SIGLO XV EN ESPAÑA
Francesc de Verntallat (Sant Privat d'en Bas, 1426 o 1428-San Feliu de Pallarols,1498 o 1499) fue un campesino acomodado catalán, miembro de la pequeña nobleza, que capitaneó el ejército remensa durante la primera guerra remensa —que se solapó con la Guerra Civil Catalana— por lo que al final de la misma fue recompensado por el rey Juan II de Aragón con el título de vizconde de Hostoles. Durante la segunda guerra remensa se mantuvo al margen, encabezando a los remensas moderados partidarios del solucionar el conflicto remensa por la vía de la mediación de la monarquía catalano-aragonesa, que finalmente se produjo con la Sentencia arbitral de Guadalupe dictada en 1486 por el rey Fernando II de Aragón.1
Según Jaume Vicens Vives, Verntallat fue «el alma del movimiento remensa, y quien, con un innegable sentido del oportunismo, lo llevó al triunfo bajo Juan II y Fernando el Católico».2 Por su parte César Alcalá destaca su papel militar pues gracias a su intervención durante la primera guerra remensa, «se consiguió formar compañías militares bien organizadas y disciplinadas».
Biografía[editar]
Era descendiente de la familia de los Puigpardines. El apellido de Verntallat con el que fue conocido procedía del nombre del mas del que era propietario en Sant Privat d'en Bas (un municipio que en el siglo XX fue absorbido por Vall de Bas, en la comarca de La Garrocha). 4Era el segundo hijo del segundo matrimonio de su padre, Francesc Puigpardines, que era un campesino remensa rico ―poseedor de varios ‘’masos’’ en Sant Privat d’en Bas y Sant Feliu de Pallerols― y que ostentaba la dignidad de donzell por lo que pertenecía a la pequeña nobleza campesina catalana.56
En febrero de 1446 se casó con Joana Noguer, perteneciente también a una familia de campesinos remensas acomodados. Tuvieron dos hijos, Miquel-Grau y Leonor. Habitó en el manso de los Noguer (Batet de la Serra) durante unos años, donde se dedicó al trabajo de la tierra.78
Primera guerra remensa y sus consecuencias[editar]
Encabezó la rebelión campesina que en febrero de 1462 dio inicio a la primera guerra remensa. El motivo de la sublevación fue la actitud de los señores feudales que, aprovechando la recuperación de su posición de fuerza tras la firma de la Capitulación de Vilafranca, estaban intentando cobrar de nuevo los malos usos dejados en suspenso por la sentencia interlocutoria de Alfonso el Magnánimo de 1455.9
La reina Juana Enríquez, Lugarteniente General de Cataluña en nombre de su hijo el «primogénito» don Fernando, se puso en contacto con él para alcanzar una tregua tras el fracaso de las medidas represivas que había ordenado desde Gerona.1011 Más tarde la reina solicitó su ayuda para hacer frente al ejército reclutado por la Diputación del General de Cataluña al mando del conde de Pallars que desde Barcelona se dirigía a Gerona con la finalidad de apoderarse de la reina y del «primogénito» el príncipe Fernando. Así Verntallat fue nombrado capitán real y su ejército remensa pasó a ser considerado parte el ejército real. La forma de reclutar este ejército remensa era que de tres campesinos solo uno tomaba las armas mientras que los otros dos aportaban el dinero para su sostenimiento. De ahí el nombre de «la armada de tres hogares por hombre» con que se lo conoció. Su consigna fue «Monarquía, paz, justicia y concordia» y su propósito defender al rey para que pudiera dar «el derecho de la verdadera justicia a quien la tuviera» en el conflicto que mantenían los remensas con sus señores.121314
