sábado, 18 de septiembre de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XV EN ESPAÑA

La conquista de Navarra fue un proceso muy largo. Se inició en el siglo XII —después de que la nobleza navarra reinstaurase el reino en 1134— mediante una serie de tratados acordados entre el reino de Castilla y la corona de Aragón para repartirse Navarra entre ambos. Ya en el año 1200 una sucesión de conquistas castellanas había arrebatado a Navarra sus territorios occidentales y su costa peninsular. La conquista del resto de la Navarra peninsular —ideada, promovida y ejecutada por Fernando el Católico— culminó en el siglo XVI anexionándola, también, al reino de Castilla. La Baja Navarra rechazó esa invasión, logrando mantenerse como reino independiente hasta el siglo XVII. En 1620, el rey francés Luis XIII –también rey de Navarra como Luis II– impuso, manu militari, la anexión de Navarra a la Corona Francesa. A finales del siglo XVIII, inducida por la Revolución francesa, Francia despojó a la Baja Navarra de su cualidad de reino. En 1833, el gobierno de España desposeyó tanto a la Navarra española, como al resto de reinos, principados y señoríos que componían la monarquía, de su condición de tales, pasando el país a dividirse en provincias. Sin embargo, Navarra se mantuvo como una sola provincia y hasta la Constitución española de 1876 mantuvo en buena medida sus fueros (mediante la Ley Paccionada Navarra). Posteriormente se conservó simplemente un Convenio Económico, hasta la Constitución española de 1978, que devolvió la autonomía al antiguo reino, si bien dejando abierta la posibilidad de que se uniese al País Vasco por decisión del Órgano Foral competente ratificada por un referéndum expresamente convocado al efecto.

Al morir sin descendencia Alfonso el Batallador, rey de Pamplona y Aragón, en 1135, se produjo la restauración del reino de Pamplona por decisión de sus nobles. Tras esta restauración, las relaciones de los tres reinos vecinos fueron de constantes incursiones. En este siglo XI el reino de Castilla y el de Aragón, de forma reiterada, pactaron repartirse el reino de Pamplona, en los que como línea divisoria se marcaba el río Arga. En varias ocasiones estos tratados se firmaron tras incursiones pamplonesas. Con Sancho VI el Sabio hay constancia de que se denominaba ya de forma escrita como reino de Navarra, y entonces se produjeron las pérdidas del señorío de Vizcaya, la Bureba y la Rioja, en parte debidas a la fidelidad cambiante de sus nobles y también por las incursiones armadas del castellano. Al finalizar el siglo, con Sancho VII el Fuerte tuvo lugar la pérdida del Duranguesado, el resto de Álava y Guipúzcoa por invasión de su territorio, aunque en la historiografía hay discrepancia del grado de resistencia o colaboración.

A partir de entonces hubo un periodo de consolidación territorial, con numerosas tensiones internas y, en concreto, el surgido con los reyes de origen francés de las dinastías Champaña y Capeta que no se querían someter a los usos y costumbres del reino, con graves enfrentamientos con los infanzones navarros que les obligaban a ello. En estos conflictos, los reinos colindantes mantuvieron su injerencia política y militar, frecuentemente con alianzas con la nobleza navarra. Los enfrentamientos culminaron con la guerra de la Navarrería en que la ciudad de la Navarrería fue totalmente destruida.

En el siglo XV se dio la división en facciones en una guerra civil, nuevamente con la intromisión de los reinos vecinos, y que llevaron también a la pérdida de la comarca de Laguardia y Los Arcos a manos de los castellanos. Al final de este siglo se situarían tropas castellanas en distintos puntos, que controlaban en la práctica el reino y que fueron expulsadas al comienzo del siglo XVI. En el año 1512 el rey de Aragón Fernando el Católico decidió la invasión definitiva del reino de Navarra, que efectuó a lo largo del verano con relativa celeridad aunque con distintas resistencias. Posteriormente se produjeron varios intentos de recuperar el reino por los reyes Juan III de Albret y Catalina de Foix. La primera en otoño de ese mismo año con ayuda del reino de Francia. La segunda en 1516, sin esa ayuda. Y la tercera y con gran éxito inicial, en 1521, aprovechando el desguarnecimiento del reino por las tropas castellanas enfrascadas en la guerra de las Comunidades de Castilla, en la que se produjo un alzamiento generalizado y la incursión de tropas franco-navarras. La no consolidación de la posición, acudiendo a sitiar Logroño y la rápida restauración del ejército castellano llevó al fracaso, sentenciado en la batalla de Noáin. Posteriormente se produjeron unas resistencias en algunos puntos que motivaron al abandono por parte de los castellanos de la Baja Navarra, mientras se consolidaba el dominio en la Alta Navarra.


Escudo original de Navarra“De gules, carbunclo cerrado pomelado de oro con una esmeralda verde [en forma de losange] en abismo, timbrado por una corona de tres florones”Libro Viejo de Armería del Reino de Navarra, por Gabriel de Huarte Ibarra, Rey de Armas del Reino de Navarra, siglo XVI.





Antecedentes: conflictos territoriales en el siglo XI[editar]

El primer tercio del siglo XI vio la crisis y desintegración del Califato de Córdoba, que coincidió con el reinado del rey Sancho Garcés III (1004-1035). El condado de Castilla aprovechó para aumentar su territorio, mientras que Sancho aseguró las posiciones en al frontera de la taifa de Zaragoza, en las comarcas de LoarreFunesSosUncastilloArlasCaparroso y Boltaña.12​ Fortaleció sus relaciones con Castilla y antes de 1011 se casó con Muniadona, hija del conde de Castilla Sancho García.3​ En 1016 realizó con su tío y suegro Sancho García un acuerdo en cuanto a límites entre el Condado de Castilla y el Reino de Pamplona y los ámbitos de expansión, quedando para Pamplona la expansión hacia el sur y el este, la zona oriental de Soria y el valle del Ebro, incluidas las comarcas zaragozanas.4​ No hay documentación directa en cuanto a estos límites exactos.5​ El territorio heredado del reino de Pamplona (regnum Pampilonense) estaba formado por 15.000 km²6​ de Pamplona, Nájera y Aragón, hasta llegar al Condado de Sobrarbe.7​ con dos círculos de vasallos reales los señores pamploneses y los aragoneses tradicionalmente diferenciados.2

