IGLESIAS DE ESPAÑA
La iglesia de Santa María la Mayor de Soria, Castilla y León, España, es un templo parroquial católico que conserva restos románicos de su fábrica original de los siglos xii y xiii, si bien la mayor parte de su arquitectura y su mobiliario interno corresponden a una época posterior, fundamentalmente el siglo xvi.
Construida sobre el antiguo templo románico de San Gil, del que mantiene algunos elementos, es un edificio de tres naves. El coro, de 1523, tiene una sillería de origen incierto; se especula que puede proceder de la colegiata de San Pedro o del convento de la Merced, que se reparte entre el mismo y el presbiterio. En la pared que se alza sobre el coro luce un escudo de armas del linaje de Barnuevo y un cuadro de San Bartolomé. En la nave se ubican a izquierda y derecha retablos, figuras y pinturas de estilo barroco. Al final de la nave de la izquierda se encuentra la única capilla de la iglesia, dedicada al Santísimo y anteriormente a San Bartolomé (en recuerdo de la parroquia de esa advocación que fue derruida en 1525), en la que se encuentra un Cristo de finales del siglo xiii. Esta nave culmina con la subida al púlpito.
El retablo mayor, cuyo motivo central es Santa María y sobre ella la Coronación de la Virgen (obra de Francisco Agreda, 1571, con influencias de Juan de Juni), fue financiado, junto con el ábside, por la familia de los Calderones, de la que se mantienen múltiples detalles que dan fe de ello.
En la nave derecha destaca la pila bautismal, cobijada en un absidiolo del siglo xiii y en un sepulcro de estilo mudéjar con un Cristo del siglo xviii y dos retablos, uno dedicado a San José y el otro a San Antonino.
En este templo se reunían, desde el siglo xii al siglo xix, los regidores de la ciudad de Soria para tratar los asuntos municipales y judiciales. A principios del siglo xvi se ubicó en la torre el primer reloj municipal de servicio público de la ciudad.
En Santa María la Mayor se casó en 1909 Antonio Machado con Leonor Izquierdo.1
Historia[editar]
La iglesia, situada en la plaza Mayor y frente al Ayuntamiento de Soria, fue inicialmente construida a finales del siglo xii o principios del siglo xiii en estilo románico y bajo la advocación de San Gil. Se trataría de un templo de tres naves acabado en sendos cilindros absidales. El desplome de la vieja fábrica románica de la Concatedral de San Pedro en 1520 obligó al Cabildo, hasta que completaran las obras de reedificación, a establecer su sede en otro templo soriano; el elegido fue San Gil, aunque pronto se trasladarían de nuevo a un paño del claustro de San Pedro. Durante el siglo xvi se llevó a cabo la construcción de la nueva capilla mayor cuando se trasladó el panteón de los Calderones a esta. Por ese motivo adoptó la nueva titularidad, Nuestra Señora la Mayor, ya que la antigua capilla de los Calderones tenía la advocación de Santa María.
Décadas antes de esta intervención, en el último cuarto del siglo xv, se adosó al exterior de la iglesia la capilla de los Calderones o de Santa María, conectada con el interior del templo, que destruyó parcialmente el cementerio medieval. La primera noticia de esta capilla funeraria la tenemos documentada en el testamento y codicilos otorgados por Doña Constanza Calderón, viuda de Pedro de Luzón, el 3 de marzo de 1501. En esta escritura se señalan las ordenanzas que van a regir cierta capilla y capellanía. En su artículo primero se dice: "Ordeno e establezco que la dicha capilla, que es situada en la dicha ciudad de Soria en la iglesia del Señor San Gil que es en la Plaza del Mercado de la dicha ciudad, cerca del Altar Mayor, a la parte del Mediodía, sea llamada e nombrada la Capilla de Nuestra Señora Santa María, a cuyo honor y reverencia por nosotros fue fundada y edificada". Tras el traslado del panteón a la Capilla Mayor, la Capilla de los Calderones hizo las funciones de sacristía y en el siglo xix se arruinó, siendo derribada en 1841.
La Capilla Mayor fue fundada por la familia Calderón y Torres en 1552 tras la petición de Constanza de Luzón (nieta de Constanza Calderón y mujer de Rodrigo de Torres) para trasladar la antigua capilla familiar al altar mayor. Así, a lo largo del siglo xvi se construyó el ábside tardogótico sobre el primitivo románico del siglo xii, del que se pueden observar una hilada de sillares descubiertos tras las últimas excavaciones.
En el siglo xix se rehízo el cuerpo de la nave debido a la amenaza de ruina que presentaban sus muros.
Últimas intervenciones[editar]
En 2006 la eliminación de unas casas anexas asomadas a la Plaza Mayor dejó al descubierto el ábside tardogótico de la iglesia después de más de un siglo robado a la contemplación de los sorianos, así como el absidiolo meridional y los restos del primitivo de la nave central, pertenecientes ambos a los siglos xii o xiii.
Al descubrimiento se han sumado también los restos de la desaparecida Capilla de los Calderones, lo que ha causado una agradable sorpresa a los sorianos y a los propios arqueólogos. Se pueden observar las nervaturas de la antigua bóveda de crucería que la cubría. Junto a los importantes restos arqueológicos se ha hallado una necrópolis vinculada a la capilla, restos de una antigua calle y una antigua pila bautismal de forma cónica, muy erosionada, de aproximadamente 1 m de anchura exterior y una altura de 0.70 m cuyo fondo ha sido perforado en época reciente para introducir un grifo con el fin de permitir su desagüe. Junto a ella también fueron recuperados sillares y algún fuste de columna.
