IGLESIAS DE ESPAÑA
La ermita de Nuestra Señora del Mirón se encuentra en Soria (España). Dedicada a Nuestra Señora del Mirón, se emplaza en el cerro gemelo al del Castillo, cercana a la muralla.1
Historia[editar]
Según la leyenda, la fundación de la antigua iglesia se atribuye al rey suevo Teodomiro en el siglo vi. Durante la invasión de los árabes fue respetada y en la reconquista se erigió en iglesia parroquial. Lo que sí es seguro es que ya existía en el año 1270, pues figura como tal, con catorce vecinos, en el censo de Alfonso X el Sabio. Más tarde, por la despoblación de aquel pequeño barrio, se suprimió como parroquia y se agregó a la iglesia de San Clemente, descendiendo a la categoría humilde de ermita.
De esta antigua iglesia románica se conserva la sacristía, que corresponde al ábside románico reformado en el siglo xv, recubriendo el espacio curvo del interior con otro de planta trapezoidal y sustituyendo su antigua bóveda de horno por una bóveda gótica estrellada.
La hermandad de Nuestra Señora del Mirón estaba hermanada con la de San Saturio, llegando a salir en procesión de rogativas varias veces en 1630. Cuando se levantó la nueva ermita de San Saturio en 1703 se quiso hacer lo mismo con Nuestra Señora del Mirón. Se echó abajo casi toda la iglesia menos el ábside, que hoy es sacristía, edificándose una nueva, más suntuosa y dentro del estilo típico del siglo xviii, acabándose en 1745. Diez años más tarde, para concretar aún más el hermanamiento de ambas ermitas, se construyó sobre una columna la figura de San Saturio. Todo ello se hizo con aportaciones de fieles y de pueblos colindantes según reza en la cúpula.
Descripción[editar]
Arquitectura[editar]
Se trata de un edificio barroco o extremo rococó, construido en el año 1725, con una única nave y una cúpula que corona el crucero de la iglesia al estilo greco-romano, sobre los restos de otra románica y gótica, de la que sólo queda la bóveda de la sacristía.
Las bóvedas de la nave y las capillas son de arista, apoyadas en arcos perpiaños y formeros de medio punto, los cuales a la vez arrancan de una cornisa muy saliente que resalta en todo el interior alrededor del muro. Esta cornisa se apoya en grandes ménsulas, más salientes aún y tan recargadas de molduras como aquella. En las pechinas de la cúpula se ven también pinturas al fresco con las figuras de San Pedro apóstol, San Isidro, San Saturio y San Prudencio.
La fachada frente al altar mayor es del gusto de la última época, adoptado para las ermitas y pequeñas iglesias; se compone una portada en arco de medio punto, adornada con dos columnas estriadas, que rematan en unas piñas platerescas, y con una cornisa o friso, sobre el cual está el doselete que cobija la escultura de la Virgen; un ojo de buey da luz a la iglesia por encima del coro, y por remate tiene una espadaña de dos vanos en que están colocadas las campanas.
Interior[editar]
El retablo mayor es un retablo-camarín del siglo xviii. Fue realizado siguiendo trazas de Domingo Romero en estilo churrigueresco. Está articulado en tres calles separadas por cuatro esbeltas columnas salomónicas profusamente decoradas. En la caja central, bajo un amplio arco, destaca la imagen románica de la Virgen del Mirón sobre un fondo transparente que ilumina la luz del camarín, y a derecha e izquierda aparecen en sus respectivos doseletes las esculturas de San José y San Joaquín.
En la capilla del evangelio, hay un altar dedicado a la Virgen con el Niño, representada en un cuadro al óleo, y a ambos lados del retablo, en frescos, San Agustín y Santa Clara. En la capilla de la Epístola se halla colocada en un retablo la escultura de San Saturio, de cuerpo entero, y encima la de su discípulo San Prudencio. En el interior de la sacristía está el antiguo retablo del templo; frente a los adornos recargados de la nave principal éste es muy sobrio. En el retablo hay una virgen de cierto tamaño con pelo natural. También se encuentra la escalera que permite acceder al actual altar mayor por detrás.
