domingo, 27 de octubre de 2024

HISTORIA DE ESPAÑA

 CONJUNTOS MONUMENTALES

Museo Histórico Municipal de Écija
Ubicación
PaísBandera de España España
Comunidad Andalucía
Provincia Sevilla
Dirección41400
Coordenadas37°32′22″N 5°04′47″O
Tipo y colecciones
TipoMuseo
Historia y gestión
Creación1999
y http://museo.ecija.org/ Sitio web oficial

El Museo Histórico Municipal de Écija es un museo situado en el palacio de Benamejí de la ciudad de Écija, en la provincia de SevillaAndalucíaEspaña.

Fondos

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En él se exponen restos de uno de los patrimonios históricos y arqueológicos más valiosos de Andalucía. Además en las antiguas caballerizas se exhiben carruajes, arreos y otros elementos relacionados con el mundo del caballo y el arte ecuestre.

Entre las piezas más destacadas figura la Amazona herida, escultura de época romana de dos metros de altura y con restos de policromía, en muy buen estado de conservación, cuyo descubrimiento se realizó en febrero de 2002, en la plaza de España de Écija, que formaba parte del foro de la romana Astigi, cuando se iba a construir un aparcamiento subterráneo.1​ Igualmente son destacables los 6 grandes mosaicos aparecidos también en excavaciones urbanas de la ciudad:2

  • Mosaico de los océanos.
  • Mosaico el don del vino.
  • Mosaico de las estaciones del año.
  • Mosaico del triunfo de baco.
  • Mosaico de las nereidas.
  • Mosaico del doble rapto.

















Torres de Écija. Desde arriba hacia abajo y en sentido izquierda-derecha: torre de la iglesia de Ntra. Sra. de la Victoria, torre de la iglesia de San Juan, torre de la iglesia de Santa Cruz, torre de la iglesia de Santiago, torre de la iglesia de San Gil y torre de la iglesia del Carmen.

Las torres de Écija forman un conjunto de torres parroquiales y conventuales incluidas dentro del importante patrimonio arquitectónico y monumental de la ciudad y que constituyen un elemento característico que identifica y protagoniza su paisaje urbano, al ser contemplada en la distancia.1

Este perfil urbano, hoy alterado por algunas desafortunadas construcciones, se creó principalmente a lo largo del siglo XVIII, debido al auge económico experimentado por la población durante ese periodo, y que en gran parte benefició al clero hasta el punto de emprender numerosas construcciones de nueva planta, y reformar y ampliar algunas de las ya existentes.

Son un total de once torres, de marcado acento barroco, que, repartidas a lo largo del casco histórico de la ciudad, se levantaron o rehicieron durante el denominado siglo de Oro ecijano; que han servido para que la localidad sea conocida con el apelativo de Ciudad de las torres, y contribuido para su merecida declaración como Conjunto Histórico-Artístico en el año 1966.2

Tras el terremoto de 1755, los arquitectos reinterpretaron el modelo sevillano de torre que constituía la Giralda, alterando las proporciones, el número de los cuerpos y barroquizando su decoración. La morfología común de las torres está formada por un primer cuerpo, denominado caña, de forma esbelta y lisa, cubierto por campanarios decrecientes, con plantas de variadas formas. El material empleado para su construcción ha sido habitualmente ladrillo en limpio y en algunas ocasiones se ha utilizado piedra para la base. En la decoración se ha empleado una inteligente combinación de piedra, azulejería, estuco y pintura con la se crearon cornisas, recercados, balcones, arcos, remates y pináculos que refuerzan el espíritu ascensional de estas construcciones.1

Las gemelas, fachada de la iglesia de la Purísima Concepción del antiguo Monasterio de los Mercedarios descalzos.

Conocidas como "Las Gemelas", estas torres son el único elemento que se conserva de la iglesia de la Purísima Concepción del antiguo monasterio de los Mercedarios descalzos, cuya construcción se llevó a cabo durante el siglo XVIII, después de que esta orden ya solicitara en 1624 la construcción de un monasterio en la localidad.

El primer cuerpo está inmerso en el hastial de la fachada, sobre el que sobresalen los cuerpos superiores. El primero, de planta cuadrada, el segundo, con planta circular, y el tercero con forma de tronco de cono se encuentra cubierto con un casque de forma octogonal.3

Forma parte del convento de San Pablo y Santo Domingo, que fue fundado por los Padres Dominicos en el siglo XIV. No obstante, la torre del campanario fue levantada durante los siglos XVI y XVII. Se presenta inacabada, con una potente cornisa entre el fuste y el comienzo del cuerpo de campanas.

