sábado, 25 de enero de 2025

HISTORIA DE ESPAÑA

 CONJUNTOS MONUMENTALES

Alcázar de Salamanca
Bien de interés cultural
Ubicación
PaísBandera de España España
Comunidad Castilla y León
Provincia Salamanca
LocalidadSalamanca
UbicaciónCerro de la Peña Celestina
Coordenadas40°57′37″N 5°40′18″O
Características
TipoAlcázar urbano
Parte deCerca Vieja de Salamanca
ConstrucciónSiglo XII
Construido porAlfonso VI de León
Reconstrucción1280
Reconstruido porSancho IV de Castilla
Período en usoSiglos XII a XV
Destrucción1472 o 1474
MaterialesMampostería irregular y Mos Quadratum
EstadoRuina progresiva
PropietarioUniversidad de Salamanca

El Alcázar de Salamanca es una antigua fortaleza militar urbana ubicada en el extremo suroeste del recinto amurallado medieval de la ciudad de Salamanca. Actualmente pueden observarse sus restos arqueológicos abandonados en la Vaguada de La Palma, sobre el extremo occidental de la Peña Celestina,1​ núcleo primigenio de la ciudad durante la Repoblación de la Extremadura Leonesa en el siglo XI.

Historia

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Los restos arqueológicos actualmente visibles se corresponden con la fortaleza reedificada por el infante Sancho en 12802​ sobre los restos de una fortificación anterior, el denominado "Castillo Viejo" en la documentación medieval2​, posiblemente datable en época de la segunda Repoblación de Salamanca a finales del siglo XI y principios del XII, dirigida por Raimundo de Borgoña a instancias de su suegro el rey Alfonso VI de León. La existencia de una fortaleza anterior viene corroborada por la lista de alcaides conocidos, nombrados en la escasa documentación disponible al menos desde 1206-1210, 70 años antes de la reedificación por parte del infante Sancho.2

En 1288 Lope de Haro, partidario del infante Juan de Castilla el de Tarifa asaltó el alcázar y se apoderó del mismo, siendo desalojado poco después por la enfurecida población local, partidaria de Sancho IV de Castilla.3

La documentación medieval también señala que en marzo de 1441 el alcázar se hallaba bajo la tenencia de Pedro Maldonado, siendo su alcaide Fernando López de Saldaña, quienes se vieron obligados, por orden del rey Juan II de Castilla, a entregársela a Fernando Álvarez de Toledo, I Conde de Alba.4​ Pocos meses después, la tenencia del alcázar retornó a Pedro Maldonado. Estos hechos constituyen un episodio más dentro de las luchas entre las distintas banderías de la ciudad durante el siglo XV, que a su vez, se enmarcan en los conflictos nobiliarios y guerras civiles en la Corona de Castilla durante dicho siglo, provocados por los intentos de los monarcas castellanos de reducir el poder de la nobleza.

A comienzos del reinado de Enrique IV de Castilla se conoce, a través de un documento fechado el 20 de enero de 1456 en Ávila, que era alcaide del alcázar Pedro de Castilla y Salazar, nieto del rey Pedro I el Justiciero, quien en medio del ambiente de violencia de las banderías en la ciudad recibía por la tenencia un sueldo de 6000 maravedíes anuales.5​ Otro documento del 23 de julio de 1462 informa del nombramiento de un nuevo tenente, el comendador y vasallo real Juan de Soguino, con un gran incremento del sueldo respecto a su predecesor al cobrar 25.000 maravedíes anuales, pagos repetidos al mismo tenente mediante libramientos en 1463 y 14645​ probablemente como consecuencia del recrudecimiento de la violencia urbana al lograr el predominio en la ciudad el bando de San Benito, opuesto a Enrique IV.6​ Esta bandería logró controlar el alcázar, y con él la ciudad, tras el asalto de sus milicias al mando del regidor local Pedro de Hontiveros en 1464, lo que agravó los enfrentamientos banderizos hasta que el obispo Gonzalo de Vivero logró recuperar su control.6

Las últimas informaciones documentales apuntan a su derribo a partir del 13 de septiembre de 14721​ ejecutado por el Concejo de la Ciudad de Salamanca bajo permiso regio de Enrique IV,6​ interesados ambos, Concejo y Monarquía, en acabar con su uso como refugio de la nobleza levantisca y otros "malhechores". Sus restos pasaron a ser propiedad del Concejo, siendo reaprovechados el solar y los restos de la fortaleza para la construcción del Convento de San Cayetano en 1701.2

Arquitectura

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Detalle de los paramentos medievales de la torre del homenaje en la base del nuevo edificio de la Universidad
Detalle del basamento medieval del torreón neomudéjar

Las estructuras principales actualmente conservadas se reducen a un muro y el basamento de una desmesurada torre del homenaje, edificada a base de hiladas de mampostería irregular concertada y calzos de ripia de pizarra, técnica constructiva fechada entre los siglos XI al XIII.2​ Esta torre se adapta a la línea conformada por la muralla altomedieval de Salamanca, la conocida como "Cerca Vieja", en la que, seguramente, substituyó a un torreón cuadrangular anterior. A escasos metros del torreón, inicia su recorrido parte de la "Cerca Nueva", en la cual se abre un vano a modo de portón rectangular que daría servicio de acceso desde la Vaguada de La Palma al interior de la fortaleza, y que cerraría el embudo formado por la Vaguada y el Arroyo de La Palma al enlazar en línea recta con el Cerro de San Vicente.7

