SIGLO XV EN ESPAÑA
Gonzalo Chacón y Martínez del Castillo (1429-1507) fue un político e historiador español.
Durante el reinado de Juan II de Castilla, estuvo a las órdenes del valido Álvaro de Luna, y durante el de Enrique IV de Castilla fue contador de la princesa Isabel, luego Isabel la Católica. El hispanista Alan Deyermond le atribuye la Crónica de don Álvaro de Luna (1453) que otros atribuyen a Álvar García de Santa María.
Biografía[editar]
Hijo de Juan Chacón Alfón, alguacil mayor del maestre de la Orden de Santiago Álvaro de Luna, y de su esposa Inés Martínez del Castillo.
Nació en Ocaña en 1429. Fue I señor de Casarrubios del Monte y Arroyomolinos por merced de los Reyes Católicos en 1469. Además, ocupó los cargos de contador mayor de Castilla, maestresala, guarda mayor y mayordomo mayor de la reina Isabel I de Castilla, a quien ella llamaba afectuosamente "mi padre". También contador mayor del príncipe Juan y después de Castilla, comendador mayor de Montiel, de la Osa y de Caravaca; fue trece de la Orden de Santiago, alcaide del Cimborrio de Ávila y de los alcázares de Segovia.
Contrajo primer matrimonio con Clara Álvarez de Alvarnáez, dama de origen portugués, caballeresca de Santiago y camarera mayor de la reina, y una vez fallecida ésta, contrajo segundas nupcias con María Manrique de Lara, hija de Gabriel Fernández Manrique, I conde de Osorno.
Falleció en 1507 y fue sepultado junto a su primera mujer en la capilla familiar de la Iglesia de San Juan Bautista de Ocaña.
Fue su hijo Juan Chacón de Alvarnáez (1452-1503), sucesor de los señoríos de su padre, que también estuvo al servicio de la Corona de Castilla, y contrajo matrimonio con Luisa Fajardo y Manrique, siendo progenitores de los marqueses de los Vélez.
Gonzalo Chacón | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 1429 Ocaña (España) | |
Fallecimiento | 1507 Ocaña (España) | |
Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Hijos | Juan Chacón | |
Información profesional | ||
Ocupación | Político e historiador | |
Cargos ocupados | Comendador (1) |
Reinado de Juan II[editar]
Juan de Coloma nació en Borja en fecha desconocida (1442?) seguramente en una familia humilde aunque se desconoce el nombre de sus progenitores. Se inició en la carrera eclesiástica, después pasó al servicio de la Corte aragonesa y llegó en 1462 a conseguir el puesto de secretario de máxima confianza del rey Juan II. Ese mismo año combatió en la batalla de Rubinat. Cuando el rey quedó ciego hacia el final de su vida, Juan de Coloma fue el encargado de firmar los documentos oficiales en su nombre. El rey Juan le otorgó, entre otros, el título de maestre racional del reino de Valencia. Por otra parte, con el dinero ganado, Coloma se compró un título nobiliario: la baronía de Alfajarín.2 Las últimas palabras de Juan II antes de morir en 1479 le fueron transmitidas a su hijo y sucesor Fernando II por Coloma, como atestigua una relación de los últimos momentos del monarca.
Reinado de Fernando II[editar]
Aunque al principio el nuevo rey, Fernando, mantuvo a Coloma en su cargo, poco después lo destituyó y en octubre de 1479 lo sometió a juicio por denuncias sobre su gestión. La Corona encarceló a Coloma en el castillo de Játiva y le confiscó el señorío de Alfajarín. Sin embargo, Coloma logró probar su inocencia y en la primavera de 1480 el rey lo volvió a admitir a su servicio.2 En la corte de los Reyes Católicos desempeñó las funciones de secretario y de protonotario. A principios de la década de los 1490 era el alto funcionario que más documentos regios redactaba, tanto de la Corona de Aragón como de la de Castilla; entre otros destacan por su importancia histórica la real provisión de expulsión de los judíos (31 de marzo de 1492) y las capitulaciones de Santa Fe con Cristóbal Colón (17 de abril del mismo año).2 Trabajó mucho por el establecimiento de la Inquisición en España.1
En la segunda mitad de 1492 dirigió las negociaciones diplomáticas con Francia por la devolución a Aragón de los condados de Rosellón y Cerdaña, que culimaron con la firma del Tratado de Barcelona de enero de 1493.2 En los meses siguientes se encargó de hacer efectivo el tratado, para lo cual tuvo que vencer la resistencia de los alcaides de algunas fortalezas a entregarlas a los españoles. En mayo de 1493 se produjo un incidente en Ponts de Molins en el que Coloma fue hecho preso por franceses pero su séquito montó un ataque rápidamente y consiguió liberarle. En el combate murió Baltasar de Tremps[¿quién?], al que Coloma rindió homenaje en su testamento.3
Logró acumular una inmensa fortuna y propiedades, como el señorío de Elda, condado que más tarde recibirá su nieto.1 Se hizo construir un palacio en Zaragoza y fundó el monasterio de Nuestra Señora de Jerusalén en la misma ciudad.2 También se sabe que contribuyó a financiar el segundo viaje de Colón a las Indias.3 El historiador Rumeu de Armas afirma que "se distinguió además por su acendrado nepotismo" en favor de los hermanos Añón.2
Firmó, el 2 de enero de 1492, día de la toma de Granada, un libro dedicado a Aragón. Fue robado de la biblioteca de la Seo en 1960. No pudo recuperarse y acabó exhibido en el Museo Británico.
