miércoles, 9 de octubre de 2024

HSTORIA DE ESPAÑA

 Coordenadas: 39°25′41″N 6°22′14″O (mapa)

Ermita de Santa Ana
Localización
PaísBandera de España España
Comunidad Extremadura
LocalidadCáceres
DirecciónCentro de Formación de Tropa n.º 1
Coordenadas39°25′41″N 6°22′14″O
Información religiosa
CultoIglesia Católica
PatronoSanta Ana
Historia del edificio
Construcción1556
Reconstrucción1996
Datos arquitectónicos
TipoErmita

La ermita de Santa Ana es una ermita del siglo XVI ubicada en el municipio español de Cáceres. Se ubica en el recinto militar del Centro de Formación de Tropa n.º 1, que desde mediados del siglo XX la utiliza como su capilla castrense.

Fue construida en una zona rústica, unos 5 km al sur de la entonces villa de Cáceres, como oratorio de campo de la parroquia de Santa María, que la abandonó a principios del siglo XIX. Su estado actual como capilla castrense data de una restauración llevada a cabo en 1996 por el Ministerio de Defensa y Caja de Extremadura.

Historia

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La ermita de Santa Ana fue construida en 1556 por encargo de Juan Velázquez, señor de Loriana, vecino de Cáceres que cedió el terreno de una finca de su propiedad. El cantero Pedro Gómez dirigió la obra, firmando con Juan Velázquez un contrato en el que se indica que el edificio se asentaba sobre una ermita preexistente en ruinas, cuyo origen se desconoce. En sus primeros años padeció problemas de organización, ya que en ella se establecieron dos cofradías, una con sede en la propia ermita y otra en la parroquia de Santa María; ambas cofradías se unificaron en 1564, época en la cual se construyó una pequeña casa para albergar a la familia del ermitaño.12

Durante el periodo de funcionamiento de la cofradía, se llevaron a cabo dos grandes restauraciones integrales en el edificio, la primera en 1611-1613 y la segunda en 1764-1765. Fue la única ermita cacereña que Antonio Ponz mencionó en su Viaje de España, aunque en dicho documento no describía el edificio sino la finca de su entorno, propiedad de los duques de Abrantes. A finales del siglo XVIII, el entorno de esta ermita fue durante dos décadas el lugar de enterramiento de los niños fallecidos a muy corta edad en la entonces villa de Cáceres. La ermita cayó en desuso a partir de 1805, cuando se disolvió la cofradía por falta de interés de los vecinos de la localidad en mantenerla.23

Tras desaparecer la cofradía, la ermita siguió siendo formalmente un edificio dependiente eclesiásticamente de la parroquia de Santa María, parroquia que desapareció en la práctica en 1957 al elevarse su iglesia parroquial al rango de concatedral; sin embargo, el edificio empezó a presentar un estado ruinoso, por lo que en el siglo XIX dejó de celebrarse su tradicional romería y el área pasó a ser un refugio para bandoleros. En las décadas de 1930 y 1940, varios devotos promovieron pequeñas obras que impidieron la ruina total, aunque no llegaron a reconstruirla completamente. En 1950, la finca en la que se ubica la ermita fue comprada por el Ministerio del Ejército a dos hermanos portugueses, con la intención de crear aquí instalaciones militares.34

En 1960-1961, por orden del coronel del regimiento Argel nº 27, con sede en el cuartel Infanta Isabel, se restauró parcialmente el edificio, con intención de convertirlo en la capilla castrense del nuevo Centro de Instrucción de Reclutas que en 1964 se abrió en los terrenos de la ermita; esta nueva instalación militar llevaba originalmente el nombre "CIR Santa Ana" en honor a esta ermita. La obra inicial solamente afectó al pórtico y a la sacristía, ampliándose entre 1974 y 1977 con una segunda pequeña obra en la que se instalaron la espadaña y una habitación, lo que en la práctica hacía que el edificio siguiera en un estado ruinoso y necesitase más obras para poder usarse como capilla: mientras que en sus primeros años los reclutas iban aquí a misa, en poco tiempo hubo que habilitar una capilla en las nuevas instalaciones por temor a la situación del techo de la ermita.3456

