sábado, 30 de julio de 2022

HISTORIA DE ESPAÑA

 ÉPOCA MEDIEVAL

Una heredad (del latín hereditas, "acción y efecto de heredar", "herencia"), en la Edad Media, era una unidad de tierras y parcelas que forman la explotación agrícola que cultivaba una familia de campesinos.1

La heredad comprendía la vivienda familiar así como los graneros, almacenes, corraleshuertostierras de labranza y derechos de uso comunal. El trabajo en la heredad se hacía independientemente de que fueran los campesinos propietarios o no de la misma. Los campesinos castellanos de los siglos IX y X cultivaban y transmitían sus heredades por herencia,2​ lo que hacía que las parcelas fueran cada vez más pequeñas y rara vez agrupadas.

Los bienes de la nobleza castellana por lo general no eran feudos (prestimonios) sino heredades. Sus señoríos tampoco solían ser feudos.3

Los señores reforzaron su poder señorial con la prohibición de que las heredades pasaran de una forma señorial a otra, o mediante un sistema que obligaba al campesino que quería vender sus tierras a otro podría hacerse siempre que las relaciones de dependencia con el señor fuesen las mismas.4

Posteriormente, el solar como elemento nuclear que determina la dependencia señorial, es decir la constitución de los campesinos como solariegos irá sustituyendo a la heredad castellana.






Se conoce como herejes de Durango a un movimiento de disidencia religiosa que tuvo lugar en el siglo XV (1442-1445) en la localidad de Durango (Vizcaya), promovido por el fraile franciscano Alonso de Mella, que tuvo gran difusión en la comarca del Duranguesado y se considera el principal antecedente de la Reforma protestante en la península ibérica.

Contexto[editar]

En el siglo XIII, la Iglesia Católica era una potencia de primer orden en Europa: además del ámbito religioso, su presencia infiltraba todos los niveles de la economía y la política. No obstante, el comportamiento público y privado de los jerarcas de la iglesia no correspondía con el mensaje del Evangelio, y esto favoreció movimientos de disidencia internos. La iglesia absorbió algunos de esos movimientos -como los franciscanos- y reprimió duramente a otros.

La Edad Media fue un período donde la vida del pueblo llano era dura: a las continuas luchas y trabajos extenuantes, se sumaban el hambre y la peste. Algunos autores han interpretado el surgimiento de las herejías religiosas y los movimientos revolucionarios disidentes como un intento de mejorar las condiciones del pueblo sin esperar a un incierto paraíso más allá de la muerte.34

Ideología[editar]

Con similitudes a los postulados de los Fraticelli, los herejes de Durango tenían una base teológica más profunda.5​ Ernesto García Fernández ve similitudes con la Hermandad del Espíritu Libre, las doctrinas joaquinistas y los wicliftas y husitas del final de siglo XIV.6​ En ese sentido, los herejes de Durango se consideran, junto con los anteriores, unos de los principales antecedentes de la Reforma protestante impulsada por Martin Lutero en el siglo XVI.12

Los herejes de Durango proclamaban el valor evangélico de la pobreza; la religiosidad interna, frente a los sacramentos públicos de la iglesia; la libre interpretación de la Biblia.7​ Tuvieron una influencia evidente de Joaquín de Fiore y de Amaury de Béne (tal como la Hermandad del Espíritu Libre).85

La traducción práctica de estos postulados consistió en la propiedad común "de riquezas y de mujeres" (sic) compartir, al modo comunista o socialista.9​ Por otro lado, se promulgaba la libertad en las relaciones sexuales, a las que se daba un sentido eucarístico.10

En una carta enviada al rey de Castilla, fray Alfonso se consideraba portador de la verdad revelada por Dios, pero no obstante se mostraba dispuesto al debate teológico con la iglesia católica. Ofrecimiento que no fue tenido en cuenta.5

Tal como otros movimientos disidentes, los herejes de Durango pretendían extender su doctrina a todos los ámbitos de la sociedad, por medio de la lucha armada.11​ Se cree que fray Alfonso se encontraba preparando una sublevación en el momento en que huyó.5

Los sucesos[editar]

Alfonso de Mella provenía de una noble familia de Zamora. Tras pasar algunos años en Italia (donde se cree que pudo adoptar las ideas de los fraticelli) tuvo problemas con la jerarquía católica, y fue por ello condenado a pasar algunos años en un convento de Perugia; también se le prohibió confesar y predicar. Tras pasar por el monasterio de Santa María del Poyo (Cáceres) alrededor de 1440 llegó a Durango, donde su familia poseía una casa. No obstante, no se alojó en ella sino en una posada modesta. El éxito de su doctrina fue inmediato, tanto entre los religiosos como entre los seglares de la comarca. Si bien no se conoce exactamente el número de seguidores que llegó a tener, se sabe que se contaban por cientos.5

La represión comenzó alrededor de 1444. Las autoridades tuvieron dificultades para atrapar a los herejes, dado que se refugiaban en las montañas.5​ Juan II de Castilla y la Inquisición fueron los encargados de la persecución y se dictaron más de 100 sentencias de muerte, 13 de las cuales se ejecutaron delante de la iglesia de Durango; (Kurutziaga); otras tuvieron lugar en Santo Domingo de la Calzada y Valladolid. Mella y un grupo de seguidores consiguieron huir.6​ Primero llegaron a Santander, y luego por mar hasta el Reino de Granada. Si bien en un principio Alfonso fue bien recibido por los musulmanes, finalmente por razones que se desconocen fue condenado a muerte y ejecutado por ellos.