De autoría anónima, terminó de edificarse en el año 1757. Es una obra de una gran esbeltez, realizada en ladrillo, cuyos cuerpos superiores de campanas y de acabados se escalonan en sentido decreciente. Con una molduración muy movida y ondulada, presenta un curioso remate de chapitel sobre cúpula octogonal, ambas revestidas de azulejería bicolor en azul y blanco.

Torre de San Gil

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La construcción de esta torre está documentada entre los años 1767 y 1782, y es obra de los arquitectos Antonio de Figueroa y Ruiz y Antonio Caballero. En el desarrollo de su fuste o caña presenta ventanales enmarcados por apretadas y movidas yeserías; con tres cuerpos de campanas de sección decreciente que presentan un ondulado y fuerte acento ascensorial.

Esta torre es obra de autor o autores desconocidos. En ella aparecen distintos aspectos ornamentales de tipo marcadamente geométricos, que enfatizan con intensidad los frentes de sus cuerpos.

Fue construida sobre la muralla que protegía la ciudad, está decorada con azulejería y ladrillo tallado y su realización se debe a los religiosos Terceros de San Francisco de Asís que solicitaron en 1634 levantar un campanario sobre la torre de la Puerta Real.

Torre de Santa María.

Torre de Santa María

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Es la más temprana de las levantadas en la ciudad, pues su terminación se fecha en el año 1725. Fue construida por el arquitecto José Páez y consta de un alto fuste rematado por un campanario inspirado en el modelo de La Giralda diseñado por Hernán Ruiz II, aunque en ésta de Ëcija se ve intensificada su altura notablemente. Se encuentra situada en la plaza de su mismo nombre próxima a la Plaza de España, .

Torre de los Marroquíes

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Posiblemente la más baja de las torres ecijanas, no por eso deja de tener gran interés, además de originalidad. Está fechada en el año 1760, es de destacar su campanario, que se articula a partir de estípites que incorporan las clásicas piezas de cerámica azul incrustada.

Torre de Santiago

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La levanta el también arquitecto Juan Núñez sobre un alto y compacto fuste de ladrillo, abierto por pequeños óculos y balcones barrocos, allá por los años 1757 y 1766. Para su campanario usa la clásica cerámica policromada, y sobre él coloca dos airosos cuerpos octogonales de sección decreciente, que otorgan a la torre un marcado ritmo ascensorial.

Torre de Santa Cruz

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Torre de Santa Cruz.
Vista de la torre de la iglesia de Santa María desde la plaza de España.

Es algo más tardía, aunque todavía con algunos tintes barrocos, esta torre se concluyó en 1783. Es obra del arquitecto sevillano José Álvarez, en ella se suavizan los movimientos ondulatorios que se dan en el resto de las torres ecijanas, y aparece un nuevo concepto organizativo que delata el espíritu del neoclasicismo; a un primer cuerpo de campanas cuadrado le sigue otro circular que se corona con linterna cubierta por una volada cornisa.

Se caracteriza por ser la única de la ciudad que posee planta rectangular, reutilizando el fuste del antiguo alminar de la mezquita. Heredera directa del campanario trazado en 1568 por Hernán Ruiz II para la Giralda de Sevilla, su fisonomía actual se remonta a las obras efectuadas a lo largo del siglo XVIII, en las que intervinieron maestros de la talla de José Páez de Carmona y Juan Núñez.

Tanto la planta rectangular como la decoración de azulejos que recorren pilastrasvanosantepechosenjutas y cupulín, le confieren un marcado sentido clásico con aires renacentistas. El primer tercio del fuste es macizo y se corresponde con la parte del antiguo alminar, al que se añade la prolongación renacentista con una escalera de caracol interna con iluminación mediante vanos circulares y cuadrados.

El primer cuerpo se delimita mediante un antepecho pétreo de claras influencias de la Giralda, sobre el que se distribuyen los vanos de medio punto con ménsula en la clave central, para las campanas, dos en los lados mayores y uno para los menores. El segundo cuerpo, denominado de la matraca, consta de un antepecho de ladrillo con lucernarios de cantería en sus ángulos, antepecho que delimita un espacio cuadrado del que emerge un cuerpo circular cuadrifonte con pilastras de capitel jónico, rematado en sus cardinales por arcos de triple inflexión. El último cuerpo, también circular y flanqueado en sus frentes por lucernarios, consta de cuatro vanos adintelados rematado por un cupulín sobre el que se asienta una figura angélical que hace las veces de veleta.

