SIGLO XV EN ESPAÑA
Alfonso Carrillo de Acuña ( c. 1435-c. 1510), noble castellano, perteneciente a la Casa de Carrillo, era hijo de Gómez Carrillo de Acuña y bisnieto materno del rey Pedro I de Castilla.
Familia[editar]
Alonso Carrillo de Acuña fue hijo primogénito de Gómez Carrillo de Acuña, camarero mayor del rey Juan II de Castilla, miembro del Consejo Real y repostero del príncipe Enrique,2 y de María de Castilla, hija de Diego de Castilla, nieta del rey Pedro I y camarera mayor de la reina María de Aragón,3 quien, como dote por su matrimonio en 1434, le hizo merced Mandayona, señorío heredado posteriormente por Alonso.4 Era nieto de Lope Vázquez de Acuña4 y sobrino de Alfonso Carrillo de Acuña, arzobispo de Toledo y canciller mayor de Castilla en tiempos de los Reyes Católicos.1
Vida[editar]
En 1469 negoció con el futuro cardenal Pedro González de Mendoza el trueque del señorío de Mandayona, de Jadraque con el Castillo del Cid3 y de gran parte de sus bienes a cambio de la villa de Maqueda y la adquisición de los derechos sobre la alcaldía mayor de la ciudad de Toledo.5 El señorío de una villa más cercana a la Ciudad Imperial le permitió afianzar su posición como miembro de la oligarquía toledana, cuyos réditos se contemplan en el acceso en 1473 a una de las regidurías.
En 1482, vendió la villa de Mandayona junto con su fortaleza, un molino y varios lugares a Brianda de Castro, esposa de Íñigo de la Cerda.5 Posteriormente, vendió en 1483 a Gutierre de Cárdenas, comendador mayor de León, la jurisdicción sobre la villa de Maqueda por dieciséis millones de maravedíes.6 Estos los prestaría a los Reyes Católicos con motivo de la guerra de Granada, tras la firma de unos capítulos por los que los monarcas se comprometían a la concesión del señorío sobre mil vasallos y seiscientos mil maravedíes de renta. Establecidas en inicio dichas rentas sobre la tierra y arzobispado de Sevilla, su incumplimiento llevó a la entrega compensatoria del señorío sobre las villas de Caracena e Inés en 1489.7
No obstante, la pobreza de sus nuevos señoríos le movió a incrementar la presión fiscal, lo que fue el origen de pleitos varios con sus vasallos. En este sentido prohibió la saca o venta de pan fuera del alfoz de la tierra de Caracena si no era con una licencia que él debía conceder y por la cual debían pagar los vecinos. Hacia 1498, los campesinos enviaron a los Reyes Católicos un memorial donde detallaban todos los agravios. En 1499 la Real Chancillería de Valladolid dictó sentencia en su contra, aunque el castigo fue moderado.8
En 1508, finalmente, fue desposeído del señorío de las villas de Caracena e Inés en favor de su primogénito Gómez Carrillo, con quien ya había mantenido pleito por la disputa del mayorazgo sobre el señorío de Pinto que su esposa Leonor de Toledo, en su testamento otorgado en Toledo el 10 de noviembre de 1487, el año en que falleció, había fundado a favor de su hijo Gómez9 con la condición y obligación de entregar 50 000 maravedís anuales a su hermano menor, Pedro Súarez de Toledo, importe que se incrementaría a 150 000 si Gómez también heredara los bienes de su padre.10
Triste destino el de Alonso Carrrillo que al final de su vida se veía despojado de todo su patrimonio. Fue señor de Jadraque, Mandayona y de otros lugares alcarreños, de Maqueda, que obtuvo por cambio, de Caracena e Inés por donación de los Reyes Católicos, y de Pinto por su matrimonio. En 1509, en el ocaso de su larga existencia, nada le quedaba. Los trueques, las ventas, y sobre todo, sus abusos y brutalidad fueron las causas de su ruina.11
No se conoce la fecha de su defunción. La última vez que aparece en la documentación fue en 150911 y probablemente falleció poco después.
Matrimonio y descendencia[editar]
Alonso Carrillo de Acuña se unió en matrimonio en 1456 con Leonor de Toledo, V señora de Pinto, hija del regidor Pedro Suárez de Toledo, IV señor de Pinto, y de su cónyuge Juana de Guzmán,12 nieta paterna de Fernán Álvarez de Toledo el Viejo, I señor de Higares, hijo de Fernán Álvarez de Toledo y de su mujer Teresa de Ayala, II señora de Pinto,13 y nieta materna de Pedro Suárez de Toledo y de su esposa Leonor de Guzmán.14 Leonor aportó como dote tres millones de maravedíes y aunque fuera hermana del alguacil mayor García Álvarez de Toledo, ella fue la heredera del padre quien con su esposa eran miembros de la oligarquía toledana.
