CONJUNTOS MONUMENTALES
Casa del Labrador | ||
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![]() | ||
Tipo | palacio | |
Estilo | arquitectura neoclásica | |
Catalogación | bien de interés cultural | |
Parte de | Paisaje cultural de Aranjuez | |
Localización | Aranjuez (España) | |
Coordenadas | 40°02′29″N 3°35′12″O | |
Arquitecto | Juan de Villanueva e Isidro González Velázquez | |
La Real Casa del Labrador es una de las residencias de la familia real española. Es un palacete de recreo (no de uso residencial) en estilo neoclásico, que se encuentra en el municipio español de Aranjuez, en la parte meridional de la comunidad autónoma de Madrid.
Su construcción comenzó a finales del siglo XVIII, a partir de un diseño inicial del arquitecto Juan de Villanueva, que fue transformándose sucesivamente en los trece años que duraron las obras y reformas. Su aspecto final se debe a Isidro González Velázquez, quien dotó al conjunto de numerosos motivos ornamentales externos. El interior destaca por su decoración suntuosa, obra de Jean-Démosthène Dugourc, en su mayor parte, y por las pinturas de Mariano Salvador Maella, entre otros autores.
El monumento depende de Patrimonio Nacional, el organismo que gestiona los bienes del Estado al servicio de la Corona. En el año 2001 fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad, junto con otros recintos histórico-artísticos de la localidad, inscritos en la lista de la Unesco con el nombre de Paisaje cultural de Aranjuez. Está permitida su visita, a partir de horarios establecidos.
Entre 2021 y 2023, Patrimonio Nacional llevó a cabo una intervención de emergencia, valorada en 7,3 millones de euros, con el objetivo de solucionar las «graves patologías en su estructura» que tenía el palacete.1
Toponimia e historia
[editar]La Casa del Labrador está enclavada en el extremo oriental del jardín del Príncipe. Toma su nombre de una antigua casa de labranza existente sobre su solar, cuya estructura fue aprovechada parcialmente para levantar el nuevo edificio, además de algunos elementos arquitectónicos, como la escalera de servicio.
Se debe al impulso del rey Carlos IV, quien había establecido su residencia oficial en el Real Sitio de Aranjuez entre el 7 de enero y el 7 de julio de cada año. Fue concebida no para uso residencial, sino como un lugar de recreo para jornadas o excursiones de un día, por lo cual no se la dotó de dormitorios; sus interiores son mayormente salones pensados para el ocio. Está considerada como el proyecto más personal de este monarca.2
Las obras dieron comienzo en el año 1794 y se prolongaron hasta 1803. A lo largo de este periodo, pueden distinguirse tres fases de construcción. En la primera, intervino Juan de Villanueva, que contó con la colaboración de dos de sus ayudantes, Antonio López e Isidro González Velázquez. En la segunda, se atribuye a Villanueva la configuración definitiva del contenedor arquitectónico y a Jean-Démosthène Dugourc el tratamiento del espacio interior. En la tercera etapa distinguida, Isidro González Velázquez finalizó el edificio, reformando su aspecto exterior con una profusa decoración.

El palacete ha sido objeto de tres grandes restauraciones. En 1846 el edificio amenazaba con derrumbarse debido a los daños que provocó una gran avenida del Tajo, ya que la casa estaba construida sobre estacas en terreno movedizo. Entre 1964 y 1968, Martín Gamo sustituyó los elementos externos dañados por chapados de falsa piedra. En 1998 se procedió a la segunda restauración, que se prolongó hasta el año 2008, después de intensas actuaciones tanto en el exterior como en el interior. Está previsto devolver a la fachada su aspecto original según un proyecto que se llevará a cabo en los próximos años.
