domingo, 19 de septiembre de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XV EN ESPAÑA

Los Anales de la Corona de Aragón, la obra magna del historiador y escritor aragonés Jerónimo Zurita, fueron realizados entre los años 1562 y 1580.

Anales de la Corona de Aragón
de Jerónimo Zurita Ver y modificar los datos en Wikidata
Anales de la Corona de Aragón.jpg
Primera edición de los Anales de la Corona de Aragón, Zaragoza, 1562
GéneroHistoria
Tema(s)Historia de Aragón
CiudadZaragoza
PaísEspaña
Fecha de publicación1562 

Análisis de la obra[editar]

Zurita empleó 30 años de su vida en confeccionar el relato de la historia de Aragón, en orden cronológico, desde el periodo islámico hasta el reinado de Fernando el Católico. El modelo de su concepto de la historia y el estilo empleado es Tácito. Se propuso hacer un relato histórico riguroso, al margen de leyendas, rumores, dichos y creencias populares. Así, contempló únicamente fuentes antiguas y documentación archivística, que fue la base de una historia rehecha, donde se alejó cautelosamente de las noticias transmitidas tradicionalmente por los historiadores anteriores, el mérito de los cuales radicaba en la acumulación de crónicas medievales, fuentes literarias y datos de segunda mano. Gracias a ello, por ejemplo, una Crónica como la de Bernat Desclot poco apreciada tradicionalmente, empezó a ser tomada en consideración.

Sus cargos de secretario real y Cronista de Aragón le permitieron realizar frecuentes viajes a los Países Bajos EspañolesFrancia o Italia, donde se pudo proveer de gran cantidad de fuentes documentales de primer orden. En muchas ocasiones figuran en sus Anales las transcripciones literales de los documentos que le sirvieron de fuente.

El discurso histórico que elabora sigue un orden cronológico preciso y se abordan aspectos políticos, económicos y religiosos. La obra tiene un alcance más allá de lo aragonés, ya que en el desarrollo de la crónica se ven involucrados todos los reinos peninsulares, incluido Portugal, aunque centrado primordialmente en la historia del Reino de Aragón. Por ello, ya Alonso de Santa Cruz le achacaba un punto de vista demasiado favorable al Reino y un cierto desdén para con Castilla. Pero Zurita cosechó adhesiones acérrimas, que negaban que su historia mostrara un punto de vista tendencioso contra lo castellano, como Ambrosio de Morales o Juan Páez de Castro.

Quizá lo que más se puede achacar a Zurita es un estilo alambicado en ocasiones, motivado por la influencia de la prosa latina; y deshilvanado en su cohesión argumental, debido a la difícil transición entre los documentos originales que reproduce y también por atenerse a un estricto orden temporal en la exposición histórica, lo que hace que se repita información.

Su estilo puede parecer actualmente austero, pero es incuestionable su autoridad como cronista moderno (el primero de la península) y su método historiográfico riguroso.

Muestra una nueva concepción de los deberes de un historiador y, no satisfecho con los abundantes materiales custodiados en los archivos de Zaragoza y Barcelona, buscó sus fuentes en los Países Bajos, RomaNápoles y Sicilia.

El rigor de su obra debió de influir y servir de referencia para la edición de los Anales del Reino de Navarra, publicados en cinco tomos entre 1685 y 1715, cuya redacción correspondió a los jesuitas y cronistas del reino José de Moret y Francisco de Alesón.

Primeras ediciones[editar]

La obra de Jerónimo Zurita Anales de la Corona de Aragón fue saliendo a la luz entre los años 1562 y 1580, siendo la última entrega la dedicada a Fernando II de Aragón titulada Historia del Rey don Hernando el Catholico, en las siguientes entregas editoriales:

Ediciones modernas[editar]

  • Ángel Canellas López (ed. lit.), Anales de la Corona de Aragón, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 1967-1977, 8 vols. Toma como base la 2ª ed. de los Anales, corregida y aumentada en 1585 por Jerónimo Zurita. De esta edición hay versión electrónica, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 2003] <http://ifc.dpz.es/publicaciones/ver/id/2448>. Disponible en CD-ROM. En 2008 se publicó un buscador en red de esta edición digital en CD-ROM.
  • Antonio Ubieto Arteta y Mª Desamparados Pérez Soler (ed. lit.), Anales de la Corona de Aragón, Valencia, Anubar, 1967-1972, 4 vols.
  • Francisco Asín Remírez de Esparza (comp.), Textos clásicos sobre la historia del reino de Aragón, Madrid, Fundación Histórica Tavera; Digibis, 2000 (Colección clásicos Tavera ; 47 ; 48 ; 49. Serie IV, Historia de España en sus regiones históricas, 2). 3 discos compactos (CD-ROM). Contiene: CD-ROM I. Jerónimo Zurita, Anales de la Corona de Aragón, ed. de [Zaragoza, Lorenzo Robles], 1610.
  • Edición digital en la Biblioteca Virtual Saavedra Fajardo (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., digitalización facsímil de la edición de Zaragoza, Lorenzo Robles, 1610.







