sábado, 13 de marzo de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 HISTORIA MEDIEVAL - SIGLO VIII

Crónica bizantina-arábiga es una crónica medieval, escrita en 743-744 entre Egipto y la península ibérica, de autor anónimo pero de tendencia filoárabe; según Martín (2006) redactada «en una zona periférica hispana, probablemente del sur o del levante peninsular». Puede considerarse una continuación de la Crónica de Juan de Biclaro y de la Historias de los Godos de Isidoro de Sevilla.

Parece ser que seria la fusión de dos crónicas, una realizada en Egipto y la segunda parte, al llegar el texto a España interpolando más información. Sirviendo de base a la Crónica mozárabe del año 754.

La crónica empieza con la muerte de Recaredo I en el 601 y acabaría con el inicio del reinado del califa omeya Hisham ibn Abd al-Malik en el 724. Parte de la obra trataría de los Visigodos y otra parte se centraría en los bizantinos y los árabes.







La Crónica mozárabe, también llamada Crónica del 754Anónimo de CórdobaChronicon de Isidoro Pacense o en latín Epitome Isidori Pacensis episcopi o Continuatio Hispanica anni DCCLIV,1​es una crónica medieval escrita en el siglo VIII en la península ibérica, supuestamente por un obispo de una diócesis lusitana llamado Isidoro.

Contenido[editar]

Theodor Mommsen llamó Continuatio Isidoriana Byzantia-Arabica a una crónica anterior del año 741.3​ Esta crónica utiliza la era hispánica en su primer tercio aproximadamente, el mismo en el que dedica cierta atención a los asuntos de España a partir de la muerte de Recaredo (601), pero después España pierde definitivamente importancia frente a la historia de Oriente, en particular la expansión Omeya, mirada con cierta admiración y, más en segundo plano, la del Imperio bizantino; por eso se cree que su autor pudo no haber sido hispano. José Luis Moralejo piensa que la llamada Cronica muzarabica del año 754 posee "muy abundantes concomitancias" con la anterior y que del origen hispano de esta segunda "no puede haber duda razonable".4​ Esta crónica pretende ser una continuación de la Historia de los Godos de Isidoro de Sevilla, aunque de una calidad mucho menor; abarca desde 610, primer año del emperador bizantino Heraclio, hasta 754, y fue durante un tiempo conocida como Crónica de Isidoro Pacense a causa de una errada identificación del padre Enrique Flórez.5​ Mommsen la llamó Continuatio Hispana. "La atención que a los asuntos hispánicos dedica, el tono mismo en que se trata de la invasión, deja fuera de duda que la crónica se escribió en España, tal vez sobre una base parcialmente común con la del 741, tal vez en directa dependencia de ella".6​ Mommsen y Díaz piensan que su autor debió ser un clérigo toledano y no cordobés, como opinaba, entre otros, Reinhart Dozy.7​ Su editor moderno López Pereira (1980) afirma que no era toledano ni cordobés, pero sí del sur de España. Este anónimo autor no oculta sus simpatías por Witiza y su partido. Existe consenso en que esta crónica representa la mejor fuente sobre la primera mitad del siglo VIII en la Península y de los primeros tiempos de la conquista musulmana de Hispania y la Septimania.8​ Por ejemplo: contiene el relato más detallado de la famosa batalla de Poitiers.

Texto de la Crónica[editar]

De la Crónica han subsistido tres manuscritos; se publicó por primera vez en su totalidad en Pamplona, 1615; se reimprimió en la Patrologia Latina de Migne, vol. 96, p. 1253 sqq. y tuvo una edición crítica moderna y bilingüe por José Eduardo López Pereira (1980). Después se publicó la traducción al español de Marco Antonio Coronel Ramos, con prólogo de Serafín FanjulCrónica mozárabe. Valencia: Institución Alfonso el Magnánimo, 2011.










El Pacto de Teodomiro (también conocido como Pacto de Tudmir o Tratado de Orihuela) fue un tratado de capitulación firmado el 5 de abril del año 713, entre Abd al-Aziz ibn Musa (hijo de Musa ibn Nusair, gobernador del norte de África) y el potentado visigodo Teodomiro, que podría haber tenido funciones administrativas en el sureste de Hispania a comienzos del siglo VIII.

Ciudades integrantes del pacto de Teodomiro, año 713.

Antecedentes[editar]

La expansión del Califato Omeya se propagó hacia todo el noroeste de África al Magreb, habitado por los bereberes. Estos pueblos se convirtieron al islam y se unieron a las filas militares, lo que permitió al califato extender su control a la península Ibérica.1

Bajo el gobierno de Musa ibn Nusair en la provincia de Ifriqiya, el comandante bereber Táriq ibn Ziyad emprendió la campaña hacia la Iberia visigoda vía estrecho de Gibraltar en la primavera de 711.2​ Tras vencer al rey visigodo Rodrigo en la batalla de Guadalete,3​ Táriq se trasladó a las ciudades de Écija y de Córdoba, ignorando órdenes que había recibido previamente de Musa para regresar a África o permanecer estacionado hasta recibir nuevas instrucciones.4​ Tras controlar la Andalucía se dirigió a Toledo donde le esperaba Musa.

Poco después que Musa llegara a Toledo, el califa Walid I le ordenó a él y a Táriq presentarse en la corte real en Damasco para tratar acerca de la campaña en la península ibérica. Muza fue relevado como gobernador por su hijo Abdelaziz, quien se dirigió hacia el sureste peninsular y firmó el tratado con el visigodo Teodomiro, que era un potentado godo con propiedades en el territorio del que se supone que tendría algún tipo de función gobernativa pues después del año 698 rechazó a una flota bizantina.56​ El tratado es conocido como Pacto de Tudmir y la región geográfica al sureste de la península fue denominada desde entonces como Tudmir, proporcionando su nombre décadas después a una provincia o cora de Al-Ándalus, la Cora de Tudmir.