Hechos posteriores[editar]

Parece que la herejía de Durango persistió unos 50 años. Tal como Diego de Valera escribe en su crónica de 1487-88 "duraron aquellos errores en tiempos del rey don Enrique (IV). E aun fasta oy se cree que en algunos dura la eregía de Durango".

Después del proceso, la inquisición permaneció en el Duranguesado largo tiempo. Los expedientes del proceso, con los detalles de los acusados y los hechos por los que se les acusaba, fueron guardados en la iglesia de Santa María donde se conservaron hasta principios del siglo XIX, en que fueron quemados ante la invasión de tropas francesas, que se suponía compartían las ideas de los herejes.

No obstante, dos documentos hallados en el siglo XX (una carta de Alfonso al rey de Castilla, y otra de F. de Munqueta al Papa) permitieron reconstruir la ideología de fray Alfonso.






Los hombres buenos durante la Edad Media en los reinos de León y Castilla, se entendían como un grupo de hombres de calidad que formaban parte de la capa superior de los concejos cerrados que se dieron a partir del siglo XII.1

Las antiguas asambleas generales de vecinos (Concilium) son sustituidas a mediados del siglo XIV por concejos de participación cerrados, los denominados regimientos donde se nombrarán caballeros y hombres buenos.2​ Cuando determinados habitantes que pertenecían al común de las villas y ciudades alcanzaban un nivel importante de riqueza, se les calificaba de hombres buenos y podían formar parte del concejo donde se les encomendaba determinadas funciones judiciales o políticas, como su nombramiento como jueces especiales en casos delicados (control de deudas).

Este cuerpo de hombres buenos o regidores, desde Alfonso XI de Castilla, serán nombrados vitaliciamente por la Corona y éstos a su vez, designarán anualmente a los diversos magistrados y funcionarios municipales.






Imperator totius Hispaniae

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Rosetón principal.
La arquitectura del templo es de estilo gótico.
Alfonso VI (izda.) y Alfonso VII (dcha.), ambos reyes de León, se hicieron coronar Imperator totius Hispaniae.

Imperator totius Hispaniae —traducido del latín por ‘emperador de toda España’— fue un título que nació como término de la mano de los monarcas de León, al menos, en el siglo x. Fue usado esporádicamente hasta varios siglos más tarde, según los reyes de la España cristiana luchaban por la supremacía. Durante la Edad Media, el topónimo latino Hispania, sus deformaciones (como «Yspania» o «Spania») o cualquiera de sus versiones romances (como «España» u otras variantes gráficas, como «Espanna») se usaba, en singular o en plural, para referirse al total de la península ibérica.

Este título fue adoptado desde el siglo X por los monarcas leoneses, como expresión de una idea hispánica unitaria [cita requerida], que implicaba la supremacía política de León frente a los demás reinos peninsulares que se estaban formando [cita requerida]. Los reyes leoneses aspiraron a restaurar el estado hispanogodo, pues defendían ser los herederos directos del último monarca visigodo, Don Rodrigo [cita requerida].

En el siglo IX, inicia la idea imperial, con el reinado de Alfonso III de Asturias, llamado magnus imperator o imperator noster; y adoptan el título de emperador, Ordoño II (imperator legionense), Ramiro II (magnus basileus), Ramiro IIIAlfonso VBermudo III y quizá Sancho Garcés III de Navarra tras heredar León y Castilla (aunque este título solo se documenta en una moneda de ejemplar único, hoy atribuida al reinado de Alfonso VII de León),123​ Fernando I fue llamado rex imperator, y Alfonso VI de León llegó a titularse Imperator totius Hispaniae.

En 1135Alfonso VII fue coronado solemnemente emperador en León. Entre sus vasallos se contaban los reyes de AragónNavarra y Portugal, el conde Ramón Berenguer IV del Condado de Barcelona y varios monarcas musulmanes, quienes a la muerte del Emperador, rechazaron la teórica supremacía política del título. 

Antecedentes[editar]

Desde el año 910 se documenta el uso del título de imperator ('emperador') por parte de los reyes de León. A la muerte de Alfonso III, sus descendientes Ordoño II y Ramiro II le denominaron Magni Imperatoris; consta asimismo el uso de imperator en los diplomas de la época.4

En las primera décadas del siglo XI el catalán Abad Oliva se refirió a los reyes de León, Alfonso V y Bermudo III como imperatores[cita requerida], asimismo Sancho Garcés I es denominado Obtime Imperator en el Códice de Roda.