Los años siguientes vieron la expansión del reino de Pamplona. Entre 1017 y 1025 se apoderó del Condado de Ribagorza aprovechando un litigio sucesorio. En 1029 fue asesinado el conde García Sánchez de Castilla, su hermana Muniadona pasó a ser condesa de Castilla y su marido el rey Sancho el verdadero gobernante del territorio, designando a su hijo Fernando como conde.89

A su muerte en 1035 el reino de Pamplona había alcanzado su máxima extensión. En su testamento, reservó al primogénito García el reino de Pamplona, con el título real con todo su patrimonio a él anejo hasta entonces, Pamplona, Aragón y tierras de Nájera. El resto del patrimonio, herencia de su esposa Mayor o derecho de conquista, era de más libre disposición:101112​ el legado de su esposa Muniadona se repartió entre los hijos legítimos, así García recibió el territorio noreste del Condado de Castilla (Castella Vetula, la BurebaOca...) y el condado de Álava (las tierras vizcaínasduranguesas y alavesas),13​ y a Fernando conde de Castilla, el resto del territorio; como régulos supeditados a García estaban Ramiro en el condado de Aragón y ciertas poblaciones dispersas por la geografía pamplonesa, y Gonzalo en los territorios de Sobrarbe y Ribagorza que su muerte pasarían a Ramiro.

La península ibérica en 1037. Con la aparición de los reinos de Castilla y Aragón que irán rompiendo la vinculación con el de Pamplona.

El rey García Sánchez III de Pamplona (1035-1054) sometió a su hermano Ramiro en la batalla Tafalla en 1043, y logró tomar Calahorra en 1044. Apoyó a su hermano Fernando contra el rey Bermudo III de León, obteniendo el territorio que iba desde Santander a los montes de Oca, incluyendo Álava, Vizcaya, Durango y Guipúzcoa,14​ pero al conseguir Fernando I el reino de León, esta situación convirtió teóricamente a García Sánchez III vasallo de su hermano en lo relativo a los territorios del condado de Castilla que habían sido repartidos por parte de la herencia materna. Sin embargo, el pamplonés probablemente interpretó que esos territorios habían pasado a ser una extensión de su reino, y las relaciones se deterioraron hasta el punto de enfrentarse los dos hermanos en la batalla de Atapuerca en septiembre de 1054, donde murió el rey de Pamplona.15​ La derrota en esta batalla hizo perder a Pamplona las tierras de Castella Vetula, la Bureba y la cuenca alta del río Tirón.16​ aunque el reino de Pamplona seguía conservando Álava, Vizcaya y el Bajo Tirón.14

Su hijo Sancho Garcés IV (1054-1076) tuvo que afrontar la disposición de Sancho Ramírez de Aragón de librarse de la dependencia de Pamplona, haciéndose vasallo del papa en 1068; y sobre todo, la presión de Castilla, en la guerra de los Tres Sanchos, Castilla recuperó los Montes de Oca, Pancorbo y la Bureba.1413​ El 4 de junio de 1076, se llevó a cabo un complot que llevó al asesinato del rey Sancho Garcés IV de Pamplona, al ser despeñado en Peñalén, junto a Funes, por parte de su hermano Ramón y su hermana Ermesinda. En el mismo también debieron de participar los dos reinos vecinos.17​ Hasta el momento de su muerte el reino de Pamplona contaba con los territorios de Vizcaya, Álava y la Tierra Najerense.16

Reparto del Reino de Pamplona tras la muerte de Sancho IV el de Peñalén. en 1076      Zona ocupada por Alfonso VI de Castilla      Zona ocupada por Sancho Ramírez de Aragón      Condado de Navarra, tenido por el monarca aragonés en homenaje al castellano

Inmediatamente después el reino se lo repartieron sus dos vecinos. El rey de León y Castilla Alfonso VI, primo de todos ellos, pasó a controlar La Rioja hasta Nájera y Calahorra; y recuperó para Castilla18​ el Señorío de VizcayaÁlava; el Duranguesado; una gran parte de Guipúzcoa y la orilla derecha del bajo Ega, al parecer con el apoyo de los linajes de la zona.19​ Por su parte el rey aragonés, Sancho Ramírez, primo también por línea bastarda, hizo lo propio con el resto del territorio pamplonés, con el apoyo de la nobleza nuclear pamplonesa que le aceptó como rey. De esta forma, el río Ega fue la frontera en la que quedó dividido el reino.17​ Las pretensiones expansionistas de Alfonso VI fueron frenadas por la derrota en la batalla de Zalaca (1085) contra los almorávides, lo que le llevó a reconocer a su primo Sancho Ramírez el núcleo territorial del reino de Pamplona: las tierras de Montaña, las situadas al este del río Aragón, con Sangüesa, los situados al norte del río Irati, la cuenca de Pamplona y las conquistas en la Ribera, y se creaba el "condado de Navarra" porque el rey de Pamplona prestaría homenaje a al rey de Castilla.20​ Sancho Ramírez y su sucesor Pedro I (1094-1104) se centraron entonces en expandirse al territorio musulmán en el valle del Ebro y el valle del Cinca, apuntalando posiciones hacia Tudela y Zaragoza.

El siguiente rey, Alfonso I el Batallador (1104-1134), se desposó en 1109 con la reina Urraca de León, pero la incompatibilidad de caracteres de los cónyuges condujo a una guerra civil en Castilla, en la que Alfonso el Batallador conservó los territorios que le apoyaron, como fueron VizcayaÁlava (reunidos en la junta de Argote21​), Rioja y otros de Burgos.22​ El matrimonio fue anulado en 1112, y el rey de Aragón y Pamplona rápidamente llevó la frontera con el islam al río Ebro: entre 1118 y 1120 conquistó ZaragozaTudelaTarazonaCalatayud y Daroca.23​ Tras el fallecimiento de la reina Urraca en 1126, su hijo Alfonso VII concentró sus pretensiones en el territorio de Alfonso el batallador. En 1127 mediante mediación se acordó el Pacto de Támara, con el fin de evitar el enfrentamiento de las tropas de Pamplona y Aragón con las castellano-leonesas. En este pacto Alfonso el Batallador renunciaba al título de emperador y se delimitaron las fronteras entre los reinos de Castilla y los de Pamplona y Aragón con devolución de alguno de los territorios a Castilla, retirada esta que Alfonso I efectúo con lentitud.24​ En este pacto quedaba en territorio pamplonés los de VizcayaÁlavaGuipúzcoaBeloradoSoria y San Esteban de Gormaz.25​Alfonso I el Batallador falleció el 7 de septiembre de 1134. El territorio por él controlado había pasado de 24.000 km² a unos 52.000 km², de ellos 8.000 pasaron a Castilla para la monarquía pamplonesa y más de 20.000 km² a los almorávides. La muerte sin hijos legítimos marcaría la separación de nuevo entre el reino de Pamplona y Aragón.23

Restauración del Reino y pérdidas de territorio[editar]

Tratados entre Castilla y Aragón.