Torre del Carmen

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La torre de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, al igual que el resto de este tipo de construcciones existentes en la ciudad es de estilo barroco, y su construcción fue realizada en el siglo XVII, comenzándose las obras en el año 1637.

Para su realización se utilizó ladrillo como material predominante, que se encuentra oculto tras el enfoscado. Presenta una doble policromía, el albero pálido para las superficies lisas y la almagra para destacar los elementos horizontales. Tiene una estructura de seis cuerpos, los cuatro inferiores, de planta cuadrada, en los que se repite el mismo esquema. Los dos superiores, uno octogonal y otro circular se ornamentan con arcos de medio punto con dobles pilastras cajeadas y entablamento el primero, y vanos adintelados entre dobles molduras planas, a modo de pilastras, con media naranja en el segundo. Quizás el elemento que más caracteriza a esta torre se encuentra en el tercer cuerpo de la caña, ya que en las pilastras aparecen dobles hornacinas de medio punto que albergan esculturas de mármol personificando a santos de la Orden.

Torre de San Juan

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Vista de la torre de San Juan.

Probablemente la más elegante del barroco ecijano, la torre de San Juan fue construida en el año 1745 por los maestros Lucas Bazán y Antonio Corrales.

Cuenta con un total de tres cuerpos de campana de considerable altura, en los que la talla del ladrillo y la incrustación de piezas de cerámica azul dan cuenta del excepcional dominio de sus autores en el campo del diseño decorativo.

HISTORIA DE ESPAÑA

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Portada de la plaza de Abastos de Écija

Plaza de abastos de Écija, nacida en 1844 para centralizar el comercio de los abastos de Écija (SevillaEspaña, su construcción tuvo lugar en pleno corazón de la ciudad, sobre el solar que ocupara el antiguo convento de la Compañía de Jesús. Promovida por la Sociedad de Fomento, sociedad de carácter civil constituida al efecto, vino a paliar las molestias y trastornos que causaba al vecindario de la ciudad la celebración del tradicional mercado diario en la Plaza Mayor.

La construcción se produjo al principio de la etapa isabelina, en un momento de relativa calma política, y fue una de las primeras actuaciones urbanísticas emprendidas en Écija durante el siglo XIX. Su objetivo era crear un ámbito urbano moderno, respetuoso donde el abastecimiento de la población pudiera llevarse a cabo en las mejores condiciones posibles de comodidad y salubridad; de esta forma quedaba superado y abolido el viejo sistema de mercado ambulante que se remontaba a ala época medieval.

Este nuevo modelo de mercado cerrado y controlado posibilitaba a las autoridades municipales del ejercicio más efectivo de su potestad fiscalizadora, así como el control de pesas y medidas y la recaudación de tasas e impuestos.

Antecedentes a la plaza de Abastos y razón de ser.

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La Sociedad de Fomento, nacida en 1843 con la misión exclusiva de construir una plaza de abastos donde acoger con dignidad e higiene el mercado cotidiano que durante siglos había tenido como escenario la Plaza Mayor .

Desde la Edad Media, la Plaza Mayor de Écija constituía el mayor solar libre existente en el interior del casco urbano de la ciudad, además de ejercer como prestigioso eje político y económico, era la sede de un ,mercado diario de tipo alimenticio. La localización concreta de las actividades de comercialización en este lugar facilitaba el cobro de impuestos, la distribución equitativa de artículos importados y la prevención de fraudes, tanto en materia de pesas y medidas, como en la calidad de los productos.

Durante el siglo XVI en la Plaza Mayor, y gracias al montaje diario de tenderetes y puestos portátiles vendía pan, frutas, leche, hortalizas y jabón, el vinagre, vino y trigo de importación se vendía en el edificio de la alhóndiga situado en la Plaza Mayor. Muy cercanas a ésta, en la calle de la Caza se hallaban las pescaderías y las carnicerías Reales, construidas a finales del citado siglo para centralizar el abasto en la ciudad. Algunas calles eran la sede de otras manufacturas, Cintería, Odrería, Platería Especiería y Albardería.

