CONJUNTOS MONUMENTALES
Cuartel de Instrucción de Marinería | ||
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Ubicación | ||
País | España | |
Comunidad | Murcia | |
Localidad | Cartagena | |
Ubicación | Calle Real | |
Coordenadas | 37°35′56″N 0°59′15″O | |
Características | ||
Tipo | Cuartel | |
Arquitecto | Mateo Vodopich | |
Historia | ||
Construcción | 1776-1785 | |
Propietario | Universidad Politécnica de Cartagena | |
El Cuartel de Instrucción de Marinería (CIM) es un antiguo cuartel de Cartagena (Murcia) España. Situado en calle Real, en el Casco Antiguo, hoy sede de la Facultad de Ciencias de la Empresa y de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Edificación de la Universidad Politécnica de Cartagena.
Historia
[editar]El edificio fue construido bajo la dirección del arquitecto Mateo Vodopich en los aledaños del Arsenal entre los años 1776 y 1785, manteniendo durante la mayor parte de su existencia la función de penal militar bajo el nombre de Cuartel de Presidiarios y Esclavos. Esto era debido a que allí residían los esclavos que trabajaban en los diques de Feringán, motivo por el cual estaba incluido en el recinto del Arsenal, rodeado por un muro perimetral.1 Posteriormente cumplió funciones de penal hasta mediados del siglo XX. Por sus celdas pasaron miles de personas simultáneamente, alcanzándose escenarios de hacinamento ya desde 1786, con 2530 reclusos, o una cifra superior a 1900 en el año 1890, que convertía al centro en la penitenciaría más poblada de Europa en aquel entonces, en palabras del jurista Pedro Armengol y Cornet.2
Asimismo, no fueron pocas las veces en que fueron internados individuos a causa de acontecimientos políticos. Así, en 1917 fueron encarcelados los políticos socialistas Julián Besteiro, Daniel Anguiano, Andrés Saborit y Francisco Largo Caballero por su llamamiento a la huelga general de aquel año, y en 1935 los consejeros de la Generalidad de Cataluña Martí Barrera, Martí Esteve, Ventura Gassol y Pere Mestres por su participación en la proclamación del Estado Catalán de 1934.3 La presencia de estos últimos provocó un motín fallido en los días posteriores a la victoria del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de 1936, cuando el resto de presos pretendió liberar a los catalanes sin esperar a la prometida amnistía del nuevo Gobierno.4
En 1946, tras la guerra civil, se decidió cambiar su función a la de dar instrucción a los hombres reclutados para la Armada Española hasta 1999, fecha en la que quedó en desuso.5
Entre 2007 y 2010, tras ser cedido a la UPCT, fue rehabilitado por el arquitecto cartagenero José Manuel Chacón, en una intervención que le mereció un reconocimiento expresado en varios premios.56 Durante las obras, y bajo polémica por la «descontextualización», fueron demolidas la antigua fachada frontal –incluido el muro conector al Arsenal– y la farmacia anexa,78 y surgió un debate sobre si debía conservarse la portada que erigiese el arquitecto modernista Celestino Aranguren durante la restauración de 1910. Numerosos ciudadanos, colectivos y los partidos de la oposición en el Ayuntamiento se posicionaron en contra de su derribo,9 de modo que finalmente se acordó respetar el pórtico y restaurarlo también por el Ministerio de Defensa.10
En la actualidad es el tercer campus de la Universidad, y alberga la Facultad de Ciencias de la Empresa (FCCEE) y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Edificación (ETSAE). En la planta baja tiene su sede también el Museo Naval de Cartagena.
El incidente Atarés-Gutiérrez
[editar]El 17 de noviembre de 1978 se produjo un famoso incidente en el cuartel. A tres años de la muerte del dictador Francisco Franco, el gobierno de Adolfo Suárez tenía preparado un referéndum para ratificar la Constitución, que no gozaba del aprecio del búnker, un sector inmovilista con gran calado en las Fuerzas Armadas.