Sellada la alianza, Verntallat al mando de 300 hombres se dirigió desde la Montaña de Gerona, su base de operaciones, hacia Hostalrich, plaza estratégica situada entre Barcelona y Gerona, para cerrar el paso a las tropas de la Diputación, mientras que otro grupo de remensas, comandados por Jaime Molas, se dirigía a Gerona para defender la ciudadela de la Força Vella, donde se refugiarían la reina Juana, el príncipe Fernando y sus partidarios si las tropas del conde de Pallars lograban entrar en la ciudad.15 Estos contingentes de remensas de la Montaña leales a Juan II pronto fueron conocidos como «verntallats», por el nombre de su capitán.16
Sin embargo Verntallat fue derrotado cerca de Hostalric, que había sido tomada el 23 de mayo por una avanzadilla del ejército de la Diputación. Así que el conde de Pallars ya no encontró ningún obstáculo para plantarse a las puertas de Gerona.1217
En 1463 los remensas al mando de Verntallat se apoderaron del castillo de Hostoles, convirtiéndose a partir de entonces en uno de los núcleos vitales de la revuelta.18
En cuanto a la contribución del ejército de Verntallat al bando realista durante la guerra civil catalana, según Vicens Vives, «no puede exagerarse la importancia de la intervención de las huestes de Verntallat al lado de Juan II, y afirmar que la misma fue decisiva… pero, sin embargo, no debe olvidarse que se trata de un factor de positiva influencia en el curso de las operaciones militares en el Ampurdán, influencia que creemos poder concretar en los tres hechos siguientes: defensa de Gerona; amenaza constante contra las posiciones del General en el Ampurdán y La Selva, y garantía de los pasos de la Montaña para las tropas reales. En conjunto, el país dominado por los remensas fue un baluarte realista, de gran solidez, en el curso de toda la campaña».1920
Tras la conquista por las fuerzas realistas del Ampurdán le fue entregado en diciembre de 1471 Olot a Verntallat como recompensa a su contribución a la victoria en la guerra y este inmediatamente decretó la abolición de los malos usos y otros derechos señoriales. 21 Como ha señalado Vicens Vives, «el caudillo de la Montaña había cumplido su palabra, sin desmayar una sola vez, ni apartarse una línea de su propósito. Los remensas, asimismo, habían actuado como buenos soldados».22
Finalizada la Guerra Civil Catalana, Juan II recompensó en 1474 a Verntallat por su apoyo con el título de vizconde d'Hostoles. Verntallat al principio de la guerra ya había recibido del rey los bienes de los señores rebeldes del vizcondado de Bas. Años más tarde, ya bajo el reinado de Fernando el Católico, Verntallat recibiría varias casas de la calle de Regomir de Barcelona.2324
Pero por otro lado Juan II tomó las medidas necesarias para que los castillos y plazas fuertes que los remensas habían conquistado durante la guerra en su nombre les fueran devueltas a él o a sus señores. Así en 1473 obligó a Verntallat y a Pere Joan Sala a que cedieran el castillo de Finestres al señor de Sant Pau. Como ha señalado Vicens Vives, «la monarquía recelaba, con toda evidencia, de la posible utilización de estas defensas por los payeses con fines particulares».25
Sin embargo, Juan II mantuvo su posición anterior contraria a que los campesinos hicieran efectivas las prestaciones debidas por los malos usos aunque cuando los remensas se negaron a realizar cualquier tipo de pago a sus señores intervino para obligarles a hacerlo. Fue lo que ocurrió en 1475 tras un pregón de Verntallat en el pueblo de Constantins en el que incitaba a los remensas a no hacer efectiva ningún tipo de prestación. El rey expidió inmediatamente una provisión en la que les conminaba a pagar «exceptuados los malos usos».26