A partir del siglo XII, tras la muerte de Alfonso el Batallador en 1134 y finalizada la unión dinástica de Pamplona y Aragón, se celebran varios tratados, donde se deja por escrito la intención de repartirse el Reino de Navarra entre el Reino de León y Castilla y la Corona de Aragón. En estos acuerdos, el Reino, una vez conquistado, sería dividido aproximadamente por la línea que traza el cauce del río Arga.

La muerte de Alfonso el Batallador en 1134 sin heredero directo y con un testamento que dejaba a las órdenes militares los dos reinos, era algo imposible de cumplir tanto por la nobleza aragonesa como por la pamplonesa.21​ En Aragón se coronó a Ramiro II, un hermano de Alfonso el Batallador, mientras que en el territorio pamplonés la nobleza optó por García IV Ramírez (1134-1150), vástago de la dinastía Ximena. Entre los nobles que le apoyaban estaba Ladrón Íñiguez que controlaba los estratégicos territorios de Álava y Haro. La lealtad de la nobleza era imprescindible ya que procedía de un nieto por línea bastarda del último rey pamplonés Sancho Garcés IV, y por otra parte, Alfonso VII de Castilla, por ser nieto de Alfonso VI, primo carnal legítimo del último rey de Pamplona, también podía reclamar la herencia. Por ello García Ramírez y Ramiro II de Aragón firmaron el pacto de Vadoluengo en que ambos monarcas se daban una relación paterno-filial, que fue invalidado al poco tiempo, al casarse el rey Ramiro con Inés de Poitou y garantizarse la sucesión en el reino aragonés.27

El rey castellano realizó una ofensiva que ocupó Nájera y gran parte del territorio de la Rioja, y Zaragoza en el reino de Aragón, colocando en Nájera a Lope Díaz I de Haro (que se mantendría por lo menos hasta 1167). A pesar del éxito no continuó la ofensiva militar y su estrategia se dirigió a dividir a los reinos de Pamplona y Aragón. De esta forma consiguió que en 1135 García Ramírez le prestara vasallaje y se dejaba al Ebro como frontera, con la excepción del distrito de Tudela y Logroño.3334​ Como vasallo García Ramírez acudió a la coronación de Alfonso VI el 2 de junio de 1135 y también en nombre del castellano estuvo al frente de la ocupación de la taifa de Zaragoza. Un año después, en 1136, cuando Alfonso VII se alió con el aragonés y le devolvió Zaragoza, el rey de Pamplona se rebeló y se enfrentó al castellano. Alfonso VII capturó a Ladrón Íñiguez, pasándose este entonces a apoyar a los castellanos, sin embargo el territorio de Vizcaya estaba con su hijo Vela Ladrón que se mantenía con la soberanía pamplonesa. Se firmó un acuerdo de paz en 1137 que se quebrantó, y tres años después se acordó otro, sellado con el compromiso de boda del heredero castellano Sancho y Blanca hija del pamplonés. En 1143 el conde Ladrón volvería con Sancho Ramírez.35

En las cambiantes relaciones entre Alfonso VI y Ramiro II, hizo que García Ramírez en 1137 aprovechara la coyuntura y traspasó con sus huestes las fronteras de Aragón saqueando Jaca, para luego ocupar Malón y Barillas y en 1138 también PedrolaSosPetilla y Gallipienzo. Ello llevó a que en 1140 Ramón Berenguer IV se reuniera con Alfonso VI en Carrión de los Condes y firmaran el tratado de Carrión en el que se realiza un reparto equitativo del reino de Pamplona entre aragoneses y castellanos. Iniciado el avance aragonés, llevó a que García Ramírez negociara la boda de su hija Blanca con Sancho hijo heredero de Alfonso VII y posteriormente, en 1144, la del propio García Ramírez, ya viudo, con Urraca, una hija extramatrimonial de Alfonso VII26​ y con ellas se renueva el vasallaje al castellano y se entregaba Logroño. Se establecía como frontera la demarcación de los ríos Bayas y Nervión y el río Ebro por el sur.36​ Esta paz entre los reinos cristianos fue propicia para organizar una expedición conjunta al Al-Ándalus en verano de 1147.26

Señorío de Vizcaya, La Bureba y Rioja[editar]

En este periodo ya se utilizaba la denominación de Reino de Navarra, pero fue su sucesor Sancho VI (1150-1194) el que lo utilizó de forma escrita.25​ Sancho VI el Sabio tenía 17 años cuando asumió las riendas del gobierno y ya en el primer año se entrevistó con Ramón Berenguer IV en Filera, próximo a Sos, para prolongar la tregua con Aragón. Sin embargo el conde de Barcelona al año siguiente, el 27 de enero de 1151 se reunió con Alfonso VII en Tudilén y volvieron a planear el reparto de Navarra con el Tratado de Tudilén. Intentando frenar esto, Sancho VI renovó el vasallaje a Alfonso VII, mantuvo la boda de su hermana Blanca con Sancho, que ya estaba prometida desde 1140, y en 1153 estrechó más las coronas con su propia boda con Sancha de Castilla, hija de Alfonso VII.27​En 1153 el conde Ladrón y su hijo Vela Ladrón apoyaron al rey castellano en contra del pamplonés, pero en 1160, fallecido el padre, Vela Ladrón volvió con el rey pamplonés. Cuando Sancho III de Castilla accedió al trono en 1157 se instaló en Nájera con la intención de acosar al reino pamplonés. Sin embargo este murió al año siguiente, desestabilizando el reino de Castilla ya que el heredero de Castilla Alfonso VIII tan sólo contaba con tres años de edad, lo que fue aprovechado por Sancho VI y Ramón Berenguer IV para tener acuerdos y en 1159 Sancho VI se desligó del vasallaje castellano pasando a ser "Rex Navarre" (1162) con soberanía plena y negando posibles vasallajes.37