Muerte[editar]
A finales de su vida, Juan de Coloma se retiró a su ciudad natal de Borja. En su testamento del 7 de agosto de 1517, estipuló ser enterrado en una capilla del monasterio de Nuestra Señora de Jerusalén de Zaragoza, que él mismo había fundado.2 Murió a los pocos días y fue enterrado el 14 del mismo mes.
Familia[editar]
Se casó dos veces. La primera, en 1479, con Isabel Díaz de Aux, hija del justicia mayor de Aragón Martín Díaz de Aux; no tuvieron hijos. La segunda boda fue en 1493 con María Pérez Calvillo, hija de los señores de Malón y Bisimbre y que tenía algunos antepasados judíos.2 Tuvieron un único hijo, Juan Francisco Pérez Calvillo de Coloma, que fue el heredero universal de la gran fortuna de sus padres. Además Juan de Coloma tuvo dos hijos ilegítimos: Juan Pedro de Coloma y María de Coloma, que ingresó en un convento.
Juan de Coloma y Galcerán | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 1440 o 1443 Borja (Reino de Aragón, Corona de Aragón) | |
Fallecimiento | 13 de agosto de 1517jul. Zaragoza (Reino de Aragón, Corona de Aragón) | |
Sepultura | Convento de Nuestra Señora de Jerusalén de Zaragoza | |
Información profesional | ||
Ocupación | Aristócrata, caballero y político | |
Cargos ocupados |
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Conflictos | Batalla de Rubinat | |
Firma | ||
Escudo | ||
Biografía[editar]
Existe controversia sobre si este eclesiástico es en realidad el poeta cancioneril Diego del Castillo, residente un tiempo en la corte napolitana de Alfonso V el Magnánimo, como afirmaron en el siglo XIX Eugenio de Ochoa y George Ticknor, o una persona homónima, como afirmaron José Amador de los Ríos y José Sancho Rayón. El caso es que Diego Enríquez sabía el bastante italiano como para traducir el tratado De re militari compuesto por Paris de Puteo a petición de Beltrán de la Cueva, a cuyo círculo en Cuéllar parece haber pertenecido.1
Sin embargo, del historiador cabe decir que, fiel a su señor, lo sirvió en diversas misiones diplomáticas. Tras la batalla de Olmedo (1467) fue hecho prisionero en su casa de Segovia por los partidarios del infante don Alfonso y salvó su vida gracias al fuero eclesiástico. Siempre culpó a los nobles de la inestabilidad que sufrió Castilla en la segunda mitad del periodo de gobierno de Enrique IV y defendió la legitimidad de Juana la Beltraneja contra quienes la acusaban de no ser hija del rey Enrique IV, sino de Beltrán de la Cueva. Escribió la Crónica del rey don Enrique, el cuarto de este nombre en defensa del rey y de su hija, tras los hechos contados (según Aurelio Sánchez Martín, que ha inspeccionado unos ochenta manuscritos, la redacción original habría tenido lugar entre 1481 y 1502, afinando más al señalar que la primera fecha (la del ms. Y) indicaría una primera versión, realizándose una segunda entre 1485 y 1502. La obra se compuso con una gran carencia de materiales a causa del saqueo que hicieron los partidarios del infante Alfonso en su casa, como él mismo declara.2 Tal vez por esto no consiguió éxito después en sus intentos de ser elegido cronista de Isabel la Católica. Se trata de uno de los textos históricos más claramente imbuidos de reflexión política en el siglo XV castellano; estas meditaciones se introducen en el texto como discursos y piezas oratorias, a la manera de los historiadores grecolatinos clásicos. De estos discursos se desprende la teoría del origen divino de la autoridad de los reyes. De esta Crónica se conserva casi un centenar de copias,3 aunque tardías en su mayoría, (XVI y XVII).
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