Debido a los problemas de cimentación ya citados, el edificio ha empezado a mostrar grietas en sus muros, las cuales podrían transmitirse a los interiores, dañando las pinturas murales y los entelados que ornan varios salones. Por ello, en 2021 se ha empezado a acometer con urgencia un proyecto de restauración que incluye la inserción de micropilotes de unos 25 metros de profundidad.3
Descripción
[editar]Estructura y exterior
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El edificio está construido en tres alturas, con cubiertas de pizarra, sobre cornisa saliente. Es de planta rectangular y presenta dos alas laterales, flanqueadas, en sus lados interiores, por sendas arcadas. En el espacio comprendido entre estos dos ejes y la fachada principal se extiende un patio, que se cierra en la parte que queda libre mediante una verja y una puerta de hierro forjado.
La fachada principal está rematada en su punto central, a la altura de la cubierta, por un escudo regio, sostenido por dos figuras de ángeles. Debajo de éste, se sitúa una placa conmemorativa del año de finalización de la obra, en la que reza la siguiente inscripción: Reinando Carlos IV. Año de MDCCCIII.
En lo que respecta a los materiales de construcción, se utilizó fábrica de ladrillo en los muros y sillares de granito en los zócalos y en las arcadas. La escayola fue empleada en los elementos ornamentales introducidos por Isidro González Velázquez.
La decoración exterior es profusa. En la segunda planta, aparecen, entre los vanos de la fachada principal, hornacinas con esculturas de inspiración clásica. En la tercera, se suceden, en todas las fachadas, diferentes relieves, que combinan motivos florales y amorcillos. Los elementos ornamentales se completan con bustos de personalidades grecorromanas, situados sobre las terrazas que coronan las arcadas y los pilares que sujetan la verja de hierro, que da a la fachada principal.
Interior
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El interior del palacete está decorado suntuosamente, a partir de materiales como la seda, el estuco, el bronce, el mármol, el vidrio, el platino o las maderas nobles. La ornamentación se debe principalmente al interiorista Jean-Démosthène Dugourc y es notable la influencia francesa e italiana. El estilo Imperio es el más recurrente.
Zaguán de entrada
[editar]Se encuentra situado en el ala occidental de la casa.
Tras la restauración del edificio, se ha situado en el zaguán la estatua sedente de María Luisa de Parma, obra en mármol blanco del escultor cordobés José Álvarez Cubero y esculpida en Roma en 1816. Esta escultura forma pareja con la escultura sedente de Carlos IV, de Ramón Barba, y que se encuentra situada en el llamado "camón" de la escalera del Palacio Real de Madrid. Ambas esculturas llegaron a Madrid el 14 de agosto de 1826, tras haber salido de Roma en 1818. Durante el viaje desde la capital italiana, el barco que las trasladaba naufragó frente a las costas de Arlés, siendo recuperadas gracias al empeño de José de Madrazo.4 Permanecieron en Barcelona desde 1818 hasta 1826. Del 22 de enero al 5 de febrero de 1827 fueron expuestas en el entonces llamado Real Museo de Pinturas, siendo las primeras esculturas que allí pudieron ser contempladas.56
Escalera principal
[editar]La escalera principal distribuye el acceso a las diferentes plantas. Fue realizada en 1799, siguiendo el modelo creado por Alexandre-Théodore Brongniart del Hotel Príncipe Masserano, de París (Francia), en el que se inspiró Dugourc en el diseño de sus dos tramos, semicircular hasta el piso principal y semielíptico desde este piso hasta el segundo.7
Saleta de entrada
[editar]Está pavimentada con baldosas de porcelana del Buen Retiro, las cuales han ido perdiendo sus colores originales con el paso del tiempo.
La bóveda fue pintada por Zacarías González Velázquez con escenas mitológicas.
Sala del Billar
[editar]La Sala del Billar, también conocida como Salón del Rey, sobresale la colección pictórica sobre vistas de Madrid y de los Reales Sitios (como el propio Aranjuez y El Escorial), además de otros lugares, que consta de 93 piezas. Aún se conserva el pavimento original de porcelana. Los frescos de los techos fueron acabados en 1806 y son obra de Mariano Salvador Maella.8
Galería de Estatuas
[editar]La Galería de Estatuas, considerada como una de las obras maestras de Dugourc, se extiende bajo una bóveda decorada con frescos alusivos a la noche, el día, el lucero del alba y la Vía Láctea, entre otros temas. El pavimento de esta dependencia está hecho en mármol e integra seis fragmentos de mosaicos romanos, procedentes de Mérida (Badajoz).