La Castellanía de Amposta fue un priorato de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, orden religiosa y militar conocida también como Orden de Malta o de los Hospitalarios, en la Corona de Aragón ubicado en la ciudad de Amposta desde el siglo XII hasta mediados del siglo XIX, si bien a partir del final de la Edad Media decayó su influencia.

Historia[editar]

La penetración de los monjes-caballeros hospitalarios en los territorios de la corona de Aragón fue amplia y tuvo su origen en la ayuda que prestaron estas órdenes militares al rey Alfonso I el Batallador quien en su reconocimiento, llegaría a designarlas en su testamento de 1134 como herederas del reino aragonés. Al no ser cumplido, las órdenes se vieron compensadas durante el principado de Ramón Berenguer IV con numerosas encomiendas y plazas. Además, los caballeros hospitalarios y templarios también apoyaron al príncipe de Aragón y conde de Barcelona en su conquista de los marquesados de Tortosa y Lérida (1148-49), por lo que recibieron nuevas posesiones, entre las que destacó el castillo de Amposta1​y su entorno hasta el mar, donde se estableció en un primer periodo. También se hizo cargo de las funciones que en otras divisiones de la orden detentaba el prior. De ahí la denominación que recibió el antiguo priorato de «castellanía de Amposta», y el título de su máximo cargo en la Corona de Aragón, el de «Castellán de Amposta».

Más tarde, en 1280, la sede de Amposta fue trasladada por Pedro III de Aragón a Gallur y Onda si bien la actividad del castellán le impedía fijar su residencia. En 1317 se extingue la Orden del Temple y sus posesiones en la Corona de Aragón se incorporaron a la orden de San Juan del Hospital, lo que produjo una división de la Castellanía en dos distritos: el priorato de Cataluña y la castellanía del reino de Aragón, cuya sede se trasladó de nuevo, esta vez al Palacio de la Zuda de Zaragoza, donde el castellán fijó su sede de forma definitiva. Destaca entre los castellanes de Amposta (desde 1349) el literato Juan Fernández de Heredia, comendador de la Orden de Malta en la Corona de Aragón, que llegó a ser Gran Maestre de la Orden de San Juan del Hospital desde 1377 hasta su muerte en 1396.

Escudo del Castellán de Amposta según el armorial de Gelre (f. 63v), de fines del siglo XIV.






Pese a que la historia liga tanto el descubrimiento como la conquista de la Indias a la corona de Castilla, la influencia de la corona de Aragón en la colonización de las Indias, aunque mucho menor, no fue despreciable.

Aragón y el descubrimiento[editar]

La intervención aragonesa en el descubrimiento de América fue notoria, al contrario de lo que comúnmente se cree.1

El valenciano Luis de Santángel, escribano de ración de Aragón e íntimo del rey Fernando, abogó ante los reyes en favor de la causa de Colón, y además, adelanto de su fortuna personal, y sin intereses, los 1.140.000 maravedíes que correspondía pagar a la corona, que constituía más de la mitad de los 2.000.000 que costó organizar el primer viaje.1

Otros dos aragoneses, próximos a Don Fernando, apoyaron la causa de Colón ante los reyes. Fueron Juan Cabrero, camarero del rey y Gabriel Sánchez, Tesorero real de Aragón. Y también fue otro aragonés el que negoció con Colón las Capitulaciones de Santa Fe, el secretario Juan de Coloma.1

Exploradores, conquistadores y fundadores[editar]

Políticos[editar]

Religiosos[editar]

  • El franciscano Fray Francisco Hermenegildo Garcés (Morata del Conde (actualmente Morata de Jalón) 1738. Arizona 1781) recorrió los territorios de suroeste norteamericano en la región del río Gila y Nuevo México y descubrió Nevada. Fundó misiones en el río Colorado y murió a manos de los indios en 1781. Muchos franciscanos aragoneses siguieron sus huellas en las misiones de Nueva España y en el suroeste norteamericano.
  • Juan de Palafox y Mendoza fue Fiscal de Indias en tiempos de Felipe III (IV de Castilla). Se ordenó sacerdote, pero siguió ocupando cargos políticos, hasta que en 1640 es designado obispo de Puebla de los Ángeles, en Nueva España.
  • En 1768 los mallorquines fray Junípero Serra, fray Francisco Palou y fray Joan Crespí exploran y evangelizan la Alta California.
  • El catalán Marià Martí i Estadella (1719-1792) fue Obispo de Caracas.[4
  • El jesuita valenciano Rafael Ferrer (siglo XVI) especialista en lenguas indígenas y autor de "Compendio de la doctrina cristiana en lengua cofana".5
  • El misionero oriolano Juan Fernández (Orihuela 1640-Nueva España 1693) Autor de varios estudios, especialmente etnográficos ("Relación de los indios seri", etc.)
  • Antonio Margil de Jesús, Valencia 1657, un siglo anterior a Junipero Serra. Fue el misionero que más kilómetros recorrió en todas las Indias. En Nicaragua escribió una "Gramática de la lengua tzotzil. Tras ser capturado y atado a un árbol por los indios choles (gracias a su oratoria logró la libertad), erigió hasta ocho iglesias en la zona.
  • El fraile dominico san Luis Beltrán, evangelizador de las riberas del caudaloso Magdalena en tiempos de Felipe II6

La exclusión de la Corona de Aragón en el comercio con las Indias[editar]

Este es un tema bastante controvertido ya que existen referencias contradictorias. Uno de los puntos que crean la confusión es el testamento de Isabel la Católica. Otro, el hecho de que hasta Carlos III, solo la Casa de Contratación, establecida primero en Sevilla y luego en Cádiz, centralizaba el comercio con América, obligando a todos los buques a salir de esos puertos andaluces, y por tanto, castellanos.

