SIGLO XV EN ESPAÑA
Gutierre Díez de Games fue un militar e historiador castellano del siglo XV.
Su obra, El Victorial o Crónica de Don Pero Niño, es un raro ejemplo de biografía medieval, escrita en términos caballerescos y de libro de viajes, pero también reflexivo sobre la época y todo tipo de cuestiones.
Parece ser el encargo a un ex-alférez convertido en escribano por parte de Pero Niño, su antiguo capitán que había dirigido la flota de Enrique III de Castilla, deseoso de lograr fama (concepto decisivo en el final de la Edad Media y el Renacimiento) divulgando sus aventuras caballerescas en Francia entre 1404 y 1406, que no habrían tenido cabida en la recopilación de crónicas tradicionales. En la segunda parte de la obra (escrita después de 1444), que se adentra en el periodo posterior (reinado de Juan II de Castilla) el autor, ya con título de letrado, tendría una visión más madura y personal.
Don Alonso Fernández de Madrid, más conocido como el Arcediano del Alcor (Palencia, 1474 - 18 de agosto de 1559), fue un sacerdote e historiador español, compilador y escritor de la más importante obra histórica sobre la provincia de Palencia, la llamada Silva Palentina, colección de noticias, listas y datos históricos sobre Palencia desde época romana hasta el siglo XVI.
Infancia y juventud[editar]
Hijo de Pero González de Madrid,1 hidalgo y primer tesorero de la Hermandad de Castilla,2 y de María de Armunia, ambos miembros de la antigua nobleza palentina, Alonso fue dirigido desde muy joven para el estado eclesiástico.
Tuvo al menos tres hermanos, Francisco, mayor que Alonso y predecesor de este en el arcedianato, Pedro, sucesor a su vez de su hermano en la dignidad y Juan, que ocupó el cargo de regidor de Palencia.3
Tras la conquista de Granada, Pero González de Madrid obtiene un empleo de confianza en la nueva administración de los Reyes Católicos y traslada a la antigua capital nazarí su residencia, enviando a Alonso a recibir su formación religiosa en el colegio-seminario de fray Hernando de Talavera4
Aún muy joven, en 1488, con catorce años,5 fue nombrado Canónigo de la Catedral de Palencia,6 pero antes de tomar posesión de su cargo termina su formación y no vuelve a Palencia al menos hasta 1504.7
Desde esta fecha figura Alonso de Madrid en todas las comisiones de importancia que surgen del Cabildo catedralicio, especialmente en lo que se refiere a la edición de libros y al control de los mismos, organizando nuevas bibliotecas y recogiendo breviarios, cantorales y libros de registro parroquiales.8
Arcediano del Alcor[editar]
Responsable de mucha de la actividad del Cabildo palentino, en 1502, tras la renuncia de su hermano Francisco,9 fue nombrado arcediano, es decir, juez ordinario perteneciente al cabildo catedralicio que ejercía jurisdicción delegada de la episcopal en determinado territorio.10 En el caso de Fernández de Madrid, su territorio fue la comarca palentina del Alcor, aunque su creciente influencia sobrepasó ampliamente esas tierras.
Continuó con su nuevo cargo realizando un intenso trabajo como bibliotecario y administrador diocesano, además de sus nuevas funciones legales, que incluían castigar los delitos contra la honestidad y las buenas costumbres. En esta línea, en 1540 fue nombrado, "reformador de la honestidad de las personas, casas y trages"’’ en la Diócesis de Palencia.11
No sólo fue empleado por el Cabildo, sino que también actuó como provisor12 del obispo Francisco de Mendoza y de su sucesor, Luis Cabeza de Vaca, desde 1534. Durante el ejercicio de este cargo, el 13 de agosto de 1537 fue acusado por el tesorero episcopal, Francisco Ruiz de la Mota, de malversación de los fondos diocesanos y derribo de un escudo nobiliario en la Catedral de Palencia. Sin embargo, no se probó ninguna de estas acusaciones y Alonso Fernández de Madrid fue ratificado como arcediano y provisor el 5 de abril de 1538.13
El arcediano dejó su cargo de provisor tras obtener el obispo una providencia real para proceder contra cualquier dignidad, canónigo o clérigo que cometiere delito, contraviniendo el estatuto del Cabildo. Alonso de Madrid no participó en esta nueva legislación y el 14 de julio de 1538 fue nombrado provisor, con mucho mayor poder que antes, el doctor Martín Pérez de Plasencia, aunque el arcediano mantuvo algunas de sus funciones hasta 1540.
