domingo, 12 de enero de 2025

HISTORIA DE ESPAÑA

 CONJUNTOS MONUMENTALES

Museo de la Real Colegiata de San Isidoro
Ubicación
PaísBandera de España España
Comunidad Castilla y León
LocalidadCiudad de León
Coordenadas42°36′04″N 5°34′15″O
Tipo y colecciones
TipoMuseo
Sitio web oficial

El Museo de la Real Colegiata de San Isidoro se encuentra ubicado en la Basílica de San Isidoro de León.

Tras laboriosas obras de reforma a lo largo de casi ocho años, el museo se ha reabierto al público en abril de 2024 [1].

Colección

[editar]

Entre su colección destaca especialmente el Panteón de los Reyes, denominado Capilla Sixtina del Románico por sus elaborados frescos. Otras piezas importantes son el Cáliz de doña Urraca, del siglo XI, la Arqueta de los Marfiles y el Portapaz del Pantocrator, y la Arqueta de Limoges, entre otros.












Vista general del Arca de los Marfiles.

El arca de los Marfiles, también llamada arqueta de San Isidoro de León, es la pieza más antigua que se conserva obtenida del taller de marfiles de León. Fue un encargo de los reyes leoneses Fernando I y Sancha,1​ que entregarían como obsequio a la Colegiata de San Isidoro de León, para guardar dentro la mandíbula de San Juan Bautista (una de tantas repartidas por el mundo cristiano) y el cuerpo del niño mártir Pelayo. El arca llegó intacta hasta el siglo XIX en que las tropas napoleónicas desprendieron y robaron las partes de orfebrería, que en definitiva era lo de más valor material. Actualmente se guarda en el museo de esta colegiata.

Descripción

[editar]

La obra data de 1059. Es una caja rectangular de madera cuya tapa es una cubierta a cuatro aguas con la parte superior plana. Tiene la misma forma que las arquetas de marfil de los talleres de Cuenca. Mide 47 cm de largo por 26 de ancho. Está cubierta por 24 placas de marfil (la parte artística no desaparecida) distribuidas por los costados y por la tapa.

En los costados se reparten los 12 Apóstoles cuyas figuras se representan de pie, bajo arcos de herradura y de medio punto que se apoyan en columnas cuyos capiteles son de tema vegetal muy estilizado. Los personajes están de frente pero sus cabezas y sus manos adoptan distintas posiciones, dando así la impresión de movimiento. Sus vestiduras están perfectamente labradas con los pliegues bien dispuestos.

Sobre la parte llana de la cubierta, en el centro, hay otra placa representando la escena apocalíptica del Cordero, con tres patas sobre el libro de los siete sellosnota 1​ y la cuarta sujetando una cruz patada de tradición visigoda. A su alrededor y en cada ángulo están representados los símbolos del Tetramorfos. Los cuatro símbolos son seres alados. Estas alas están cinceladas con líneas paralelas en lugar de escamas, siendo las escamas una fórmula utilizada en el arte occidental europeo.

En los extremos de la tapa las placas tienen forma de triángulo en los que se representa la simbología de los cuatro ríos del Paraíso. Los personajes simbólicos van vestidos con clámide y en su mano llevan un cántaro por el que se derrama el agua. En las restantes placas están representados ángeles y arcángeles, todos con sus alas dibujadas como en el Tetramorfos.

Testimonio

[editar]

Según el testimonio de Ambrosio de Morales que tuvo acceso al arca, la caja de madera estaba revestida de una chapa de oro con trabajo de filigrana y en ella se incrustaban las placas de marfil. La chapa de oro estaba adornada con piedras preciosas. Hoy pueden verse las huellas de los arquitos y líneas dejadas en la madera por aquella placa de oro que fue arrancada en la llamada francesada.






Cáliz de doña Urraca

Réplica del cáliz de doña Urraca
Creación

2.ª mitad del siglo XI
o s. IV


Cuencos romanos (siglo I)
UbicaciónColegiata de San Isidoro de LeónLeón
Bandera de España España
EstiloArte románico
Materialóniceorogemas

El cáliz de doña Urraca es una pieza de orfebrería románica donada a la infanta leonesa Urraca de Zamora (1033-1101), señora de Zamora e hija del rey Fernando I de León. Tal como lo conocemos, se remonta a la segunda mitad del siglo xi. En la actualidad se guarda en el museo de la colegiata de San Isidoro de León (España). En palabras del arqueólogo español Manuel Gómez-Moreno se trata de una "[…] pieza excepcional, única más bien".1

Descripción

[editar]

El cáliz se compone de dos cuencos muy antiguos; el copón propiamente dicho y otro que le sirve de peana, hechos en piedra de ónice. Doña Urraca (1033-1101) donó sus joyas personales para decorar estos cuencos.2

