En agosto de 1428, titulándose «pintor de la Ciutat de Valencia» y de la casa «del senyor rei», fue enviado por Alfonso V al reino de Castilla, lo que le originó algunos gastos no especificados por los que se le abonaron 330 sueldos.7 Aunque se ignora el motivo y recorrido del viaje, se ha pensado que pudiera haberse encontrado en él con Jan van Eyck, que entre octubre de 1428 y diciembre de 1429 viajó de Borgoña a Lisboa para retratar a Isabel de Portugal, prometida del duque Felipe III de Borgoña.89 Tres años después, en septiembre de 1431, el rey Alfonso el Magnánimo ordenó el pago de 100 florines al pintor para que viajase a Flandes. Se desconoce de nuevo el motivo del viaje y su duración, pero se ha pensado que pudiera estar relacionado con la adquisición de tapices para el monarca pues el mismo día se pagaron 50 florines al maestro tapicero Guillem Ovexe para que retornase a su tierra en el condado de Flandes.10
Las influencias en la obra de Dalmau del Políptico de Gante de Jan van Eyck, expuesto en Brujas hasta mayo de 1432, y de la Virgen del canónigo Van der Paele, concluida en 1436, hacen pensar que la estancia en Flandes se prolongase hasta este último año, cuando se le documenta de nuevo en Valencia encargado de la decoración de una tienda que había hecho levantar Alfonso V en la ciudad.11 En septiembre firmó carta de pago por una Anunciación pintada para el altar del castillo de Játiva y en febrero de 1437 cobró por un San Miguel que había pintado con destino a la misma tienda del rey en Valencia.12 Se le pierde luego la pista hasta 1443, cuando ya en Barcelona contrató el retablo de la Virgen dels Consellers, la primera de sus obras conservadas.11
En noviembre de 1447 y en compañía de otro pintor valenciano, Bartomeu Almenara, se encontraba en San Baudilio de Llobregat quizá con objeto de informar sobre la construcción del retablo de su iglesia parroquial cuya pintura contrató un año después. La tabla central de este retablo de San Baudelio, oculta bajo repintes barrocos, fue descubierta en 1964 por Joan Ainaud de Lasarte al proceder a su restauración.13 Obra importante hubo de ser el retablo de la capilla de San Antonio en la iglesia de Santa María del Mar, contratado en 1449, al que siguieron algunos otros encargos perdidos, como el del retablo de Santa Cecilia para la parroquial de Mataró, contratado en 1459, y el retablo mayor del convento de Sant Agustí Vell de Barcelona, por el que la cofradía de los curtidores se comprometía a pagarle la desusada suma de 1100 libras, aunque quien finalmente se haría cargo de él sería Jaume Huguet, probablemente por muerte de Dalmau.14 Todavía en 1460 cobró del rey Juan II de Aragón diversas cantidades por obras menores, como la pintura de unos pendones de trompetas, una cubresillas con las armas reales y dos guarniciones de caballos. En marzo de 1461 nombró árbitro para mediar en la disputa que tenía con el pintor de Barcelona Gaspar Gual, con el que se había asociado para pintar los pendones de las trompetas y banderas de la nave real, interrumpiéndose a partir de entonces las noticias relacionadas con él, ausente en el momento de darse lectura a la resolución arbitral que ponía fin a este pleito, el 4 de abril de 1461.15
Dos son únicamente las obras documentadas a nombre de Dalmau que se han conservado: la Virgen dels Consellers, encargo del Consejo de Ciento de la ciudad de Barcelona, y la tabla central del retablo de San Baudilio.