El matrimonio fueron padres de cuatro hijos:
- Gómez Carrillo de Acuña y Toledo (n. 1457) fue señor de Caracena, de Ines y de Pinto.15 Se casó en tres ocasiones: la primera vez con Aldonza Manrique, de la casa de los condes de Osorno; la segunda con Beatriz Sarmiento, hija de los condes de Salina; y la tercera vez con María de Ayala, hija de Fadrique de Zúñiga y Sotomayor y de María de Ayala, hermana del III conde de Fuensalida.16
- Pedro Suárez de Castilla,17 fue veinticuatro de Sevilla.
- Antonia Carrillo, monja en el monasterio franciscano de Santa Isabel de los Reyes en Toledo.15
- Teresa Carrillo de Castilla, casada con Álvaro de Mendoza y Luna, III señor de La Torre de Esteban Hambrán desde 1502, hijo de Íñigo López de Mendoza, II duque del Infantado,16 y de su esposa María de Luna y Pimentel. Recibió 2,5 millones de maravedís como dote para su matrimonio.
Orígenes familiares[editar]
Fue hija ilegítima del rey Enrique II de Castilla y de Beatriz Ponce de León. Por parte paterna fueron sus abuelos el rey Alfonso XI de Castilla y Leonor de Guzmán. Por parte materna era nieta de Pedro Ponce de León "el Viejo", señor de Marchena, y de Beatriz de Jérica. Fue hermana de Fadrique de Castilla y Ponce de León, I duque de Benavente.
Biografía[editar]
Se desconoce su fecha de nacimiento. Fue I señora de Niebla por su matrimonio en 1390 con Juan Alonso Pérez de Guzmán, IV señor de Sanlúcar de Barrameda y I conde de Niebla.
Del matrimonio de Juan Alonso Pérez de Guzmán con Beatriz de Castilla nacieron:
- Enrique de Guzmán, V señor de Sanlucar, II conde de Niebla, II señor de Lepe y La Redondela;
- Alfonso Pérez de Guzmán Castilla, II señor de Ayamonte, III señor de Lepe y de Redondela señor de Ayamonte;
- Juan Alonso Pérez de Guzmán, el Póstumo, I señor de Beniájar y de la Torre de la Reina, casado con Leonor López de Hinestrosa, hija de Ruy Gutiérrez de Hinestrosa, señor de la villa de Teba, alcalde mayor de Toledo, y de Leonor López de Córdoba, camarera mayor de la reina Catalina de Lancáster, hija de Martín López de Córdoba, maestre de la Orden de Calatrava y de la Orden de Alcántara, progenitores de los condes del Menado.
A la muerte de su esposo en 1396, se retiró al monasterio de San Clemente de Sevilla, donde posteriormente profesó como religiosa y falleció en 1409.1
Sepultura[editar]
Fue sepultada en el Real monasterio de San Clemente de Sevilla y tal y como había dispuesto en su testamento. Sobre su tumba se halla colocada una lámpara del siglo XV que durante años alumbró su sepultura.
Aldonza de Castilla (1382-1449), III señora de Aguilar de Campoo y Castañeda, fue hija de Juan Téllez de Castilla (1359-1385), II señor de Aguilar de Campoo y nieta del infante Tello de Castilla, hijo natural del rey Alfonso XI de Castilla, su madre fue la riquísma Leonor de la Vega, señora de la Casa de la Vega.
Biografía[editar]
Tras la prematura muerte de su padre en la Batalla de Aljubarrota, su madre contrajo nuevas nupcias con Diego Hurtado de Mendoza, señor de Hita y Buitrago, teniendo por hijo de este segundo matrimonio al célebre Íñigo López de Mendoza, I marqués de Santillana.
Casó Aldonza con el poderoso noble castellano Garci IV Fernández Manrique de Lara, señor de Isar y, desde 1430, I conde de Castañeda por merced del rey Juan II de Castilla, del hijo primogénito de este matrimonio procede la casa de los marqueses de Aguilar de Campoo uno de los linajes más destacados de la Grandeza de España.
Tuvo esta señora de Aguilar y condesa de Castañeda importantes diferencias con su madre y con los hijos del segundo matrimonio de Leonor de la Vega, los Mendoza, en especial protagonizaron un importante conflicto por la posesión del señorío de Liébana que había pertenecido a su padre Juan Téllez de Castilla y del cual su madre se apropió para entregarlo a su medio hermano, el marqués de Santillana, dando lugar en primer lugar a una guerra nobiliaria y posteriormente a diversos pleitos entre los descendientes de ambos, los marqueses de Aguilar de Campoo y los duques del Infantado, que no quedaron resueltos hasta finales del siglo XVI.
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