En 1034 la ciudad imperial de León fue conquistada por Sancho III de Pamplona, apodado El Mayor, y se postuló que existía una moneda con la leyenda «Imperator» y Naiara (Nájera).5​ Pero la moneda con las inscripciones «Naiara» e «Imperator», por mucho tiempo atribuida a Sancho III el Mayor, actualmente es considerada posterior; y las afirmaciones que sostenían que se intituló imperator, carecen de fundamentación.6

Evolución[editar]

Sellos Reales. Alfonso VII de León reinó desde 1126 hasta 1157. En este sello se llama a Alfonso VII «Emperador de España», como antes de él se tituló así Alfonso VI.

En 1077Alfonso VI, que unificó de nuevo la propiedad de su padre, se coronó «Imperator totius Hispaniae». Casó a su hija y heredera, Urraca (reina de León y Castilla), con Alfonso el Batallador, rey de Navarra y Aragón, y tras la muerte de aquel en 1109, el Batallador comenzó a usar el título de Imperator en sus documentos, aunque en sus monedas solo figuraba como Rex. Alfonso el Batallador murió en 1134.

Otros soberanos también utilizaron en esa época títulos similares, así Raimundo, yerno de Alfonso VI, se denomina «Totus Gallicorum Imperator», en su tumba de la Catedral de Santiago de Compostela y el propio Alfonso VI era titulado «Gallicae Regie» según las crónicas realizadas por Guillermo de Malmesbury.

En 1135, Alfonso VII de León fue coronado «Imperator totius Hispaniae» en la Catedral de León aunque se le denomina más asiduamente «Rey de León» en la Chronica Adefonsi imperatoris y se refleja en su moneda.7​ Este intentó fortalecer su título patrocinando a la Iglesia, con la Reconquista y a través de la anexión de los reinos vecinos, por lo que ha permanecido en la historia con el sobrenombre de Emperador. Su reino acabó dividiéndose tras su muerte y el título imperial cayó en desuso permanentemente.






Un jurado en la Edad Media era un cargo de funcionario judicial en la administración del gobierno de un concejo con funciones de supervisión de la actividad económica y que en algunos municipios representaban a los vecinos de los barrios.

Su nombre deriva del juramento que debían efectuar antes de comenzar a ejercer su cometido. Los jurados debían ser elegidos por los propios vecinos del municipio castellano, pues a ellos son los que debían defender sus intereses, tanto controlando la actuación de los magistrados como fiscalizando los ingresos y gastos.1

En los municipios del Reino de Aragón, además de los jurados existieron los oficiales aportellados. A partir del siglo XIII, ante la complejidad de las ciudades, empezaron a utilizar un grupo de consejeros denominado consell.

En Mallorca, los jurados formaban parte del Gran i General Consell, constituido en 1373 como órgano director de la política del Reino de Mallorca. En el Reino de Valencia, los jurados junto con las parroquias elegían al bayle. En Cataluña, los jurados eran magistrados locales similares a los pahers.






Las Extremaduras (Estremaduras) es el término utilizado para referirse a dos entidades territoriales que comprendían un amplio espacio histórico conocido como Extremadura (siglos XI-XII), correspondientes a las regiones de la Extremadura leonesa de la Corona de León y a la Extremadura castellana de la Corona de Castilla; integrándose sendos territorios con la unión de ambas Coronas en 1230.

Con la creación de la Provincia de Extremadura (con las Cortes de Toro de 1371, recuperando jurídicamente su independencia en 1653), y la disolución administrativa de la denominada Extremadura castellana, surgirá el precedente institucional de la actual Comunidad Autónoma de Extremadura (España), retomando el topónimo y la memoria de las antiguas Extremaduras, con orígenes como entidad territorial en el siglo XII.

En historiografía se utiliza el término de las Extremaduras históricas para referirse a uno de los ejes geopolíticos de la historia medieval peninsular que se desplegó desde Portugal hasta Aragón, pasando por León y Castilla; haciendo referencia a diferentes espacios dentro de los territorios de frontera.

Las Extremaduras
Extremadura

 Royal Banner of León.svg
 Flag of Castile.svg

1230-1371

Mapa de la provincia de Estremadura (1766).jpg 
Banner of arms crown of Castille Habsbourg style.svg 

Ubicación de Extremadura
CapitalBadajozSoria, entre otras.
Idioma oficialCastellanoleonés y Latín
Otros idiomasExtremeño
Período históricoEdad Media / Edad Moderna
 • Unión de las Coronas de Castilla y León.1230
 • Creación de la Provincia de Extremadura, a medida que se disuelve administrativamente la Extremadura castellana.1371


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