Con los cambios políticos, sociales y culturales que se produjeron durante el reinado de Juan Carlos I, comenzó un debate en España sobre cuál debía ser la relación entre la Iglesia católica y las Fuerzas Armadas, que habían estado estrechamente unidas durante la dictadura franquista y que ahora se hallaban en un Estado que, si bien no era estrictamente laico, era aconfesional. En este contexto histórico y dada la dificultad económica de una restauración completa, a lo largo de la década de 1980 quedó la ermita abandonada, utilizándose las ruinas como almacén y como polvorín auxiliar, y en 1986 el "CIR Santa Ana" pasó a denominarse "CIR Centro". Sin embargo, este abandono movilizó a numerosos vecinos de la ciudad, que en 1994 crearon una plataforma para salvar el edificio dirigida por el historiador local Alonso Corrales Gaitán, llevándose a cabo en 1996 una restauración financiada conjuntamente por el Ministerio de Defensa y Caja de Extremadura, datando de aquel año el aspecto actual de la ermita.4578

Descripción

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Dentro del recinto militar, la ermita se ubica en una zona ajardinada junto al arroyo de Santa Ana, afluente del río Salor que nace en esta zona de la ciudad.9​ Estos jardines fueron creados por sus propietarios anteriores, la familia Carvajal, quienes aprovecharon la orografía y la presencia de aguas subterráneas para traer plantas del norte de África.6

El edificio, construido según la arquitectura popular de la zona, se estructura en torno a una capilla principal de planta cuadrada, en cuya cubierta de madera y tejas destaca una cúpula semiesférica. Los muros fueron construidos en su origen con arcilla y paja, aunque en la reforma de 1996 se añadió un enfoscado con mármol. La estructura se completa en el exterior por un pórtico con arcos de medio punto y arcos escarzanos que sirve de acceso principal, contrafuertes con aspecto de torreones con remate cónico y una espadaña.1011

La decoración de la ermita es muy escasa. En la fachada interior del pórtico, sobre la puerta de acceso hay un fresco del siglo XVI que representa a Santa Ana y un ángel. Se atribuye la autoría de este fresco al pintor local Juan de Ribera, autor de las famosas pinturas de la ermita de San Jorge. En el interior del edificio hay una imagen de Santa Ana con la Virgen.111213

Uso actual

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Desde 1964, la función teórica de este edificio es la de servir como capilla castrense del recinto militar en el cual se ubica aunque, como ocurre en toda instalación militar, podría destinarse a otra función si las necesidades de la defensa nacional así lo exigen; un ejemplo de ello fueron las épocas en las que se utilizó como almacén y como polvorín auxiliar. La ermita no pertenece eclesiásticamente al Arzobispado Castrense de España, sino a la diócesis de Coria-Cáceres, por haber pertenecido durante siglos a la parroquia de Santa María, actualmente concatedral de la diócesis.4

Al hallarse en un recinto militar, normalmente el acceso al edificio solo se permite a los militares acuartelados y demás personal expresamente autorizado. Sin embargo, se permiten las visitas turísticas a la ermita con la condición de solicitarlo previamente por escrito y acceder en grupo; estas condiciones, unidas al hecho de que la ermita es actualmente poco conocida en la ciudad, limitan normalmente las visitas a ocasionales excursiones escolares.


El antes y el después de la ermita de Santa Ana, el cementerio de los niños de Cáceres

El Campamento Santa Ana debe su nombre a una ermita construida a mediados del siglo XVI en la dehesa denominada ‘Alcores de Santa Ana y de Don Juan’, en terrenos que desde el 23 de marzo de 1950 son propiedad del Ministerio de Defensa. El Estado compró estas tierras a dos hermanos portugueses, por 7.200 euros, para destinarlas a campo de tiro y para hacer instrucción el regimiento Argel 27, pasando la ermita a ser capilla castrense. En 1964 todo este terreno se convirtió en el CIR Centro y numerosos reclutas escucharon misa en la ermita, hasta que se suprimieron las celebraciones religiosas al temer que se cayera el techo sobre los jóvenes que hacían la mili en Cáceres. Se pasó a celebrar las misas en la iglesia que se levantó en el núcleo del CIR, llevando allí la imagen de Santa Ana que estaba en la ermita.

En el año 1996 el Ministerio de Defensa decidió restaurar la ermita. Se gastaron 84.000 euros en las obras que fueron realizadas bajo la dirección del capitán ingeniero José Gracia Arenas. La mayor parte del dinero procedió de una ayuda de la Caja de Ahorros de Extremadura.

Cuando los obreros comenzaron a trabajar en la ermita su estado era totalmente ruinoso. Unos arcos encuadran la entrada de la ermita. Sobre la puerta hay un fresco del siglo XVI, en muy mal estado entonces, que representa a Santa Ana y un ángel, con la leyenda ‘Ora pro nobis’. Junto a los arcos de la entrada se levanta un campanario. En el interior de la ermita hay dos estancias con bóvedas. Los obreros tiraron una casa en ruinas que estaba adosada a la ermita.