Las tensiones con Aragón llevaron a una nueva incursión navarra que penetró hasta el río Gállego, lo que provocó un nuevo tratado castellano-aragonés, el de Lérida en 1157. Cinco años después, en agosto de 1162, falleció Ramón Berenguer IV, lo que llevó a la subida al trono del niño Alfonso II de Aragón, y en ese momento sus tutores optaron por firmar una tregua de trece años con Navarra.27

Reafirmado como "Rex Navarre", realizó en el invierno de 1162-63 una gran ofensiva con la toma de LogroñoNavarreteEntrenaAutolQuelAusejoResaOcónBriviescaMiranda de Ebro y Salinas de Añana, mientras que NájeraHaro y Calahorra resistieron. Las hostilidades se mantuvieron hasta que en 1167 se firmó una tregua por diez años. Los Vela en este caso fueron fieles al rey navarro y los Haro a los castellanos revalorizando su posición.38​ A su vez hizo tratos con Ibn Mardanish que le cedió para el reino de Navarra Albarracín.27

Escudo del Reino de Inglaterra.

Rehecha la alianza entre Castilla y Aragón, reforzada con la boda de Alfonso VIII de Castilla con Leonor de Plantagenet hija del rey inglés Enrique II y Leonor de Aquitania, que tenía los territorios gascones fronterizos con el norte de Navarra. Con ello Castilla lanzó una ofensiva militar en 1173 con una guerra generalizada en toda la frontera navarro-castellana, en la que no sólo recuperaron los territorios ocupados diez años antes sino que llegaron hasta Artajona en el interior del Reino.28​ Castilla estaba promoviendo la vuelta de los López de Haro, con Diego López II al señorío de Vizcaya en sustitución de Vela Ladrón, y esto lo logró en julio de 1175 cuando las tropas de Alfonso VIII entraron en las Encartaciones (incarnationes) avanzaron por la cuenca del río Nervión y la parte baja de Ibaizábal así como las zonas costeras hasta el castillo de Malvecín, no logrando el Duranguesado (cuenca alta del río Ibaizábal). También se tomó el castillo de Godín (posiblemente la actual La Puebla de la Barca), y en tierras alavesas tomaron Salinas de Añana y Portilla.39

Sancho VI tras frenar los ataques armados, logró una tregua con el rey castellano, y ambos aceptaron la mediación del rey Enrique II de Inglaterra para decidir la cuestión de las fronteras entre Castilla y Navarra, dictándose un Laudo Arbitral el 16 de marzo de 1177. Aunque ambiguo en él se consideraban como fronteras las que había en 1158, cuando comenzó el reinado de Alfonso VIII, que para Navarra suponía la pérdida del actual territorio de La Rioja y La Bureba. Esto no satisfizo a ninguno de los dos reyes, y el castellano en julio de 1077 estaba de nuevo conspirando con el Aragonés en Cuenca. De nuevo lo haría en el tratado de Cazola en marzo de 1179. Esto llevó a que Sancho VI se reuniera con Alfonso VIII el 15 de abril de ese año en Nájera,28​ en la que se logró la paz con la aplicación del Laudo, especificando los límites con más claridad, en el que daba para Castilla el señorío de Vizcaya, junto con ciertos territorios del oeste de Álava (aproximadamente las cuadrillas de Ayala y Añana), Bureba y la Rioja. Mientras concedía a Navarra el DuranguesadoGuipúzcoa y el resto de Álava. Quedaba como línea divisoria la marcada por los ríos Nervión y Bayas precisándose que Iciar y Durango quedaban en la zona navarra y Malvecín en la castellana.4041​El tratado reconocía a Sancho VI el Sabio como rey sin vasallajes ni cortapisas y se devolvía el condado de Navarra. Para Juan Vela el rey castellano consigue que pueda cambiar de reino y hacerse vasallo de Castilla, tras responder en juicio de las reclamaciones que pudiera hacerle el navarro. Lo hizo en el mismo 1179, por lo que Sancho el Sabio dividió el territorio de la familia Ladrón de Álava en varios distritos más pequeños para mantener su control. Inicialmente con nobles alaveses pero que se irán sustituyendo por otros del núcleo del reino, con excepción de las tenencias de Vitoria y de Záitegui, esta última ligada a la Familia de Mendoza. Parece que la sustitución de tenentes pudo crear tensiones con los milites alaveses, aunque no hay constancia fehaciente, y que coincidirían con un nuevo pacto entre Castilla y Aragón contra Navarra, el tratado de Berdejo.30​De esta forma Sancho VI consolidó la autoridad en los territorios vascos occidentales, además de la implantación en Ultrapuertos, consolidada con la boda de Ricardo Corazón de León y Berenguela de Navarra, hija de Sancho VI y hermana del futuro Sancho VII.28​Cuando en 1191 los Castellanos y Aragoneses se enfrentaron, el rey navarro se mantuvo al margen. El papa Celestino III intervino para pacificar en este enfrentamiento y también en el existente entre Castilla y León, con el fin de unir a los reinos cristianos contra los almohades.42

Escudo de la Corona de Aragón.

Duranguesado, Álava y Guipúzcoa[editar]

Su sucesor Sancho VII (1194-1234) al poco de subir al trono se casó con Constanza, hija de Raimundo VI de Tolosa, rival de Ricardo Corazón de León en Aquitania. Esta sería años después repudiada por Sancho, y no hay certeza probada de que hubiera una segunda esposa llamada Clemencia. Siguió la consolidación de su influencia en tierra de Ultrapuertos, primero en 1196 cuando el Vizconde de Tartás se hizo vasallo, y posteriormente fueron los Agramont y los Luxa.31

El Reino de Navarra Sancho VII el Fuerte. (1194-1234)      Reino de Navarra      Territorio perdido ante Castilla (1198-1200)      Territorios conseguidos mediante vasallaje (1196-1203)      Reino de Castilla      Reino de Aragón43