El 4 de septiembre de 1443, según acta de la reunión del Consejo de Ciento, los consejeros acordaron encargar un retablo de Nuestra Señora para la capilla de la Casa de la Ciudad a «lo millor e pus abte pintor qui encerchar de trovar se posqués».16 Firmado «SUB ANNO MCCCCXLV PER LUDOVICUM DALMAU FUIT DEPICTUM», la aparición de la firma en el siglo XIX hizo posible el reconocimiento de la valía artística del pintor.5 Conservado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el retablo de la Virgen dels Consellers muestra claras influencias de la pintura flamenca tanto en cuanto a técnica, con la introducción del óleo,17 como en los motivos simbólicos y en la calidad de los retratos de los consellers, protegidos por Santa Eulalia y San Andrés, que conforme al contrato debían reflejar fielmente los rasgos reales de los retratados.4 Superando los estilemas del gótico internacional y a pesar de que el contrato establecía que los fondos debían ser de oro, Dalmau iba a sustituir por vez primera el fondo dorado por un paisaje visible en la lejanía, bajo arcos y tracerías góticos, rasgo de modernidad contrarrestado por alguna incoherencia en la creación del espacio.18
El contrato para la pintura del Retablo de san Baudilio destinado a la iglesia parroquial de San Baudilio lo firmó con los obreros del templo en septiembre de 1448. La tabla central, única conservada en su lugar aunque mucho tiempo oculta bajo repintes barrocos, muestra en pie y de cuerpo entero al santo diácono, sobre un enlosado en perspectiva magistralmente resuelto, pero con abundantes oros en fondos y dalmática propios de un estilo anterior y ya superado en la Virgen dels Consellers.19 A este mismo retablo perteneció otra tabla con la Decapitación de san Baudilio. Puesta por Chandler R. Post en relación con el círculo de los Vergós,20 en mayo de 2017 se ha incorporado al MNAC procedente de la colección Barraquer de San Felíu de Guixols.21
A partir de esta tabla, y a pesar de notables diferencias, se ha puesto también en relación con el mismo retablo una tercera pieza que podría representar el juicio de San Baudilio por el rey, conservada en la colección de Hans Rudolf Gerstenmaier, con la que en 2001 se expuso como San Esteban conducido ante el rey y de escuela catalana del siglo XVI.22
Se ha relacionado también con Dalmau la pintura mural del arcosolio de la sepultura de Sancha Ximenis de Cabrera en la catedral de Barcelona, obra de Pere Oller. Aunque la diferencia de soporte en relación con las restantes obras conservadas hace difícil la comparación no se trataría de la única pintura mural ejecutada por Dalmau, pues consta que en 1454 contrató la pintura de unos ángeles de piedra y el dorado y policromado de la pared de la capilla de San Telmo en el desaparecido convento de Santa Clara de Barcelona.
Nicolò Delli, llamado en España Nicolás Florentino (Florencia, 1413 - Valencia, 1470) fue un pintor italiano del estilo gótico internacional que trabajó en España, en concreto en el reino de Castilla. Se ha considerado tradicionalmente que los hermanos Nicolás y Dello Delli pintaron la bóveda del Juicio Final y el retablo mayor de la Catedral Vieja de Salamanca, aunque es cuestión controvertida.
Nicolás perteneció a una familia de pintores, pues también lo fueron sus hermanos Dello Delli y Sansone Delli. Durante mucho tiempo se pensó que Dello Delli y Nicolás Fiorentino eran la misma persona, pero actualmente se considera que son dos personas distintas.
Nicolás Delli empezó como aprendiz de pintor en 1430 en Florencia. Se supone que partió a España en 1442, pues por entonces desaparece del censo florentino. Entre 1442 y 1445 trabaja en Salamanca, junto a sus hermanos Dello y Sansone, en el retablo de la catedral vieja, realizando los últimos cinco paneles, motivo por el que fue considerado el artista más capaz para pintar los frescos de la bóveda con el tema del Juicio Final, firmando el contrato el día 15 de diciembre de 1445.
Se le encargó la realización de una tabla en la que estuviera Isabel de Hungría para el convento de San Francisco y Santa Isabel de Salamanca.
En 1446 trabaja en la localidad vecina de Cantalapiedra , donde, gracias a un documento, se sabe que acogió como aprendiz a un niño de Ávila. Su hermano Sansone firma el contrato en su nombre, debido a su ausencia temporal. Trabaja también para la iglesia de San Pedro en Calvarrasa de Abajo, un pequeño pueblo a diez kilómetros de Salamanca, donde probablemente realiza un retablo sobre la Vida de la Virgen y la Infancia, la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y sobre el tema hagiográfico de San Martín.
En septiembre de 1469 la curia catedralicia de Valencia manda a Castilla al procurador Joan Ridaura para contratar a Nicolás, para que restaurara los frescos del altar mayor de la catedral, afectados por un incendio. La curia le propone, como primera tarea, una Adoración de los Magos, para la Sala Capitular. No obstante, tuvo dificultades para empezar la obra puesto que enfermó. Recayó el 12 de febrero de 1470.
El 11 de julio de 1470, la curia catedralicia fija como retribución 150 monedas como precio por la ejecución del fresco de la Sala Capitular, pero el artista, gravemente enfermo, no pudo terminar la obra, por lo que se contrató a otros dos pintores, Baro y Juan de Oliva, para que lo acabasen. En noviembre de 1470, el estado de salud de Nicolás Florentino empeora gravemente y muere pocos días después. En marzo de 1471 su guardarropa y parte de sus bienes son vendidos al público por la curia catedralicia de Valencia para pagar sus deudas.