La intensiva actividad comercial desarrollada cotidianamente en el ámbito de la Plaza debía ofrecer un espectáculo abigarrado, que podía llegar a ser caótico, gran parte del abastecimiento alimenticio para una población que en 1755, ascendía a 34.000 habitantes se realizaba al aire libre, en una plaza porticada que pese a sus grandes dimensiones, debía compaginar múltiples actividades. Era habitual que ante la inexistencia de alcantarillado, unida al escaso celo de los comerciantes y autoridades por mantener la limpieza y el aseo público, originasen la molesta acumulación de residuos y basuras en algunos puntos de la Plaza. Ante la celebración de festejos o visitas regias se ordenaba la limpieza de la Plaza de urgencia.

En el siglo XIX, Écija continuaba con el mismo sistema de abastecimiento formado a base de puestos y tiendas desmontables, unido a la ausencia de una red de saneamiento público, no garantizaba unas condiciones mínimas de higiene y salubridad, según una crítica abierta de la época sobre este sistema se afirma:

“ …con sus chozos de esterajos viejos presentaban el aspecto más repugnante… en indecentes barracas cubiertas de esteras viejas, se expedían las legumbres y frutas que surtían al público, hallándose tendidas por el suelo con el mayor desaseo posible…”

Constitución de la Sociedad de Fomento de la plaza de Abastos de Écija y construcción de la plaza.

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Esta situación se mantuvo hasta 1843. El día 11 de enero de ese año, un grupo de ecijanos liderado por el marqués del Arenal, constituyeron la Sociedad de Fomento, con el único objetivo de llevar a cabo la construcción de una plaza de mercado. La sociedad, se componía de cien acciones con un valor de 2.000 reales cada una, debía tener una duración de diez años, al término de los cuales la plaza podría ser vendida al Ayuntamiento de Écija. Estaba regida y administrada por una Junta Directiva compuesta de presidente, tres vocales, secretario contador y tesorero, siendo la principal misión la de la construcción y dirección de obras de la plaza.

El lugar escogido para construir la plaza de abastos era el recinto ocupado por el antiguo convento, colegio e iglesia de San Fulgencio, que perteneció a la Compañía de Jesús, que se quedó en manos del Ayuntamiento tras la expulsión de estos.

En 1841 su iglesia y parte del solar se hallaban arrendados como almacén. En diciembre de 1842 por su lamentable estado se derriba el colegio que perteneció a la Compañía, la sociedad de fomento decidió aprender el derribo iniciándose las tareas rápidamente, finalizándose el derribo el 26 de julio de 1843.

Mientras tanto el Ayuntamiento se había decidido trasladar el mercado de abastos a un recinto provisional, al solar donde se alzaba el convento de monjas dominicas del Espíritu Santo, que tendría carácter temporal y justificada, ya que se estaba remodelando la Plaza Mayor para el disfrute de los ecijanos.

El día 30 de julio la Sociedad de fomento presentó al Ayuntamiento una oferta, con vistas a la construcción de la plaza de mercado público. Sus permisas más importantes eran las siguientes:

• La Sociedad de Fomento se obliga a construir una plaza de material para que sirva de mercado público en el solar de los jesuitas.

• El Ayuntamiento se compromete a señalar este edificio como el único y exclusivo mercado público de Écija, debiéndose efectuar en él todo tipo de comercio ambulante, incluido el que hasta entonces se llevaba a cabo en las carnicerías, pescaderías y Mesón de la Romana.

• El Ayuntamiento fijará mediante el aprecio de peritos, las rentas que habrán de cobrarse a los vendedores por cajón, cuartelada o puesto arrendado.

• Corresponde al Ayuntamiento dictar y hacer cumplir cuantas reglas de policía y salubridad estime oportuno de garantizar el buen gobierno del mercado.

El 16 de marzo de 1844, la Sociedad de Fomento acordaba ampliar las obras hasta entonces realizadas, con objeto de que fueran capaces de albergar las carnicerías.La plaza de abastos estaba terminada en agosto de 1844, el día 26 del mismo mes la Sociedad, notificó la feliz noticia y le propuso dictar su reglamento y establecer un arancel de rentas. La plaza de abastos de Écija entró en servicio el 14 de septiembre de 1844.

Los precios del alquiler diario eran los siguientes: cajones, 10 reales, puestos de cuarteladas cubiertos, 2 reales; puestos de cuarteladas descubiertos, un real; puestos fuera de cuartelada, un real por vara cuadrada, al principio se detectaron casos de venta ambulante fuera del recinto del mercado, la situación se normalizó rápidamente. Las carnicerías excluidas inicialmente por voluntad del Consistorio- quedaron incorporadas en un suplemento construido en la zona norte de la plaza de abastos.

