HISTORIA MEDIEVAL - SIGLO IX
Íñigo Arista (Íñigo Íñiguez a o Íñigo Jímenez b) c (m. 851) fue el fundador de la dinastía Arista-Íñiga, y conde de Bigorra. Aunque tradicionalmente ha sido considerado el primer rey de Pamplona —así como el quinto rey del reino de Sobrarbe6—, hoy muchos historiadores prefieren hablar de «reino en estado latente» para el territorio y sus pobladores que Arista y sus descendientes García Íñiguez y Fortún Garcés acaudillaron entre 824 y 905. 7 Así pues, según esta interpretación estos tres miembros de la dinastía Íñiga fueron más bien caudillos, y no reyes. En cualquier caso, Arista obtuvo el liderazgo con el apoyo de sus parientes, los Banu Qasi, e hizo frente a una expedición franca a la que derrotó en la segunda batalla de Roncesvalles.
Íñigo Arista | ||
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Caudillo pamplonés | ||
![]() Dibujo de Iñigo Arista en el Compendio de crónicas de reyes (Biblioteca Nacional de España) | ||
Ejercicio | ||
810/820-851 | ||
Sucesor | García Íñiguez | |
Información personal | ||
Otros títulos | Conde de Bigorra y Rey legendario de Sobrarbe | |
Fallecimiento | 851 | |
Familia | ||
Dinastía | Dinastía Arista-Íñiga | |
Padre | Íñigo Jiménez/Jimeno Íñiguez | |
Madre | Oneca | |
Regente | García Íñiguez (841-851) | |
Descendencia | Véase Descendencia. |
Familia[editar]
Íñigo Arista fue hijo de Íñigo Jiménez y Oneca. Su madre se casó con Musa ibn Fortún tras la muerte de su padre y, por este matrimonio, fue medio hermano de Musa ibn Musa.8 Pudo estar casado con una hermana del conde aragonés Aznar I Galíndez,9 aunque no se descarta la posibilidad de que fuese polígamo.10
Antecedentes[editar]
En el año 799, el gobernador de Pamplona, Mutarrif ibn Musa, miembro de la dinastía Banu Qasi, fue asesinado en una revuelta ciudadana que puso en el poder a un miembro de la familia Velasco. En el año 806, tanto navarros como pamploneses se sometieron a la autoridad carolingia.11 Ludovico Pío envió una expedición en el año 812 contra Pamplona. A su regreso, los expedicionarios tomaron por rehenes a mujeres y niños para protegerse durante el paso del puerto de Roncesvalles.12
Mandato[editar]
Íñigo Arista llegó al caudillaje pamplonés con el apoyo de la familia Banu Qasi, en fecha indeterminada entre los años 810 y 820. Fue proclamado sobre la peña Oroel, en Jaca, por trescientos caballeros.13 Según Eulogio de Córdoba, se tituló christicolae princeps.14 El parentesco con los Banu Qasi permitió que Íñigo controlara la región comprendida entre Pamplona y los valles pirenaicos de Irati y Hecho.
Alrededor del año 820, ayudó a García el Malo, su yerno, a hacerse con el condado de Aragón y sacudirse el control carolingio.15
En el año 824, Ludovico Pío envió una segunda expedición contra Pamplona encabezada por los condes Eblo y Aznar Galíndez para tratar de restablecer el control franco. Los condes fueron derrotados en la segunda batalla de Roncesvalles por Íñigo Arista, quien recibió el apoyo de su pariente Musa ibn Musa y García el Malo.16 Mientras que Aznar, quizá en virtud de su parentesco con Íñigo, fue puesto en libertad, Eblo fue enviado como prisionero a Córdoba.17
En el año 841 fue víctima de una enfermedad que lo dejó paralítico. Su hijo, García Íñiguez, se ocupó de la regencia hasta la muerte de Íñigo en el año 851.13 Durante la regencia de su hijo, el (futuro) reino de Pamplona colaboró con los Banu Qasi en la sublevación del año 843 contra el califato omeya, sofocada por Abderramán II, que implicó represalias andalusíes en tierras pamplonesas.18
Descendencia[editar]
Por su matrimonio o matrimonios, Íñigo Arista fue padre de:
- Asona Íñiguez, esposa de su tío Musa ibn Musa, medio hermano de Íñigo;19
- García Íñiguez, regente durante la invalidez de su padre y gobernante tras su muerte;19
- Galindo Íñiguez, quizá sobrino de Aznar I Galíndez,20 que fue herido en batalla durante la sublevación de los Banu Qasi 18 y fue padre de Musa ibn Galindo, valí de Huesca;
- Una hija de nombre desconocido casada con el conde García el Malo.