En las siguientes fotografías veremos como estaba la ermita en 1996 cuando se empezó la obra de rehabilitación:

 

Vista panorámica de la ermita en agosto de 1996.

Vista panorámica de la ermita en agosto de 1996.

 

Entrada con los arcos.

Los arcos de la entrada, en la que se aprecia parte del fresco.

 

En la rehabilitación se invirtieron 7.200 euros.

En la rehabilitación se invirtieron 7.200 euros.

 

Un lateral de la ermita.

Un lateral de la ermita.

 

Lo que quedaba del fresco en el que se representaba a Santa Ana y a un ángel.

Lo que quedaba del fresco en el que se representaba a Santa Ana y a un ángel.

 

El investigador Alonso Corrales Gaitán ha indicado que la ermita se construyó en 1556 por decisión del mecenas Juan Velázquez de Ávila, realizando la obra el cantero Pedro Gómez.

Los cacereños tenían gran veneración a la madre de la Virgen María. La invocaban para tener una buena muerte, pedían su ayuda contra la esterilidad y la consideraban protectora de los niños, pidiéndole socorro para ahuyentar las fiebres de los bebés. El ser tomada protectora de los más pequeños, debió ser la razón de que, durante un tiempo, en sus alrededores se enterraran los niños muertos en Cáceres. Así figura en un documento fechado en 1790.

Durante 100 años estuvo vinculada a la familia Carvajal, que intentó crear alrededor de la ermita un vergel, con vegetación traída del norte de África. Puede que por eso en este lugar se encuentre una palmera. El jardín se alimentaba del agua subterránea que hay en la zona y una colina lo protegía.

El periodista Fernando García Morales, en su libro ‘Ventanas a la ciudad’ recordaba que los cacereños acostumbraban a ir en romería a la ermita de Santa Ana, que se tenía como abogada de los que sufrían cojera. Escribió que se cantaba esta copla: “Todos los cojos/ van a Santa Ana,/ yo también voy,/ con mi pata galana“.

https://blogs.hoy.es/dicestudemili/2013/09/17/el-antes-y-el-despues-de-la-ermita-de-santa-ana-el-cementerio-de-los-ninos-de-caceres/






Ermita de las Candelas

Portada de la ermita.
Localización
PaísBandera de España España
Comunidad Extremadura
LocalidadCáceres
DirecciónCalle Consolación, 201
Coordenadas39°28′17″N 6°22′13″O
Información religiosa
CultoIglesia Católica
DiócesisCoria-Cáceres
ParroquiaSan Mateo2
AdvocaciónVirgen de las Candelas
Historia del edificio
Construcciónsiglo XV
Reconstrucción1957
Datos arquitectónicos
TipoErmita

La ermita de las Candelas o ermita de la Consolación (originalmente denominada ermita de San Pedro de los Caballeros y San Blas)3​ es una ermita del siglo XV ubicada en la ciudad española de Cáceres. Pertenece al barrio de Santa Clara del distrito Centro-Casco Antiguo y forma parte del patrimonio histórico de los Extramuros de Cáceres.

Esta ermita, dependiente de la parroquia de San Mateo, es la sede en la ciudad de la fiesta de las Candelas, celebración folclórica del final del invierno que tiene lugar anualmente el día 2 de febrero.

Localización

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Tras la reforma territorial de 2008, pertenece al barrio de Santa Clara del distrito Centro-Casco Antiguo.4​ Dentro del barrio, la ermita se ubica en una pequeña plaza ajardinada en el centro de la calle Consolación, conocida como "plaza de las Candelas"; la calle Consolación, que al igual que la plaza toma su nombre de esta ermita, une el convento de Santa Clara con la parte más septentrional del barrio de San Francisco. Al sur de la ermita sale la calle San Ildefonso, que lleva al puente de San Francisco pasando por la vecina ermita de San Ildefonso.5​ La Unesco considera a la ermita como ubicada en los Extramuros de Cáceres, una zona de protección paisajística en torno al recinto amurallado declarado Patrimonio de la Humanidad.6

Aunque actualmente la ermita se ubica en pleno centro histórico de la ciudad, hasta el siglo XX se hallaba a las afueras de la localidad. Según el plano de Coello de 1853, la ermita marcaba la esquina suroriental de la entonces villa de Cáceres, al hallarse en ruinas la vecina ermita de San Ildefonso.7​ La ermita de las Candelas formaba parte de la ruta histórica de ermitas que unía la villa con el santuario de la Montaña, ubicándose en esta ruta después de la ermita de la Soledad y antes de la ermita de San Ildefonso.8