Actividad intelectual[editar]
Junto a estas actividades, el canónigo intenta restaurar los maltrechos Estudios Generales de Palencia, que habían perdido gran parte de su profesorado e influencia a favor de Salamanca y Valladolid, estableciendo un nuevo estudio de Gramática, puerta de acceso para los estudios teológicos.14
Alonso Fernández recibió una sólida formación humanista y se mostró siempre admirador de dos grandes humanistas, el propio fray Hernando de Talavera, del que compuso la primera biografía y Erasmo de Róterdam, siendo el traductor al castellano de una de sus principales obras, el Manual del soldado cristiano.
Ante el tribunal de la Inquisición[editar]
Ambas influencias, junto con los escritos del arcediano, provocaron que fuera acusado ante la Inquisición, junto a un grupo de canónigos palentinos por ”finos luteranos endiosados”, es decir, punta de lanza de una presunta reforma religiosa de costumbres y doctrinas al estilo de Lutero.
Alonso Flores o Flórez (segunda mitad del siglo XV), historiador castellano del Prerrenacimiento.
Biografía[editar]
Fue vecino de Salamanca y familiar del Duque de Alba, tal vez el Alonso Flores que en Salamanca aparece firmando como testigo en varios documentos suscritos por diversos caballeros pertenecientes al bando de Santo Tomé o, como creen otros, el Juan de Flores escritor de la misma época, que fue cronista real e hijo de Fernando Alonso Flores, lo que pudo dar motivo a la confusión; pero la verdad es que el apellido era muy común en Salamanca por esa época y hasta hubo un Juan de Flores que fue rector de la Universidad de Salamanca por esa época.
El caso es que se le pretende autor de una Crónica de los Reyes Católicos (1477) que quedó incompleta, ya que así la muestra el único códice que la ha transmitido, perteneciente a la Biblioteca de la Real Academia de la Historia en Madrid. La atribución se debe a una anotación manuscrita que traen las guardas de dicho códice, con letra del siglo XVII o posterior, que cita un pasaje del prólogo a su Memorial o Anales breves del Reinado de los Reyes Católicos Lorenzo Galíndez de Carvajal en que habla de los cronistas que escribieron la historia de los Reyes Católicos y lo señala como el tercero.1 Quedó manuscrita e inédita hasta que Julio Puyol la imprimió en 1934 anónima con el título de Crónica incompleta de los Reyes Católicos (1469-1476). Sus primeros capítulos tratan el turbulento reinado de Enrique IV; después expone las guerras del rey Fernando contra Alfonso V, rey de Portugal, en las ciudades de Zamora y Toro; como los historiadores clásicos grecolatinos, suele poner discursos en boca de los principales actores de su historia; el historiador muestra que no era un cortesano próximo a los Reyes porque se le observa afán de objetividad; describe los hechos rápidamente hasta que la muerte del infante Alfonso situó a su hermana Isabel en el primer plano político, y desde ese momento los hechos se describen con mayor minuciosidad, ya que es su figura la que centra la Crónica, que concluye bruscamente con los hechos acaecidos a comienzos de 1477. El texto muestra varias lagunas en los acontecimientos que transcurrieron durante los años 1471 y 1472 y los meses iniciales de 1473, quizá porque se sacó de un borrador o el material estaba desordenado cuando se transcribió o le faltaban páginas.
La Crónica es importante porque acoge hechos que los demás historiadores no tocaron o pasaron interesadamente por alto, así como por su pretendida objetividad y porque el autor muestra ser testigo presencial de muchos hechos de guerra; sin embargo, es cierto que ensalza a la reina Isabel por encima de su marido y denigra a Juana la Beltraneja.
Lope García de Salazar (Musques, 1399-Portugalete, 1476) fue un banderizo e historiador vizcaíno, autor de Las Bienandanzas e Fortunas, un documento valioso e histórico.
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