En 2009, se ejecutaron las obras de adecuación del entorno de la Iglesia de Santa María la Mayor (Rincón de Leonor).
Descripción[editar]
Restos románicos conservados[editar]
El elemento más destacado es la portada del mediodía, muy austera pero de un románico tradicional. Ubicada en un cuerpo ligeramente adelantado y bajo tejaroz sustentado por canecillos, tiene tres arquivoltas de medio punto dovelado que apean sobre tres parejas de columnas y capiteles decorados con centauros luchando, aves, encestados y motivos vegetales. Esta portada en origen daba acceso a la sacristía, situada en el muro norte, y se trasladó a su ubicación actual después de la reforma del edificio. Las hiladas inferiores de sillería del muro sur pertenecen también a la fábrica original.
También se conservan de la época románica tres cuerpos de la torre, adosada en el lado norte. Tiene planta cuadrada, achaparrada, con contrafuertes esquineros y en todas sus caras vanos acampanados, de todos los cuales solo uno es románico; este está formado por un arco de medio punto con dos arquivoltas lisas de las que solo la exterior apea sobre dos columnillas y dos capiteles. La chambrana del arco es de dientes de sierra.
En el interior se conserva uno de los dos absidiolos románicos, el absidiolo meridional. Cubierto con bóveda de cuarto de esfera y de muy pequeñas dimensiones, presenta arco triunfal alzado sobre capiteles decorados con motivos de cestería y vegetales semejantes a lo visto en la portada meridional. En el interior se aprecian tres arcos concéntricos, en sentido del grueso del muro, sostenidos por columnas cuyos capiteles son foliados e historiados con monstruos y esfinges, como todos los de la segunda época del estilo románico. Su función actual es la de baptisterio.
Casi contiguo a este absidiolo, en el interior del muro de la Epístola, bajo una talla de Crucificado, aparece empotrada una lauda sepulcral calada. Se trata de una obra mudéjar, con decoración de celosía de entrelazado, dos columnistas laterales y cenefa en el borde superior.
Fábrica y mobiliario posteriores[editar]
La profunda Capilla Mayor viene formada por dos tramos; el primero hace la función de presbiterio y el segundo consiste en el ábside, de tres paños. Unas elaboradas bóvedas de crucería tardo góticas, de estrella la anterior y de media estrella la posterior, cubren el espacio. Los escudos de la familia Calderón, quien costeó el altar, se divisan en la parte superior de los paños laterales del ábside. El exterior del ábside se decora con escudos platerescos entre ángeles de la citada familia situados en la parte superior de los contrafuertes. Así mismo, los contrafuertes se rematan con pináculos, también platerescos.
Adosado al paño central del ábside está el Retablo Mayor, magnífica obra renacentista de mediados del siglo xvi de estilo de transición del plateresco al manierismo. Tras su reciente restauración pueden apreciarse mejor las pinturas y esculturas que lo adornan, atribuidas a Gaspar Becerra. Consta de banco, donde se representan los Evangelistas y relieves de la Invención de la Cruz y el Descendimiento; dos cuerpos divididos en tres calles con imágenes de la Virgen con el Niño flanqueada por relieves de la Anunciación y el Nacimiento en el primero, y de la Asunción, junto con la Epifanía y la Presentación en el Templo, en el segundo cuerpo; en el ático, un Calvario y la figura del Padre Eterno. En la decoración predominan los grutescos.
Otro detalle delicado es el púlpito, conjunto formado por basamento y fuste -composición con exuberante capitel-, púlpito propiamente dicho y tornavoz.
En el muro septentrional o del Evangelio hay agregada una capilla dedicada a San Bartolomé, para cuya entrada se abrió un arco lancetado; estaba cubierta con bóveda de crucería gótica pero se sustituyó por una bóveda de arista en época moderna. En esta capilla se venera actualmente una talla de un Cristo crucificado del siglo xiii.
En la fachada principal llaman la atención unas ventanas tapiadas correspondientes al coro: las mandó cegar el obispo don Pedro de la Cuadra en 1739 al ver que desde ellas presenciaban las corridas de toros, que se celebraban en la Plaza Mayor, los curas de la parroquia.
Iglesia de Santa María la Mayor | ||
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Localización | ||
País | ![]() | |
Comunidad | ![]() | |
Provincia | ![]() | |
Localidad | Soria | |
Coordenadas | 41°45′49″N 2°27′50″O | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Diócesis | Osma-Soria | |
Orden | Clero secular | |
Advocación | Santa María la Mayor | |
Patrono | Virgen María | |
Historia del edificio | ||
Construcción | Siglo xii-siglo xvi | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Iglesia | |
Estilo | Gótico, renacentista y románico |
La iglesia de San Martín de la Cuesta era una de las 35 parroquias románicas con las que contaba la ciudad de Soria. Desapareció en el siglo XVIII aunque subsisten restos de su planta.