En el centro de la sala se encuentra un reloj monumental de bronce y mármoles. Imita a la Columna de Trajano de Roma.
Sala de Compañía
[editar]La paz es la referencia principal en los frescos de la Sala de Compañía, también denominado Salón de la Colgadura de Francia y Salón de la Reina María Luisa. Fueron pintados por Maella en 1798, que contó con la ayuda de Zacarías González Velázquez, su cuñado. Mención especial merece el titulado La diosa Cibeles ofreciendo a la tierra sus productos.
Zacarías González Velázquez se responsabizó en solitario de los techos de las salas de la Yeguada (1799-1800), del Tapiz Doblado (1799-1800) y del Retrete (1801). También decoró la Saleta de Entrada (1807), la escalera de servicio (1802) y los lunetos de la ya citada Galería de las Estatuas (1806).9
Salón Grande
[editar]El Salón Grande o Salón de Baile, es el más grande del palacete con 130 m² de superficie. Este salón se formó de la unión de varias salas más pequeñas en 1798.
En la bóveda de este salón, Mariano Salvador Maella representó El poder de la Monarquía española en las cuatro partes del mundo.
Destaca por sus sederías (con motivos pompeyanos), sus lámparas de araña francesas de bronce dorado, sus ánforas de Sèvres y sus muebles, entre los que cabe citar un sillón y una mesa de malaquita de origen ruso y estilo Luis XV, regalo del príncipe Anatole Demidoff a la reina Isabel II.
El pavimento es un entarimado de madera de roble de la época de Alfonso XIII.
Sala del Tapiz Doblado
[editar]Debe su nombre al lienzo pintado por Zacarías González Velázquez entre 1799 y 1800 en el techo que simula un tapiz y que representa La súplica de Venus a Neptuno. Cuenta con mobiliario de distintos estilos pero que conjuntan por su policromía blanca y dorada.
Gabinete de Platino
[editar]En el Gabinete de Platino, dominan las caobas con incrustaciones de bronce y platino. Fue terminado en 1808 y es obra de los arquitectos e interioristas franceses Percier y Fontaine. Mide unos 12 m² y todo el conjunto del gabinete fue construido y diseñado en Francia. El pavimento de mármoles también fue diseñado en Francia, pero fue ejecutado en España con mármoles españoles.
Plaza de San Antonio | ||
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Tipo | plaza | |
Parte de | Paisaje cultural de Aranjuez | |
Localización | Aranjuez (España) | |
Coordenadas | 40°02′03″N 3°36′20″O | |
La plaza de San Antonio, también conocida como plazuela de la Mariblanca, es un espacio público de la ciudad española de Aranjuez, en la Comunidad de Madrid.
Descripción
[editar]Se la conoce también como «de la Mariblanca» debido al conjunto escultórico conocido como la fuente de la Mariblanca (cuyo nombre real es la fuente de Venus) que decora el extremo norte de la plaza. A la plaza dan la Casa de Caballeros y Oficios, la iglesia de San Antonio, la Casa de Infantes y el jardín de Isabel II.
Hacia 1752, la plaza tenía otra fuente llamada el fuente del Rey, obra de Juan Domingo Olivieri, con una imagen del rey Fernando VI mirando al puente, pero en 1760 el rey Carlos III, ordenó retirar la estatua, y dos años más tarde se colocó la actual fuente de Venus, obra de Juan Reyna.