El ataque vikingo a Sevilla, tuvo lugar en el año 844 en época del Emirato omeya de Córdoba. Después de intentar asolar las costas de lo que son los territorios actuales de España y Portugal, una flota vikinga llegó a Sevilla el 25 de septiembre remontando el Guadalquivir, y tomó la ciudad el 3 de octubre. Los vikingos saquearon la ciudad y zonas aledañas. El emir Abd ar-Rahman II de Córdoba movilizó y envió una gran fuerza al comando del hajib (jefe de ministros) Isa ibn Shuhayd para hacer frente a los vikingos. Luego de una serie de enfrentamientos, el ejército musulmán logra vencer a los vikingos el 11 o 17 de noviembre. Sevilla es recuperada, y las tropas vikingas remanentes dejan España. Tras este ataque, los musulmanes refuerzan su ejército y construyen más barcos y fortificaciones militares para proteger la costa. La rapidez de la respuesta militar en 844 y las mejoras subsiguientes en la capacidad de defensa desalentaron en alguna medida ataques subsiguientes de los vikingos, que sin embargo lo vuelven a intentar en el año 859.2
Historiadores tales como Hugh N. Kennedy y Neil Price comparan la rápida respuesta musulmana al ataque en 844 y la construcción con posterioridad de fortificaciones, con las débiles respuestas de los carolingios y anglosajones contemporáneos contra los vikingos.
Antecedentes[editar]
Después de la revolución abasida que derrocó al califato Omeya, los musulmanes de la península ibérica (a la cual los musulmanes denominaban Al-Andalus) declararon en el año 756 un emirato independiente, con capital en Córdoba.7 El emirato gobernado por los omeyas recibió numerosos refugiados que escapaban de la revolución en Medio Oriente, y pronto fue centro de importante logros, descubrimientos y actividad intelectual.7 El ataque del 844 fue la primera incursión confirmada a gran escala de los vikingos en la península.7 Durante este periodo, Al-Andalus estuvo bajo una paz inestable con los cristianos ibéricos y francos del norte, caracterizada por constantes escaramuzas y campañas militares ocasionales en una suerte de región desmilitarizada que se extendía entre ellos.7 Puede que haya habido pequeñas incursiones vikingas al País Vasco a comienzos del siglo IX antes de la expedición que culminó con el ataque a Sevilla.7
Eventos previos al ataque[editar]
Ataque vikingo a La Coruña | ||||
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Parte de Expansión vikinga | ||||
Fecha | 31 de julio de 844 | |||
Lugar | La Coruña | |||
Resultado | Decisiva victoria asturiana8 | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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Bajas | ||||
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La flota vikinga, conformada por aliados de Hastein y Björn Ironside,10 navegaron desde su base en Noirmoutier en el estuario del río Loira en Francia.7 Antes de atacar Sevilla, la flota fue avistada cerca de la costa de Francia y en los ríos franceses (Sena, Loira, y Garona).10 Ellos asolaron Asturias, gobernada por el rey cristiano Ramiro I, pero sufrieron importantes bajas en La Coruña y fueron vencidas por Ramiro en la Torre de Hércules. Luego, la flota navegó hacia el sur y atacaron la costa atlántica. Tomaron la ciudad musulmana de Lisboa en agosto septiembre del 844. La fecha fue indicada como el mes Hijri de Dhu al-Hijjah 229 H, coincidente con el 20 de agosto al 17 de septiembre del 844 11 y la ocuparon durante 13 días, durante los cuales tuvieron varias escaramuzas con los musulmanes.1213 El gobernador de Lisboa, Wahballah ibn Hazm, escribió sobre el ataque al Emir Abd ar-Rahman II de Córdoba, quien era el líder de los musulmanes en la península.142 Luego de partir de Lisboa, los vikingos navegaron con dirección sur y realizaron pillajes sobre las poblaciones españolas de Cádiz, Medina Sidonia, y Algeciras, y posiblemente el pueblo de Asilah controlado por los abásidas en Marruecos.5
Ataque, captura y reconquista[editar]