Actualidad

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Actualmente el edificio de la Plaza de Abastos de la ciudad de Écija pertenece al excelentísimo Ayuntamiento de Écija, el cual tiene cedido el uso a la asociación de comerciantes de la Plaza de Abastos. Esta asociación arrienda los cajones a los comerciantes durante un periodo de doce años para su uso, también lleva a cabo las revisiones sanitarias en las cámaras frigoríficas que posee el edificio a través de una empresa privada y la de las aguas comunes para los puestos.







Fachada Principal del teatro, de la calle Comedias.

El teatro Sanjuán es un teatro de la ciudad española de Écija en la provincia de Sevilla. Está enclavado en la céntrica calle Comedias. Actualmente es el teatro Municipal.

Levantado sobre un antiguo corral de comedias del siglo XVIII, un incendio en 1937 acabó con él y tuvo que reconstruirse. De ello se encargó José Granados de la Vega arquitecto comprometido con el expresionismo de los años treinta, autor entre otros edificios de los Pabellones de Colombia y Guatemala de la Exposición Iberoamericana de Sevilla o de las Villas Moya y Donostia en el Porvenir.

Arquitectura del edificio

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José Granados de la Vega, como arquitecto municipal de Écija realiza en el año 1939, el teatro en estilo art déco. Se trata de un edificio donde se conjugan armoniosamente las líneas rectas y curvas, en su interior son las curvas las que ganan peso. La fachada se compone de dos crujías claramente diferenciadas y separadas por una marquesina, con tres vanos rectangulares cada una. La planta superior se adorna con elementos circulares.

Conservación

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La última actuación de 1999, con una inversión cercana a los 3 millones de Euros se recuperó también su interior. En el interior al igual que en su exterior podemos ver trazas de estilo art decó. La puesta al día del teatro se ha hecho respetando al máximo el estilo años treinta con el que se concibió, respetándose la volumetría tanto interior como exterior del edificio con su juego de formas rectas y curvas e incluso las barandillas tipo barco.






Yacimiento arqueológico Plaza de Armas

Mosaico de los Amores de Zeus, descubierto en 2015 y reubicado en 2019 tras su restauración.
Ubicación
PaísBandera de España España
División Sevilla
MunicipioÉcija
Historia
Uso originalAlcázar, residencias privadas, picadero
Épocasiglo IX a. C. - siglo XV
CulturaTartessosturdetanosromanos y andalusí
Descubrimiento y hallazgos
Excavaciones2001-presente
Gestión
PropietarioAyuntamiento de Écija
Acceso públicoAbierto

El yacimiento arqueológico Plaza de Armas se encuentra en una de las cotas más elevadas de la ciudad de Écija, en la comunidad autónoma de AndalucíaEspaña. Los restos arqueológicos hallados abarcan un período enorme, incluyendo los restos más antiguos de la ciudad del siglo IX antes de Cristo con Tartessos y turdetanos, así como residencias romanas con grandes mosaicos y restos andalusíes. Su recuperación y excavación comenzó en 1999 y continúa en la actualidad.

Historia

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La primera mención del antiguo Alcázar Real de Écija se remonta a 1263, cuando se dice que veinte años antes con el Repartimiento de Écija se había entregado la «torre de la Calahorra», que estaba ubicada en el castillo de la ciudad, a los nobles cristianos. A partir de entonces los terrenos pasaron por las manos de diversos alcaides que recibían tropas especialmente durante las luchas contra el Reino nazarí de Granada. De hecho, fue Diego García de Castrillo, alcaide de los alcázares de Écija, quien puso una cruz, el pendón de Santiago y el Real en la torre del Homenaje de la Alhambra tras la conquista de la ciudad el 2 de enero de 1492. Al concluir la guerra el alcázar quedó inutilizado y abandonado a partir del siglo XVI y propició que los mismos vecinos se quejaran en 1682 de su estado al temer que los restos cayeran encima de sus casas colindantes, lo que da una idea del gran estado de ruina en el que se encontraría.1

Dibujo de 1572 en el que aparece el antiguo Alcázar de Écija.