En el invierno de 1195 se produjeron tensiones en la frontera castellano-navarra en que los castellanos denunciaron ataques injustificados e incluso una penetración más profunda en el interior de Castilla, aunque sin llegar a conocerse su alcance.42​ En la segunda mitad de 1195, los reinos de León y Navarra contrajeron con los musulmanes una alianza para resistir las amenazas de sus vecinos.31​ En ella Sancho VII se mantendría neutral ante un ataque de los almohades, según expresó el papa Celestino III que lo consideró una ofensa a Dios. Tras ello, Alfonso IX de León fue excomulgado cuando Castilla y León llegaron a enfrentarse en una guerra abierta (1196-1197).44

La Santa Sede, con la mediación de Alfonso II de Aragón,44​ realizó un esfuerzo para aunar a los reinos cristianos de la península ibérica, Castilla, Navarra y Aragón, por lo que en febrero o principios de marzo de 1196, los tres reyes, Alfonso VIII, Sancho VII y Alfonso II comieron y conversaron en una mesa situada en un punto donde cada uno estaba sentado en su reino. Fue la tradicionalmente llamada “Mesa de los tres reyes”,45​ en un punto entre Ágreda y Tarazona.44​Poco después, el 29 de febrero de 1196, la Santa Sede emitió una bula dirigida a Sancho VII en que le manda que abandone la alianza con los musulmanes y que se una con los reyes cristianos en una alianza de los "reyes de las Españas" (regibus Ispaniarum) en el que se le garantizaba la inviolabilidad del territorio y el tener acceso a territorio de los infieles. Otra bula papal al legado cardenal Gregorio de Santángelo reconocía como rex Navarre a Sancho VII, reconocimiento pendiente desde 1134,44​ ya que la Santa Sede había calificado a los reyes de Navarra hasta entonces como simples duces o caudillos militares.31

En otra bula, el 20 de febrero de 1197, se volvió a remarcar este reconocimiento, con una aparente normalización de las relaciones.46​Sin embargo, tras la muerte de Alfonso II, Aragón pasó a ser dirigida por la reina Sancha de Castilla, de origen castellano, que promovió la alianza con Castilla.47​ En estas circunstancias Alfonso VIII acusó a Sancho VII de romper la tregua, sin que exista constancia de ello, y de su alianza con los sarracenos, logrando su excomunión por el cardenal Gregorio, en ese mismo año.47​ No consta que esta sentencia se hiciera pública en la diócesis de Pamplona por el obispo.31

La muerte del Papa Celestino III en 1198, hizo que el nuevo, Inocencio III, enviara a su legado Rainero a confirmar la veracidad de las acusaciones y, en caso de que así fuera, publicara la sentencia. Sin embargo, ya entonces Castilla y Aragón habían decidido actuar en contra de Navarra al margen de cualquier justificación canónica.31​ De esta forma Alfonso VIII firmó con Pedro II de Aragón el tratado de Calatayud, el 20 de mayo de 1198, en contra de Navarra, del conde de Urgel y de los sarracenos. En cuanto al territorio navarro era similar a los anteriores, sólo que el territorio que se quedaría Castilla sería mayor que antes. El noble de origen alavés Pedro Ladrón, que ocupaba la jefatura del ejército aragonés, pasó entonces a ser vasallo del rey castellano. Rápidamente se puso en práctica el tratado y los ejércitos atacaron por ambos frentes. Pedro II ocupó Burgui, sede de la tenencia del valle del Roncal, y Aibar sin llegar a atacar Sangüesa. En el ataque estuvo Pedro Ladrón que fue recompensado con la tenencia de Burgui y es posible que también con el castillo de Javier y su villa. Por su parte Alfonso VIII penetró de forma profunda tomando Miranda de Arga e Inzura. El navarro se plegó a negociar, primero con el aragonés que le pidió la mano de una hermana para controlar su sucesión, decisión que fue apoyada por el castellano, cesando los ataques pero manteniendo las conquistas realizadas. El 11 de febrero de 1199, Inocencio III invalidó el juramento de Sancho por ser esta forzada48​ e ilícita por consanguinidad, dato que había sido advertido por el propio monarca navarro. Tras ello, su hermana Blanca se casó con el conde Teobaldo III de Champaña, emparentando con las casas de Francia y Aquitania, en julio de 1199.31

Comprobada la debilidad navarra y considerado roto el tratado de paz de 1179, Alfonso VIII reinició su ofensiva en mayo de 1199. Desde Pancorbo el 6 de mayo avanzó hacia Miranda dirigiéndose a Álava, Duranguesado y Guipúzcoa. De forma inmediata llegó a la llanada alavesa con resistencias de las fortalezas de las tenencias de TreviñoPortillaToloñoLaguardiaAssa y cuevas de Arana.49​ Las tropas prosiguieron y pusieron cerco a Vitoria que se inició antes del 5 de junio de 1199. En su defensa estaba el veterano tenente Martín Chipía, consiguiendo resistir la ciudad durante ocho meses. Sancho VII acudió a tierras musulmanas para conseguir un ataque a Castilla que obligara a su ejército a levantar el asedio de Vitoria. Dados los problemas internos del territorio almohade las gestiones se dilataron y finalmente no logró que se produjera. Mientras tanto el obispo de Pamplona García Fernández consiguió una tregua castellana y, junto a un caballero de la guarnición asediada, se dirigieron a tierras almohades a exponer al rey navarro la insostenible situación de la ciudad para conseguir su entrega. La ciudad se rindió antes del 25 de enero de 1200.50

Al mismo tiempo los castellanos habían ido conquistando Álava (exceptuando LaguardiaLabraza y Bernedo) y Guipúzcoa, esta última mediante negociación, pero una vez que el ejército castellano había entrado en su territorio.32​ Según Pablo Gorosábel (político-historiador 1803-1868), el rey de Castilla entró en Guipúzcoa con solo 20 hombres de a caballo.51​ Al acabar el conflicto los castillos de Portilla y Treviño, que no habían sido conquistados fueron intercambiados en el Armisticio entre Sancho el Sabio de Navarra y Alfonso VIII por Inzura (en Améscoa) y Miranda. Esta última se discute si se trataba de Miranda de Ebro o Miranda de Arga.525354