Historia

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La ermita se ha datado en el último tercio del siglo XV, por la presencia en su bóveda de elementos de la época como los bezantes o bolas de piedra típicos de la época de los Reyes Católicos. En su origen era una ermita gótica dedicada a San Pedro; tras la creación del convento de San Pedro se distinguió a esta ermita con la denominación de "San Pedro el Viejo".9​ Recibía también el nombre de San Blas por la cofradía de San Pedro y San Blas fundada en 1458, cuya imagen de San Blas se albergaba en esta ermita; esta cofradía también pasó a llamarse "San Blas el Viejo" cuando en el siglo XVI se estableció otra cofradía dedicada al mismo santo en la ermita homónima del norte de la villa.3

La ermita original de San Pedro y San Blas fue notablemente reformada en los siglos XVII y XVIII, perdiendo buena parte de su aspecto original gótico y dando lugar a la actual ermita de las Candelas o de la Consolación. Su primera reforma, bajo la dirección del maestro de obras Francisco Sevillano y su hijo Juan Sevillano, tuvo lugar en 1691 y en ella se construyó la capilla de la Virgen, actualmente usada como sacristía. La actual nave data del siglo XVIII, destacando en ese siglo las obras de restauración de 1711 y 1748. En 1711 hubo que recomponer toda la cubierta, aprovechando para hacer amplias obras en todo el edificio, debido al mal estado de la techumbre, que originalmente era de madera y cañas; durante estas obras se trasladó la imagen de la Virgen a la ermita de San Ildefonso. En la obra de 1748 se redujo el tamaño de la ermita para construir un portal que estuvo en pie durante dos siglos.1011

El antiguo portal de la ermita, fotografiado en 1903.

A partir del siglo XIX, la ermita debió perder su importancia en la villa, pues el historiador Publio Hurtado señala que la zona estaba tan abandonada que se aprovechaba el portal para abandonar a los expósitos preservando el anonimato de sus madres; los niños eran depositados aquí por las noches y llevados por la cofradía al sacerdote de Sierra de Fuentes para buscarles una familia. Aunque hubo obras de reparación en 1918 y 1923, en 1947 estaba en tal situación de ruina que fue vendida al Ayuntamiento de Cáceres, que decidió derribarla para construir unas escuelas.1012

En 1955, la ermita fue comprada de nuevo por la parroquia de San Mateo, ante la presión vecinal para evitar el derribo y conservar la fiesta de las Candelas. La reconstrucción del edificio comenzó en agosto de 1957 y el obispo Manuel Llopis Ivorra bendijo el templo reconstruido ya en la fiesta de las Candelas del año siguiente. El aspecto actual del edificio data de las obras de 1957, aunque en 1994 se llevaron a cabo obras de mantenimiento como consecuencia de un accidente en la fiesta de las Candelas de ese año, en el cual se quemó la imagen de la Virgen de las Candelas.13​ Dos décadas después, fue necesario realizar nuevos trabajos de mantenimiento, ya que la fuerte inundación que sufrió Cáceres el 16 de setiembre de 2010 entró en la ermita por su ubicación en pendiente y afectó al mobiliario y la pintura del edificio.1415

Descripción

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Fachada lateral de la ermita en la calle San Ildefonso.

El edificio es de mampostería y se estructura en una nave con dos tramos y una capilla mayor; en el lado del Evangelio hay además una capilla lateral con planta ochavada. El interior está techado mediante una bóveda de cañón con lunetas, salvo la capilla lateral que tiene bóveda nervada; esta última está decorada con frescos de estrellas. El acceso exterior se realiza únicamente mediante una puerta adintelada en el imafronte, sobre el cual hay una espadaña de ladrillo. Los arcos interiores son de medio punto, excepto el que da acceso a la capilla lateral que es ojival.16

La decoración del interior con bienes muebles es actualmente muy escasa, aunque en sus orígenes llegó a funcionar como un importante museo de imaginería popular si se compara la cantidad de imágenes que tenía con el pequeño tamaño del edificio. En cuanto a las imágenes actuales, alberga presidiendo el presbiterio la imagen titular de la Virgen de las Candelas, una imagen de vestir del siglo XVII, pero cuyo estado actual data de la restauración que hubo que llevar a cabo luego del accidente de 1994; junto a esta imagen, la capilla lateral alberga en una vitrina un Niño Jesús del siglo XVIII de madera policromada atribuido a la escuela sevillana de escultura; sobre la vitrina hay un Cristo crucificado.917