El 30 de abril de 1700 se reúne el cabildo de la ciudad para decidir que hacer con esta zona que llevaba tantos siglos en decadencia y se decide que podría destinarse a picadero de caballos debido a la ausencia de estas actividades. Así pues, se solicita su conversión a la Corona española a través de la Real Chancillería de Granada, quien accede a este cometido el 18 de mayo del mismo año. Las obras de remodelación para este objetivo hacen que se pierda el aspecto original del alcázar a lo largo del siglo XVIII, del que únicamente nos han quedado bocetos de algunos viajeros a Écija como Joris Hoefnagel y Anthonis van den Wijngaerde (1567) o Piero Maria Baldi e Israël Silvestre (segunda mitad del siglo XVII). A pesar de que la denominación de «picadero» se mantiene actualmente entre los ecijanos, en el siglo XIX el área se había convertido en un vertedero de escombros y basuras, y finalmente, a partir de la década de 1950, en el antiguo alcázar se edificaron chabolas que lo van a convertir en uno de los barrios más degradados y marginales.1

Excavaciones

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Una de las zonas más antiguas del yacimiento, perteneciente a la época íbero-turdetana.

Esta situación no mejoró hasta 1999, cuando el Ayuntamiento de Écija decide reubicar a estos ciudadanos de pobreza extrema en viviendas sociales de promoción municipal y demuele todas las chabolas que impedían estudiar de manera científica el yacimiento de Plaza de Armas, comenzando estos proyectos arqueológicos en noviembre de 2001. Las sucesivas campañas permitieron verificar que en el yacimiento se encontraban las capas históricas más antiguas de la ciudad, pertenecientes al Bronce Final, en torno al siglo IX antes de Cristo, prosiguiendo con una fase tartésica y turdetana, hasta la fundación de la ciudad romana a finales del siglo I antes de Cristo. La creación de la nueva urbe romana arrasó las diversas capas del oppidum turdetano para la creación de una serie de viviendas que han podido salir a la luz con algunos mosaicos romanos. Otra de las excavaciones recientes ha revelado la denominada como domus de los Fabii en el sector noroccidental de la Plaza de Armas con dos estancias y un balneum (terma privada) con bóveda de cañón realizada en ladrillo. El pavimento de la Estancia 4.4 es de una calidad exquisita, realizado con diversos mármoles polícromos y en la técnica conocida como opus sectile, mientras que en la Estancia 4.3 destacan las pinturas murales con decoración polícroma y vegetal, rombos y círculos.1

Gran patio central con ninfeo, una de las últimas estancias descubiertas en 2019.

En 2001 apareció el Mosaico de la doble cara, debido a que representa a un joven sátiro o a un anciano sileno con pandereta báquica, según la perspectiva desde donde se visualice; esta característica únicamente la albergan tres mosaicos más en el mundo. En 2015 se encontró el denominado como Mosaico de los amores de Zeus ubicado en una estancia de 40 metros cuadrados que podría pertenecer al comedor debido a su parte geométrica con cubos en tres dimensiones en forma de L. El tema mitológico representa los diversos romances que acontecieron al dios Zeus, en los que se transformaba para lograr su cometido sexual, con Dánae y la lluvia dorada, Leda y el cisneAntíope acosada por el sátiro y Ganímedes y el águila, mientras que en el tema central estaría representado el rapto de la princesa Europa por el toro. Asimismo, rodean estos temas las cuatro estaciones, de las que solo se han preservado el otoño y el invierno y una parte mínima del verano, y Cástor con un equino.1​ Este último mosaico fue extraído en verano de 2015 para su restauración, aunque hasta diciembre de 2017 no se trasladó desde el palacio de Peñaflor al Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), regresando a su lugar de origen una vez restaurado en noviembre de 2019.2​ El último mosaico encontrado fue en septiembre de 2019: representa figuras geométricas, mide 12,5 metros de lado y pertenecía a un gran patio central con ninfeo, una gran fuente monumental y un arriate con vegetación, cuyas dimensiones podrían alcanzar entre 200 y 400 metros cuadrados.3

Delito contra el patrimonio

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La madrugada del 9 de marzo al 10 de marzo de 2015 dos individuos entraron en el yacimiento con el objetivo de robar algunas piezas y venderlas, destrozando al completo el Mosaico de las dos caras y siendo atrapados esa misma noche gracias a las cámaras de seguridad. Las piezas fueron encontradas en un descampado donde las habían ocultado, a la espera de su restauración, mientras que los acusados acabaron reconociendo los hechos y aceptaron una condena de once meses de cárcel.