Exterior[editar]
En el exterior de la ermita se encuentra un monumento dedicado al patrón de Soria, San Saturio. Está labrado en piedra y tiene una complicada ornamentación barroca. Se construyó en 1775, apenas treinta años después de la construcción de la ermita. Fue encargado a sus expensas por Felipe Molero Mediana, clérigo de la población, al maestro Juan Antonio Miguel, escultor de esta ciudad. Sobre una base triangular se eleva una preciosa columna de tres cuerpos, primorosamente labrada en piedra sillar, de gusto churrigueresco, sobre la que se alza la imagen del Santo, en la forma que se adoptó por entonces, la de busto o de medio cuerpo.
Ermita de Nuestra Señora del Mirón | ||
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Localización | ||
País | España | |
División | Soria | |
Dirección | Soria, ![]() | |
Coordenadas | 41°46′11″N 2°27′35″O | |
Información religiosa | ||
Culto | clero secular | |
Diócesis | Osma-Soria | |
Advocación | Virgen del Mirón | |
Historia del edificio | ||
Construcción | siglo xii-siglo xviii | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Ermita | |
Estilo | Románico, Barroco |
La ermita de San Saturio está situada en la ciudad española de Soria, en la provincia homónima, comunidad autónoma de Castilla y León. Es considerado popularmente, en su enclave paisajístico, uno de los parajes más bellos que posee la ciudad. Una maqueta a escala de este edificio se encuentra en el Parque temático Mudéjar de Olmedo. Desde la construcción de la ermita, el común de los habitantes de Soria, y después su Ayuntamiento, se han hecho cargo del mantenimiento del edificio, como atestigua el hecho de que el santero, persona encargada de cuidar de la ermita y sus reliquias, y que da título a la novela homónima de Juan Antonio Gaya Nuño, era un empleado municipal. Sin embargo, aprovechando la Ley de 1998, la Iglesia inmatriculó la ermita a espaldas de la ciudadanía y del Ayuntamiento, sin que hasta la fecha la situación se haya revertido ni el Obispado de Osma-Soria haya justificado esta apropiación. Evidentemente, es una construcción de carácter religioso católico, con lo cual, resulta lógico que su posesión recaiga sobre la iglesia católica, ya que fue realizada para esta.
Desde el 29 de julio de 2021 es declarada Bien de Interés Cultural.1
Historia[editar]
Se cree que los templarios de San Polo monopolizaban el acceso a la cueva de Peñalba sobre la que se construyó la ermita de San Miguel de la Peña, construida probablemente en el siglo xvii; en la tradición se dice que allí vivió el anacoreta visigodo San Saturio, santo patrono de la ciudad de Soria, bajo cuya advocación se encuentra el templo desde el siglo xvi y que, curiosamente, repite la estructura octogonal arquetípica del Temple. La reedificación se llevó a cabo gracias a la movilización popular devota de San Saturio, que ante el acuerdo de Ciudad y Cabildo de la Colegial de abandonar la ermita del santo patrón y colocar las reliquias en San Pedro, iniciaron la colecta y contrataron a trabajadores para la obra a sus propias expensas, sin contar con las autoridades.
“Allí en medio del gran recuesto de la peña se ve agora la cueva del Santo Ermitaño Saturio harto grande. Está cerrada con puerta, y es tenida en mucha veneración, por haber sido morada de los dos Santos. En la cumbre está la Ermita de San Miguel, llamada de la peña, y súbese allá desde la cueva quasi por escalones. Allí está el cuerpo de San Saturio en capilla particular, cavada en la peña, y cerrada con reja de hierro, y los benditos huesos estan en luzillo de piedra. Fueron subidos allí de la cueva, y son muy venerados en toda la tierra”Ambrosio de Morales, Crónica general de España, 1557.2
Inicialmente los restos de San Saturio reposaban en esta cueva encima de la que fue construida la ermita, pero al construirse el edificio religioso se trasladaron al altar mayor del templo.
