misma, tras obtener una cesión por 75 años.73
Teatro Real Carlos III
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Cuando Carlos III llegó al trono en 1759 desmontó un espacio del palacio, denominado Coliseo, que se utilizaba para representaciones escénicas. Dos años después planteó construir un nuevo Coliseo, independiente, y le encargó el proyecto a Jaime Marquet.74 El edificio original contaba con cuatro plantas, incluida platea, palcos, anfiteatro y piso alto, y su capacidad era de unos 500 espectadores. Su fachada está dispuesta a imagen de un arco triunfal; en la planta baja presenta cinco arcos de medio punto y en la planta alta cuatro ventanas y una placa con la inscripción «Las delicias campestres aumentan los placeres urbanos/por orden de Carlos III, Año de 1768», redactada por Juan de Iriarte. Todo ello se remata con un frontón triangular, con cornisa de sillería y tímpano de ladrillo.75
Durante los primeros años se representaron óperas italianas, tragedias y comedias españolas pero a lo largo del siglo XIX, debido a distintos avatares, su actividad fue reduciéndose. En 1933, el empresario que lo arrendó decidió adaptarlo como cine y, con objeto de ampliar el número de localidades, llevó a cabo una serie de reformas que cambiaron su fisonomía original. Cerró en 1988 y en 1990 la Comunidad de Madrid se propuso devolverle su forma original; en 1994 se iniciaron las obras, bajo el proyecto de Mariano Bayón Álvarez, pero se detuvieron en 1996. Finalmente, las obras se reanudaron en 2008 y la reforma finalizó en 2011.76

Mercado de Abastos
[editar]Situado en la plaza de la Constitución, fue construido en 1893-1894 bajo la dirección de Enrique Sánchez Sedeño. Presenta una planta rectangular en torno a un patio central, con cubierta inclinada de dos faldones. Su diseño sigue los patrones de la arquitectura industrial de hierro y vidrio de finales del siglo XIX en conjunción con la arquitectura tradicional de Aranjuez. Así, cuenta con un basamento de piedra de Colmenar, un primer cuerpo de ladrillo con pilastras intercaladas, y un segundo cuerpo de cristal y celosías de madera entre columnas. En 1986-1987 el mercado sufrió una ampliación y restauración, de la mano de Enrique de Teresa Trilla y Juan José Echeverría Jiménez, en la que se renovaron elementos externos del edificio y se cubrió el patio.77
Cuarteles de la Guardia Real
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La permanencia de la Corte en Aranjuez hizo necesaria la construcción de cuarteles para alojar a la guardia real. En 1751 Santiago Bonavía recibió el encargo de levantar un cuartel para los guardias de corps. El edificio, ubicado fuera del primer trazado de la ciudad, presenta planta rectangular y se dividía en dos sectores organizados en torno a dos patios. La fachada principal cuenta con una portada realizada con piedra de Colmenar, compuesta por un arco carpanel entre pilastras toscanas, arquitrabe, friso y cornisa, en la cual aparecen las armas reales y la inscripción Reynando Fernando VI, año de mdcclii.78 En 1866 se vendió al Ministerio de la Guerra y en él se estableció el Regimiento de Pavía hasta su traslado en 1994. Finalmente, fue cedido al Ayuntamiento y este lo transfirió a la Comunidad de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid, quienes, tras su rehabilitación en 2000-2002, lo incorporaron al Centro de Estudios Superiores Felipe II.79
En cuanto a las guardias españolas y valonas, sus cuarteles fueron construidos en 1770, bajo la dirección de Jaime Marquet, a ambos lados del eje central del tridente occidental, al oeste del palacio. Se trataba de construcciones de una planta cuya fachada oriental la componía un cuerpo de ladrillo visto, con almohadillado en las esquinas, vano central coronado por un frontón y cubierta a dos aguas.80 Tras el destronamiento de Isabel II en 1868, ambos edificios cayeron en desuso y, debido al abandono, se encuentran en estado de ruinas.81

