HISTORIA MEDIEVAL - SIGLO VII
Teodofredo fue un noble visigodo hijo de rey Chindasvinto y padre de Rodrigo, el último rey visigodo de la península ibérica. Según la tradición Teodofredo era hermano de Favila que a su vez fue el padre de Don Pelayo, aunque no se tiene certeza sobre la exactitud de esta genealogía, puesto que fue escrita más de 150 años después de los hechos y el cronista parece tener interés en relacionar el linaje de Rodrigo con el de Pelayo. 1
Alrededor del año 700 participó en una sublevación promovida por los descendientes de Chindasvinto, por lo que fue hecho prisionero por Egica que ordenó lo desterraran a Córdoba y lo mutilaran, extrayéndole los globos oculares e incapacitándolo de esta forma para ser rey.
Tulga (m. 642) fue rey de los visigodos entre 639/640 y 642. Sucedió a su padre Chintila.
Reinado | ||
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639/640 – 16 de abril de 642 | ||
Predecesor | Chintila | |
Sucesor | Chindasvinto | |
Información personal | ||
Fallecimiento | 642 | |
Familia | ||
Padre | Chintila |
Acceso al trono[editar]
Fue elegido rey a la muerte de su padre por una asamblea de nobles y obispos, sin embargo dado el carácter hereditario de la sucesión, su reinado produjo inconformidad en la nobleza visigoda.1
Se atribuye a Tulga cierta candidez y debilidad de carácter. Parece ser que los refugae pudieron lanzar algún ataque, aunque la principal actividad bélica debió correr a cargo de los vascones. No obstante, ninguna rebelión importante parece muy probable antes de la de Chindasvinto, pues la facilidad con que cayó hacen poco probable que hubiera resistido a una rebelión anterior.
La rebelión de Chindasvinto[editar]
Chindasvinto era ya anciano, de 79 años de edad aproximadamente, cuando inició su rebelión. Debía ostentar algún mando militar o cargo importante en la zona fronteriza con los vascones, que dominaban las estribaciones del Pirineo occidental. Percibiría la debilidad de la corona y decidió arriesgarse convocando a los nobles (terratenientes godos) y al «pueblo» (seguramente los habitantes godos de la zona). Se hizo proclamar rey, a pesar de no obtener la aprobación de su acción por los obispos. El lugar de la reunión fue Pampalica, que se cree que es Pampliega, cerca de Burgos, y no Pamplona.
Tras estos hechos difieren los historiadores en lo sucedido, pues se hace preciso apoyarse en fuentes poco seguras:
Los que se apoyan en Sigeberto de Gembloux creen que el rebelde, fuerte por el apoyo recibido y con la adhesión de otros nobles, se presentó en Toledo, depuso a Tulga y lo hizo tonsurar, en fecha cercana al 16 de abril de 642, incapacitándolo para reinar según lo establecido por los cánones conciliares. La suerte posterior de Tulga, en tal caso, no es conocida, si bien durante algún tiempo permanecería en un monasterio como monje.
Pero apoyándose en San Ildefonso, la situación es distinta. La rebelión de Chindasvinto obtuvo cierto apoyo entre la nobleza, pero al no contar con la adhesión del clero no triunfó. Tulga conservó el trono y Chindasvinto fue considerado un rebelde, hasta que la oportuna muerte del rey, a causa de una enfermedad, permitió el reconocimiento del aspirante por los magnates y el clero.
Wamba (c. 630-688) fue rey de los visigodos entre los años 672 y 680, sucesor del rey Recesvinto.
Wamba | ||
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Rey de los Visigodos | ||
![]() Estatua de Wamba de una serie de monarcas españoles de la plaza de Oriente | ||
Reinado | ||
672-680 | ||
Predecesor | Recesvinto | |
Sucesor | Ervigio | |
Información personal | ||
Coronación | 672 en Toledo | |
Nacimiento | Pujerra, c. 630 | |
Fallecimiento | Pampliega, Burgos, 688 | |
Entierro | Catedral de Toledo |
Biografía[editar]
Pese a rechazar inicialmente el nombramiento debido a su avanzada edad, Wamba (cuyo lugar de nacimiento no está documentado, y desde luego no es cierta la leyenda que le atribuye como natural de Pujerra,1 puesto que según la Real Academia de la Historia, “Ya en el año 655 ocupaba un destacadísimo puesto en el llamado “oficio palatino”, del que formaban parte los máximos representantes del grupo nobiliario hegemónico”2) fue forzado por la nobleza a aceptar el trono el 1 de septiembre del año 672 en la localidad de Gertici o Gérticos, después llamada Wamba en su honor (Valladolid), donde había muerto su antecesor Recesvinto.3 Por iniciativa propia, a fin de que su elección no fuera considerada una usurpación, exigió ser coronado en Toledo, donde fue ungido el 20 de septiembre por el obispo Quirico en la iglesia pretoriense de San Pedro y San Pablo.