Tras la guerra el núcleo revolucionario remensa en la Montaña no desapareció por lo que la tensión social continuó, como se pudo comprobar en el conflicto que enfrentó en 1475 al obispado de Gerona con sus remensas.27 El conflicto estalló cuando un grupo de remensas comandados por Verntallat se apoderaron del castillo de Corsá alegando que el obispado de Gerona no había redimido a los habitantes de esa localidad a pesar de haber pagado 18 000 libras ―cantidad que el obispado tampoco estaba dispuesto a devolver―. Los «verntallasts» ocuparon el castillo durante tres semanas consiguiendo hacer frente a las huestes del obispo Margarit hasta que el rey Juan II decidió intervenir y envió un ejército al mando de su hijo natural Alfonso de Aragón para desalojar a los remensas de allí. De esta forma se abortó un «vasto movimiento subversivo» remensa, en palabras de Vicens Vives. Poco después el rey Juan II dictó una orden dirigida a Verntallat en la que le recordaba la obligación de pago de los censos y derechos debidos a los señores. Sin embargo, la tensión continuó.28
Segunda guerra remensa y Sentencia arbitral de Guadalupe[editar]
Al estallar la segunda guerra remensa en 1484 Verntallat no se sumó a la rebelión encabezada por Pere Joan Sala, que había sido lugarteniente suyo durante la primera guerra, y encabezó el sector moderado del movimiento remensa.29
Tras el final de la guerra con la derrota de las fuerzas de Sala, Verntallat, junto con otros líderes remensas moderados, se reunió a principios de junio de 1485 en el castillo de San Gregori, con el enviado del rey Fernando, Lluís Margarit, que llevaba el encargo de conseguir que los señores y los remensas llegaran a un acuerdo que pusiera fin al conflicto. Pero las conversaciones que mantuvieron representantes de los remensas y de los señores en Barcelona propiciadas por Margarit no dieron resultado.3031
El 8 de noviembre de 1485 Verntallat participó en la reunión que tuvo lugar en Amer entre los síndicos remensas y el noble castellano Íñigo López de Mendoza, el nuevo enviado del rey Fernando tras el fracaso de la misión de Marganit. Allí se alcanzó el compromiso de dejar en manos del rey la solución definitiva del conflicto. Previamente López de Mendoza había conseguido que los señores también aceptaran el arbitraje de la Corona.32331
Finalmente Verntallat tuvo un papel muy activo en la discusión de los términos del acuerdo entre los señores y los remensas que daría lugar a la Sentencia arbitral de Guadalupe dictada por el rey Fernando en abril de 1486.1 De hecho Verntallat fue uno de los dieciocho firmantes de la misma en representación de los campesinos remensas.3435
Muerte[editar]
Verntallat murió en 1498 o 1499 en su casa de Sant Feliu de Pallerols a la edad de 73 años. Tras su muerte el título de vizconde de Hostoles retornó a la Corona.
Pedro de Estopiñán y Virués o simplemente Pedro Estopiñán y también conocido como Pedro de Estopiñán el Conquistador de Melilla (Jerez de la Frontera, ca. 1470-Monasterio de Guadalupe, 3 de septiembre de 1505) fue un militar castellano vinculado desde su juventud al servicio de la casa ducal de Medina Sidonia, y debe su fama a ser el comandante en jefe del ejército del duque Juan Pérez de Guzmán, que conquistó la ciudad de Melilla en el año 1497.
Al ser encarcelados a finales de 1500 el virrey y gobernador general Cristóbal Colón y el adelantado Bartolomé Colón, quedarían vacantes los títulos citados, por lo cual, a principios de 1504 los Reyes Católicos lo nombraron como adelantado y gobernador general de las Indias pero al demorar su viaje para tomar el mando, falleció antes de pasar al Nuevo Mundo, y como los hermanos Colón fueron indultados por los soberanos, ambos conservarían sus títulos y cargos.