Historia[editar]
La iglesia de San Martín de la Cuesta aparecía en el censo de Alfonso X elaborado en el año 1270. Era una de las parroquias que manifiestan en su nombre el origen de sus pobladores. Posiblemente habría llegado del lugar de La Cuesta, en las Tierras Altas. Se situaba en medio del atrio del Espino1 aunque algunos historiadores sostienen que es una referencia equivocada y que se hallaba en las laderas del castillo, habiendo aparecido sus restos en unos desmontes efectuados en los años cincuenta.
Debió cambiar su advocación por San Miguel de la Cuesta, tal como aparece citada en un documento fechado en 1608. Antes de su anexión a El Espino, aquí se dirigían cada 29 de septiembre, día de San Miguel, la ciudad y el cabildo. Dicha festividad, consistente en una misa por los reyes de Castilla, se celebraba originalmente en la iglesia de San Miguel de Cabrejas hasta que fue anexionada a San Martín.
En el año 2016, dentro del programa Soria Oculta se ha trabajado sobre lo que se consideran antiguos restos de la iglesia de San Martín de la Cuesta, sacando a la luz los arranques de la planta de la antigua parroquia, que ya son visibles desde la propia carretera de acceso a las Siete Curvas del Castillo.2
Descripción[editar]
Era una iglesia de reducido tamaño, como casi todas las parroquias que aparecían en el censo de Alfonso X elaborado en 1270 y de estilo románico.
La ubicación más probable estaría en la calle que todavía hoy conserva su primitivo nombre aunque hay autores que la localizan en la ladera del castillo que baja hacia el río Duero. En este lugar apareció la planta de una iglesia, hallada cuando se trazaban los caminos y veredas del parque a principios del siglo XX, bajo una delgada capa de tierra cubierta de césped.
Se trata de una pequeña plataforma, empedrada con losas y orientada hacia el Este, actualmente identificada junto a la carretera de las Siete Curvas. Hay en ella una escalinata, y parece que su importancia no fue grande; junto a ella en la excavación practicada, se halló una tumba enlosada con piedra hendida para la cabeza.
Iglesia de San Martín de la Cuesta | ||
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Localización | ||
País | España | |
División | Soria | |
Dirección | ![]() | |
Coordenadas | 41°45′49″N 2°27′23″O | |
Información religiosa | ||
Culto | Sin culto, restos | |
Diócesis | Osma-Soria | |
Orden | clero secular | |
Advocación | San Martín | |
Patrono | Martín de Tours | |
Historia del edificio | ||
Construcción | Siglo XII | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Iglesia | |
Estilo | Románico |
La iglesia de San Nicolás de Soria fue una antigua iglesia católica, en estilo románico, ubicada en Soria (España). Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1962. De lo que fue durante varios siglos una de las iglesias románicas más emblemáticas de la ciudad de Soria, hoy sólo quedan las ruinas que aún predican la grandiosidad del primitivo templo, dedicado a San Nicolás.
Historia[editar]
Nada se sabe del origen de esta iglesia que aparece citada en el censo de 1270 encargado por Alfonso X el Sabio. La parroquia de San Nicolás presidía la colación de su nombre, ocupando una posición central dentro del panorama de la Soria medieval y aglutinando a buena parte de su población.1
En su pórtico se reunía hasta época moderna el linaje de los Salvadores Honderos, mientras que la otra rama del linaje, los Salvadores Someros, celebraba sus juntas en la capilla mayor.1
Descripción[editar]
Como San Juan de Rabanera, con la que los paralelismos son evidentes, esta de San Nicolás era una iglesia de planta de cruz latina, con cabecera compuesta por desarrollado presbiterio, ábside semicircular y cripta, levantada en buena sillería arenisca. El transepto, del que resta su brazo meridional, se cubría con bóveda de cañón apuntado, de la que restan los arranques. La fachada principal, trasladada al hastial occidental de San Juan de Rabanera, se abría en el muro norte, orientación anómala pero que se explica por dar a la calle Real, una de las principales arterias del entramado urbano medieval. Al muro meridional de la nave se adosa una maciza torre rectangular con acceso desde esta, así como los vestigios de un antiguo pórtico, seguramente posterior a la erección del conjunto y con acceso a la nave mediante dos arcos, uno de medio punto al exterior y apuntado al interior y otro con la arista matada con un bocel y reutilizando dovelas decoradas con puntas de diamante y dos filas de hojitas. Junto al pórtico existen restos de otra estancia hoy condenada y que en época moderna sirvió como baptisterio.2
Interior[editar]
El esbelto ábside se alza sobre un basamento rematado en bocel y listel. Se divide al exterior el tambor absidial en cinco calles y dos pisos. Las calles se compartimentan en el piso inferior mediante pilastras lisas con aristas matadas por boceles, como en San Juan de Rabanera, que dan paso en el de ventanas a dobles semicolumnas. Una imposta ornada con tres filas de hojitas apalmetadas separa los dos pisos. En el piso superior se abre el cuerpo de ventanas, ciegas las dos laterales y con vano rasgado de medio punto las tres centrales. A diferencia de San Juan de Rabanera, la ventana central sí se abre en el eje de la iglesia.2