En la historiografía hay discrepancia sobre el grado de resistencia en la incorporación a Castilla de estos territorios vascos. Algunos autores consideran que, dada la concentración de fuerzas en el cerco de Vitoria y la falta de datos de otras resistencias significativas aparte de las relatadas, la toma del resto del territorio debió de consistir en negociaciones con la nobleza local e incluso se indica el posible apoyo de la población de la zona. Sin embargo no hay constancia escrita de ello. Los tenentes, por su parte no fueron castigados y siguieron teniendo las prerrogativas del monarca navarro, por lo que no se considera que traicionaran al monarca navarro, considerando que fue la falta de apoyo de la población la que llevó a no mantener las posiciones.55​ Sin embargo que no se considerara que traicionaran, para otros autores, sería un indicador de que no se produjo una entrega sin resistencia.56​ Por otra parte, las excavaciones efectuadas en los castillos del interior en la peña Aitz Txiki en el Duranguesado, en Aizorroz y en Arzorozia hay signos de enfrentamientos armados de la época con restos de armas, como puntas de dardos de ballesta, lanzas, fragmentos de cuchillos mezclados con monedas castellanas de la época de Alfonso VIII.56​En los datos relatados hay que tener en cuenta que las crónicas navarras no existieron o se perdieron y todo la documentación procede de documentalistas castellanos.57​La mayor parte de las fortalezas de estos territorios se encuentran en ruinas y no se han realizado estudios arqueológicos en la mayoría de ellos. En el siglo XIX, Pablo Gorosábel (político-historiador 1803-1868) dio una relación de los castillos y plazas fuertes de Guipúzcoa, explicando en su caso las razones de su abandono o destrucción, dando fechas desde el reinado de Enrique IV de Castilla hasta el de Carlos I de España, y citando incluso alguno posiblemente ordenado construir por los reyes de Castilla para contener a los navarros en las pretensiones que conservaron a la posesión de esta provincia después de sumisión.51

El resultado tras esta campaña militar fue que la soberanía de Castilla se implantó en ÁlavaGuipúzcoa y Vizcaya y cuya tenencia fue encomendada al señor de Vizcaya Diego López de Haro. En todo caso los tres territorios tuvieron un estatuto señorial diferenciado.58

Antes de marzo de 1201 se firmaron las paces y se realizaron el intercambio de plazas de Treviño y Portilla por Miranda e Inzura. Sin embargo Diego López de Haro se desnaturó del castellano y volvió con el rey navarro que lo instaló en la tenencia de Estella. En abril de 1202 se produjo un incendio en Vitoria del que se desconocen sus causas, y en septiembre del mismo año Estella fue cercada por los reyes de Castilla y León sin lograr sus objetivos. A finales de septiembre o principios de octubre se produjo en Alfaro una entrevista entre los reyes de Castilla, León, Aragón y Navarra renovándose la tregua, aunque no hay escrito del mismo que describa sus términos. Otra tregua se firmó para cinco años el 29 de octubre de 1207 en Guadalajara. Navarra no reconocía la pérdida de los territorios vascongados, pero el tiempo iba consolidando las posiciones castellanas.59

En diciembre de 1204, cuando Alfonso VIII tuvo una grave enfermedad redactó un testamento en el que, entre otras culpas, pone como la primera la efectuada al rey de Navarra en la que considera que se extralimitó en relación con algunos de los territorios en las proximidades del reino, tanto en el noreste de Guipúzcoa y como de algún territorio de Álava, aunque sin cuestionar su derecho sobre el resto de Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado. En todo caso, el monarca navarro nunca intento negociar estas plazas referidas por el monarca castellano ya que hubiera implicado el reconocimiento por parte de Castilla del resto del territorio conquistado.59

Estabilidad territorial del Reino de Navarra[editar]

Sancho VII el Fuerte[editar]

Escudo de la Corona de Castilla.

Estas pérdidas territoriales supusieron la reducción del territorio navarro en un 30% y la privación de la salida al mar.60​ Condicionaron las relaciones entre Sancho VII y Alfonso VIII, en las que el navarro no buscó colaborar con Castilla, ni tampoco atacarla.61​ Sancho VII el Fuerte orientó sus esfuerzos hacia la reorganización interna del reino. Para ello levantó castillos y concentró la población en la frontera occidental, concediendo fueros a sus repobladores, como a Laguardia en 1201 y 1208 y a Viana en 1219 y fortalezas en las Bardenas para proteger los accesos desde Aragón.60​ Mantuvo una actitud de diálogo con su vecinos a pesar de sus malas experiencias, con reuniones, como la ya referida en Guadalajara en octubre de 1207 con el rey castellano para prolongar la tregua, y en Monteagudo en febrero de 1209 con Pedro II, prestando a este una importante cantidad de dinero, tomando en prenda los castillos de EscóPeñaPetilla y Gallur, para posteriormente en 1212 también el de Trasmoz. Dentro de esta estrategia destaca la participación en empresas de la Reconquista con su importante participación en la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212 colaborando con el castellano de mala gana.62​ El prestigio que le dio esta gesta, junto a su capacidad financiera, le permitió recuperar algunas plazas perdidas entre 1198 y 1200, como BuradónToloño (monte de [Labastida]), Toro (junto a Laguardia) y Marañón,63​ San Vicente de la Sonsierra o Burgui. En este tiempo se llegó a estabilizar la superficie de Navarra en algo más de 12.000 kilómetros cuadrados con que contó durante toda la Baja Edad Media.60

En sus últimos años Sancho VII realizó un acercamiento con el joven Jaime I de Aragón, proponiendo un mutuo prohijamiento y buscando una alianza en contra de Castilla que hostigaba la frontera Navarra por medio del alférez Lope Díaz II de Haro. El acuerdo se hizo el 2 de febrero de 1231. Las necesidades monetarias hicieron que Jaime I pidiera un fuerte préstamo a Sancho VII el Fuerte, que no pudo hacer frente y supuso que perdiera varios castillos que había dejado en prenda (FerreraFerellónZalatamorCastelfabibAdemuzPeña Faxina y Peña Redonda), además de perder los que dejó veinte años antes Pedro II (Escó, Peña, Petilla, Gallur y Trasmoz). En realidad el pacto de prohijamiento tenía únicamente efecto con respecto a los aspectos financieros, pues Jaime I realizó en 1232 un testamento, en vida de Sancho VII, en que la sucesión era para el infante Alfonso de Aragón. A su vez, a la muerte de Sancho VII el 7 de abril de 1234, la nobleza navarra ignoró totalmente la existencia del prohijamiento. Sin embargo Jaime I aprovechó los problemas sucesorios para recuperar algunos castillos fronterizos como Escó, Gallur o Trasmoz, aunque no pudo hacerse con el de Petilla.64​ La nobleza navarra, que deseaba mantener la independencia del reino, envió una embajada con el obispo de Pamplona al frente para reclamar la presencia del conde Teobaldo IV, como la línea sucesoria con mejor derecho,64​ por ser hijo de Blanca de Navarra y nieto de Sancho el Sabio.65

Dinastía Champaña[editar]

Reino de Navarra a partir de 1200. Las división en merindades fueron realizadas por Teobaldo II en 1234, aunque la de Olite fue en 1407.

