domingo, 7 de marzo de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 HISTORIA MEDIEVAL - SIGLO VIII

El Año Barbate fue un año llamado así por el desbordamiento del río Barbate alrededor del año 750, después de varios años de una intensa sequía en al-Ándalus.1​ Así, esta sequía acabó con unas grandes lluvias que causaron el desbordamiento de dicho río, dando por tanto el nombre a todo el año.






El Sitio de Saraqusta de 754 fue una de las batallas de la revuelta yemení de Al-Ándalus.

Antecedentes[editar]

Yússuf ibn Abd-ar-Rahman al-Fihrí, valí de al-Andalus, envió a la Marca Superior, que correspondía a los yemeníes kalbíes, al árabe qaisita As-Sumayl ibn Hàtim al-Kilabí como gobernador de Saraqusta. Esto tenía un dible objetivo: liberarse de su engorrosa tutela en Córdoba y humillarlos a los yemeníes aprovechando su debilidad después de la batalla de Tours, las pérdidas de Aviñón y Nimes y la pérdida de terreno ante Alfonso I de Asturias.

Al-Sumayl aceptó de buen grado y llegó a Saraqusta en 750 durante una gran hambre, que empezaba a hacer estragos y que duraría cinco años. Al-Sumayl se afanó en socorrer los necesitados olvidando las rivalidades entre árabes qaisitas y yemeníes kalbies, pero la escasez fue tan grande que miles de bereberes volvieron al Magreb y dejaron una enorme zona despoblada que permitió el avance territorial de Alfonso I de Asturias.

Superada el hambre volvieron las tensiones. Los kalbíes yemeníes, mayoritarios en al-Ándalus, no aceptaban la preponderancia qaisí mientras que dentro de los propios qaisis, Amir ibn Asur envió al califa Al-Mansur un informe sobre la conducta de Yusuf al-Fihri reclamando el gobierno. Mientras llegaba la respuesta y los refuerzos, ibn Asur se fortificó ante Qurtuba para enfrentarse a Yusuf al-Fihri, quién aconsejado para el-Sumayl quiso sorprenderlo para matarlo, pero Amir fue alertado y huyó a Saraqusta.

El asedio[editar]

A pesar del gobierno de As-Sumayl en Saraqusta había bastantes yemeníes y Amir ibn Asur, con el apoyo de al-Hubáb az-Zuhri, organizó un alzamiento en nombre del califa Al-Mansur al que se unieron fundamentalmente yemeníes y bereberes.1​ Al-Sumayl envió contra ellos su caballería, que fue derrotada. Las tropas rebeldes asediaron la ciudad, apoderándose de ella el 7 de julio del 753.

Al-Sumayl pidió auxilio al emir Yusuf al Fihri que no disponía de tropas para enviar. Temiendo ser derrotado se dirigió a su tribu qaisita, comandada por Ubayd Allah ibn Ali, y a los dos principales jefas omeyas de la península.2​ Estos disponían de las divisiones sirias con las que Balch ibn Bishr al-Qushayrí gobernaba. Al-Husayn ibn Al-Dachn se encontraba en la cora de Jayyan y Sulayman ibn Xilah, que lideró el ejército de socorro, en la cora de Ilbira.3​ Junto a los qaisís iban también Ubayd Allah Abu Uthman, Abd Allah ibn Jalid y Yusuf ibn Bujt, de los Banu Umayya, que habían combatido en la batalla de Secunda junto a Yusuf al-Fihri y Al-Sumayl. Junto con ellos cabalgaba también Badr, que había desembarcado en al-Ándalus en junio del 754 para pedir a sus clientes y parientes el gobierno para Abd-ar-Rahman I ad-Dàkhil, el último de los Omeya que había sobrevivido a la matanza de la familia a manos del califa abbasí.4

Los rebeldes retiraron el asedio al saber de la proximidad de las tropas de socorros el 26 de junio del 754.







El Asedio de Saraqusta de 755 fue una de las batallas de la revuelta yemení del al-Ándalus.

Antecedentes[editar]

Yússuf ibn Abd-ar-Rahman al-Fihrí envió a la Marca Superior, que correspondía a los yemeníes, a As-Sumayl ibn Hàtim al-Kilabí como gobernador de Saraqusta para liberarse de su engorrosa tutela en Córdoba y para humillar a los yeminíes aprovechando su debilidad después de la batalla de Tours, las pérdidas de Aviñón y Nimes y la pérdida de terreno frente Alfonso I de Asturias. Al-Sumayl aceptó de buen grado y llegó a Saraqusta en 750 durante un gran hambre.

Superada el hambre, Amir ibn Asur con el apoyo de a al-Hubáb az-Zuhri convocó un alzamiento en nombre del califa Al-Mansur al que se unieron fundamentalmente yemeníes y bereberes.1​ Al-Sumayl envió a sus aliados, con los que iba Badr, que había desembarcado en al-Ándalus en junio de 754 para pedir a sus clientes y parientes el gobierno para Abd-ar-Rahman I ad-Dàkhil, el último de los Omeyas que había sobrevivido a la matanza de la familia a manos del califa.23​ Los rebeldes retiraron el asedio al saber de la proximidad de las tropas de socorro.