La cripta ocupa el espacio de presbiterio y hemiciclo, repitiendo la estructura en planta del edificio superior, con dos tímidos ensanches ante el hemiciclo, a modo de transepto. Se cubría con bóveda de cañón, de la que restan los arranques, sobre una imposta con perfil de caveto saliente con listel, a casi un metro del suelo original. Entre el relleno de la cripta se produjo el hallazgo de una cabecita esculpida que hoy se conserva en el Museo Numantino, quizás procedente de otro frontal de altar.3
El tramo recto o presbiterio se cubría con bóveda de cañón apuntada, de la que son visibles los arranques. El paramento interno del mural meridional se articula con haces de columnillas decoradas por capiteles vegetales de hojas lobuladas con nervio central perlado y rematadas por pencas.3
Dos capillas se abrieron en los brazos del transepto. La meridional se cubre con una bóveda de crucería cuyos nervios apean en dos ménsulas decoradas con cabezas humanas, una de cabellos ondulados y tocada con una especie de tiara y la derecha con corona rematada por una flor de lis. Estas ménsulas se rematan con cimacios decorados con lises inscritas en cadeneta vegetal. En esta capilla, decorada con pinturas que representan el asesinato del arzobispo de Canterbury, Santo Tomás Becket, por orden de Enrique II de Inglaterra en 1170, se enterró el bachiller Pedro de la Rúa. La capilla septentrional, dedicada a Santa Catalina, fue derribada por orden del vicario en el último cuarto del siglo xvi. En 1933, durante las labores de desescombro de esta capilla, se encontró un frontal románico esculpido, que representa la entrada de Jesús en Jerusalén.3
De la nave resta únicamente el muro meridional, con los responsiones con semicolumnas adosadas que delimitan tres tramos desiguales. Interiormente articula sus muros con arcos ciegos de medio punto, uno por tramo. La línea de imposta de la que arrancaba la bóveda de cañón que cubría la nave presena perfil de nacela. De los dos capiteles que recogías los fajones uno es totalmente irreconocible y en el otro, también muy erosionado, observamos a dos infantes ataviados con túnicas cortas encapuchadas, todo con un fondo vegetal.3
Exterior[editar]
Al sur del tramo occidental de la nave se alzaba la torre, de planta rectangular y hoy desmochada. Se alza sobre un zócalo liso en resalte con restos de decoración de hojitas. Sobre él, el piso bajo liso, separado del medio por una imposta con perfil de nacela, se cubre el interior con una bóveda de cañón apuntado. El piso medio articula su paramento con tres arcos ciegos de medio punto por frente que acogen tres pequeños arquillos o nichos semicirculares, como en la fachada de Santo Domingo.3
Su portada se trasladó en 1908 a los pies de San Juan de Rabanera, coincidiendo con las obras de restauración que se estaban realizando en esta iglesia.4 Así mismo, se reaprovecharon los sillares del muro sur para reconstruir uno de los hastiales del transepto, ya que se había derribado la Capilla de Palafox adosada a dicho muro.
Fragmento de tímpano[editar]
En 1970, durante los trabajos de limpieza, se descubrió el tímpano de una portada y actualmente se conserva en el lapidario de San Juan de Duero (Soria). Probablemente corresponde al tímpano de la puerta más oriental del muro sur de la arruinada parroquia soriana. Las dimensiones del fragmento de piedra arenisca conservado es de 106 cm de longitud máxima 15 cm de grosor y 32,5 cm de altura invitan a considerarlo perteneciente a dicho acceso septentrional pues la luz de su vano en su estado actual es de 120cm. Está decorado con dos arcos polilobulados que acogen rosetas, hay restos de un tercer arco y bajo ellos la inscripción: (obs)CVRAT(us) EST SOL(stitio) ER(a) MCCLX(xvii). La tardía fecha proporcionada por la inscripción representa un límite para la finalización del templo.5
La inscripción fragmentaria se refiere a un eclipse solar total ocurrido el 3 de junio de 1239. Se encontró buscando la fecha del eclipse de Sol total que había ocurrido en Soria entre 1222 y 1251. La inscripción habla del año 1277 porque regía el calendario denominado Era hispánica que tenía su origen en la conquista de Hispania por Augusto. La península quedó incorporada en el 716 después de la fundación de Roma, es decir, en el 38 a. C. El calendario se empieza a usar en el siglo VI d. C. y se irá difundiendo por todo el dominio visigodo. Así, cuando nos encontremos un documento fechado en la Era hispánica hay que restar 38 años para hallar el año correspondiente en el calendario juliano.
Arte mueble[editar]
El altar mayor realizado por Gabriel de Pinedo se encuentra actualmente situado en la iglesia de San Francisco, de donde pasó la imagen central al antiguo retablo mayor del Convento de Santa Clara que se encuentra en la concatedral. Igualmente un importantísimo tríptico flamenco procedente de esta iglesia está depositado en el museo de arte sacro de San Pedro.4
Últimas intervenciones[editar]
Desde septiembre de 2009 hasta el año 2011 se llevaron a cabo las obras de recuperación de las ruinas. Las obras comenzaron con el levantamiento de todo el pavimento que recubría el interior del antiguo trazado del templo, así como con la impermeabilización de las coronaciones del edificio (las humedades y filtraciones de agua eran una de las principales causas del deterioro de este conjunto arquitectónico), posteriormente continuaron con el levantamiento del muro que delimita la antigua planta de la iglesia románica y cierra el espacio recreando la puerta de entrada.