La ermita actual se construyó a finales del siglo xvii, finalizándose la obra en 1703, colgada sobre el roquedal al lado del Duero. El arquitecto fue Pedro de Ajín, en pleno período barroco, aunque la ermita es sobria en cuanto a la piedra, que no en lo que respecta a sus retablos y pinturas, en donde el barroco exultante está en su plenitud.
"Con desparpajo y valentía insignes y procurando para todas las generaciones venideras un impacto visual incomparable".Gaya Nuño.
Según cuenta la leyenda, cuándo Saturio llevaba viviendo treinta años en la que cueva en la que se asienta la ermita, vio a un joven (de nombre Prudencio) que intentaba cruzar a nado el río y le empezó a advertir de la peligrosidad de la acción. Cuando todo el mundo esperaba que el joven muriese ahogado por la corriente, llegó sano y salvo a la orilla. Es más, ni siquiera llegaron a mojar las aguas sus prendas. El joven subió hasta lo alto de aquellos riscos para solicitar la bendición del eremita, y de paso, pedirle permiso para quedarse a vivir con él.
El poeta Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) en su estancia por las tierras sorianas, reflejo en su leyenda "El rayo de luna".
Avanzando, avanzando por entre los inmensos jardines que bordeaban la margen del río, llegó al fin al pie de las rocas sobre que se eleva la ermita de San Saturio.El rayo de luna, Gustavo Adolfo Bécquer, 1862.3
Al igual que Bécquer, el poeta Antonio Machado (1875-1939) en su libro "Campos de castilla" menciona en su poesía "Campos de Soria" a la ermita.
VIII
He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria - barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra -.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!Campos de Castilla, Campos de Soria, Antonio Machado, 1912.4
Descripción[editar]
A la ermita se accede por la cueva situada a sus pies, origen de la tradición santera.
En un primer término, se encuentra la sala de reuniones llamada Cabildo de los Heros, una especie de Tribunal de las Aguas para el secano donde celebraban sus juntas la hermandad de labradores. La sala posee una delicada bancada de piedra y una efigie del santo colocada en el lugar de honor.
Tras él, se encuentra el oratorio Capilla de San Miguel donde San Saturio asentó un pequeño altarcillo a San Miguel Arcángel, cuya figura, dominando al demonio, está presente en diversas estancias, tanto en escultura como en pintura. También tiene una imagen de Santa Ana procedente de una ermita situada en el cerro Santa Ana, monte arriba de esta de San Saturio.
Avanzado en el recorrido, se encuentra una vidriera que narra otro milagro atribuido al San Saturio, sobre un niño llamado Romualdo que se precipitó al río por esa ventana resultando ileso por su intervención.
A la izquierda de esta vidriera y bajan unas escaleras encontramos la Sala expositiva, donde puede verse información de la ermita y una selección de capas que luce el busto de San Saturio en ocasiones solemnes.
Otra de las estancias que encontramos es la Sala de la Vivienda del Santero, que recrea la forma de vida de este personaje a finales del siglo xix.
Subiendo de nuevo las escaleras y dejando a tras la vidriera, subimos por unas escaleras adosadas a la roca, que sube a un pequeño rellano. Si vamos a la izquierda se encuentran las dos salas capitulares, las Salas del Ayuntamiento y de Los Canónigo desde cuyos balcones se contempla el bello panorama de las orillas del Duero.