Debido a que los estamentos del reino no deseaban la unión con Aragón, ofrecieron al conde de Champaña la corona. Teobaldo I (1234-1253) juró los fueros el 8 de mayo de 1234, lo que ligaba a Navarra políticamente a dinastías francesas. Durante sus ausencias el reino era regido por un senescal champañés Ponz de Duyme y un ricohombre navarro Sancho Fernández de Monteagudo. Las Juntas de Infanzones de Obanos, surgidas en el reinado de Sancho el Fuerte, fueron especialmente activas en el control del rey, lo que provocó su persecución y paso a la clandestinidad, pero logrando la suscripción del monarca del Fuero General de Navarra en 1237, en el que se limitan las atribuciones del rey y consiguiendo que nombrara a un senescal navarro. En 1245 se produce la primera reunión de la cort general que se tiene noticia.66

Sus actuaciones iniciales fueron las de mantener unas relaciones cordiales tanto con Jaime I de Aragón como con Fernando III de Castilla.66​A este último le ofreció a su hija Blanca para casarla con Alfonso el hijo heredero, con la condición de la devolución de Álava y Guipúzcoa. La contrapartida que Castilla ofrecía era la de devolver una parte (no cedía Álava) pero con la condición de la incorporación de toda Navarra a Castilla tras el fallecimiento de Teobaldo ya que lo heredarían Alfonso y Blanca. Este compromiso no se llevó a cabo pues Blanca se casó con un hijo del duque de Bretaña Juan I al año siguiente.67​ Con el rey de Inglaterra se enfrentó apoyando a los nobles gascones. Tras una guerra incierta, no se llegó a un acuerdo definitivo y Navarra mantuvo su presencia en Ultrapuertos.66

A su muerte, su tercera mujer, Margarita de Borbón, gestionó la coronación de su hijo negociando con los estamentos del reino, a la vez que firmaba una alianza con Aragón para evitar una invasión castellana. La presión de la nobleza hizo que Margarita de Borbón renunciara a la regencia y a que un consejo de doce navarros y de un amo tutelara al rey hasta los 21 años. Teobaldo II (1253-1270) mantuvo tensas relaciones con la nobleza navarra, en especial con los infanzones navarros que no se doblegaron. Firmó la paz con Castilla por separado de Aragón. Mantuvo otro enfrentamiento con los ingleses en 1266 con la base de operaciones en San Juan de Pie de Puerto y desde allí los navarros, con su rey al frente, llegaron hasta Lourdes. A finales de ese año se firmó una tregua que se renovó en 1269.68

Su sucesor Enrique I (1270-1274), era hermano de Teobaldo II, y ya había sido gobernador de Navarra durante la ausencia del monarca en la cruzada de 1269-1270. Mantuvo buenas relaciones con la nobleza navarra y mala con la burguesía y los eclesiásticos. Rompió la unión acordada en 1266 de los burgos de Pamplona por una fuerte suma que le ofreció la Navarrería. Intentó realizar alianzas matrimoniales con Castilla e Inglaterra sin éxito.69

Dinastía Capeta[editar]

Tras la muerte del rey Enrique I en el verano de 1274Blanca de Artois asume la regencia de su hija Juana I (1274-1304) que contaba con 18 meses de edad, que buscó el apoyo de su primo Felipe III de Francia el Atrevido, acordando el matrimonio de Juana con Felipe, de cinco años más. La minoría de edad convertía a Felipe III en tutor y, por tanto, la unión dinástica en la familia Capeta de la corona francesa y navarra (tras la muerte del primogénito francés).70

La implantación del régimen tutelado desde Francia desencadenó un conflicto que se centraría en la capital del reino con la rivalidad de los burgos de Pamplona existente desde los tiempos de Sancho el Fuerte.71​ En el cambio dinástico, Castilla y Aragón resucitaron sus viejas aspiraciones sobre Navarra. Jaime I el Conquistador merecía el favor de las Cortes de Navarra, frente al grupo partidario de un acercamiento a Castilla en el que contaban García Almoravid, el obispo, los canónigos y los vecinos del burgo de la Navarrería. Con ello, Alfonso X de Castilla concentró sus tropas en la frontera navarra, conquistó la villa de Mendavia y puso sitio a Viana.72

Desde Sancho VII, Pamplona estaba dividida en varios burgos enfrentados entre sí, Navarrería y San Miguel frente a los burgos de San Cernin y San Nicolás. Los enfrentamientos sangrientos eran habituales. En la primavera de 1276 se fueron incrementando y, dado que los castellanos ya habían invadido la frontera, el gobernador pidió el cese de hostilidades, y así poder utilizar los ingenios bélicos para repelerlos. El burgo de Navarrería, que tenía a los castellanos como aliados, mantuvo su actitud, mientras que desde San Nicolás y San Cernin cesaron los ataques. El gobernador presentó su dimisión y el nuevo, Eustache Beaumarchais, senescal de Francia, ordenó el desmantelamiento de los ingenios, lo cual desencadenó un ataque de la Navarrería a los burgos vecinos. Beuamarchais, entonces, solicitó ayuda al rey de Francia que envió tropas francesas, que llegaron a principios de septiembre a las cercanías de Pamplona. A finales de dicho mes, las tropas francesas entraron en la Navarrería, arrasando completamente el burgo, matando, violando a las mujeres, robando e incendiando sistemáticamente todas las casas. Asaltaron también la Catedral donde habían buscado asilo muchos vecinos, atacando sin piedad. Los castellanos que acudían en su ayuda fueron detenidos en la sierra de Erreniega (El Perdón), en las cercanías de Pamplona.737471

Escudo de los reyes de Francia y de Navarra de la dinastía de los Capeto.