El 25 de septiembre, los vikingos llegaron cerca de Sevilla luego de remontar el Guadalquivir.5 Establecieron una base en la Isla Menor, una isla defendible en las marismas del Guadalquivir.5 El 29 de septiembre, las fuerzas musulmanas locales enfrentan a los vikingos pero son derrotadas.13 Los vikingos tomaron Sevilla el 1 o 3 de octubre luego de un breve sitio y un combate importante.1314512 Saquearon la ciudad, y según los historiadores musulmanes, le infligieron a sus habitantes los "terrores del encarcelamiento o la muerte" y no perdonaron "ni a los animales de carga".21314 Si bien la ciudad de Sevilla que no estaba amurallada fue capturada, su ciudadela fue retenida por los musulmanes.12 Los vikingos intentaron sin suerte prender fuego a la gran mezquita que recién había sido construida en la ciudad.15
Cuando Abd ar-Rahman II se entera de la caída de Sevilla moviliza sus tropas bajo el liderazgo del hajib, Isa ibn Shuhayd.14 Convoca a los gobernadores de las regiones vecinas para incorporar a sus hombres a la fuerza para enfrentar la invasión.14 Se reunieron en Córdoba, y luego marcharon hacia Axarafe (actual Aljarafe), una colina cerca de Sevilla, donde Isa ibn Shuhayd emplaza su cuartel principal.14 Un contingente liderado por Musa ibn Musa al-Qasi, líder del principado semi independiente de Banu Qasi ubicado al norte, se une a estas fuerzas a pesar de la rivalidad política existente entre Musa ibn Musa y Abd ar-Rahman, desempeñando un importante rol en la campaña.216
Durante los días subsiguientes, ambos bandos se enfrentan en numerosas ocasiones, con resultados diversos.412 Finalmente los musulmanes consiguieron una importante victoria el 11 o 17 de noviembre en Talyata.12417 Según las fuentes musulmanas entre 500 a 1000 vikingos murieron y 30 naves vikingas fueron destruidas.45 (Los musulmanes utilizaron fuego griego, un líquido incendiario lanzado con catapultas, para quemar las naves de los invasores.5) Las fuentes musulmanas indican que los comandantes vikingos fueron matados y por lo menos unos 400 hombres fueron capturados, muchos de los cuales fueron ahorcados de la palmeras de Talyata.54 Los vikingos restantes se retiraron hacia sus naves y navegaron aguas abajo por el río mientras que los habitantes de las zonas en las costas los acosaban lanzándoles piedras.3 Pronto los vikingos ofrecieron canjear parte del botín y prisioneros capturados por ropas, comida, y poder continuar su curso sin ser molestados.53 Posteriormente, se reunieron con el resto de la flota en la costa. La flota debilitada, perseguida por las naves de Abd ar-Rahman, dejó la península ibérica luego de un breve ataque contra Algarve.5
Hechos posteriores[editar]
La ciudad de Sevilla y sus suburbios quedaron en ruinas.12 La destrucción producto de los ataques vikingos aterrorizó a los habitantes de Al-Andalus.12 Abd ar-Rahman ordenó nuevas medidas para defender a la ciudad ante posibles ataques.12 Creó un nuevo arsenal naval (dar al-sina'a) en Sevilla y construyó muros alrededor de la ciudad y en otros asentamientos.2 Se construyeron naves y armas, y se reclutaron tropas y marineros, y se estableció una red de mensajeros para distribuir información en caso que se produjeran nuevos ataques.126 Estas medidas fueron adecuadas para frustrar los subsiguientes ataques vikingos en 859 y 966.2
Gran parte de los vikingos navegaron de regreso a Francia, y su derrota por las tropas andaluzas puede haberlos desalentado de intentar nuevos ataques a la península en forma inmediata.5 Al año siguiente los vikingos enviaron una embajada a la corte de Abd ar-Rahman, quien a su vez envió al poeta Yahya ibn al-Hakam (apodado Al-Ghazal, "la gacela") como embajador a los vikingos.518 Además, algunos de los atacantes se quedaron en la región, se convirtieron al Islam, y se convirtieron en comerciantes de queso.2
Registros históricos[editar]
Existen relatos del ataque vikingo en las obras de historiadores musulmanes, incluidos Ibn al-Qūṭiyya de Córdoba (d. 977), Ibn Idhari (escribió hacia 1299, copiando fuentes del siglo X, y al-Nuwayri (1284–1332).10 Según el calendario islámico, el ataque ocurrió en el año hijri 230.19 En las fuentes musulmanas, los vikingos eran mencionados por el epíteto los Majus ("adorador del fuego": un término inicialmente utilizado para hacer referencia a los Zoroastras en el Este).105 Dado que la flota vikinga atacó el reino cristiano de Asturias antes de atacar Sevilla, las crónicas españolas también poseen registros de la expedición y ataque vikingo.