Entre las imágenes desaparecidas, además de las de San Pedro y San Blas que daban inicialmente nombre al edificio, en diversas épocas contó con varias imágenes de Cristo y de la Virgen María, así como una imagen de San Francisco con cofradía; las imágenes de la ermita tuvieron muy diverso origen y acabaron igualmente muy repartidas por diversos edificios de la ciudad. Históricamente también llegó a tener su propio retablo mayor, hoy desaparecido, que en 1689 fue reconstruido para albergar la nueva imagen de la Virgen de las Candelas. Además, el historiador del siglo XIX Publio Hurtado mencionó que en su época los muros interiores estaban decorados con murales del siglo XVI.1618

Uso actual

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El principal uso que se le da a la ermita es ser la sede en la ciudad de la fiesta de las Candelas, que se celebra anualmente el día 2 de febrero por las calles del casco antiguo. Durante siglos, esta fiesta ha sido una de las tres ceremonias folclóricas cacereñas de final del invierno, junto con las romerías de los Mártires y San Blas. Tradicionalmente la fiesta comienza el 1 de febrero con la mesa de ofrendas en la que se subastan dulces típicos. El día 2, la imagen de la Virgen de las Candelas es trasladada en procesión a la iglesia de San Mateo, donde se celebra la fiesta religiosa; esta procesión, de quince minutos por las calles Torremochada y Ancha, comienza soltando palomas. En la procesión de regreso, que la imagen entre en la ermita con la vela que lleva en sus manos encendida se consideraba tradicionalmente como un buen augurio para las cosechas; esta última costumbre fue eliminada tras el accidente de 1994 en el cual se quemó la imagen, por lo que actualmente la imagen procesiona con la vela apagada.19202122​ Las Candelas de Cáceres poseen la singularidad de que en ellas no se presentan los niños nacidos en el último año ante la Virgen, por ser costumbre en la localidad hacerlo en primavera ante la Virgen de la Montaña; desde la década de 2010 se han presentado algunos niños en las Candelas, pero todavía no ha arraigado la costumbre en Cáceres.2324

Con el tiempo, la que en su origen había sido una de las principales fiestas de la antigua villa ha pasado a ser una fiesta generalmente desconocida en la actual ciudad, que ya no la destaca en su calendario como un evento importante. Las Candelas son actualmente en Cáceres una fiesta parroquial o de barrio, en la que suelen participar cien o doscientas personas. Los motivos de la escasa afluencia de público son principalmente el clima invernal, en una ciudad en la que hay numerosos eventos más adelante en primavera, y la casi coincidencia en el tiempo con la romería de la iglesia de San Blas. Hasta la primera década del siglo XXI, la escasez de público se agravaba por el hecho de que se celebraba en un día laborable por la mañana, lo que limitaba mucho el público y llevó al traslado de la procesión a la tarde.2526272829

Sin embargo, existe gran interés por mantener la fiesta de las Candelas por motivos históricos, ya que es uno de los pocos vestigios que quedan de una antigua ceremonia folclórica que se celebraba por amplias zonas de la provincia, pero que actualmente está en proceso de desaparición. El entorno de Monfragüe es donde mejor se conserva la tradición, celebrándose en localidades como DeleitosaJaraicejoTorrejón el RubioSanta Marta de MagascaMirabel y los Cuatro Lugares, entre otros. En otras áreas de la provincia se conserva de forma aislada en localidades concretas, sin la amplia continuidad de la zona central y con muchos pueblos donde hay certeza de que tuvieron la fiesta pero dejaron de celebrarla. La celebración más conocida en la provincia es probablemente la de Las Purificás, que tiene lugar en la vecina villa de Monroy a medio camino entre Cáceres y Monfragüe.3031

En la organización parroquial de la Iglesia católica en la ciudad, la ermita sigue dependiendo actualmente de la parroquia de San Mateo, junto con las ermitas de la Soledad, de San Antonio y del Cristo del Amparo. La parroquia no suele dar a la ermita mucho más uso que el de la tradicional fiesta de las Candelas ya que, debido a la despoblación que sufre el casco antiguo, ha trasladado la mayor parte de su actividad parroquial a un centro pastoral en la calle Camino Llano.2​ El único uso habitual de la ermita, aparte de las Candelas, es la celebración de asambleas por las cofradías de la Semana Santa.323334​ La apertura a visitas turísticas es variable: en 2012 se mencionaba en prensa como cerrada todo el año,35​ mientras que en 2014 se mencionaba como abierta los domingos.

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