Paisaje cultural de Aranjuez | ||
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![]() ![]() Patrimonio de la Humanidad de la Unesco | ||
![]() Vista de la Iglesia de San Antonio. | ||
Localización | ||
País | ![]() | |
División | ![]() | |
Localidad | Aranjuez | |
Coordenadas | 40°02′11″N 3°36′34″O | |
Datos generales | ||
Tipo | Cultural | |
Criterios | ii, iv | |
Identificación | 1044 | |
Región | Europa y América del Norte | |
Inscripción | 2001 (XXV sesión) | |
El paisaje cultural de Aranjuez es un conjunto monumental que se encuentra en la localidad homónima, en la Comunidad de Madrid (España), y comprende diversos elementos: el palacio y los jardines ornamentales (jardines del Príncipe, de la Isla, del Parterre, del Rey y de Isabel II), huertas históricas, paseos arbolados y sotos (Pico Tajo, Doce Calles, Legamarejo, El Rebollo), obras hidráulicas, zonas agrícolas y el centro histórico. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001.1
Introducción
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El Paisaje Cultural de Aranjuez es una entidad singular de relaciones complejas e históricas entre la naturaleza y la actividad humana, los sinuosos cursos de agua de los ríos y el diseño geométrico del paisaje, la vida urbana y rural, y entre la fauna forestal y la arquitectura refinada. Los ríos Tajo y Jarama son las dos arterias principales de este Paisaje Cultural, una extensa zona (2047,56 ha) al sur de la Comunidad de Madrid. La zona de protección circundante se encuentra dentro de los límites del municipio de Aranjuez (16 604,56 ha).
Aranjuez es testigo de diversos intercambios culturales a lo largo del tiempo que han influido de manera significativa en el desarrollo de sus hitos y en la creación de su paisaje, convirtiéndose así en un modelo de uso del territorio por parte de la cultura. El proceso de transformación se remonta al reinado de Felipe II cuando, con la influencia de la Corona y la riqueza de la naturaleza como elementos determinantes, Aranjuez se estableció como Real Sitio en el siglo XVI. Los reinados de Fernando VI, Carlos II e Isabel II marcaron su evolución en los siglos XVIII y XIX. Este paisaje sobrevivió durante el siglo XX cuando se abrió para el disfrute del público.
La declaración comprende diversos elementos que conforman las diferentes zonas: huertos históricos, avenidas arboladas y sotos (Legamarejo, Picotajo, El Rebollo), el Palacio y los jardines ornamentales (jardines del Príncipe, de la Isla, del Parterre, del Rey y de Isabel II) y el centro histórico del siglo XVIII. La combinación conceptual de estas zonas crea una serie de paisajes que, en conjunto, conforman el Paisaje Cultural de Aranjuez. Este incluye el paisaje del agua (ríos, estanques, presas y acequias), el paisaje agrícola (huertos y viveros, ganaderías y praderas), el paisaje del ocio (jardines ornamentales), el paisaje ordenado (la geometría de las calles y plazas que conforman el espacio natural) y el paisaje construido (el palacio, la ciudad planificada, las carreteras y las construcciones agrícolas).
Elementos singulares dentro de la delimitación
[editar]Palacio Real
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Levantado en el mismo sitio donde se ubicaba una casa de los maestres de la Orden de Santiago, su edificación tuvo lugar a lo largo de distintas etapas. El proyecto inicial consistía en un edificio cuadrado, de dos plantas y con patio interior, cuya fachada principal se alargaría con dos alas, terminadas en torres, que solaparían los jardines del Rey y de la Reina.2 La primera fase constructiva tuvo lugar bajo Felipe II; las obras se llevaron a cabo entre 1565 y 1586, según el proyecto de Juan Bautista de Toledo, y continuadas por Jerónimo Gili y Juan de Herrera.3 Consistió en la construcción de la torre de la Capilla, parte de la fachada y el ala meridional.2 Felipe V ordenó continuar las obras y así, entre 1715 y 1733, se levantó el ala oriental y parte de la septentrional, además de una gran escalinata, bajo la dirección de Pedro Caro Idrogo.4
