SIGLO XV EN ESPAÑA
Las Cortes de Monzón (1289) fueron unas cortes aragonesas donde se llevó a cabo una importante tarea parlamentaria: se promulgaron 35 constituciones u ordenaciones que dotaron a la Corona de estructuras administrativas sólidas. Se perseguía con ellas la definición de los límites de las jurisdicciones, la independencia de los funcionarios en relación a los señores, la regulación de la administración de justicia y la creación de una financiación regular mediante un impuesto común a todos o "del general", por su universalidad. Este impuesto acabaría originando instituciones propias en los Estados de la Corona llamadas Diputaciones del General o Generalidades. Alfonso III de Aragón se compromete, asimismo, a no separar de la Corona el Reino de Mallorca y a aceptar de modo implícito la institución del Consejo Real.
El rey necesitaba financiación para los gastos de la Corona. Al comenzar las sesiones de las Cortes Generales de Monzón, catalanes y mallorquines ofrecieron la ayuda económica al rey para que pudiera terminar sus guerras contra Castilla y Francia y, con la finalidad de recuperarla, propusieron una institución recaudatoria, el impuesto de Generalidades, que sería aplicado en todas las fronteras de los estados privativos de la Corona de Aragón. Esta institución fiscal con el tiempo desarrollaría, en los encargados de recaudarla, unas competencias que fueron desarrollándose en diputaciones con cada vez más poderes, ya no solo fiscales, sino políticos, las Diputaciones del General o Generalidades, que acabaron constituyendo la Generalidad de Aragón, la de Valencia y la de Cataluña.
Las Cortes de Monzón de 1510 fueron convocadas por Fernando II el Católico con la finalidad de financiar las campañas africanas y se celebraron entre mayo y septiembre de 1510.
Entre 1505 y 1510 con las campañas africanas de la corona se había conquistado Mazalquivir, Orán, Bugía y Trípoli. El rey demandaba apoyo económico para continuar y mantener los territorios apresados.
Las Cortes le concedieron 220.000 librasnota 1 con la contrapartida de tener libre comercio en el norte de África.
Otros temas de importancia política tratados fueron:
- Se encargó un censo de los fuegos valencianos.
- Fernando II, el 31 de agosto de 1510, dio un privilegio en el cual declaraba que, dado que había dado entrada a los militares en el gobierno de la ciudad de Barcelona, de igual forma reconocía a sus ciudadanos honrados sus antiguos privilegios militares y tenían que formar parte en las Cortes, donde entraban y votaban por brazo real.
- Se garantizó que los moros valencianos no serían forajidos ni obligados a hacerse cristianos, en contra del edicto de 1502 que puso a los moros en la disyuntiva de bautizarse o de ser expulsados. En el Reino de Aragón, y sobre todo en el Reino de Valencia, la economía agraria descansaba sobre la mano de obra musulmana. La nobleza territorial sacaba el mejor provecho, ya que la mayoría de los moros les eran vasallos.
- Se concedió al Consejo de Ciento la facultad de cuidar de la salud pública en casos de epidemia dotando a los consejeros de poderes extraordinarios, incluso delante del Lugarteniente, diputados y otras autoridades, en estas circunstancias.
Se trataron también temas de orden interno como los criterios de documentación y archivo indicando que: Todos los documentos expedidos por las Cortes, van sellados y firmados por los presidentes de los tres Brazos. Los procesos o actas generales se guardaron en el Archivo de la Corona de Aragón; los del Brazo Eclesiástico en el Arzobispado de Tarragona, los del Militar en el de la Diputación General de Cataluña, y los del Popular en el del Consejo de Ciento de Barcelona, con el bien entendido de que los escribanos no serán pagados con remuneración alguna hasta que hayan puesto los dichos Procesos en sus lugares correspondientes. También se determinó las responsabilidades de los funcionarios públicos y alguaciles si cometían abusos de poder, castigándolos con una multa y la inhabilitación del cargo.
Las Cortes de Monzón de 1512 fueron presididas por la reina Germana de Foix. Habiendo sido convocadas al tiempo del inicio de la guerra contra el reino de Navarra y se celebraron entre junio y el 2 de septiembre de 1512.
Sobre la aportación de recursos por la guerra, las cortes decidieron aportar 200 hombres de armas y 200 jinetes durante tres años.
Con toda la brevedad de estas cortes, se consiguió cerrar algunos temas pendientes desde hacía años. Entre otros, se reformó la Real Audiencia, pasando de ocho a doce juristas; se incrementó el control sobre las cuentas de la Generalidad de Cataluña y se trató el incremento del bandolerismo.
Se obtuvo el compromiso del rey para limitar la acción de la inquisición a la situación anterior a 1482 —, cuando el inquisidor episcopal actuaba según el derecho canónico— puesto que necesitaba del apoyo de las Cortes para la conquista del reino de Navarra. Pero al año siguiente, una vez conquistado el reino navarro, el rey obtuvo una bula del papa julio II liberándolo de ese juramento.
Las Cortes de Monzón de 1533 fueron presididas por el rey Carlos I. Comenzaron en junio y acabaron en diciembre de 1533.
El reinado de Carlos I se caracterizó por un coste muy alto para mantener el imperio con el consiguiente agotamiento económico. Los principales motivos eran: las hostilidades con Francia por el interés del rey Francisco I de Francia sobre la península itálica; la defensa de las agresiones turcas al Mediterráneo y el mantenimiento del imperio alemán que era codiciado por los príncipes alemanes.
Además de la precaria situación económica directamente creada por la guerra, se añadía la caída del comercio por culpa de la inseguridad marítima. También se quejaron los diputados de la carencia de protección arancelaria del emperador, aun cuando existían privilegios a favor de los catalanes. En concreto, se estaba pagando por sacar trigo de Sicilia y no se aplicaba el gravamen de un 20% a los trapos franceses que entraban en Sicilia y Nápoles.
Respecto al principado de Cataluña, en el orden político, los diputados se quejaron de la actuación del Lugarteniente Fadrique de Portugal, que efectuaba detenciones en nombre de la Generalidad, invadiendo competencias. También manifestaron su disgusto el brazo militar con el nombramiento del genovés Girolamo Doria como arzobispo de Tarragona, por ser extranjero y por las injerencias competenciales del inquisidor Fernando de Loazes (futuro sucesor de Doria en el arzobispado de Tarragona), pero el rey no volvió a aceptar discutir este punto. Por las dificultades de aplicación de la Constitución de la Observancia se pidió la creación de un Tribunal de Contrafacciones. Su creación se aplazó hasta 1706, casi doscientos años más tarde. Dentro de los temas de régimen interior destaca el acuerdo de nominar los cargos de diputados locales al final del mandato y no al principio; se prohibieron las relaciones económicas entre diputados y oficiales de la Generalidad. Estas medidas tenían como objetivo evitar las posiciones dominantes y el clientelismo. Por otra parte se planteó iniciar una nueva sistematitzación del derecho catalán, si bien no será hasta las Cortes de Monzón de 1585 cuando se constituiría una comisión que haría público el resultado entre 1588 y 1590.
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