HISTORIA MEDIEVAL - SIGLO IX
La batalla de Tablada (Aljarafe, provincia de Sevilla), el 11 de noviembre de 844 (25 de safar de 230) enfrentó al emirato de Córdoba con las huestes de vikingos.
Mientras algunos grupos vikingos saqueaban las poblaciones costeras, Medina Sidonia y Cádiz entre otras, el grueso de la flota remontaba el Guadalquivir. Tras saquear Sevilla durante una semana, los vikingos siguieron internándose. Fue entonces cuando el emir, Abd al-Rahmán II, organizó un ejército para defender la ciudad. Según las crónicas musulmanas, la victoria árabe fue aplastante. Se dice que 30 naves fueron quemadas y cerca de veinte mil invasores perecieron (cifra exagerada, ya que la cifra real oscilaría entre los mil y los dos mil).2
Después de la batalla, los supervivientes nórdicos que escaparon saquearon Niebla y siguieron rumbo hacia la costa noroccidental de África. Otros fueron hechos prisioneros y forzados a servir en la guardia del emir, asentándose cerca de Sevilla donde un siglo después sus descendientes fueron célebres por sus quesos.
La expedición vikinga de 844 fue un ataque de los vikingos en la península ibérica, entonces gobernada por el reino de Asturias y el emirato de Córdoba. Los vikingos reconocieron Gijón, atacaron La Coruña,6 Lisboa y Cádiz y remontaron el río Guadalquivir, atacando Medina Sidonia, Sevilla y Córdoba.7 Abderramán II preparó un contingente para enfrentarlos, capitaneado por Musa ibn Musa al-Qasi que los derrotó casi totalmente.
Expedición vikinga de 844 | ||||
---|---|---|---|---|
Parte de Incursiones vikingas | ||||
![]() La península ibérica a principios del siglo IX | ||||
Fecha | 844 | |||
Lugar | Oeste y sur de la península ibérica | |||
Resultado | Derrota vikinga1 | |||
Beligerantes | ||||
| ||||
Comandantes | ||||
| ||||
Bajas | ||||
|
Historia[editar]
En 844 naves vikingas o normandas (urdumaniyyun o madjus), procedentes de una incursión por el río Garona, fueron dispersadas por una tempestad en dirección a la costa cantábrica y arribaron a Gijón, que reconocieron pero no atacaron,8 y siguieron en dirección a Galicia,9 donde fueron rechazadas. Las naves supervivientes10 pasaron por Lisboa que saquearon durante 13 días11 entre agosto y septiembre, hasta que un ejército musulmán se acercó para combatirlas. Se desplazaron hacia el Algarve y el golfo de Cádiz. Remontaron con sus naves el Guadalquivir y el 25 de septiembre derrotaron a los cordobeses en la batalla de Cabtal,10 saqueando las afueras de Isbiliya mientras los ciudadanos no presentaban batalla y huían a Carmona.12 Los vikingos establecieron un fortín en Tablada, de donde se retiraron el 28 de septiembre cuando llegaron 15 naves cordobesas.10
Abderramán II preparó un contingente para enfrentarse a los vikingos que habían conquistado y saqueado Isbiliya un mes antes, con la tropa de Isbiliya, voluntarios de las marcas, y el ejército de las marcas capitaneado por Musa ibn Musa al-Qasi. Los vikingos se dividieron en cuatro grupos: uno, de unos dos centenares, que atacó Morón; un segundo, que atacó Benilaiz; un tercero, que atacó Fuente de Cantos; y un cuarto, que lo hizo con Córdoba. El grueso del ejército cordobés, de unos 16.000 hombres, destruyó el primer grupo (batalla de Morón),13 y atacó el campamento de Tablada,14 con lo que los invasores sufrieron mil bajas, mientras otros cuatrocientos fueron hechos prisioneros y ejecutados, y unas treinta naves fueron destruidas, siendo los rehenes retenidos por ellos liberados. Pero un grupo, al ver la caballería enemiga pudo huir entre Morón y Carmona, embarcando en las naves y finalmente negociando liberar a los prisioneros que les quedaban y devolver el botín a cambio de comida y ropas y una retirada por el río hasta la costa, donde permanecía parte de la expedición.12 Continuaron su viaje por el Mediterráneo, atacando territorio bizantino hasta llegar a Alejandría en un viaje de catorce años.12 Con el tiempo, el reducido número de supervivientes aprisionados en Andalucía se convirtió al islamismo instalándose como granjeros en la zona de Coria del Río, Carmona y Morón.