Pedro de Estopiñán y Virués | ||
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Estatua de Pedro de Estopiñán en Melilla. | ||
Adelantado y gobernador general de las Indias (títulos nominales) | ||
principios de 1504 - 3 de septiembre de 1505 | ||
Monarca | Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón) / Juana I de Castilla | |
Predecesor | Bartolomé Colón (adelantado titular desde 1497) / Nicolás de Ovando (quinto gobernador general de Indias) | |
Sucesor | Bartolomé Colón (adelantado con confirmación real) / Nicolás de Ovando (siguió como quinto gobernador) | |
Información personal | ||
Apodo | «El Conquistador de Melilla» | |
Nacimiento | ca. 1470 Jerez de la Frontera del Reino de Sevilla, uno de los tres cristianos de Andalucía Corona de Castilla | |
Fallecimiento | 3 de septiembre de 1505 Guadalupe, Extremadura del Reino de León Corona de Castilla | |
Sepultura | Real Monasterio de Santa María de Guadalupe | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar y gobernante colonial nominal | |
Obras notables | Ocupación de Melilla |
Biografía[editar]
Origen familiar y primeros años[editar]
Pedro de Estopiñán había nacido hacia 14701 en la ciudad de Jerez de la Frontera1 que estaba en la jurisdicción del entonces Reino de Sevilla, el cual era uno de los tres cristianos de Andalucía, y que a su vez formaba parte de la Corona de Castilla. Era hijo del hidalgo1 Ramón Estopiñán y Vargas1 (n. Reino de Aragón, ca. 1450),1 jurado de Jerez de la Frontera, y de su esposa desde 1470, Mayor de Virués1 (n. Jerez de La Frontera, ca. 1450),1 de noble alcurnia.1 Fueron sus hermanos Francisco y Bartolomé de Estopiñán quien participara en la Guerra de Granada entre 1482 y 1492, y junto a Alonso Fernández de Lugo, en la conquista de las islas Canarias en 1495.
El linaje de su familia paterna procedía del Alto Aragón,1 desde donde una rama pasó a establecerse en Andalucía durante la primera mitad del siglo XIV. Es frecuente que varios caballeros con ese apellido aparezcan en las narraciones de la época, sobre todo vinculados a otro linaje autóctono, los Guzmanes, condes de Niebla y posteriores duques de Medina Sidonia.
A pesar de estas noticias de su familia, apenas se conoce nada de la infancia y juventud del conquistador,1 salvo su entrada al servicio de la casa ducal de Medina Sidonia. Era esta una de las más importantes de la época puesto que, tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492, la población musulmana que había abandonado la península se concentró en el norte de África, lugar desde donde efectuaban numerosos ataques a las costas peninsulares de Andalucía. Precisamente, en una de estas incursiones piratas, acontecida en junio de 1496, se halla la primera mención de Pedro de Estopiñán.
Contador del duque de Medina Sidoña[editar]
A temprana edad pasó a ser paje de la Casa de Medina Sidonia.2 Con ocasión de la pesca de almadrabas, buena parte de la comitiva cortesana de los duques, incluida la propia duquesa Leonor de Estúñiga, se había desplazado a Conil para asistir al espectáculo. Súbitamente, un barco de piratas berberiscos se introdujo entre los buques pesqueros y lograron abordar uno de ellos.
Ante el peligro evidente, Pedro de Estopiñán, citado con el cargo de contador de la "Casa del duque don Juan",2 zarpó en una pequeña embarcación para parlamentar con el jefe de los piratas, quien pidió una elevada cantidad de dinero por el rescate de los marinos prisioneros.
Iniciado en actuaciones militares[editar]
Con audacia, Pedro de Estopiñán abrazó por sorpresa al musulmán y cayó con él al agua, donde fue recogido por sus hombres, lo que, evidentemente, cambió el curso de las negociaciones: el jefe de los piratas fue canjeado por la tripulación y el buque, poniendo punto final al truculento episodio de las almadrabas.
Los ecos de admiración por la valentía de Pedro no cesaron de proclamarse por todo el territorio, incluso llegaron a los anales históricos de Jerez, por lo que se puede situar esta fecha de 1496 como el primer hito de consideración en la carrera militar de Estopiñán.