En 1741 Santiago Bonavía se hizo cargo de las obras y, hasta 1749, sustituyó la escalinata principal por una nueva, concluyó el ala septentrional y sector noroccidental y reformó la cubierta con dos niveles de desvanes.4 Posteriormente (1750-51), y ya bajo reinado de Fernando VI, realizó el sector central de la fachada.5 Por último, y por orden de Carlos III, Francisco Sabatini amplió el palacio entre 1771 y 1778 con dos alas al oeste de la fachada principal. Su fábrica es de ladrillo y piedra caliza de Colmenar, y el bicromatismo que genera fue una constante en las construcciones que se realizaron en Aranjuez desde ese momento.6
Jardín del Rey
[editar]Se ubica junto al ala sur del Palacio. Fue proyectado como un elemento más del conjunto palaciego por Juan Bautista de Toledo en 1561 y realizado por Juan de Herrera entre 1577 y 1582. Entre 1622 y 1623 se llevó a cabo, de la mano de Juan Gómez de Mora, una renovación del conjunto escultórico del jardín, cuya iconografía fue sustituida por otra relacionada con los emperadores romanos y con los antepasados del monarca. Posteriormente, en 1733, y con motivo de la realización del jardín del Parterre, fue eliminado el muro que cerraba su lado oriental, y en época contemporánea existe una barandilla de hierro.7
Presenta una planta cruciforme compuesta por dos ejes perpendiculares, en cuyo cruce se forma una plaza cuadrada, y por otros dos ejes transversales, lo cual da lugar a ocho cuadros plantados de boj. En la plaza central destaca una fuente de jaspe verde de planta mixtilínea realizada por Roque Solario en 1580, mientras que en los muros se sitúan hornacinas para bustos que representan los doce césares romanos y bancos de piedra.7 En el muro occidental se encuentra una estatua de Felipe II, obra de Pompeo Leoni de 1568, y a ambos lados de la misma dos medallones que representan a Carlos I e Isabel de Portugal, obra de Leone Leoni.8
Jardín del Parterre
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Se ubica en la parte trasera del palacio. Fue realizado entre 1728 y 1735, según un proyecto de Esteban Marchand, y supuso la introducción del modelo de jardín francés.9 Está compuesto por tres grandes grupos, organizados en torno a cuatro fuentes. El primer grupo presenta dos fuentes, las Nereidas, situadas simétricamente dentro de dos zonas de pradera bordeadas por seto de boj, y entre estas aparecen dos rotondas: una ovalada, con la figura de una corona en su interior, y otra circular, con una rosa de los vientos en seto de boj.10 El segundo grupo se organiza en torno al estanque de la fuente de Ceres, situado de forma transversal respecto al eje principal del jardín y enmarcado por una platabanda de flores y seto de boj. En el interior del estanque se dan tres grupos escultóricos.10
Por último, el tercer grupo, dentro del semicírculo que cierra el jardín por el este; en él se encuentra la fuente circular de Hércules y Anteo y piezas de pradera. Entre los tres grupos se sitúan piezas triangulares de césped, cuyo interior presenta arbustos y árboles ornamentales y están bordeadas con setos de boj.11 En origen, el jardín estaba cerrado por un muro en sus límites sur y este; sin embargo, en 1751 Santiago Bonavía lo sustituyó por una barandilla de hierro con pilastrones de piedra de Colmenar, y entre 1760 y 1763, bajo la dirección de Jaime Marquet, se realizó un foso perimetral con agua, a modo de ha-ha.