Fue el último rey que dio esplendor a los visigodos. Con su muerte comenzó la decadencia. Su reinado no fue fácil, pues lo pasó casi enteramente sofocando las luchas internas de la nobleza contra la monarquía, los nobles entre sí, los católicos contra los arrianos y la población hispanorromana contra los visigodos. Además tuvo que sofocar sucesivas rebeliones de astures y vascones4 y en el 672 hubo de enfrentarse a un nuevo y desconocido peligro: la invasión de norteafricanos o árabes, que intentaron pasar a la Península por Algeciras, intento que fue rechazado por visigodos e hispanorromanos5.
En la región de Septimania en la Galia (al sureste de la actual Francia) en el año 673 tuvo lugar una revuelta de algunos nobles visigodos encabezada por Ilderico que se había proclamado rey. Wamba envió al duque Paulo para sofocarla, pero este inició su propia rebelión en Narbona. Paulo reemplazó a Ilderico y se proclamó a su vez rey en Gerona. Ante la situación, Wamba, que se encontraba combatiendo a los vascones que invadían Cantabria, realiza una operación relámpago y los derrota. Acto seguido acudió al lugar de los hechos y tomó por las armas Tarragona, Barcelona y Narbona, dominando finalmente la sublevación y capturando a Paulo, que tuvo que desfilar por las calles de Toledo con una raspa de pescado en la cabeza. Estos sucesos dieron lugar a que Wamba reorganizara su ejército proclamando una ley que obligaba a los nobles y eclesiásticos (bajo pena de muerte, confiscación de bienes y exilio) a acudir con las tropas en caso de invasión o rebelión. Fue la llamada Ley militar, que suavizaría bastante su sucesor Ervigio.
Según la tradición, el rey Wamba, después de derrotar la rebelión de Narbona, trajo desde allí las reliquias del mártir san Antolín, príncipe visigodo ejecutado en Toulouse a fines del siglo V. Se depositaron en lo que después fue la cripta de San Antolín de la catedral de Palencia.
Wamba convocó asimismo el XI Concilio de Toledo del año 675, en el cual se dictaron medidas para corregir los abusos y vicios eclesiásticos.
Se cree que el metropolitano de Toledo, Julián II, intervino en la conjura que acabó con el poder del rey Wamba. El rey fue engañado y narcotizado y una vez en ese estado, le tonsuraron, le vistieron con hábito de monje y le obligaron a renunciar a la corona.
Muerte y sepultura[editar]
El rey Wamba se retiró al monasterio de Monjes Negros de San Vicente en Pampliega, Burgos, actualmente desaparecido, y allí murió en el año 688. Su cadáver recibió sepultura ante la puerta de la iglesia del monasterio de San Vicente, y allí permaneció sepultado hasta que, en el siglo XIII, Alfonso X el Sabio ordenó que sus restos mortales fueran trasladados a la iglesia de Santa Leocadia, ubicada junto al alcázar de Toledo, donde también habían sido trasladados los restos de su antecesor Recesvinto, y que no debe ser confundida con la otra iglesia de Santa Leocadia de Toledo.6 Durante la Guerra de la Independencia Española, los sepulcros donde descansaban los restos de ambos monarcas fueron profanados por las tropas francesas.
En 1845, los restos de ambos monarcas, introducidos en una arqueta de madera forrada de terciopelo carmesí, fueron trasladados a la catedral de Toledo por orden de Isabel II, donde fueron depositados en el salón principal de la sacristía de la catedral, lugar en el que permanecen actualmente.6
En 2014 el ayuntamiento de Pampliega solicitó la devolución de los restos del rey Wamba al cabildo catedralicio de la Catedral toledana, templo donde se encuentran en la actualidad.7
La figura del rey Wamba es un importante símbolo en la localidad, habiendo un monolito con su efigie, una calle y una plaza en su honor, un sello con su anagrama, una casa rural, una bodega, una peña recreativa; hasta un círculo católico de obreros de 1893 fue bautizado con su nombre.
Witerico
Witerico | ||
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Rey de los Visigodos | ||
![]() Tremís de oro acuñado durante el reinado de Witerico. | ||
Reinado | ||
603 – 610 | ||
Predecesor | Liuva II | |
Sucesor | Gundemaro | |
Información personal | ||
Nacimiento | 570 | |
Fallecimiento | abril de 610 | |
Familia | ||
Descendencia | Ermenberga | |
Witerico o Viterico (¿570? – abril de 610) fue rey de los visigodos (603–610).
Vida[editar]
Su nombre también puede encontrarse escrito con tilde, Witérico.