Además, se incluyó en esta intervención la recuperación de las pinturas románicas que recrean el asesinato de Tomás Becket, que se encontraban muy deterioradas, y la instalación de una iluminación ornamental en el conjunto histórico-artístico. Las obras se vieron afectadas por duras condiciones meteorológicas y por la aparición de un colector medieval que precisó modificar el proyecto para incluir la conservación del mismo. En abril de 2011 concluyeron las intervenciones en un espacio que actualmente se utiliza como auditorio al aire libre para la realización de conciertos y actividades culturales.
Este proyecto consta de una segunda fase. Entre las posibilidades que se barajan en el proyecto se encuentra la instalación de una cubierta que permita utilizar la antigua iglesia como auditorio.
Iglesia de Nuestra Señora del Espino (Soria)
Iglesia de Nuestra Señora del Espino | ||
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Localización | ||
País | España | |
División | Soria | |
Dirección | ![]() | |
Coordenadas | 41°45′43″N 2°27′47″O | |
Información religiosa | ||
Culto | Clero secular | |
Diócesis | Osma-Soria | |
Advocación | Virgen del Espino | |
Patrono | Virgen del Espino (Soria) | |
Historia del edificio | ||
Construcción | Siglo xvi-siglo xvii | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Iglesia | |
Estilo | Plateresco y Renacentista | |
La iglesia de Nuestra Señora del Espino es un templo religioso de culto católico bajo la advocación mariana de la Virgen del Espino. Se encuentra en la ciudad de Soria (Provincia de Soria, comunidad autónoma de Castilla y León, España) y es un templo construido en el siglo xvi situado cerca del cerro del Castillo junto al cementerio de la capital soriana.
Este templo, de estilo plateresco, es el de mayor importancia y categoría de Soria, después de la concatedral de San Pedro. En su interior destaca, situado en uno de los arcosolios de la nave central, la imagen anónima de un Cristo de madera policromada con el brazo izquierdo descolgado, fechado en el año 1600.
Historia[editar]
El origen del templo se remonta a los primeros años de la reconquista y repoblación de Soria. En 1270 figura ya en el Padrón de vecinos que mandó hacer el rey don Alfonso X a Diego Gil de Ayllón, pero no con el título del Espino, sino con el topónimo de Coballieda (Covaleda). En 1352 ya encontramos el de Santa María del Espino según aparece en la “Concordia” celebrada en el atrio de la Catedral del Burgo de Osma, entre los curas de las parroquias de Soria y los de las aldeas, a la cual asistió Alfonso Pérez, Clérigo de Santa María del Espino, dictándose en la Sentencia de la concordia, el número de parroquianos de por villa y de las aldeas para cobrar los tributos.1
Según el padrón de Alfonso X diezmaban en la collación los lugares de Cortos, Fuentetoba del Medio, Ausejo, Burvano, Solanilla del Espejo de la Sierra, Matutejo, Cerralbo, Carbonera, Riotuerto y El Cubo de San Juan de la Sierra; los mismos que aparecen en la Sentencia de Concordia. Tres siglos más tarde, en el XVII, vemos que pertenecían y tributaban a la parroquia del Espino treinta y tres aldeas, y que tenía anejadas o absorbidas las parroquias de San Sadornil, Santiago y San Martín de la Cuesta. Rabal incluye la Ermita de la Virgen de las Viñas como una de las iglesias asimiladas, aunque esta nunca fue parroquia sino ermita perteneciente a dicho templo.2
La iglesia de Nuestra Señora del Espino es el templo de mayor rango de Soria, después de la Concatedral de San Pedro. Durante siglos tuvo un pequeño cabildo, similar al de una colegiata, como así lo atestigua el coro situado a los pies del templo. Ya en 1547 los Corregidores del concejo soriano se refieren al templo como una «casa de mucha devoción e muy principal en la ciudad de Soria». Fray Gregorio de Argáiz escribió: «Es imagen milagrosa y, según papeles del Archivo, su primer asiento fue en Covaleda, lugar de los Pelendones, donde nace el río Duero, y cuando se perdió España, los cristianos la escondieron entre unas peñas, porque los moros no la topasen. Pasados muchos años quiso Dios que se apareciese a un pastor de Soria en un espino, por lo cual la tienen puesta en un árbol de esta especie. La llevaron a Soria, que está a seis leguas, llamándola Nuestra Señora de Covaleda.» Con esta leyenda, se ha querido tal vez explicar, el nombre primitivo de su iglesia aunque es posible que desde sus orígenes, se denominaría con los dos nombres indistintamente.3
A principios del siglo xix los franceses ocuparon el interior de esta iglesia para convertirla en cuartel general de sus tropas perdiéndose las bóvedas de crucería centrales durante la ocupación y que fueron sustituidas por dos bóvedas de arista. En 1952 un incendio terrible destruyó casi por completo el retablo mayor y la imagen negra de la virgen titular, obligando a una profunda restauración del edificio.
Evolución constructiva[editar]
El origen del templo se remonta a los primeros años de la reconquista y repoblación de Soria, entrado ya el siglo xii, cuando se había alcanzado la plenitud del arte románico. Fue por tanto en este estilo arquitectónico en el que se construyó el templo primitivo del que nada queda, ni siquiera los canecillos del ábside que algunos autores han querido ver de tradición románica. El recorrido por el interior de la iglesia nos lleva de unos estilos a otros dentro de los siglos xvi y xvii, tratándose de un edificio renacentista de tres naves con crucero, camarín y ábside poligonal.