Saliendo de las salas, seguimos el pasillo para terminar enfrente de las escaleras y seguir caminando hasta encontrarnos a mano izquierda la Sacristía, que conserva la pieza más antigua de la ermita, una talla de estilo gótico que representa a Cristo crucificado. Actualmente está integrada en un retablo barroco de 1732 realizado por los retablistas, entalladores y escultores Ignacio Ibáñez, Antonio Mateo y Domingo José Romero.5
Por último y saliendo de la Sacristía, entramos en la La iglesia, de planta octogonal muy alargada, cubierta con cúpula de ocho plementos y linterna. En los frescos de sus paredes está representada la historia de San Saturio empezando por el lado del Evangelio: San Saturio repartiendo su hacienda entre los pobres; después, ya ermitaño, orando en la capilla de San Miguel; encima de la puerta principal, y en un pequeño recuadro, el santo tentado por los siete pecados capitales; el santo predicando, y en los restantes del lado de la Epístola, hacia el altar mayor, el paso milagroso de San Prudencio por el Duero sobre su capa, la muerte de San Saturio y su canonización por su discípulo San Prudencio, cuando ya era obispo de Tarazona. En dos de estos lienzos, se puede contemplar la silueta del castillo de Soria, tal como estaba antes de su destrucción. Además en el retablo mayor barroco se encuentra su relicario del siglo xvii. El retablo mayor se concluye en 1703, pero sin dorar. Allí estaba un busto relicario en plata realizado en 1645 por el platero madrileño Onofre de Espinoza, que fue expolia por los franceses, y el actual es de 1813. Así que pudiera ser que Onofre de Espinoza fue quien estableció la iconología saturiana más típica: busto con cabeza barbada, escaso cabello, nimbo dorado con rayos ondulados y rectilíneos y oquedad en el pecho (con la reliquia de una falange de un dedo de San Saturio, hoy vacío).6
En la cúpula, con linterna, frescos con representaciones de santos ermitaños, entre ellos San Juan Bautista, San Juan Evangelista, San Benito y el propio Jesucristo en el desierto. Esta obra fue realizada por Juan Zapata Ferrer entre los años de 1704 y 1705, el pintor soriano barroco más destacado, discípulo de Antonio Palomino.
Su fiesta, se celebra con una romería, el 2 de octubre.
Restauraciones[editar]
A lo largo de los siglos, se han ido sumando diferentes restauraciones, las más significativas en La iglesia, concretamente en los frescos.
- De 1747 y 1748. El pintor José Martínez de Santa Cruz recompuso la “puerta del ermitaño”.
- 1814. Tras la guerra de la independencia, los frescos son restaurados en profundidad, reconstruyendo toda la linterna de la cúpula.
- 1940. Con motivo del II centenario de la canonización de San Saturio, "los frescos fueron restaurados de forma integral”, según relata Florentino Zamora Lucas.
- 1960. Por encargo del capellán de la ermita, el pintor soriano José Antonio del Amo es encargado de recomponer el trampantojo de “puerta del ermitaño”.
- 1977. El pintor Francisco Núñez de Celis, profesor y catedrático de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, junto a sus alumnos, asume la última intervención de las pinturas.
- 2014. 13 de marzo, se desprende de un fragmento de pintura mural con su soporte en la parte de la bóveda gallonada, 40 kg aproximadamente.7
En enero de 2023, la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León puso en marcha la licitación del contrato para las obras de restauración de las pinturas murales y los retablos, además de garantizar intervenciones en el entorno del templo, ya que el edificio se asienta en la roca rodeado de vegetación y esta a la orilla del Duero, generando una imagen estupenda pero con algunos problemas para la conservación.
Ermita de San Saturio | ||
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Localización | ||
País | España | |
División | Soria | |
Dirección | ![]() ![]() ![]() ![]() | |
Coordenadas | 41°45′13″N 2°27′26″O | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Diócesis | Osma-Soria | |
Orden | clero secular | |
Advocación | San Saturio | |
Patrono | Saturio | |
Historia del edificio | ||
Construcción | Siglo xvii | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Ermita | |
Estilo | Barroco | |
Identificador como monumento | Bien de Interés Cultural |
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