El obispo arriano de Mérida, Sunna, y los nobles godos Segga y Vagrila (probablemente condes) proyectaron asesinar al obispo local católico, Masona, y al dux de Lusitania, Claudio, y alzar a toda la provincia, seguramente proclamando rey a Segga. No sabemos el desarrollo de la conspiración, pero parece ser que algunos nobles godos —que habían accedido a volver al arrianismo— recuperaron su antigua fe y que muchos ciudadanos hispanorromanos (supuestamente católicos) se les unieron. Al fracasar el intento de asesinar a Masona, uno de los conjurados, el futuro rey Witerico, seguramente conde, reveló los detalles de la conjura. Claudio sofocó fácilmente el intento. A Segga se le cortaron las manos (castigo que parece haber estado reservado a los usurpadores), se le confiscaron las propiedades y fue desterrado a Galicia.1 Vagrila se refugió en la hoy Basílica de Santa Eulalia (Mérida), y el rey ordenó confiscarle las propiedades y entregarlas a dicha Iglesia, pero el obispo Masona le perdonó y se las devolvió. A Sunna se le ofreció otro obispado si se convertía al catolicismo (el obispado arriano de Mérida debió quedar suprimido y el católico ya estaba cubierto, en todo caso el obispado ofrecido no sería metropolitano). Sunna se negó y fue desterrado, marchando a Mauritania, donde propagó el arrianismo hasta su muerte violenta, cuya fecha se desconoce (se supone que alrededor de 600).
Witerico sucedió en el trono a Liuva II, a quien derrocó y luego hizo ejecutar.2 Tradicionalmente se ha creído que Witerico favoreció el arrianismo. No existen pruebas de ello, aunque es probable que el nuevo rey, aun siendo formalmente católico, conservara sus antiguas creencias. En todo caso, políticamente no era conveniente volver a la situación anterior a 589.
Es muy escasa la información que se posee de su reinado, pero se sabe que estuvo enfrentado a una parte de la nobleza y del clero (no obstante se sabe que contaba con el apoyo de algunos obispos, conociéndose el caso del obispo Elergius de Egara, hoy Tarrasa).
Conocemos el caso de un conde de la provincia narbonense llamado Búlgar, que al parecer fue torturado, encarcelado y después desterrado. El propio Búlgar explica que fue ayudado por dos obispos, Agapius y Sergius, que después del reinado de Witerico ocuparon sedes metropolitanas (Sergius fue arzobispo de Narbona). También se sabe que el obispo de Toledo, Aurasius, tuvo dificultades, pero no es seguro que fueran motivadas por un enfrentamiento con el rey, pues podía tratarse de un problema religioso interno.
No obstante, sabemos que todos los citados conservaron la vida y los cargos, pues incluso Búlgar fue repuesto como conde antes de la muerte de Witerico (según él mismo explica en una de sus cartas, a causa de una visión que había tenido el rey) y participó más tarde en las negociaciones diplomáticas que buscaban una alianza de los visigodos con los reyes merovingios.
Witerico luchó contra los bizantinos. Uno de sus generales ocupó Sagontia o Gisgonza sin que se sepa en qué año, aunque debió ser alrededor de 605.3 Probablemente en la misma época fue ocupada Bigastrum (no muy lejos de Cartago Nova), cuyo obispo ya aparece en las actas del Concilio toledano del año 610.
En 607 Teodorico de Borgoña solicitó la mano de la hija de Witerico, llamada Ermenberga (tal vez arriana), a la que juró que nunca privaría de su condición de reina.
La princesa llegó a Chalon-sur-Saône, pero la reina abuela, Brunegilda, y su nieta Teudila o Teudilana (hermana de Teodorico) instigaron al rey borgoñón contra Ermenberga. Finalmente el matrimonio no llegó a celebrarse, siendo reexpedida a Toledo sin su dote.
Witerico, ofendido, entró en una cuádruple alianza con Teodeberto y Clotario (de Austrasia y Neustria) y con Agilulfo, rey de los lombardos, dirigida contra Brunegilda y su nieto Teodorico de Borgoña, en cuyas negociaciones posteriores (ya en tiempos de Gundemaro, sucesor de Witerico) participó el conde Búlgar antes mencionado.
La alianza, no obstante, no tuvo éxito, si bien de las cartas de Búlgar se desprende que hubo una serie de combates que tuvieron como teatro la zona de la Narbonense, pero no conocemos ni la zona de operaciones, ni su duración, ni su resultado.
Como Isidoro de Sevilla no hace ninguna mención a estos sucesos, puede deducirse de ello que las luchas fueron más bien escaramuzas fronterizas menores y que los visigodos no obtuvieron ningún éxito. Se sabe por la misma correspondencia, que la Narbonense era teatro de muchas calamidades, pero no se indica cuáles eran ni si afectaban a otras provincias o territorios.
Una conjura de nobles, probablemente de una facción rival, y próximos del clero católico, asesinó a Witerico durante un banquete, en abril de 610. Su cadáver fue arrastrado por las calles de Toledo.4 Los nobles conjurados aclamaron como rey a uno de ellos, llamado Gundemaro,3probablemente dux de la Narbonense. Tras la muerte de Witerico, Isidoro de Sevilla escribió: «Había matado con la espada, murió con la espada».
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