Las sucesivas fases que desde su inicio constructivo a principios del siglo xvi hasta hoy han venido sucediéndose, van desde un lenguaje tardo-gótico con elementos platerescos, a un estilo barroco con la construcción del camarín en 1707.
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A principios del siglo xvi, la primitiva iglesia románica es derribada y comienza la construcción de una iglesia plateresca de una sola nave de dos tramos, presbiterio y ábside poligonal. La capilla mayor fue dotada por Jorge de Beteta y Hoces, criado de la Reina Católica, que sucedió a su padre Gonzalo de Beteta en el oficio de Alcaide de Soria. Jorge de Beteta y Hoces casó con doña Mayor de Cárdenas, y fue quien consiguió aupar a la familia a la condición de nobleza, pues ya figura en 1518 como representante del linaje Santisteban, fundando el primer mayorazgo de la casa de Beteta el 10 de junio de 1530.4 En la capilla aparecen las armas del matrimonio, Beteta y Cárdenas y en ella se abren a ambos lados los nichos sepulcrales.
Poco después de la construcción, se abrieron dos capillas laterales en el primer tramo de la nave, a modo de crucero. La capilla del lado del Evangelio, más próxima a la cabecera, dedicada a Santa Ana, es fundación de Hernando de Morales. La capilla frontera del lado de la Epístola, fue fundada por los Molina, parientes de los Beteta que habían conservado el apellido de Molina del tronco común y cuyas armas son un castillo acompañado en la punta del escudo por media rueda de molino. En el frente hay un nicho plateresco ocupado ahora por un altar barroco y que por su decoración y estructura pudo haber sido trasladado del cuerpo de la iglesia cuando se abrió la mencionada capilla.
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Contiguas a las capillas del crucero se realizaron dos nuevas capillas de planta rectangular y se alargó la nave con un tramo más donde se alojó el coro generando una iglesia de tres naves. Las tres bóvedas siguen una tipología análoga con crucería estrellada. El arranque de los nervios de las capillas se hace de ménsulas renacentistas, con decoración dentellada, que arroja ya fechas tardías dentro del segundo cuarto del siglo xvi como así atestiguan los amplios arcos torales que comunican las capillas y la nave central y que apuntan ya a una depuración ornamental propia del estilo herreriano.
A finales del siglo xvi y principios del siglo xvii se amplió de nuevo el templo con la erección de dos capillas más contiguas a las anteriores, también con bóvedas de crucería de igual calidad, correspondiendo una de ellas a la base de la torre. “Este conjunto de elementos acusa que la primitiva iglesia la fue reconstruida en los siglos xv y xvi y que, aun la cera toscana, debió hacerse en el XVII” según describe Nicolás Rabal.2
La torre es de forma rectangular, de tres cuerpos iguales y a nivel, sin más adornos que unas cornisas en cada cuerpo y una balaustrada de piedra sobre la azotea casi plana. se concertó en el año de 1594, con los canteros Pedro Pérez y Rodrigo Pérez, según escritura otorgada, ante Valentin González, en 25 de agosto de 1594, con la condición de pagarla, durante varios años, el día de Santiago, a razón de doce mil maravedíes anuales. Terminó de pagarse en 1604 y en 1646, el maestro de cantería, Juan García de la Cuesta recibía sesenta ducados por rematarla.
Camarín[editar]
Ya en el siglo xviii se realiza el camarín. Fue construido a costa de José Martínez de Montarco, escribano de S. M. y vecino de la ciudad, con licencia del Sr. Obispo de Osma y de los parroquianos de esta iglesia, según escritura de dotación, otorgada en Soria a primero de agosto de 1707. En el patio interior del viejo cementerio, adosada a la pared del Camarín de la Virgen del Espino, hay una inscripción sobre madera que estuvo colocada en su interior y que dice estar enterrados en la bóveda de la iglesia algunas personas deudas y descendientes de Martínez de Montarco, que dotaron dicho camarín.
Descripción[editar]
En el siglo xvi, se construyó una nueva iglesia siguiendo el estilo plateresco de una sola nave a la que se añadieron dos capillas a los laterales, abiertas a la capilla mayor, a modo de crucero. En el mismo siglo xvi se le añadieron progresivamente nuevas capillas lo que dio lugar a una iglesia de tres naves.
Exterior[editar]
Las dos portadas, situadas a los pies de la Iglesia, se abren en las capillas finales de cada lado. La de la Epístola, es renacentista, se puede datar en el último tercio del siglo xvi, que coincide con el momento en que se construye la capilla con la que comunica. Se abre en arco de medio punto, flanqueada por dos columnas jónicas y que está coronada por una hornacina que en la actualidad no acoge ninguna imagen. La portada del lado del Evangelio es más sobria, únicamente presente un sencillo arco de medio punto, con amplias dovelas, con simples molduras que arrancan de las jambas sin requerimiento de capitel. Sobre ella aparece un escudo barroco mariano con la leyenda: «CONZEVIDA SIN PECADO ORIGINAL».