Aquel día llegó a Cartagena el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, vicepresidente y ministro de Defensa, para entrevistarse con los mandos. En una conversación abierta tomó la palabra el capitán de corbeta Gonzalo Casado, recitando los atentados terroristas de los últimos años y tachando la Constitución de «divorcista y atea». El ministro entonces le retiró la palabra asegurando que el texto constitucional no era del Gobierno sino del pueblo, a lo que respondió un exaltado general Juan Atarés, jefe de la Guardia Civil del Levante gritando «La Constitución es la mayor mentira», para a continuación vociferar «¡Arriba España y viva Franco!». Gutiérrez Mellado ordenó su expulsión de la sala y arresto, con una parte de los asistentes aplaudiendo al general. Antes de salir seguido del futuro golpista Jaime Milans del Bosch, el general lo tildó de "traidor" y "embustero", a lo que el ministro respondió mandando a los presentes cuadrarse y que abandonara la sala quien estuviera de acuerdo, siendo ahora él el aplaudido. Al rato volvieron a entrar Atarés y Milans del Bosch, volviendo el primero a arremeter contra Gutiérrez Mellado con una retahíla de insultos.11
El general Atarés fue confinado al arresto domiciliario en espera de un consejo de guerra,12 que finalmente lo absolvió el 28 de mayo de 1979.13 El 23 de diciembre de 1985 sería asesinado por la organización terrorista ETA.
Escuela de Guardiamarinas de Cartagena | ||
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Ubicación | ||
País | España | |
Ubicación | Cartagena | |
Coordenadas | 37°35′55″N 0°58′58″O | |
Características | ||
Tipo | Academia militar | |
Arquitecto | Juan de Villanueva | |
Estilo | Neoclasicismo | |
Historia | ||
Construcción | 1789-1810 | |
La Escuela de Guardiamarinas es una antigua academia militar destinada a la preparación para el servicio de futuros oficiales de la Armada Española, cuyas instalaciones son hoy destinadas a Servicios Generales de la misma. El edificio se encuentra en la ciudad de Cartagena, sobre las murallas de Carlos III.
Historia
[editar]La idea de construir esta escuela nació en el siglo XVIII, en el contexto de reforma y auge de la Armada Española. En 1776, una real orden mandaba hacer los preparativos para la construcción de sendas academias de guardiamarinas en Cartagena y Ferrol (La Coruña),1 que se sumaban a la ya existente en Cádiz, y que empezaron a tomar forma con la presentación del proyecto de la escuela cartagenera en 1785 de la mano del arquitecto Juan de Villanueva, llevándose a cabo su construcción entre 1789 y 1810 bajo el estilo neoclásico. Sin embargo, en las obras también prestaron servicio otros arquitectos o ingenieros como Simón Ferrer y Burgos, Simón Torres y José Polo Pavía. El 8 de septiembre de 1810 fue ocupado el inmueble por los guardiamarinas, que hasta entonces habían tenido su academia-cuartel en la Plaza de San Agustín, en las cercanías del Arsenal.2
A pesar de que para entonces había transcurrido poco tiempo desde su edificación, en 1824 fue clausurada la Escuela de Guardiamarinas de Cartagena, junto a la de Ferrol, con objeto de unificar la formación de cadetes en la isla de León (San Fernando, Cádiz), en lo que acabaría siendo la Escuela Naval Militar, que permanecería en Cádiz hasta ser trasladada a Marín (Pontevedra) durante la dictadura de Francisco Franco.
Tras la pérdida de sus funciones de adiestramiento, la Escuela fue reutilizada para albergar la sede de Intendencia de Marina hasta acabar destinada en la actualidad a Servicios Generales de la Armada.
Escuelas Graduadas | ||
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Bien de interés cultural Patrimonio histórico de España | ||
Localización | ||
País | España | |
Comunidad | Murcia | |
Localidad | Cartagena | |
Datos generales | ||
Categoría | Monumento | |
Código | RI-51-0011215 | |
Declaración | 21 de mayo de 2004 | |
Construcción | 1900 - 1903 | |
Estilo | arquitectura modernista | |
Las Escuelas Graduadas de Cartagena fueron los primeros centros de enseñanza de España que dividían a los alumnos por edad y nivel, además de disponer de aulas convenientemente higienizadas para este fin. El edificio donde se impartían las clases se encuentra en la ciudad española de Cartagena (Región de Murcia), concretamente en la calle Gisbert del casco antiguo, y está declarado Bien de Interés Cultural desde el 21 de mayo de 2004.