Conquista de Melilla[editar]
Posiblemente gracias a esta demostración, cuando los Reyes Católicos autorizaron a la Santa Hermandad la dotación de un ejército para la conquista de Melilla, bajo la dirección del duque de Medina Sidonia, este eligió al valiente comendador para dirigirlo. Es posible también que facilitase la elección de Pedro el hecho de que las tropas, suministradas por los concejos de Jerez, Medina, Arcos y Sanlúcar de Barrameda, estuviesen organizadas por tres ilustres jerezanos como él, seguramente al tanto de su brillante actividad militar: el corregidor Juan Sánchez Montiel, Francisco de Vera (Provincial de la Santa Hermandad), y Manuel Riquelme (veinticuatro -regidor- de Jerez y capitán de la Hermandad concejil).
Así pues, Pedro de Estopiñán, al frente de 5000 infantes y 250 jinetes, desembarcó en el norte de África y puso cerco a Melilla, que finalmente fue conquistada el 28 de septiembre de 1497. Tras la conquista, Estopiñán regresó a la península, no sin antes dejar una guarnición de 1500 hombres para la defensa de la plaza, así como un ingente número de canteros, carpinteros y albañiles con el expreso mandato de reparar las fortificaciones de la ciudad y construir nuevas murallas defensivas.
La ausencia norteafricana de Estopiñán fue breve, puesto que al año siguiente los musulmanes redoblaron sus esfuerzos por recuperar la plaza perdida. Ante los nuevos ataques sufridos por la guarnición de Melilla, el duque Juan, de acuerdo con los Reyes Católicos, decidió enviar nuevas tropas de refresco, de nuevo encabezadas por Estopiñán, a quien esta vez acompañaba otro destacado caballero de la casa ducal, García León.3
Al dejar a los sitiadores entre dos fuegos, el triunfo fue total ya que, a instancias del comendador, se persiguió a todos los fugitivos hasta obligarlos a asentarse en la región de Orán, más lejana y con menos medios; igualmente, un número de musulmanes no inferior a 250 fueron apresados, como posible moneda de cambio en el futuro. Aunque en el propio año 1498 aún tuvo Estopiñán que regresar por dos veces a Melilla,3 se puede dar esta fecha como el inicio de la estabilidad de los cristianos en la plaza norteafricana.
Ante la ausencia de noticias referentes a conflictos bélicos, la biografía del caballero jerezano vuelve a ser difícil en el período 1499-1503, del que no se sabe prácticamente nada aunque se puede suponer una estancia desahogada en Andalucía, dentro de la corte ducal o en su habitual residencia sevillana, situada en la actual calle Francos, donde se puede ver el escudo de armas de la familia y su lema In soli Deo honor et Gloria. Es bastante probable, igualmente, que para esta fecha ya estuviese casado con su mujer, doña Beatriz Cabeza de Vaca, emparentada con la familia del que sería gran explorador de las Américas, Álvar Núñez Cabeza de Vaca, sobrino de Pedro y Beatriz.
Campañas del Rosellón[editar]
En 1503, empero, sus servicios militares fueron de nuevo requeridos por el propio Rey Católico, Fernando de Aragón, con objeto de que acudiese a Salces (Rosellón), puesto que las tropas del monarca francés Luis XII sometían a un severo cerco esta ciudad.4
De nuevo demostró su valía militar, puesto que dividió a sus tropas en dos grupos: el primero hostigaba la retaguardia de los sitiadores sin cesar, mientras que el segundo fue enviado al puerto para evitar que los refuerzos franceses, que habían embarcado en Colliure con destino al Rosellón catalán, pudiesen desembarcar y sumarse al resto. La maniobra fue efectiva, ya que la retirada de los invasores se produjo a finales del citado año.