Las piezas de ónice están recubiertas de oro en la copa, nudo y peana, dejando al descubierto parte de la copa y casi toda la peana. El interior de la copa también está revestido de oro. Este metal está trabajado con gran delicadeza en filigranas que forman dibujos, arquillos, espirales y pequeños caracoles. En los huecos se incrustaron zafiros, perlas, esmeraldas, aljofares y un camafeo de pasta vítrea en el que se representa un rostro sonriente.2

En la peana y antes del nudo hay una inscripción que dice:2

IN NOMINE DOMINI VRRACA FREDINANDI

La funcionalidad de la pieza es el carácter religioso y votivo propio de la época románica.2

Para hacer esta pieza más accesible a todos los visitantes, en 2017 se abordó un proyecto de digitalización 3D, modelado y visualización tridimensional. Los visitantes al Museo de San Isidoro pueden con ello tener la experiencia de tener el cáliz virtual en sus manos y analizar todos los detalles de la pieza.3

Hipotético Santo Grial

[editar]

Según algunos historiadores, fueron localizados en la Biblioteca Nacional de El Cairo unos documentos medievales que apoyan esta teoría. Estos procedían de la Universidad de Al Azhar.4

Supuestamente, un texto traducido decía que la copa venerada por los cristianos por haber pertenecido al Mesías había sido enviada al sultán de Denia, Ali ibn Muyahid ad-Danii. El sultán de Denia había enviado un barco con alimentos al sultán fatimí Al-Mustansir hacia el 1055 para que Egipto superara una hambruna. En agradecimiento, el imán Al-Mustansir envió un barco cargado de tesoros, entre ellos la copa, al sultán de Denia. En el viaje, la reliquia habría sido escoltada por el obispo de León, que entonces se encontraba de peregrinación en Jerusalén. En el texto se dice que la intención del sultán de Denia era enviar la copa al rey de León, Fernando I el Magno, para fortalecer su amistad con él.4

En un segundo texto se habla de que el jefe de la expedición a Denia fue Bani-l-Aswad. En dicha expedición el primero de sus hombres habría desprendido con una gumía un trozo de la copa. Dicha esquirla habría sido enviada a Saladino y habría sido utilizada para curar a su hija poniéndole el trozo de piedra sobre el cuerpo.4

Según los historiadores José Miguel Ortega del Río y Margarita Torres Sevilla, la copa aparece citada en la crónica de Lucasobispo de Tuy, en el siglo xiii, en la obra Viages del humanista del siglo xvi Ambrosio de Morales y en la vida de san Isidoro de Sevilla redactada por Fray Tomás Granda y el padre José Manzano en el siglo xviii.4

En el año 2010 la copa fue desmontada para la realización de una réplica y pudo apreciarse que le faltaba una esquirla, lo cual encaja con la teoría de que ésta fue enviada a Saladino.4

Esta hipótesis es sostenida en el libro «Los reyes del Grial» (2014), de Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega del Río.

El documental «Onyx, los reyes del grial» (2018) también está basado en esta hipótesis.5

Controversia y refutación de la hipótesis

[editar]

Fue el historiador francés Patrick Henriet el primero en cuestionar, en un artículo publicado en Francia, la teoría de que el cáliz de Doña Urraca fuese el Santo Grial, y acusando a los historiadores Margarita Torres y José Miguel Ortega de entremezclar ciencia y novela.6

Alejandro García Sanjuán, profesor de Historia Medieval en la Universidad de Huelva, en la reseña del libro Los reyes del Grial, hace hincapié en la confusión entre ficción y conocimiento que adolece, pone de manifiesto una falta de claridad en el hallazgo de los pergaminos de El Cairo, en el contenido y traducción de los propios documentos y en una datación poco rigurosa, que hace que sea escéptico al respecto. Asimismo, desmonta la teoría planteada del ocultamiento voluntario de la reliquia por parte de la monarquía o de la Iglesia. Califica el libro como "obra comercial estratégicamente diseñada".7

Frente a las aseveraciones que identifican el cáliz de doña Urraca con el Santo Grial, el investigador de la Escuela de Estudios Árabes de Granada, Luis Molina Martínez, vinculado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, argumenta que se están confundiendo las fechas e, incluso, produciendo graves errores de traducción:

«Se trata de un panegírico del cadí cordobés Ibn al-Salīm (914-978) al califa omeya al-Ḥakam al-Mustanṣir (r. 961-976) —que parece haber sido confundido por los autores con el Mustanṣir fatimí—, [sic] es decir, una poesía escrita casi un siglo antes de que el Grial supuestamente llegara a Denia. Pero este tremendo error no es lo más grave; lo más llamativo e hiriente es la traducción en sí, porque, aparte de que su fidelidad al original árabe es absolutamente inexistente, constituye el primer indicador de que a lo largo de Los Reyes del Grialnota 1​ el propósito de presentar pruebas favorables a la tesis mantenida por los autores es excesivamente dominante».8
Luis Molina

A finales de 2017, seguía Luis Molina argumentando en contra de la teoría y de las pruebas presentadas en el blog del CSIC, con un artículo que no dejaba lugar a dudas: "La falsa historia del Grial de León".






No hay comentarios:

Publicar un comentario