Jardín de la Isla
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Se sitúa al norte del palacio, en una isla artificial de aproximadamente 25 hectáreas de extensión, entre el río Tajo (desde la presa del Palacio hasta donde se encontraba el puente Verde) y una ría o canal. Fue promovido a iniciativa de Felipe II, como una representación del paraíso o locus amoenus, y trazado por Juan Bautista de Toledo en 1561; las obras se prolongaron desde ese año hasta 1564, y fueron continuadas por Juan de Herrera, con la ordenación de las fuentes en 1582.12 Se planteó un eje central principal, siguiendo la línea más larga de la isla, en el cual se situarían un conjunto de fuentes y en torno al que se desarrollaría un trazado ortogonal de cuadros rectangulares, con la simetría como protagonista. En su extremo occidental, el eje se quiebra 120° en dirección suroeste hacia el puente del Tajo.13
Felipe III inició una reforma de su iconografía y su sucesor, Felipe IV, continuó la labor, contando para ello con la dirección de José de Villarreal. Tras el grupo escultórico del puente del Canal, en primer lugar se encuentra la fuente de Hércules y la Hidra. Le siguen, a lo largo del eje principal, la fuente de Vertumno, la fuente del Anillo, la fuente de las Harpías, la fuente de Venus, la fuente de Baco y la fuente de Neptuno.14 Otros espacios del jardín, al margen del trazado original y realizados en el siglo XVIII, son el Salón de los Reyes Católicos, en cuyo inicio se encuentra la fuente de la Boticaria,15 y el jardín de Diana, con la fuente del mismo nombre.16
Jardín del Príncipe
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Situado al norte de la calle de la Reina, y delimitado por el río Tajo, su realización tuvo lugar en el último cuarto del siglo XVIII con la intención de unificar distintas actuaciones anteriores con nuevos espacios trazados bajo el concepto de jardín paisajista.17 Dichas actuaciones habían sido la organización de unas huertas entre 1553 y 1561 por Jerónimo de Algora y Juan Bautista de Toledo, bajo Felipe II, y la construcción del embarcadero y la calle homónima bajo Fernando VI. Estas actuaciones fueron reestructuradas bajo Carlos III y, finalmente, Carlos IV terminaría los cuatro últimos jardines.18 En su ejecución trabajaron Pablo Boutelou, entre 1775 y 1784, y él mismo y Juan de Villanueva entre 1785 y 1808.17
El jardín posee una longitud, entre un extremo y otro, de aproximadamente tres kilómetros.19 Su cerramiento se comenzó a levantar entre 1758 y 1759, de la mano de Santiago Bonavía, y los trabajos continuaron a partir de 1785. Tras la interrupción debida a la guerra de la independencia, se completó en 1845.18 El acceso desde la calle de la Reina se produce a través de 15 puertas, algunas de ellas monumentales, siendo la principal la situada más cercana al palacio.19 En los ocho espacios que lo componen destacan fuentes como las de Narciso y Apolo, las islas americana y asiática, el estanque chinesco y la Casa del Labrador.
Casa del Labrador
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Ubicada en el extremo oriental del jardín del Príncipe y ejemplo de la arquitectura neoclásica, se trataba de un capricho destinado al recreo y diversión de Carlos IV, lejos del protocolo de Palacio. La casa sufrió dos fases constructivas. Una primera, entre 1794 y 1796, de la mano de Juan de Villanueva, en la que se levantó un edificio rectangular, con planta baja, principal y ático, fábrica de ladrillo y sin decoración exterior.20 Buscaba parecer una típica casa de labor —de ahí su nombre— como complemento al paisaje del jardín.21
La segunda fase, entre 1798 y 1804, consistió en una ampliación y reforma del edificio de la mano de Juan de Villanueva e Isidro González Velázquez, con la construcción de dos alas laterales, la creación de un patio de honor cerrado y el enriquecimiento de su decoración tanto interior como exterior. Así, en su fachada, la escayola adquiere protagonismo y presenta almohadillado en el piso bajo, hornacinas para estatuas y marcos de los balcones en el piso principal, y tableros con frutas y flores en el ático.22 En las hornacinas se colocaron figuras de escayola, obra de Joaquín Arali, y en los pedestales de la verja y las balaustradas de las terrazas se instalaron, en 1805, veinte bustos de emperadores romanos.23