Títulos regios de adelantado y gobernador general de las Indias[editar]
El rey Fernando, en recompensa a la efectiva labor de Pedro de Estopiñán, lo nombró a principios de 1504 como adelantado de Indias y capitán general de la isla de Santo Domingo y dependencias, con lo que parecía ponerse el colofón a su carrera militar si se tiene en cuenta al prestigio y valía de los citados puestos en el organigrama político-militar de la dominación española de América.
Durante ese mismo año, Estopiñán comenzó los preparativos del viaje al Nuevo Mundo, a donde se iba a establecer con toda su progenie y familia, aunque también participó activamente en la preparación de una expedición a Mazalquivir en 1505, en la que, sin embargo, declinó participar por los citados preparativos.
Imposibilidad de viajar al Nuevo Mundo y fallecimiento[editar]
Pocos días más tarde, en el transcurso de una visita al monasterio de Guadalupe, el adelantado Pedro de Estopiñán falleció súbitamente el 3 de septiembre de 1505,4 y fue enterrado dos días más tarde en el propio monasterio.
Matrimonio y descendencia[editar]
El hidalgo conquistador Pedro de Estopiñán se unió en matrimonio hacia 1500 con Beatriz Cabeza de Vaca5 (n. ca. 1480), una hermana de Teresa Cabeza de Vaca5 que a su vez se casó con Francisco de Vera,5 veinticuatro jerezano5 —que era hijo de Pedro de Vera,5 conquistador de Gran Canaria— y fueran los futuros padres de Álvar Núñez Cabeza de Vaca,5 adelantado del Río de la Plata.
Pedro de Estopiñán y Beatriz Cabeza de Vaca tuvieron cinco5 hijos:
- Pedro de Estopiñán y Cabeza de Vaca6 (n. ca. 1505 - Jerez de la Frontera, después de 1550)6 siguió la carrera de las armas y en 1537 acompañó a su primo adelantado al Nuevo Mundo pero regresaría sin riqueza con este en 1544.6
- Ramón de Estopiñán6 (n. ca. 1507) fue licenciado en Derecho6 y se instaló en las islas Canarias como oidor de la real audiencia homónima.6
- Francisco de Estopiñán6 (n. ca. 1509) se asentó en la villa de El Pedroso,6 cerca de Sevilla, emparentándose con familias ilustres.6
- Diego de Estopiñán6 (n. ca. 1511) fue un funcionario de Jerez de la Frontera,6 en donde tendría una próspera situación económica.6
- Lorenzo de Estopiñán6 (n. ca. 1513 - f. Lima, finales del siglo XVI)6 pasó muy joven al Virreinato del Perú,6 en donde se le adjudicó una rica encomienda6 que administró noblemente, transformándose en la ciudad de Lima en un hombre de gran fortuna y prestigio, y a su muerte, en una de las figuras de mayor relieve.6
Hipótesis de historiadores sobre su muerte[editar]
Ante este acontecimiento, los investigadores que han desgranado su biografía, especialmente H. Sancho y A. Rodríguez, han manejado la hipótesis de un envenenamiento por parte de algún enemigo suyo que se viera ofendido por las jugosas prebendas americanas dadas en su favor.
La imposibilidad de demostrar tal cuestión no resta brillantez a la carrera militar del comendador jerezano, uno de los personajes más destacados de la bisagra entre los siglos XV y XVI y que, al igual que la propia época, no es una figura demasiado conocida a pesar de sus haberes.
Homenajes[editar]
La ciudad de Melilla, la cual sin su contribución hubiese sido imposible de conquistar, ha dedicado el nombre de una de sus plazas, la de la ciudad vieja, a la memoria de su conquistador.
A pesar de su muerte, la presencia de miembros del linaje Estopiñán en América no se frustró: dos de los hijos varones del matrimonio, Pedro y Lorenzo, acompañaron a su primo Alvar Núñez Cabeza de Vaca en la conquista del Perú, en un intento de resarcir la memoria de su padre de la afrenta por la que no pudo disfrutar de nuevas andanzas en América.
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