La torre se relaciona estilísticamente con la de la concatedral de San Pedro, y se concertó la del Espino en 1595 con los maestros Pedro y Rodrigo Pérez de Villabiad que habían intervenido en la construcción de la entonces colegiata, firmándose el finiquito el 26 de julio de 1604.5 La torre es de sillería, y de planta cuadrada de tres cuerpos rematada en balaustrada. De las cinco campanas que posee la torre, la más antigua es de 1753, estando el resto fechadas a finales del siglo xix y principios del siglo xx. Algunas conservan bellas melenas de madera, aunque el conjunto se encuentra en mal estado de conservación.
A los pies del templo, en el exterior, se puede observar un escudo con los símbolos del peregrino (la concha, el bastón y la calabaza). Hay que recordar que por la provincia de Soria pasa el camino Castellano-Aragonés o camino de Santiago de Soria y que en el siglo xvi se agregó la parroquia de Santiago a esta del Espino.
Interior[editar]
Los dos tramos de la nave próximos a la capilla mayor perdieron sus cubiertas primitivas en el siglo xix cuando los franceses ocuparon el interior de esta iglesia para convertirla en cuartel general de sus tropas. Ahora se cubren con bóvedas de arista mientras que el tramo siguiente, correspondiente al coro, se cubre con bóveda de crucería estrellada. Toda la nave estuvo ocupada por arcosolios dispuestos de manera y forma simétrica y que en su mayoría fueron retirados con la apertura sucesiva de capillas. Los dos cercanos a la cabecera tienen nicho en arco de medio punto flanqueado por pilastras coronándose por frontón triangular. El nicho de la izquierda se encuentra la imagen titular de la desaparecida iglesia de San Esteban, del siglo xvii, y que tiene la particularidad de ser casi idéntica a la talla de la cuadrilla del mismo nombre. En el lucillo frontero se encuentra la interesante imagen, anónima, de un Cristo de madera policromada con el brazo izquierdo descolgado y fechado en el año 1600. Pudo pertenecer al antiguo paso de El descendimiento de la Cruz y del que se tiene constancia documental.
Los arcosolios de los pies, con nicho cajeado y abundante decoración plateresca, fueron alterados, reduciendo sus dimensiones para construir las capillas laterales. El de la derecha acoge la imagen de una Inmaculada enmarcada con los restos de un retablo barroco con columnas salomónicas. En el de la izquierda dos relieves del siglo xvi forman un pequeño retablo, el principal representa la imposición de la casulla a San Idelfonso y el superior a San Jerónimo penitente.
Capilla Mayor[editar]
La capilla mayor tiene planta poligonal y está cubierta por bóveda de crucería estrellada. Recibe luz a través de dos ventanas germinadas tardogóticas situadas a ambos lados del presbiterio. Una curiosa puerta con arco conopial da acceso a la sacristía, realizada en torno a 1520-1530 y que se cubre con doble bóveda asimétrica de crucería simple y de terceletes.
Todo el frente de la capilla estuvo ocupada por un retablo barroco de estilo churrigueresco que según demostró el Marqués del Saltillo, fue obra del escultor montañés Antonio Tagle, siendo ajustado en 14 000 reales, que con las mejoras y gastos de colocación y cantería, se puso en 17 000 reales, y se colocó en el altar mayor privilegiado en el año de 1684. El año de 1688 se abonaron a Antonio Tagle, maestro de Arquitectura, trescientos reales por la traza que hizo para el retablo y por sus viajes desde Aranda donde residía. Además, se pagaron a Francisco Martínez, vecino de Soria doscientos cuarenta reales por la traza que también hizo, y a Alonso Manzano, maestro de Arquitectura, que vino de Valladolid, se le dieron novecientos reales. Tenía grandes columnas salomónicas y en su hornacina central se encontraba la imagen románica de la Virgen del Espino. En las calles laterales estaban colocadas las imágenes de San Agustín y San Blas.
Lo que se contempla hoy es el que había detrás, de estilo plateresco y labrado en piedra, que cubre el ábside, el cual tiene forma pentagonal, y en el que aparecen las armas de los Betetas y de los Cárdenas. El retablo se articula a modo de gran mausoleo por tres arcosolios de medio punto. El central y más elevado acoge la imagen de la Virgen del Espino, copia de la que se quemó en 1952 y realizada por el escultor Félix de Frutos. Los laterales están coronados por dos grandes veneras y corresponden a los nichos sepulcrales del matrimonio formado por Jorge de Beteta y Mayor de Cárdenas. Están ocupados por las imágenes de la Inmaculada y San Blas. Destaca el escudo de la Ciudad de Soria sobre el nicho central, colocado durante las obras de restauración por ser la Virgen del Espino patrona de Soria y contribuir el Ayuntamiento en su restauración.
Capillas laterales[editar]
La capilla del lado del Evangelio, más próxima a la cabecera, dedicada a Santa Ana, es fundación de Hernando de Morales. La capilla es un espacio cuadrado con arco de acceso apuntado. La bóveda es de terceletes y vuela sobre cuartos de columnas, que ofrecen en sus basamentos y en los capiteles temas vegetales, además aparecen las armas de los Morales. Los muros de esta capilla están perforados por dos nichos, uno, en el testero, sin ningún símbolo, cobija ahora un retablo-hornacina de principios del siglo xviii con la imagen de la Virgen del Rosario, que en realidad representa a una Inmaculada, y que sustituyó a la imagen original de Santa Ana que se encuentra en otro retablo de la misma iglesia. El segundo nicho, de arco rebajado, alberga el sepulcro del fundador con su imagen yacente. Aparece representado llevando un gran manto, esclavina, y bonete, según la moda imperante en el reinado de los Reyes Católicos. Aparece también representado el escudo del fundador entre dos angelotes. La capilla frontera del lado de la Epístola, tiene la bóveda de terceletes y cinco claves análoga a la anterior y fue fundada por los Molina. En el frente hay un nicho plateresco ocupado por un altar barroco, gemelo al de la capilla anterior, con la imagen de San José. Se cree que la imagen no es la original del retablo sino que representa a Jesús, al que se le colocó el bastón y los lirios, símbolos de San José.