Paseos arbolados, huertas y sotos
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Entre la presa del Embocador, por el este, hasta los cauces de los ríos Tajo y Jarama, por el oeste, se extiende una amplia extensión de terreno caracterizada por su riqueza natural y por el ordenamiento llevado a cabo en ella. El elemento más singular de la misma son los paseos arbolados, constituidos por un camino flanqueado por alineaciones de árboles en sus márgenes; además de embellecer los accesos a Aranjuez y amenizar los paseos de la Corte, sirvieron para estructurar y urbanizar el conjunto de huertas, prados y sotos a través de una trama en cuyo trazado inicial se aplicaron recursos estéticos del Renacimiento, como simetría, proporcionalidad, geometría y perspectiva.24 Puede así considerarse como el primer caso de ordenación territorial en el oeste de Europa, con un dominio de la arquitectura del paisaje que hicieron de Aranjuez pionera.25
La zona de Picotajo fue donde se inició esta ordenación en tiempos de Felipe II. Contaba con dos puentes, uno sobre el antiguo cauce del Jarama y otro sobre el Tajo, que formaban parte del antiguo itinerario de los Reyes desde Madrid al Palacio. El camino entre ambos —llamado Entrepuentes— fue el primer vial que se arregló, en 1553, y siete años después ya contaba con alineaciones de árboles, una plaza central y la previsión de construir junto a ambos puentes otras plazas semicirculares. En 1561, momento en el que Juan Bautista de Toledo planificaría el entramado de paseos a partir de dichas plazas,26 se trazó la calle de la Ventanilla, desde la plaza del Tajo, que sirvió posteriormente como eje de simetría para ubicar la glorieta de las Doce Calles equidistante de la plaza del Jarama.27 La explanación de las calles se acompañó de los trabajos necesarios para la acometida de riego, incluidas arcas, compuertas, zanjas y caceras, gracias a los cuales se pusieron en cultivo los terrenos entre las calles, con huertas y árboles frutales.27
Si bien en las dos primeras plazas solo podían confluir cinco paseos debido al cauce de los ríos, en la glorieta de las Doce Calles ese problema no existía y se trazaron doce paseos orientados a los puntos cardinales. Su explanación y arbolado se adjudica a Felipe III en 1613, aunque ya aparece citada en los años setenta del siglo XVI,28 y los terrenos de su entorno se usaron, en un principio, como pastos. Al oeste de Picotajo se encuentra el soto de Legamarejo, en la confluencia de los ríos; las crecidas de estos y los légamos que depositaban fueron modificando su extensión y configuración y así, al principio, para acceder a sus terrenos había que cruzar un puente sobre el Jarama. Desde el siglo XVIII estuvo dedicado a pastos para la Real Yeguada y cultivos, y aquí se ubicó, a principios del siglo XX, el Real Hipódromo de Legamarejo. Por último, al este de Doce Calles se extiende el soto del Rebollo, cuyo nombre proviene de la existencia de un antiguo robledal. Sus terrenos se utilizaron como cazadero hasta que en 1839 se trasladó aquí la Real Yeguada, y desde el siglo XX se destina a tierras de cultivo.
Calle | Longitud (m) | Especies | Año | Calle | Longitud (m) | Especies | Año |
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De los Tilos (Entrepuentes) | 760 | Álamo negro del Canadá | 1553 | Del Embarque | 690 | Plátano de sombra | 1613 |
De la Ventanilla | 680 | Álamo negro del Canadá, Nogal común, Morera | 1561 | De Chillones | 1200 | Plátano de sombra | 1613 |
De Madrid | 390 | Plátano occidental, Álamo negro | 1564 | De la Casa de Vacas | 150 | Plátano de sombra | 1613 |
De la Princesa | 5340 | Plátano de sombra, Falso plátano, Sófora | 1592 | Camino Real | 265 | Plátano de sombra | 1637 |
De la Romana | 450 | Tilo de hoja ancha, Álamo negro | 1592 | Del Angostillo | 470 | Tilo de hoja ancha, Álamo negro | 1737 |
De la Reina Victoria | 490 | Álamo negro del Canadá | 1592 | De Lemus | 1200 | Plátano de sombra, Fotinia | 1756 |