Plaza de toros
[editar]Por influencia de la Ilustración, a partir del siglo XVIII los espectáculos taurinos se empezaron a celebrar en recintos exclusivos. En Aranjuez, hasta entonces, tenían lugar en la plaza de Parejas.82 Sin embargo, en 1761 se construyó un primer recinto por iniciativa particular; se ubicaba en el espacio comprendido entre las calles Almíbar, Calandria, Stuart y Rosa, y su perímetro era de ladrillo mientras que los elementos interiores eran de madera. Tras la prohibición de Carlos III de dar muerte a los toros en 1785, se produjo su cierre y demolición. En 1796 se propuso a Carlos IV la construcción, con cargo al erario público, de un nuevo recinto, que fue inaugurado al año siguiente. Se levantó al sur de la población, frente a la calle Almíbar, bajo la dirección de José de la Riva. Fue construida en ladrillo, con bóvedas para sostener el tendido, y consta de un porche en la puerta de acceso al palco real. En 1809 sufrió un incendio y desde entonces ha sufrido varias restauraciones, la última en 1998 por Juan José Echeverría y Enrique de Teresa.83

Estación de ferrocarril
[editar]Cuando se inauguró la línea de ferrocarril de Madrid a Aranjuez en 1851, los pasajeros desembarcaban a los pies del palacio, en una estación con andén cubierto, gran vestíbulo y fachada adornada con nueve arcos, el central más grande que el resto. Además, disponía de un ramal exclusivo para la Corte que llegaba hasta la puerta de Damas del palacio. Entre 1922 y 1927 se ejecutaron las obras de una nueva estación en estilo neomudéjar, al oeste de la anterior. Se trata de un edificio rectangular en cuya zona central se levanta un vestíbulo de dos alturas, luminoso y ornamentado a base de arcos curvos, mosaicos y artesonado. La fachada principal presenta un piso inferior a modo de gran zócalo de piedra y un piso superior en el que se alterna el ladrillo con la piedra y que se remata con un frontispicio cuadrado que aloja un reloj.84 Se completa con tres andenes cubiertos, unidos por un paso inferior en el que, durante unas obras de acondicionamiento realizadas en 1989-1990, se descubrieron varios mosaicos de la decoración original de la estación, obra de Mario Maragliano.85


Edificios religiosos
[editar]Iglesia de Alpajés
[editar]Su origen está en una ermita dedicada a San Marcos, ubicada junto a las antiguas casas de Alpajés. En 1680 los cofrades de Nuestra Señora de las Angustias solicitaron permiso para construir un nuevo templo y no tener que acudir a Ontígola,86 y al año siguiente se iniciaron las obras bajo el proyecto de Cristóbal Rodríguez de Jarama. Presenta planta de cruz latina, con el cuerpo inacabado de una torre a los pies y la vivienda del sacerdote y despacho parroquial en la cabecera. En 1744, Santiago Bonavía levantó un cimborrio octogonal sobre el crucero —reconstruido tras la guerra civil— coronado por una cúpula ochavada con una linterna. Su fachada alterna el ladrillo con la piedra caliza de Colmenar. Encima de la puerta arranca la ventana del coro y alrededor de esta aparecen cuatro cartelas, las dos inferiores con textos de la letanía lauretana y las dos superiores con el emblema de la Orden de Santiago, y el escudo real de Carlos II.87
Convento de San Pascual
[editar]Situado en la calle del Rey, en el límite del casco antiguo, su construcción tuvo lugar entre 1765 y 1770, aunque sufrió reforma y ampliación durante el reinado de Isabel II. El conjunto se compone de iglesia, dependencias conventuales —organizadas en patios— y huerta.72 La iglesia es obra de Marcelo Fontón. Presenta planta de cruz latina, con capillas laterales en la nave y brazos de crucero poco desarrollados. Al exterior, el crucero está rematado por una cúpula sobre tambor. En su fachada neoclásica destaca la simetría y la combinación cromática entre la piedra de Colmenar y el enfoscado. Está dividida en dos pisos y tres calles verticales; el cuerpo central presenta, en el piso inferior, la puerta de entrada coronada por un frontón curvo y flanqueada por columnas toscanas, y en el piso superior una ventana, coronada por el escudo real y flanqueada por pilastras. Se remata con un frontón quebrado. Las calles laterales muestran pilastras en el piso inferior y aletones en el piso superior, y están coronadas por torrecillas sobre las que se colocan campanarios de hierro.
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