A estas capillas se abren otras dos de planta rectangular y tipología análoga. Ambas tienen bóvedas de crucería estrellada. El arranque de los nervios se hace de ménsulas renacentistas, con decoración dentellada, que arroja ya fechas tardías dentro del segundo cuarto del siglo xvi. Posteriormente el templo se amplió con la erección de dos capillas más contiguas a las anteriores, también con bóvedas de crucería de igual calidad, cerrando los pies de la nave. Sobre los muros de ambas capillas se encuentran colocados dos retablos neoclásicos de finales del siglo xviii y principios del siglo xix. De mediano tamaño y composición simple a base de dos cuerpos, el inferior flanqueado por columnas dóricas, están realizados en madera policromada imitando jaspeados y mármoles. Para su realización se reaprovecharon partes de otros retablos. El de la capilla del Evangelio tiene una hornacina en la que se halla colocada la imagen de Santa Ana. Sobre la mesa de altar se venera una imagen de la Virgen del Cisne, patrona de Ecuador. El de la capilla de la Epístiola, tiene un relieve del siglo xvi, y la imagen de San Miguel en el ático. Sobre el altar se encuentra el paso titular de la Cofradía de la Flagelación del Señor, radicada en esta parroquia, y que fue realizado en 1951 en Olot. En los muros de ambas capillas, colocadas sobre peanas, se encuentran antiguas tallas de los siglo xvi y xvii que representan a la Virgen del Rosario, San Agustín, Santa Teresa de Jesús, San Joaquín o San Sebastián.
Coro[editar]
En el último tramo de la nave se encuentra el coro, espacio construido como prolongación de la nave central y compuesto por coro bajo y coro alto en forma de U. Se encuentra separado del resto de la iglesia mediante una reja que ha perdido las puertas de cierre. La sillería está hecha en madera de nogal y sobresalen en ella la silla principal que se halla en el centro flanqueada por dos columnas helicoidales. En 1726 con motivo de la visita pastoral a esta parroquia, don Jacinto Vallador y Fresno, obispo de Osma y del Consejo de su Majestad, mandó, “que respecto de hallarse la fábrica con caudal y estar el coro muy indecente, se haga una sillería de nogal con sus rejas, y así mismo un órgano en el hueco que está sobre la sillería”.
Sobre la misma se sitúa el coro alto donde se localiza el órgano. La caja del órgano es de estilo neoclásico. Cubre la parte superior de cada campo con unas cortinas repintadas, dando un aire teatral, contrastado con la sobriedad del frontón recto partido del remate, de claro sabor clasicista. Por delante una celosía hace de tribuna, muy a juego con los colores del órgano.
El primer órgano del que se tienen registros databa de la segunda mitad del siglo xvi cuando es reparado en 1603 por Juan Cerezo, maestro de órganos. En la primera mitad del siglo xviii se realiza un nuevo instrumento por el que se pagó al organista entre 1726 y 1748, 577 reales de vellón. El órgano que podemos contemplar en la actualidad es realizado en el año 1817 por Francisco Calvo, arquitecto, aprovechando nada más que parte de los tubos del anterior. Podría tratarse de un órgano de uno de los organeros presentes durante estos años en la provincia, con preferencia hacia Cándido Cabezas. Durante el siglo xix se reparó y afinó varias veces y hacia mediados del [[siglo xx]] parece que el órgano o no se utilizaba o se utilizaba con menor frecuencia. En 1949 se examina para la última restauración de 1951 realizada por Vicente Estarelles en la que realizó una transformación sustancial.6
Camarín[editar]
Tras la capilla mayor se construyó el camarín, formado por una espacio rectangular con cripta para enterramiento de sus patronos. El camarín, comunicado con la nave de la iglesia a través del nicho central del retablo pétreo, tiene planta rectangular con las esquinas achaflanadas y sabemos que tubo cúpula elíptica y linterna con chapitel barroco exterior, según se recoge en una de las imagines de la ciudad realizada en el siglo xviii. Posiblemente este elemento se perdió en el siglo xix durante la ocupación francesa. Ilumina el interior tres óculos situados en el testero.
En el patio interior del viejo cementerio, adosada a la pared del camarín y trasladada desde el interior en la última restauración, hay una inscripción sobre madera, en la que dice estar enterrados en la bóveda de la iglesia algunas personas deudas y descendientes de Martínez de Montarco, que dotaron dicho camarín. Tiene una octava en verso, la Octava de las Ánimas. Hace mención a María del Carmen Ortiz, viuda de Felipe Ortiz de Zurbarán que había sido regidor de Soria y que había sido enterrado en su cripta en octubre de 1782, que murió en 1834 y a su hija, la cual fue enterrada en marzo de 1837.
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