A la conquista de la Navarrería siguió una campaña militar por toda Navarra para desposeer de sus tierras y bienes a los considerados traidores, derribando sus palacios y torres. La primera plaza fue el castillo de San Cristóbal en el monte Ezcaba, que domina Pamplona. Los franceses fueron rechazados por los navarros del castillo. Posteriormente lo abandonaron, dejando envenados los alimentos y el agua. Este envenenamiento no tuvo efecto porque los franceses vieron que los perros caían muertos, por lo que evitaron tomar ningún alimento. La fortaleza fue completamente arrasada, hasta los cimientos. Posteriormente se dirigieron a Mendavia, todavía en poder de los castellanos, encontrándose los portales de la muralla abiertos. Entró en la población Beaumarchais con sus huestes, cayendo en una trampa, con un ataque del vecindario en pleno que les hizo huir dejando numerosos muertos. Al poco tiempo la villa se rindió, al igual que otras villas, no sin esfuerzo, como PunicastroEstella y el castillo de Garaño. Poco a poco Navarra entera fue sometida a la obediencia de la reina Juana I bajo tutela francesa, venciendo a Castilla75​ y a los navarros partidarios de ésta. García Almoravid, líder navarro partidario de Castilla que había huido de la Navarrería la noche anterior al asalto francés, fue apresado y murió posteriormente en Toulouse.74

Tras la muerte de Juana le correspondía a su primogénito Luis I la corona. Sin embargo esto Felipe IV inicialmente no lo consideró necesario, hasta que las reiteradas exigencias de la nobleza navarra, con los infanzones navarros al frente, llevaron a que en octubre de 1307 Luis I se presentara en Navarra y tras confirmar los fueros fuera coronado en Pamplona. Sin embargo, siguiendo las consignas de su padre, ordenó apresar a los cabecillas y reprimió a las Juntas de los Infanzones. En 1214, tras la muerte de su padre, pasó a ostentar también la corona francesa. Tras la muerte de Luis I en 1316 se inició un periodo de regencia hasta el nacimiento de su hijo Juan I, que falleció cinco días después de su nacimiento. Tras la muerte del heredero la corona francesa excluyó a Juana (hija también de Luis I, y que sería reina en 1328) e impuso al que había sido regente y hermano de Luis I, Felipe II. Con la muerte de este en 1322 se nombró a Carlos I, que también falleció poco después, en 1328. Estos dos reyes que no acudieron a Navarra a acatar los fueros, fueron reconocidos de hecho como monarcas aunque no fueron aceptados por la nobleza navarra.76

Dinastía Evreux[editar]

En 1328, a la muerte sin sucesión de Carlos I el Calvo (o Carlos IV el Hermoso de Francia), el clero, los representantes de las ciudades y los nobles de Navarra eligieron por rey al conde de Evreux Felipe III y a Juana II, separando así el reino de Navarra de la corona francesa. Aun así se mantuvo la subordinación a los intereses franceses, aunque las élites navarras obtuvieron un mayor peso e impusieron al rey el desarrollo y "amejoramiento" del Fuero Antiguo,77​ consolidando las Cortes como asamblea representativa de los grupos sociales. Mantuvieron un cordial entendimiento con Felipe VI de Francia y con Eduardo III de Inglaterra. Tras la muerte de Felipe III en una expedición a tierras andaluzas en 1343, continuó con Juana II, que aunque ausente del reino, mantuvo la corona hasta su muerte en 1349.78

Heredó el reino el hijo primogénito de ambos, Carlos II (1349-1387), que arruinó económicamente al reino, realizó represiones internas, como la sufrida por los Infanzones navarros con los ahorcamientos de varios nobles en el puente de Miluze, y participó en los conflictos tanto de Francia como de Castilla. Desde sus estados de Normandía tomó parte en la guerra de los Cien Años aliándose con los ingleses, con la intención de obtener la corona francesa dada su ascendencia Capeta, siendo apresado en 1356 y posteriormente liberado en 1357 por normandos y navarros.79​ Estableció su residencia en Navarra partir de 1361, saliendo ocasionalmente en 1369 y 1372 para defender sus intereses franceses.80

El Palacio Real de Olite tuvo su máximo esplendor con Carlos III.

Con respecto a Castilla, participó en su guerra civil entre Pedro I y Enrique II, apoyando al primero. A cambio, Castilla habría de devolver Álava y Guipúzcoa a Navarra, acuerdo que no se pudo cumplir, porque Pedro I resultó muerto y perdió la guerra.79​ Sin embargo, Carlos II en 1368, en colaboración con algunos magnates de la zona, invadió estos territorios, pero tras la victoria de Enrique II en 1369 quedó en una difícil situación. Tras la sentencia arbitral del delegado pontificio Guy de Boulogne en 1373, se estableció la devolución de las plazas alavesas que aún mantenía, si bien confirmó la posesión para Navarra de Fitero y Tudején, usurpadas en tiempos de su padre.81

En los últimos años se descalabraron sus proyectos políticos, cuando intentó sacar provecho del conflicto internacional y recabó la colaboración inglesa antes de reemprender las reivindicaciones francesas. En 1378, su hijo, el futuro Carlos III, encabezó una embajada para parlamentar con Carlos V de Francia. Este último apresó al infante navarro y ordenó el embargo de las posesiones navarras en Francia, salvándose sólo el inexpugnable Cherburgo. En el interrogatorio se descubrieron los planes del rey navarro para conseguir la villa de Logroño. Alertado el rey Enrique II de Castilla, ordenó la invasión de Navarra, obligando a Carlos II a firmar el Tratado de Briones. El infante Carlos fue liberado en 1380.81

Carlos III de Navarra (1387-1425), que se casó con la hija de Enrique II de CastillaLeonor, cambió la tendencia a participar en los conflictos franceses, centrándose en Navarra y estructuró instituciones como las Cortes generales, Real Corte y Cámara de Comptos. Finalizó la invasión de territorios de Albania y Grecia que había iniciado su padre (1376-1402). Con él dio comienzo el linaje de los Beaumont formado por familiares ilegítimos, que posteriormente serían rivales del antiguo linaje de los Agramont y que llevaría a una posterior guerra civil.

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