Bernardo Despuig (documentado a partir de 1383 y muerto en Barcelona en 1451) fue un pintor gótico catalán, colaborador de Jaume Cirera, con quien trabajó durante el segundo cuarto del siglo XV. Su obra conjunta Lucha entre ángeles y demonios se encuentra expuesta actualmente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
- Retablo de San Pedro y San Miguel Arcángel (1432 - 1433) para la iglesia de Sant Miguel de la Seo de Urgel en colaboración con Jaume Cirera.
- Retablo de San Juan Bautista y San Miguel (primera mitad del siglo XV), en San Lorenzo de Morunys, en colaboración con Jaume Cirera.
Retablo de San Miguel de la Seo de Urgel.
Biografía y obra[editar]
Formado probablemente en Castilla y en relación con los talleres de Ávila y Burgos, pero influido también por Bartolomé Bermejo y sus monumentales figuras, se le documenta con vecindad en Tudela en 1487, al contratar junto con Diego de Águila la pintura del retablo mayor de la catedral de Tudela. En 1489 renovó el contrato, ya en solitario, y dio por concluido el trabajo en 1494.1 Formado por doce tablas con escenas de la vida de la Virgen distribuidas en las cuatro calles laterales, banco, con el Lavatorio de Pilatos, la Dolorosa, Cristo Varón de Dolores con ángeles, María Magdalena y la Flagelación, medallones con los bustos de los Apóstoles en el sotabanco y guardapolvos con imágenes de patriarcas y profetas, muestra en el tratamiento escultórico de las figuras y en la abundancia de oros realzados sobre estuco la influencia de Bermejo, interpretado con la rudeza del maestro de Ávila, a la vez que la utilización de grabados de Martín Schongauer como fuente de inspiración de las historias evangélicas.2
El mismo año de la consagración del retablo de Tudela, el 4 de mayo de 1494, cobró del concejo por platear las varas del palio para la recepción en Tudela de los reyes Juan de Albret y Catalina de Foix. Debió de pasar luego a Tarazona donde su estilo se reconoce en el retablo de Santiago de su catedral y en la tabla del Martirio de San Andrés del Museo de Navarra, procedente del retablo de su capilla en la misma iglesia catedral de Tarazona. En octubre de 1498 cobró del cabildo de la catedral de Huesca por el dorado de la clave mayor y laterales de la bóveda catedralicia. Solo un mes después, encontrándose repentinamente enfermo, dictó su testamento, diciéndose Pedro dubiedo, imaginario si quiere pintor, vecino de Tudela y residente en Huesca.3 Podría corresponder a este momento la pintura del primitivo retablo mayor de la iglesia de San Lorenzo de Huesca, del que se conservan dos de las tablas del banco, con el Lavatorio de Pilatos y el Ecce Homo (Museo Diocesano de Huesca) y las dos grandes tablas laterales, dedicadas a los padres del santo titular, San Orencio y Santa Paciencia (colección BBVA), figuras monumentales claramente deudoras de Bermejo en tanto los rostros caricaturescos de las tablas del banco, como los niños que juguetean en el trono de santa Paciencia, parecen derivar de estampas de Israel van Meckenem.3
No rompió en este tiempo su relación con Navarra, para la que pintó en 1500 el perdido retablo mayor de la iglesia de Santa Ana de Buñuel, concluido en 1502, que no resultó del agrado de los vecinos según testimonia la documentación conservada en el archivo de protocolos de Tudela.4 Finalmente, de nuevo en Tudela, el 12 de marzo de 1509 contrató el último de sus trabajos documentados: el retablo de la capilla que mosén Marco Miguel Garcés, canónigo de Tarazona, tenía en la iglesia de Cascante, ahora en la basílica de Nuestra Señora del Romero de la misma localidad. Dedicado a san Marcos, el retablo, por el que en diciembre de 1510 cobró diez ducados de oro viejos,5 es probablemente fruto de la colaboración con Pedro de Miranda, documentado como fiador, o de algún otro discípulo del fecundo taller que mantuvo, como testimonia la abundancia de obras de desigual factura que con él se pueden relacionar, como el retablo de la Visitación de la iglesia de Los Arcos o el del Cristo de Caparroso de la catedral de Pamplona.
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