Del Mallo | 1745 | Almez, Cinamomo, Olmo | 1592 | De Colmenar | 1890 | Plátano de sombra | 1770 |
Del Rey | 880 | Plátano de sombra | 1592 | De las Praderas | 680 | Plátano de sombra | 1773 |
Del Bonetillo (Media Luna) | 1430 | Roble común, Álamo negro | 1592 | De las Guardias Españolas | 470 | Plátano de sombra | 1773 |
De Sotopela | 810 | Plátano de sombra | 1592 | De las Guardias Valonas | 385 | Plátano de sombra | 1773 |
De la Montaña | 480 | Tilo de hoja ancha | 1613 | De los Coroneles | 550 | Plátano de sombra | 1773 |
Sin Salida | 600 | Plátano de sombra | 1613 | Al este de la plaza Cirigata | 220 | Plátano de sombra | 1775 |
De la Berruga | 1100 | Nogal común, Álamo blanco | 1613 | De Toledo | 8580 | Plátano de sombra |
Por otro lado, a lo largo del Tajo se encuentran los sotos, comunidades vegetales compuestas por especies favorecidas por la proximidad al agua. Antiguamente cubrían una extensión mayor, a modo de bosque, pero debido a la acción antrópica se eliminaron en la ribera sur del Tajo. En su ribera norte, el ordenamiento llevado a cabo fue menos agresivo con el medio natural y su vegetación típica se mantiene en arboledas de cierta entidad junto al río. Son un refugio idóneo para la avifauna, además de suavizar los efectos de elementos climáticos como el viento y la helada. Entre ellos destaca El Rebollo; es el mejor preservado del tramo medio y bajo del Tajo y acoge especies vegetales como mimbre bardaguera, regaliz, esparcilla, hierba del escorbuto, lepidium cardamines, brachyapium dichotomum, y animales como gineta, garduña o lirón careto, además de numerosos reptiles, anfibios y aves. El Rancho Grande, en la zona de Legamarejo, está compuesto principalmente por álamos blancos y presenta una espesa maleza de zarzas, además de periploca graeca. Por último, en la Junta de los Ríos —también en Legamarejo— se pueden encontrar tamarix gallica, tamarix africana, cañas y zarzas.
Plazas y glorietas
[editar]Como parte del conjunto de elementos que conforman y configuran los sotos históricos, están las distintas plazas o glorietas. La más emblemática es la glorieta de las Doce Calles, que resulta fundamental en la configuración de todo ese espacio. Concebida por Juan Bautista de Toledo, se tienen noticias de la misma desde los años 70 del siglo XVI.28 Está constituida por una plaza circular, con plantación de árboles en todo su perímetro, que desde el siglo XVIII cuenta con un cerramiento circular, de 73 metros de diámetro, compuesto por muro bajo de piedra de Colmenar —interrumpido por doce aberturas frente a las doce calles—, pilastras y pilastrones de ladrillo, y valla de madera de tilo (de iroko desde su rehabilitación en 2011).29 Los pilastrones se rematan con copas, mientras que las pilastras presentan un adorno oval. Otra de las plazas es la de la puerta de Cirigata, situada al norte de la anterior, y que constituía el lugar de entrada al Real Sitio en época borbónica. De planta circular, presenta un cerramiento similar al de las Doce Calles, aunque su datación es posterior, de mediados del siglo XIX, y en lugar de piedra de Colmenar se utiliza piedra artificial.30
Al suroeste de las Doce Calles, al final de la calle de la Princesa, se encuentra la plaza de Legamarejo. Ubicada junto al punto donde existía un puente sobre el antiguo cauce del Jarama, presenta una puerta realizada por Santiago Bonavía en 1756; esta formó parte de la tapia de piedra que, desde tiempos de Fernando VI, cerraba las huertas de Picotajo, y consta de cuatro pilastrones de ladrillo, similares a los de Cirigata y Doce Calles.30 Al sur de Legamarejo, en el otro extremo de la calle de Lemus, está la glorieta de los Mosquitos. En el siglo XVIII el Tajo discurría junto a ella y desde ese punto partía otra calle hacia la entonces Junta de los Ríos, donde había un mirador. Por último, en la calle de los Tilos se ubica la plaza del Bonetillo, en origen de planta cuadrada, y al final de la misma se encuentra la plaza de la Isleta, donde estaba el puente sobre el Tajo para acceder a la Isla y al Palacio.
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