Otra torre de menor envergadura se halla a la derecha de la anterior, igualmente adosada al paramento externo de la "Cerca Vieja", edificada sobre una plataforma de sillares de arenisca de datación incierta que une ambas estructuras y sirve de asiento a una escalera de probable factura moderna.2​ La torre presenta tres fases constructivas, siendo la inferior de grandes sillares de granito, una intermedia de sillares de arenisca en "Mos Quadratum" medieval y marcas de cantero, y un remate final en cal y ladrillo macizo de estilo neo-árabe, único resto del desaparecido Cuartel de Intendencia de principios del siglo XX.2

Estado actual

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A pesar de tratarse inequívocamente de un Bien de Interés Cultural,n 1​ su estado se define como de ruina progresiva en el Catálogo de Bienes Inmuebles de la Junta de Castilla y León. Esto se debe, sobre todo, a la abusiva reutilización de las estructuras de su fábrica en construcciones domésticas de época contemporánea y a la conocida debilidad ante los agentes atmosféricos de las areniscas que componen mayoritariamente su fábrica. A estos factores históricos y naturales de degradación se unen el hecho de que jamás se ha realizado excavación arqueológica alguna en su interior, ni en los últimos años se haya procedido a restaurar o, siquiera, a consolidar nada de la fábrica original de la fortaleza. Cualquier simple visitante sin conocimiento alguno de arquitectura puede observar tramos enteros del trazado de la fortaleza sin su paramento externo, mostrando el relleno interno de piedras y argamasa al exterior, así como parte de la plataforma existente entre las torres y la escalera suspendidas en el aire a merced de la gravedad. Por no hablar de la existencia de vigas de acero encastradas en los cimientos de la plataforma para sostener redes de seguridad para evitar daños mayores a posibles curiosos, así como otros residuos de construcción (andamios, cascotes, ferrallas, etc.).

En 2007 se han llevado a cabo trabajos de restauración de las edificaciones asentadas sobre la torre principal, dos casas del siglo XIX propiedad de la Universidad de Salamanca, en la actualidad destinadas a dependencias administrativas y despachos del profesorado de la Facultad de Ciencias Químicas. Estas obras, lejos de contribuir a recuperar un monumento de notable importancia para la ciudad, han contribuido a un mayor y visible deterioro (brechas en las estructuras para adaptar las conducciones eléctricas y las canalizaciones de agua y electricidad, chorretones de cemento y hormigón del enfoscado de las casas superiores, etc.).






Cueva de Salamanca
Coordenadas40°57′36″N 5°39′53″O
PaísEspaña
Cueva de Salamanca

La Cueva de Salamanca es un enclave legendario de la ciudad de Salamanca (España) donde, según la tradición popular, impartía clase el Diablo. Dicha cueva se corresponde con lo que fue la cripta de la ahora inexistente iglesia de San Cebrián.

Miguel de Cervantes dio un tratamiento burlesco a la leyenda en su entremés La cueva de Salamanca (1615). El novohispano Juan Ruiz de Alarcón, muy aficionado al esoterismo, y que conoció a Miguel de Cervantes y su entremés, publicó la comedia La cueva de Salamanca, en la que niega que en la cueva se practicasen las artes oscuras. También es mencionada en un poema de Walter ScottThe Ride to Melrose:

A wizard of such dreaded fame
That when, in Salamanca's cave,
Him listed his magic wand to wave,
The bells would ring in Notre Dame
.
The Ride to Melrose

Es igualmente citada en Disquisiciones mágicas, del jesuita Martín del Río.1​ La tradición se trasladó a Hispanoamérica, en varios de cuyos países se denomina salamancas a los antros donde brujas y demonios celebran sus aquelarresWashington Irving, en su relato El soldado encantado, incluido en Leyendas de la Alhambra, también menciona la cueva.

La leyenda española

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La obra de Raoul Lefèvre Recuyell of the Historyes of Troye, publicada en 1464, atribuye fantásticamente a Hércules la fundación de una academia donde se impartían enseñanzas mágicas en una cueva de Salamanca:

A tal objeto labró un gran hoyo en la tierra, dentro del cual puso las siete artes liberales y otros muchos libros. Luego convocó a los naturales del país para que frecuentasen dicha cueva; pero como eran rudos y no comprendían tanta maravilla, y el mítico fundador tenía que continuar sus proezas en otros escenarios, concilió su designo de que tal estudio fuese mantenido con la construcción de una estatua suya, a la que confirió el don de la palabra, encomendándole las respuestas de los celosos estudiantes que quisiesen de veras aprender, como si Hércules estuviese allí en persona.
Manuel García BlancoSiete ensayos salmantinos, pp. 80-1