El asedio[editar]

El 755 se encendió la rebelión pro-abbasida y Yússuf ibn Abd-ar-Rahman al-Fihrí y As-Sumayl ibn Hàtim al-Kilabí se dirigieron juntos de nuevo contra Saraqusta. Sin embargo, sus habitantes, temiendo los estragos del ejército que se los vendía encima, entregaron a los rebeldes Amir ibn Asur, su hijo Wahd ibn Amir ibn Asur y al-Hubáb az-Zuhri, que fueron inmediatamente hechos prisioneros y dirigidos hacia Qurtuba. El valí dejó a su hijo Abd al-Rahman ibn Yusuf Abu Zayd como gobernador de Saraqusta.

Consecuencias[editar]

Para deshacerse de al-Husayn ibn Al-Dachn y Sulayman ibn Xilah por haber mostrado refractarios en su socorro en el año anterior, As-Sumayl ibn Hàtim al-Kilabí ordenó una expedición de castigo contra los vascones de Pamplona que se habían sublevado aprovechando las luchas entre los musulmanes.

Sulayman ibn Xilah recibió el mando de una pequeña fuerza y la caballería y la vanguardia estaba reservada para el-Husayn ibn Al-Dachn. Como era previsible, la expedición acabó con la derrota de la columna. Sulayman murió, pero Al-Husayn se pudo refugiar en Zaragoza al amparo del nuevo gobernador Abd al-Rahman ibn Yusuf Abu Zayd.

La noticia del desastre llegó a Yússuf ibn Abd-ar-Rahman al-Fihrí y Al-Sumayl en el río Jarama mientras se retiraba a la capital para rechazar al pretendiente omeya. De la alegría que le entró Yusuf al-Fihri mandó decapitar a los tres rebeldes prisioneros.








El emirato de Córdoba (en árabeإمارة قرطبة‎, Imārat Qurṭuba) fue un emirato independiente con capital en Córdoba que existió en la península ibérica entre 756 y 929 y estuvo regido por los omeyas.

El poder omeya era, sin ninguna duda, el más sólido de los poderes independientes que se constituyeron en el Occidente musulmán en la misma época, siendo los otros los rustumíes de Tahart, los midraríes de Siyilmasa y los idrisíes de Fez.

a conquista musulmana y Valiato de al-Ándalus[editar]

Tras la rápida conquista musulmana de la península ibérica en el período 711718, esta se constituyó como provincia dependiente del Califato Omeya. Sus gobernantes fijaron su capital en Córdoba y recibieron del califa de Damasco el título de valí o emir.

En aquel momento la población musulmana peninsular estaba formada por los árabes instalados en las ciudades, los bereberes radicados en las zonas rurales y los sirios, que habían formado las primeras fuerzas invasoras. Estas etnias se enfrentaron entre sí para hacerse con el mayor número de tierras y sumieron la península en una endémica guerra civil hasta la aparición de Abderramán I.

La presencia musulmana en la península obedeció a dos factores: las rivalidades internas y el impulso expansionista islámico.

Emires[editar]

En 750, los abasíes derrocaron a los omeyas del Califato de Damasco y ordenan el asesinato de toda la familia omeya. Seis años más tarde, en 756Abderramán I –que había escapado del sangriento destino final de los omeyas logrando huir de Damasco– desembarcó en al-Ándalus y se proclamó emir (comandante en jefe) tras conquistar Córdoba y, en 773, se independiza de la nueva capital abasí, Bagdad. Esta independencia es política y administrativa, pero se mantiene la unidad espiritual y moral al continuar el vínculo religioso con el Califato abasí. Abderramán solamente terminó por unificar la Iberia musulmana en 781, tras capturar Zaragoza (779) y Pamplona y haber sometido a los señores vascones del Pirineo.

Sin embargo, el verdadero organizador del emirato independiente fue Abderramán II, quien delegó los poderes en manos de los visires y logró una islamización muy rápida de la península, reduciendo considerablemente el número de cristianos en territorio musulmán (llamados mozárabes o dhimmis). No obstante, estos siguieron representando la mayoría de al-Ándalus por lo menos hasta el siglo XI.

Las disputas entre árabes y bereberes no cesaron tras la proclamación del Emirato, lo que permitió la reorganización de los reinos cristianos en el norte, dando inicio a la Reconquista, alentada por la política proárabe mantenida por la dinastía omeya, lo que provocó numerosas sublevaciones protagonizadas por muladíes, que llegaron a poner en peligro la existencia misma del Emirato.

A la llegada al trono de Abderramán III en 912, la decadencia política del Emirato era un hecho obvio y consumado. Para imponer su autoridad y terminar con las revueltas y conflictos que arrasaban la península ibérica, se proclamó califa en 929 estableciendo el Califato de Córdoba.

Listado de los emires[editar]

N.º de
orden
NombreAños en el poder
1Abderramán I

 756-788 

2Hisham I

 788-796 

3Alhakén I

 796-822 

4Abderramán II

 822-852 

5Muhámmad I

 852-886 

6Almúndir

 886-888 

7Abd Allah

 888-912 

8Abderramán III

 912-929 




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