Historia
[editar]Entre finales del siglo XIX y principios del XX, Cartagena vivía una época de bonanza económica no frenada siquiera por el Desastre del 98. Fruto de ello, la industria exigía mano de obra mejor preparada, al tiempo que la población exigía una mejor educación para sus hijos, reivindicación que apoyaban muchos profesores espoleados por el espíritu regeneracionista y la influencia krausista de la Institución Libre de Enseñanza.1
Atendiendo este sentir, el Ayuntamiento dirigido por el alcalde Mariano Sanz Zabala decidió que en la calle Gisbert se construyera una escuela en la que por primera vez en España las clases se impartirían clasificando a los alumnos por edad y nivel y en un entorno higienizado, al contrario de lo que se venía en el modelo vigente de escuela unitaria. El día 9 de diciembre de 1900 se inauguraron las obras con la puesta de la primera piedra a cargo del alcalde Sanz y con la asistencia del ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y diputado por Cartagena, Antonio García Alix, y del escritor Miguel de Unamuno, que ofreció un discurso elogiando la iniciativa.1 El periódico local El Eco de Cartagena publicó un número especial el día anterior para cubrir el suceso.2
Las obras fueron dirigidas por el arquitecto municipal Tomás Rico Valarino, quien según el cronista Isidoro Valverde Álvarez hizo uso de piedras extraídas de las murallas de Carlos III, que poco a poco empezaban a ser un estorbo para la expansión demográfica de la ciudad. Mientras tanto, el Ayuntamiento destacaba en el verano de 1902 a dos profesores con la tarea de hacer un viaje por distintos países europeos para importar sus experiencias pedagógicas.3 Los seleccionados fueron el jumillano Enrique Martínez Muñoz y el valenciano Félix Martí Alpera, que tras su estancia en Francia, Bélgica, Alemania, Suiza e Italia reclaman «una Escuela moderna, gradual, amplia e higiénica, que no solo infunda al niño amor por el estudio, sino que brindándole aire, espacio y ejercicio, lo proteja contra las enfermedades». La distribución gradual era conocida y venía practicándose en España desde 1902, pero únicamente de forma experimental, por lo que podemos señalar el proyecto de las Escuelas Graduadas como el precursor de los actuales centros educativos.1
El 5 de octubre de 1903 entraron las Escuelas en funcionamiento, consolidándose la idea de la división por grados. Llegada esta se obtuvo un mejor proceso didáctico, con una jornada escolar estable y la implantación de una serie de métodos y contenidos para diferentes cursos académicos. Fue tal la innovación que el intelectual Joaquín Costa apodó a Cartagena como la «Covadonga de la Enseñanza»,4 y el alcalde Sanz se comprometió con las Escuelas pidiendo al Ministro de Instrucción Pública la legislación del nuevo modelo para todo el país. A su vez el centro continuaba su andadura con óptimos resultados, y demostrando el compromiso de las Graduadas con el deporte, en 1907 surge en ella la asociación de fútbol La Ibérica, una de las primeras de Cartagena.5
En los años inmediatos a la conclusión de la guerra civil, el edificio albergó los juzgados militares encargados de emprender la represión franquista en la ciudad,6 y en 1995 se reabrieron las Escuelas como centro de usos sociales y culturales, después de una rehabilitación.1
Arquitectura
[editar]Las Escuelas Graduadas fueron proyectadas de modo que el exterior se resuelve en mampostería rústica y ladrillo. Este se estiliza en las cadenas de las esquinas, pilares de las ventanas y en parte del eje principal, donde alterna con la piedra artificial de la portada y el balcón.
Aunque hay muchos motivos vinculantes al neomudéjar, es una obra ecléctica desde la que de alguna manera el arquitecto se incorpora al modernismo. Ello es especialmente visible en las fachadas laterales rematadas con frontones escalonados ya plenamente modernistas, aunque todos esos detalles no se llevaron luego a la práctica.
El edificio es una interesante muestra de experimentación racionalista. En las ventanas de la planta baja, las vigas de hierro del dintel quedan descubiertas y reforzadas con pilares de ladrillo. Los motivos romboidales que adornan la barandilla del primer piso son algunos de los elementos que más se acercan al neomudéjar. La puerta de entrada tiene un tono medievalista.
Las Graduadas son un edificio algo híbrido, ecléctico, pero de gran interés para el contexto arquitectónico de la ciudad. En el proyecto constaba sólo de dos cuerpos; en el edificio finalizado, el eje principal tiene un tercer cuerpo que resalta más la axialidad.
Las ventanas eran una pieza muy importante dentro de la edificación, ya que lo que se pretendía era conseguir espacios internos suficientemente aireados e iluminados. La revista La Construcción Moderna decía del edificio como nota destacada: «las dependencias son grandes, ventiladas, recibiendo a torrentes la luz por grandes ventanas, como manda la higiene».3 Era un edificio concebido con unas cualidades higiénicas concretas para el desarrollo infantil. De planta rectangular tiene las aulas en los ángulos, con lo que la iluminación queda aprovechada al máximo. La escalera y el vestíbulo están en el centro.
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