Ámbito geográfico[editar]

Quedan tres versiones del pacto, dado que el original (del año 713) se perdió, y en cada una varía un poco el nombre de las ciudades. La primera la hizo al-Udri en el s. XI, después sería la de al-Dabbi7​ en el s. XII, otra de al-Himyari8​ en el s. XIII y la última versión es de al-Garnǎtǐ9​ en el s. XIV.10

He aquí una lista comparativa:11

Al-'ŪdriAl-DabbiAl-Himyarī
ŪriūlaŪriwalaŪrigūla
MūlaBlntlaBlntla
LūrqaLaqantLaqant
BlntlaMūlaMūla
LaqantBqsraBilāna
IyihIyyihLūrqa
IlŝLūrqaIyyih

Esta zona geográfica fue denominada en el Cosmógrafo de Rávena en el siglo VII como provincia de Aurariola en una descripción provincial que podría no ajustarse a las entidades administrativas vigentes.12​ Vendría a ocupar un área algo más amplia que las actuales provincias de Murcia y Alicante.13

De las ciudades nombradas en el tratado, no han sido puestas en duda Orihuela (اوريولة, Ūriūla), Alicante (لقنت, Laqant), Lorca (لورقة, Lūrqa) y Mula (مولة, Mūla). De Ilŝ, que aparece únicamente en Al-Udri, se tiene la seguridad que se refería a la Colonia Iulia Ilici Augusta en La Alcudia de Elche.14

Dado que en los códices no figura la puntuación diacrítica de las letras árabes, el resto de ciudades que aparecen han tenido diversidad de lecturas e interpretaciones. Bqsra se suele interpretar como Begastri en Cehegín.15​ En cuanto a Iyyih, su emplazamiento está sujeto a controversia entre diversas ubicaciones: Monte Arabí en Yecla, Anaya en San Miguel de SalinasOjósVerdolay o Algezares en Murcia, el Tolmo de Minateda en Hellín, Villa Vieja en Cieza, o Elda;16​ y además, muchos autores la identifican con la ciudad episcopal de Eio,16​ que aparecería ubicada en El Monastil en Elda,17​ o en Algezares.18

Respecto a Blntla, aunque la topografía y los restos arqueológicos pudieran indicar que fuera Valencia o Valencia la Vella en Ribarroja del Turia,19​ no es posible dada su alejada situación respecto del resto de ciudades, por ello la mayor parte de las interpretaciones la ubican en Villena;112021​ ciudad a la que con bastante probabilidad correspondería a la Balana (o Bilana) citada por Al-Himyari.22

Llama la atención que no aparezca mención de la ciudad de Cartagena. Cartagena fue sede metropolitana, y también capital de la provincia bizantina de Spania, pero entre 621-623 fue destruida por Suintila.23​ lo que redujo su perímetro urbano. De este modo, los estudiosos han justificado la no inclusión de Cartagena debido a su poca importancia urbanística respecto a los otros núcleos urbanos mencionados en el tratado, pero también a que hubiera sido conquistada mediante combate, lo que la excluía de la capitulación,24​ o que no formara parte entonces de los dominios de Teodomiro sino del rey.25

De forma general se ha interpretado que la capital de Tudmir era Orihuela, pero estudios de la década de 1980 extrajeron de textos del siglo IX, que la ciudad de Tudmir se podría referir a la ciudad episcopal de Eio que estaría ubicada en Algezares, y que sería la que fue destruida hacia 825 después de la fundación de la ciudad de Murcia.







Se conoce como toma de Málaga a la batalla ocurrida en 713 entre un ejército de Abd al-Aziz y la resistencia visigoda-cristiana de la ciudad de Málaga, en el marco de la invasión musulmana de la península ibérica.

Tras el rápido avance de los musulmanes por el sur peninsular, los ejércitos de Musa y Táriq se enfrentan con el ejército visigodo en los alrededores de Toledo. En este momento, Teodomiro aprovecha para levantarse en armas contra los invasores, siendo secundado en Málaga y Almería. El hijo de Musa, Abd al-Aziz, recién nombrado comandante jefe de las fuerzas árabes en Hispania, se dirige a Murcia para someter a Teodomiro, al cual derrota apoderándose de las comarcas de Murcia y Almería y a continuación pone sitio a Málaga.

De acuerdo a la versión de Francisco Guillén Robles, la ciudad se hallaba bien defendida y el asalto parecía arriesgado. Según las crónicas árabes, cuando ya se descartaba una rápida rendición de la plaza, el gobernador de Málaga fue capturado cuando paseaba sin guardia por unos jardines de los arrabales de la ciudad. Sin embargo, la ciudad continuó resistiendo y Abd al-Aziz decide asaltarla durante la noche, aprovechando la oscuridad para escalar las murallas. La plaza fue tomada con éxito y saqueada por los conquistadores.

Tras la conquista, Abd al-Aziz se estableció durante un tiempo en un valle donde estuvo la ciudad romana de Nescania, que pasaría a llevar el nombre de Valle de Abdalajís.

Debate historiográfico[editar]

No existe unanimidad entre los historiadores sobre este episodio. Al margen de la versión de Guillén Robles de que fue Abd al-Aziz quien conquistó Málaga en 713, José María Ruiz Povedano sostiene que la ciudad fue sitiada en 711 por un ejército de Táriq ibn Ziyad al mando del cual se encontraba el general Zaide ibn Kesadi, conquistador de la plaza de Archidona.









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