La tradición popular, olvidadiza de Hércules, asignó pronto la labor docente a Asmodeo o algún otro demonio, que durante siete años, en oscuridad de la noche, daba clase de adivinación y otras artes tenebrosas a siete alumnos. Terminada la carrera, se echaba a sorteo y uno de ellos quedaba en manos del Demonio. Según se dice, el Marqués de Villena (personaje legendario inspirado en Don Enrique de Villena) fue uno de los estudiantes aventajados del Demonio, del que consiguió escapar con vida, aunque dejó en manos de El Malvado su sombra, quedando así marcado de por vida como uno de sus adeptos. Una variante de la leyenda adjudica el papel de discípulo burlador al sacerdote bajonavarro Axular, principal autor de la Escuela de Sara, de escritores en vascuence. Como catedrático de la Cueva, además del diablo, se cita a un sacristán o bachiller, Clemente Potosí, o a una cabeza parlante (que recuerda al Bafomet templario, pero que probablemente fuera un recuerdo de la estatua de la leyenda que cita García Blanco).

El humanista y fidalgo portugués Francisco Botello de Moraes y Vasconcelos, descendiente de los marqueses de Astorga, recrea la tradición en su obra Historia de las cuevas de Salamanca (1734), en la que sitúa en la Cueva a dos personajes mágicos: la Madre Celestina y una demonesa, Mariálvara, con cuerpo de mujer y patas de cabra. En esta obra ofrece el primer intento de explicar el dicho "quedó cacareando y sin pluma como el gallo de Morón".

La cueva en cuestión se encuentra en un lugar preciso de Salamanca: la sacristía de la iglesia de San Cebrián. Durante su reinado, Isabel la Católica ordenó tapiar preventivamente el acceso con argamasa y piedras (caementis saxisque). Tras la destrucción de la iglesia que la albergaba a finales del siglo XVI, la cueva sirvió como trastero del palacio del Mayorazgo de Albandea, y posteriormente fue utilizada como trastero de una panadería y carbonería. En el siglo XX, a inicios de los años 90, se excavó concienzudamente la zona, situada en la Cuesta de Carvajal, a la espalda de las catedrales, y los hallazgos realizados fueron expuestos al público en 1993, constituyéndose una zona arqueológica formada por la llamada torre de Villena (alusiva al marqués), la planta de la iglesia de San Cebrián y la Cueva de Salamanca. La cueva es igualmente mencionada en Disquisiciones mágicas (1599-1600), del jesuita Martín del Río.

La leyenda hispanoamericana

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Por proximidad semántica y paronomasia se asoció el nombre de Salamanca, ciudad considerada por el oscurantismo como sede principal de las actividades nigrománticas, con las palabras salamandra (anfibio considerado un elemental del fuego) y mántica (adivinación), dando lugar a términos como salamántiga y salamántica. De la misma familia de palabras proviene el nombre del reptil denominado popularmente salamanquesa.

En varios países hispanoamericanos, como ArgentinaChileUruguay, y estados del sur de Brasilsalamanca designa a una cueva (similar a la Cueva de Salamanca) en la que se reúne el Diablo con sus adeptos, o a una salamandra que vive en dichas cuevas. Salamanca es el nombre que recibió popularmente la práctica y los lugares asociados con las prácticas religiosas de los aborígenes de estos territorios durante el período colonial. La política eclesiástica de "Extirpación de Idolatrías" (proceso paralelo a la inquisición, pero en el Virreinato del Perú), desde el siglo XVI persiguió las prácticas religiosas de los nativos, asociándolas con el mal y la figura cristiana del Diablo buscando evangelizar a las poblaciones indígenas, condenando su religión. En tanto modo de producir la alteridad, la persecución eclesiástica de estas prácticas y el control colonial de los lugares sagrados precoloniales sirvieron para conquistar y homogeneizar las poblaciones vernáculas que se buscaban dominar. Taky Ongoy fue una de esas prácticas que era asociada por la iglesia colonial con la brujería de los indígenas y el culto al demonio.






Monumento a Colón
Ubicación
PaísBandera de España España
UbicaciónPlaza de Colón
Coordenadas40°57′45″N 5°39′50″O
Características
TipoEscultura
AutorEduardo Barrón González
Historia
Inauguración9 de septiembre de 1893
Dedicado aCristóbal Colón

El monumento a Cristóbal Colón de Salamanca es obra del escultor zamorano Eduardo Barrón González. Se encuentra en el centro de los jardines de la plaza de Colón de la ciudad.

En el siglo XIX coincidiendo con las celebraciones del IV centenario del descubrimiento de América diversas ciudades de España decidieron levantar un monumento conmemorativo del acontecimiento. El monumento salmantino se inauguró el 9 de septiembre de 1893.

Muestra al descubridor sobre un pedestal, con un globo terráqueo en las manos y a sus pies las cartas de navegación. El pedestal es también posee en un lateral un medallón con Fray Diego de Deza, en otro lado muestra la imagen de Isabel I de Castilla.

Su postura del almirante, señalando con el dedo hacia el oeste, generó una coplilla popular:

¿Hacia dónde apunta Colón?
A la calle de Pan y Carbón.

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