La batalla de Clavijo es un una de las más célebres batallas de la Reconquista, dirigida por el rey Ramiro I de Asturias y capitaneada por el general Sancho Fernández de Tejada contra los musulmanes. Se habría producido en el denominado Campo de la Matanza, en las cercanías de Clavijo, La Rioja (España), fechada el 23 de mayo del año 844.1 Sus características míticas (la intervención milagrosa del apóstol Santiago), su condición de justificación del Voto de Santiago, y la revisión que desde el siglo XVIII supuso la crítica historiográfica de Juan Francisco Masdeu, la han hecho ser considerada en la actualidad más bien una batalla legendaria, cuya inclusión en las crónicas se debería al arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, y que incluiría, mezclándolos y mitificándolos, datos de otras batallas de diferentes momentos y localizaciones,2 aunque es, a grandes rasgos, la mitificación de la segunda batalla de Albelda.3
Según el Diccionario de Historia de España, "la existencia de esta batalla ni siquiera se plantea a un historiador serio".4 La idea de una Batalla de Clavijo, con Santiago Matamoros, fue producto de la imaginación de una persona, un mistificador, si se quiere, cuya identidad no sabemos, aunque no era del siglo VIII ni IX. Sin embargo, la batalla fue celebrada como un elemento de conformación de la historia nacional española5 (y para esto fue creada).
Lo que sí sabemos, por la Crónica Najerense, es de campañas de Ramiro contra los árabes, mientras que las crónicas de Abderramán II hablan de campañas moras en Álava, pero unas y otras coinciden en las fuertes luchas en el área riojana. Más concretamente, las fuentes asturleonesas cuentan que Ordoño I, el hijo de Ramiro I, cercó la ciudad de Albelda y estableció su base en el monte Laturce, es decir, el mismo lugar donde la leyenda sitúa la batalla de Clavijo. Y los hallazgos arqueológicos no dejan lugar a dudas: en Albelda se combatió, y mucho,[cita requerida] aunque noticia de la supuesta batalla de Clavijo, supuestamente ya famosa, no apareció en ninguna fuente hasta siglos después de su supuesta fecha. También es la referencia histórica que Enrique IV y posteriormente el resto de monarcas han empleado para la creación y confirmación de privilegios al Antiguo e Ilustre Solar de Tejada, único señorío que se ha mantenido desde entonces hasta la actualidad.
Descripción[editar]
La batalla tendría su origen en la negativa de Ramiro I de Asturias a seguir pagando tributos a los emires árabes, con especial incidencia en el tributo de las cien Doncellas. Por ello las tropas cristianas de Ramiro, capitaneadas por Sancho de Tejada, irían en busca de los musulmanes, con Abderramán II al mando, pero al llegar a Nájera y Albelda se verían rodeados por un numeroso ejército árabe formado por tropas de la península y por levas que provendrían de la zona que se corresponde actualmente con Marruecos, teniendo los cristianos que refugiarse en el castillo de Clavijo en Monte Laturce.
Las crónicas[¿cuál?] cuentan que Ramiro I tuvo un sueño en el que aparecía el Apóstol Santiago, asegurando su presencia en la batalla, seguida de la victoria. Al día siguiente, el 23 de mayo de 844, los ejércitos de Ramiro I, animados por la presencia del Apóstol guerrero montado en un corcel blanco se enfrentaron al ejército musulmán. Sancho, sus trece hijos, 12 caballeros galicianos y los hombres de Ramiro obtienen una victoria enorme que libera a los Cristianos de pagar el ignominioso tributo de las cien doncellas “cincuenta nobles para tratar casamiento con ellas y las otras cincuenta para mancebas”.6
Tras la victoria, en honor al Apóstol Ramiro ordena levantar la Iglesia del Bendito Santiago y otorga a Sancho ciertos privilegios además del apellido de Tejada en recuerdo de la rama de un tejo que utilizó como arma cuando se rompió su lanza en el combate y que blandía valientemente arengando a sus tropas en un último esfuerzo..
Voto de Santiago[editar]
El día 25 de mayo en la ciudad de Calahorra (el año no se especifica) Ramiro habrá dictado el voto de Santiago, comprometiendo a todos los cristianos de la Península a peregrinar a Santiago de Compostela portando ofrendas como agradecimiento al Apóstol por su también supuesta intervención e imponiendo un impuesto obligatorio a la Iglesia. No obstante, al igual que el mito, la supuesta donación de Ramiro a la Iglesia tampoco es auténtica, y fue instituida realmente en el siglo XII.7
Con este suceso, el Apóstol se convirtió en símbolo del combate contra el islam, y se le reconoció desde entonces como Santiago Matamoros.
Leyenda[editar]
El motivo de la creación de esta leyenda habría sido animar a la población a luchar contra los musulmanes, para poder contrarrestar el espíritu de guerra santa con la que luchaban éstos y que les conseguía el Paraíso.[cita requerida]
La primera crónica que cita esta legendaria aparición fue narrada (hacia 1243) por Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo.
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