En su testamento,7​ escrito en Medina del Campo, en noviembre de 1504, la reina dice:

esta mandado que las alcaydías e tenençias e gouernaçión de las çibdades e villas e lugares e ofiçios que tienen añexa jurisdiçión alguna, en qualquier manera, e los ofiçios de la hasienda e de la casa e corte, e los ofiçios mayores del reyno, e los ofiçios de las çibdades e villas e lugares del, no se den a estrangeros

A veces se interpreta la expresión estrangeros como no pertenecientes a la Corona de Castilla. Otros opinan que se refiere a lo que hoy consideramos extranjeros, para evitar que los próximos a Felipe el Hermoso ocupasen puestos de responsabilidad.

OTROSÍ, por quanto las Yslas e Tierra Firme del Mar Oçéano, e Yslas de Canaria, fueron descubiertas e conquistadas a costa destos mis reynos e con los naturales dellos, e por esto es rasón quel trato e prouecho dellas se aya e trate e negoçie destos mis reynos de Castilla e León, e en ellos e a ellos venga todo lo que de allá se traxiere.
Por ende, ordeno e mando que así se cunpla, así en las que fasta aquí son descubiertas, como en las que se descubrieren de aquí adelante e no en otra parte alguna.

No obstante, unos párrafos más adelante, cede el 50% de los beneficios a su esposo:

...le sean dados e pagados cada año, para toda su vida, para sustentaçión de su estado real, la mitad de lo que rentaren las Islas e Tierra Firme del Mar Oçéano, que fasta agora son descubiertas, e de los prouechos e derechos justos que en ellas ouiere, sacadas las costas e gastos que en ellas se hizieren...

Según la Enciclopedia Aragonesa, pese a estas disposiciones, desde el fallecimiento de la reina Isabel en 1504, hasta que Felipe III (1578-1621) concede el libre acceso a Indias a todos los súbditos de su monarquía, según los datos de la Casa de Contratación, hay súbditos de la Corona de Aragón que participan en la conquista y colonización de las Indias.

Otras fuentes dicen que, en 1511, Fernando el Católico otorga el libre acceso a las Indias de todos los naturales de sus reinos sin pedirles información.

Y otras que fue en 1526 cuando el rey permite el libre comercio con Indias.siendo revocada para los súbditos no castellanos por Felipe II en 1573 al establecer la escolta de galeones para la carrera de Indias.8

Y otras más dicen

La denominada Carrera de Indias incluía todo el comercio y navegación de España con sus colonias, y se fue configurando en la primera mitad del siglo XVI, hasta lograr su definitiva organización hacia 1561. Desde los viajes de Colón, la Corona había manifestado que el derecho a comerciar con las Indias debía estar reservado únicamente a los súbditos de la monarquía española.

Pese a todas estas interpretaciones, el hecho es que, prácticamente desde el descubrimiento, hubo súbditos de la Corona de Aragón entre los navegantes, conquistadores, políticos, religiosos, comerciantes, administradores de la Casa de Contratación y colonizadores de América. Pero no se puede negar que su participación es muy inferior a la de los súbditos de la Corona de Castilla. Si bien es necesario señalar que la población de la Corona de Aragón era inferior a la de la Corona de Castilla, y que su comercio se concentraba más con el Mediterráneo por evidentes razones geográficas.

El comercio entre la Corona de Aragón y las Islas y Tierra firme[editar]

En 1502 el rey autoriza al zaragozano Juan Sánchez para que flete con Alonso Bravo cinco naves para comerciar con La Española.

La existencia de la Casa de Contratación y la obligación de participar en la Flota de Indias que solo podía zarpar desde Cádiz o Sevilla para comerciar con América, obligó a muchos comerciantes a establecerse en dichas ciudades.

Así podemos ver que los comerciantes forasteros establecidos en Cádiz ya a mediados del XVI y probablemente ligados a la Carrera de Indias son: 5 castellanos (4 de Burgos), 6 catalanes, 1 gallego, 6 vascos, 1 valenciano, 1 aragonés, 1 cordobés y varios toledanos. Además hay 40 comerciantes extranjeros. Martínez Shaw opina que, en el primer tercio del siglo XVII, Cádiz se consolida como desembocadura de la exportación catalana, mercado de artículos coloniales con destino al Principado de Cataluña y plataforma única para la empresa americana y considera que juega un papel similar para la burguesía mercantil valenciana.

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