Consecuencias[editar]
Abderramán II reconstruyó las murallas y edificios de Isbiliya, que habían quedado dañados por la incursión, e hizo construir naves en los astilleros de Cádiz, Cartagena y Tarragona por la defensa del litoral, y estableció que en las capitanías habría correos a caballo para poder transmitir con rapidez las noticias de nuevos asaltos.10
Se dieron nuevas incursiones vikingas en los años 859, 966 y finalmente en 971, en el que la flota vikinga fue totalmente aniquilada.
Voto de Santiago es el nombre del compromiso que se adquirió por los cristianos de los reinos de Asturias, Galicia, León y Castilla por la victoria en la mítica batalla de Clavijo, en la que el propio apóstol Santiago habría intervenido físicamente en su favor en un momento de particular peligro, cambiando la suerte que parecía decidida a favor de los musulmanes.
Las particulares circunstancias que rodean a la batalla, entre las que hay que añadir el que gracias a la victoria el reino asturiano dejó de pagar el anual Tributo de las cien Doncellas al emirato de Córdoba, habrían motivado que el rey Ramiro I de Asturias, en Calahorra, hubiera concedido solemnemente el Voto de Santiago, con el que se ofrecería cada año a su iglesia de Santiago las primeras cosechas y vendimias, y como a un caballero más, se repartiría a Santiago una parte del botín que se tomara a los moros. Este Voto de Santiago se renovó e institucionalizó como ofrenda nacional en 1643 para el día de su fiesta, el 25 de julio, con Felipe IV de España. La iconografía del Santiago Matamoros, montado en un caballo blanco que arrolla a un sarraceno y blandiendo una espada, se perpetuó en la pintura y escultura española, estando presente sobre todo en las iglesias de la ruta jacobea.
El compromiso consistía, en lo material, en el pago de un impuesto que debían pagar, incrementando lo ya debido a la iglesia en concepto de diezmos y primicias, en un diezmo más de cereal cuyo beneficiario sería el arzobispado de Santiago, todos los campesinos de un territorio gigantesco que comprendía desde Galicia hasta la Rioja. Espiritualmente, Santiago quedaba convertido en santo patrón de España, calidad que se le sigue reconociendo anualmente, con un acto religioso en la catedral de Santiago de Compostela, a la que acude incluso hoy en día el rey de España o alguien en su nombre (suelen hacerlo el presidente de la comunidad autónoma de Galicia, un ministro...).
La memoria de la batalla realmente sólo aparece en la crónica del obispo Rodrigo Jiménez de Rada De rebus Hispaniae (Cronicón de las cosas sucedidas en España), también conocida como Historia gothica o Crónica del toledano, en la que se describe la historia de la península ibérica hasta 1243. En la Edad Media, se intentó "hacerle la competencia" por otras instancias eclesiásticas: Gonzalo de Berceo reclamaba para San Millán de la Cogolla el copatronazgo y las mismas condiciones económicas, por haber intervenido también en la batalla.
La batalla habría tenido lugar supuestamente en el denominado "Campo de la Matanza" en las cercanías de Clavijo (La Rioja) el 25 de mayo del año 844. La verdad del hecho es discutida desde antiguo por la crítica histórica. Gregorio Mayáns y Francisco Cerdá y Rico, en el siglo XVIII, dejaron claro que pertenecía al campo de la fantasía, como los plomos del Sacromonte o los cronicones del Padre Higuera, lo que les causó no pocos problemas. Las Cortes de Cádiz abolieron el voto en 1812, junto con los privilegios del Antiguo Régimen, y en plena Guerra Civil Española (que comenzó el 18 de julio de 1936, siete días antes de la fiesta de Santiago), Francisco Franco lo reinstauró, sólo con las consecuencias simbólicas que se continúan hoy en día.
En cualquier caso la batalla de Clavijo también supuso la creación del Antiguo e Ilustre Solar de Tejada y la concesión de sus privilegios y escudo que han sobrevivido hasta nuestros días, siendo reconocidos por todos los jefes de Estado desde Enrique IV (en 1460) hasta Juan Carlos I (en 1981).
La batalla del Puente de Cornellana ocurrió en 842 entre las fuerzas de Nepociano, que había sido elegidos por la nobleza para ser el sucesor de Alfonso II de Asturias, y Ramiro, un pariente del rey muerto. El resultado fue la derrota de Nepociano, permitiendo que el vencedor le sucediera en el trono asturiano con el nombre de Ramiro I.
Ocurrió en el río Narcea, en un puente en Cornellana (Curniana en asturiano), en Salas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario