domingo, 7 de marzo de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 HISTORIA MEDIEVAL -  SIGLO VIII

El asedio de Zaragoza de 777 formó parte de la Revuelta yemení de al-Ándalus.

Antecedentes[editar]

La escuadra de Abd al-Rahman ibn Habib al-Fihri, formada por diez barcos grandes mandados por el califa de Damasco para parlamentar con Sulayman ibn Yaqdhan, sublevado contra el emir Abd-ar-Rahman I ad-Dàkhil y del que se quería el apoyo para Damasco, desembarcó en la Cora de Tudmir con el beneplácito de Atanagild.1​ Sin conseguir apoyo, en su retirada la escuadra fue incendiada y sus fuerzas rodeadas en unas montañas cercanas a Balansiya2​ después de hacer estragos por la comarca más de un año. Mientras la cora perdía su estatus especial y el territorio fue ocupado por los omeyas exiliados.34​<5

Carlomagno emprendió mientras una serie de agresivas campañas militares destinadas a expandir sus fronteras. De este modo sometió a los lombardos acabando con su reino. En Alemania, sometió los sajones y llevó la guerra hasta Hungría, donde derrotó a los avaros afincados en Panonia, destruyendo su estado.

El asedio[editar]

Con la ciudad de Saraqusta sublevada, el emir envió a Tha'laba ibn 'Ubaid al-Djudhami, que asedió la ciudad durante unos días. Sulayman a -Arabí, en una salida de caballería, capturó a al-Djudhami, derrotando a los sitiadores.

Consecuencias[editar]

Cuando creyó que los sajones estaban definitivamente sometidos, Carlomagno aceptó la oferta de Sulayman a -Arabí, valí de Madinat Barshiluna, y Abu Tawr, valí de Wasqa, que en la Dieta de Paderborn ofrecieron sus territorios a cambio de apoyo militar en una nueva revuelta contra Abd ar-Rahman I.

Su objetivo último era restaurar el poder del califato abbasí en al-Ándalus, llevando al cautivo Tha'laba ibn 'Ubaid al-Djudhami.







El asedio de Zaragoza de 778 formó parte del intento de Carlomagno, aliado con los valís yemeníes de la Marca Superior, de conquistar los territorios hispánicos de Abd-ar-Rahman I ad-Dàkhil.

Antecedentes[editar]

La escuadra de Abd al-Rahman ibn Habib al-Fihri, encargado por el califa de Damasco para parlamentar con Sulayman ibn Yaqdhan, sublevado contra el emir Abd-ar-Rahman I ad-Dakhil y del que se quería apoyo para Damasco, desembarcó en la Cora de Tudmir con el beneplácito de Atanagildo. Sin conseguir el apoyo, en su retirada la flota fue incendiada y sus fuerzas rodeadas en unas montañas cercanas a Valencia1​ tras hacer estragos por la comarca más de un año. Mientras, la cora perdía su estatus especial y el territorio fue ocupado por los omeyas exiliados.234

Carlomagno emprendía mientras una serie de agresivas campañas militares destinadas a expandir sus fronteras. De este modo sometió los lombardos y los hizo desaparecer de la Historia. En Alemania, sometió los sajones, y trajo la guerra hasta Hungría, donde destruyó los ávaros afincados en Panonia.

Cuando creyó que los sajones estaban definitivamente sometidos, aceptó la oferta de Sulayman ibn Yaqdhan, valí de Madinat Barshiluna, y Abu Tawrvalí de Wasqa, que en la Dieta de Paderborn ofrecieron sus territorios a cambio de apoyo militar en una nueva revuelta contra Abd ar-Rahman I. Este golpe tenía como objetivo restaurar el poder del califato abbasí en al-Ándalus.

El asedio[editar]

Dos ejércitos se encontraron a Saraqusta el 778. El primero, con tropas neustrías que atravesaron el Pirineo occidental, y el segundo, compuesto por austríacos, lombardos y burgundios que habían atravesado el Pirineo oriental capturando Pamplona y Madinat Barshiluna (donde se unieron las tropas de Sulayman al-Arabí).

Hussayn ibn Yahya al-Ansarí no estaba dispuesto a entregar Zaragoza a los francos y cuando Carlomagno llegó ante la ciudad en 778 se negó a abrir las puertas y alegó que él, personalmente, no había prometido nada. Cómo Saraqusta no se sometió fue asediada pero Carlomagno tuvo que marchar de la península ibérica para controlar una rebelión de los sajones. El emperador tomó como rehenes a algunos de los aliados que lo habían informado mal, entre ellos Sulayman a -Arabí. Dejó el tributo recaudado y los prisioneros con Hruodland, Prefecto del Marqués de Bretaña, y la retaguardia, mientras el grueso del ejército se apresuraba hacia el Rin.

Consecuencias[editar]

En la retirada, Matruh y Ayxun, los hijos de Sulayman a -Arabí, pudieron rescatarlo y volver a Madinat Barshiluna. A pesar de ello, Sulayman murió finalmente a manos de Hussayn ibn Yahya al-Ansarí.

Carlomagno hizo derribar las murallas de Pamplona, cosa que irritó a los vascos y causó un ataque a los francos en el paso de Orreaga, (batalla de Roncesvalles), única gran derrota de los ejércitos de Carlomangno. Los vascos con mal armamento tomaron ventaja del terreno y destruyeron la retaguardia franca.

Hussayn ibn Yahya al-Ansarí se mantuvo rebelde hasta el 781, cuando el emir de Córdoba atacó la ciudad5​ con un poderoso ejército comandado por Thalaba ibn Ubayd6​ y le obligó a someterse. A cambio de jurar lealtad, Hussayn conservó el cargo. La frontera franca se fue expandiendo lentamente hasta que el 795 se creó la marca hispánica uniendo los condados de GeronaCardonaOsona y Urgel, dentro del ducado de Septimania.








El asedio de Zaragoza de 781 formó parte del establecimiento por Abd-ar-Rahman I ad-Dàkhil de un emirato omeya independiente del Califato de Damasco en la península ibérica.

Antecedentes[editar]

La escuadra de Abd al-Rahman ibn Habib al-Fihri, encargado por el califa de Damasco para parlamentar con Sulayman ibn Yaqdhan, sublevado contra el emir Abd-ar-Rahman I ad-Dàkhil y del que se quería el apoyo hacia Damasco, desembarcó a la Cora de Tudmir con el beneplácito de Atanagildo. Sin conseguir el apoyo, en su retirada la flota fue incendiado y sus fuerzas rodeadas en unas montañas cercanas a Balansiya. Mientras la cora perdía su estatus especial y el territorio fue ocupado por el éxodo de los omeyas.123

Carlomagno, tras creer a los sajones definitivamente sometidos, aceptó la oferta de Sulayman ibn Yaqdhan, valí de Madinat Barshiluna y Abu Tawr, valí de Wasqa. Estos ofrecieron en la Dieta de Paderborn sus territorios a cambio de apoyo militar en una nueva revuelta contra Abd ar-Rahman I. Este golpe tenía como objetivo restaurar el poder del califato abbasí en al-Ándalus. Hussayn ibn Yahya al-Ansarí no estaba dispuesto a entregar Zaragoza a los francos y cuando Carlemagno llegó ante la ciudad el 778 se negó a abrir las puertas. En la retirada la retaguardia franca fue destruida en la batalla de Roncesvalles.

Finalmente Abd-ar-Rahman I ofreció a Hussayn ibn Yahya al-Ansarí el gobierno de Saraqusta y asesinó a Sulayman.4

El asedio[editar]

Dos años después de recibir el gobierno de Saraqusta, Hussayn ibn Yahya al-Ansarí rompió relaciones con el emir Abd-ar-Rahman I ad-Dàkhil y estableció una ciudad-estado independiente en la Marca Superior. Con la intención de mantener su importante frontera norte dentro de los dominios omeyas fue enviado en 781 un ejército comandado por Tsalaba ibn Obaid4​ a Saraqusta. Con treinta y seis máquinas de asedio, la muralla de granito blanco recibió la descarga omeya hasta que los soldados cordobeses entraron en la ciudad frustrando los deseos de independencia zaragozanos.5

Consecuencias[editar]

Después de ocupar Saraqusta, Tsalaba ibn Obaid hostilizó el país de los vascones atacando Pamplona4​ y se dirigió hacia el este, atacando los dominios de Galindo Belascotenes, señor de las tierras de Sobrarbe. Asediando el castillo de Galindo, de ubicación desconocida, persiguió por las montañas a quienes se le opusieron.

La frontera franca se fue expandiendo lentamente hasta que en 795 se creó la marca hispánica uniendo los condados de GeronaCardonaOsona y Urgel, dentro del ducado de Septimania.







El Tributo de las cien vírgenes, o de las cien doncellas, es una leyenda que habría consistido en el reconocimiento por parte del Reino de Asturias de la supremacía del Emirato de Córdoba. Apareció siglos después de su supuesta fecha, para estimular la resistencia cristiana en su lucha contra la invasión islámica.123

La leyenda[editar]

En el año 783Mauregato toma el trono asturiano con la ayuda de Abderramán I, con quien se compromete al pago del tributo de las cien doncellas (vírgenes) por su colaboración.1​ En 788, los condes Arias y Oveco se rebelaron contra el rey Mauregato y lo mataron como venganza de haber otorgado a los moros tal tributo. El rey Bermudo I el Diácono, su sucesor, quiere acabar con el tributo, sustituyéndolo por un pago en dinero. A Bermudo le sucede Alfonso II el Casto (791–842), quien rechaza también el tributo en dinero, y entra en batalla con los moros para evitar su pago, venciendo en la batalla de Lutos y matando al capitán moro Mugait, con lo que consigue su propósito.42

Posteriormente Abderramán II, en tiempos del rey Ramiro I de Asturias, se atreve a pedir de nuevo el tributo.1

Influencia en la ficción[editar]

El tributo es el desencadenante de la acción en diversas obras de ficción, desde el Siglo de Oro hasta la actualidad. Así, contamos entre otras piezas literarias con la comedia de Lope de Vega Las famosas asturianas (1612) y las novelas históricas El tributo de las cien doncellas (1853) de Manuel Fernández y González y La visigoda (2006) de Isabel San Sebastián. Forma parte importante también de la novela "El conde maldito" de Rafael Pérez y Pérez.

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