domingo, 8 de agosto de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XV EN ESPAÑA - PINTORES

Fernando del Rincón de Figueroa, o Hernando del Rincón de Figueroa, fue un pintor español del Renacimiento. Nacido en Guadalajara hacia 1460, su personalidad ha sido durante mucho tiempo confundida con la de un Antonio del Rincón, que como él sería originario de Guadalajara.

Retrato de Francisco Fernández de Córdoba y Mendoza, óleo sobre tabla, 51 x 40 cm. Madrid, Museo del Prado.

Biografía[editar]

Se sabe que hacia 1491 vivía en Guadalajara casado con Catalina Vázquez, hija del arquitecto Lorenzo Vázquez de Segovia. Por los mismos años trabajó en Zaragoza junto al pintor aragonés Martín Bernat. En 1499 se encargó junto con Juan de Borgoña y otros pintores del dorado y policromado del retablo mayor de la catedral de Toledo y a partir de 1503 se le encuentra documentado en la realización de diversos retablos en iglesias de las diócesis de Toledo y Sigüenza, donde se relacionó con Juan Soreda. En 1514 sustituyó a Francisco Chacón como pintor de cámara de Fernando el Católico, llegando las noticias hasta 1518 cuando dirigió un memorial a Carlos I solicitando la confirmación en el cargo de veedor y examinador de los pintores del reino de Castilla que ya había ostentado con Fernando.1

En las incompletas Vidas de pintores que dejó manuscritas Lázaro Díaz del Valle, es el primero de los españoles de los que se ocupó, aunque brevemente, diciendo de él: «Pintor famoso, natural de la ciudad de Guadalajara, fue caballero del hábito de Santiago por merced del Señor Rey Don Fernando V de Castilla y León».2

Obra[editar]

Muy poco es lo que se ha conservado de su producción documentada. El único cuadro firmado por él que ha llegado hasta nuestros días es un retrato: el de Francisco Fernández de Córdoba y Mendoza, de hacia 1520 (Museo del Prado), con una inscripción latina como la que se encuentra en el retrato del obispo de Ávila Francisco Ruiz del Instituto Valencia de Don Juan que por afinidad estilística se le atribuye. Las inscripciones son en ambos casos bien elocuentes de los ambientes humanistas en los que se desarrolló el género del retrato en las primeras décadas del siglo XVI, contándose Rincón entre los pocos pintores autóctonos que lo practicaron,3​ lo que podría explicarse por sus contactos con los dos focos de modernidad que representaban en La Alcarria la Universidad de Alcalá —en 1518 se le encargó dar lustre a la medalla del Cardenal Cisneros— y los Mendoza.

El retablo que pintó para Fuentes de la Alcarria, documentado entre 1516 y 1520, todavía pudo verlo Chandler R. Post, antes de su destrucción en la guerra civil, y sirvió para atribuirle algunas otras pinturas, entre ellas la tabla del Milagro de San Cosme y San Damián del Museo del Prado, procedente del monasterio de San Francisco de Guadalajara. Últimamente se le atribuye también una participación en las pinturas, a caballo entre el detallismo gótico y el sentido de la profundidad renacentista, del retablo mayor de la iglesia de la Asunción de Robledo de Chavela, con la que el pintor aparece relacionado en 1506 y 1514.






Pedro Romana ( c. 1460-1529) fue un pintor renacentista español activo en Córdoba.

Vocación de Santa Catalina de Siena, óleo sobre tabla, 95 x 72 cm. Madrid, Museo del Prado.

Biografía[editar]

Nacido probablemente en Córdoba, allí se le documenta a partir de 1488, fecha en la que contrató junto con Luis Fernández la pintura del retablo mayor de la iglesia de San Agustín. Perdidas estas pinturas, como sus restantes obras documentadas, su estilo se ha podido reconstruir merced a la única obra firmada que se conoce: la Adoración de los Reyes del retablo de San Andrés de la iglesia parroquial de Espejo.1​ Las influencias de la pintura cuatrocentista italiana que se manifiestan en esta tabla, junto con el interés por las amplias arquitecturas clasicistas, pudiera explicarse por la influencia de Alejo Fernández, llegado a Córdoba hacia 1496, cuyo estilo traduce Romana con cierta sequedad. Son esas características las que han permitido atribuirle algunas otras tablas, entre las que destaca la Virgen con el Niño del Museo de Bellas Artes de Córdoba, entronizada y enmarcada por un arco que le sirve para centrar la escena a la vez que evoca connotaciones triunfales.2

En la pintura y dorado del retablo de Espejo, destinado a la capilla de Gonzalo Ruiz de Lucena, cuyas obras se dieron por concluidas en 1504, es probable, en opinión de Diego Angulo Íñiguez, que colaborase con otro maestro, no identificado. Ejemplo de esa colaboración proporciona un documento de cesión, fechado en octubre de 1522, por el que traspasaba a Pedro Fernández la cuarta parte de la pintura y dorado del retablo de la parroquial de Morente. De este retablo se conservan cuatro tablas en el Palacio Episcopal: Anunciación, Nacimiento del Niño Jesús, Adoración de los Reyes Magos y Martirio de San Sebastián, que por su estilo próximo al del retablo de Espejo se consideran obras de Romana.1

Metido en negocios, en 1528 fue encarcelado por deudas, de las que se hizo cargo su cuñado, el pintor Pedro Anzures, quien le había salido también fiador en el caso de otra deuda, que había contraído por la renta de un cortijo, por valor de 31 fanegas de cebada y 16 de trigo.3

En 1529 había fallecido, pues consta que en ese año su viuda, Catalina Fernández, y su hijo, Pedro Fernández Romana, liquidaron lo que le correspondía de un retablo que, a su muerte, tenía contratado por 39.000 reales con la iglesia de El Carpio, si bien dos quintas partes de la obra se las había cedido a su cuñado y otra quinta parte había dado a Luis Fernández.





Joan Rosat, también llamado Joan Rosató, Rossat, Rosati y Rosetó, al que se ha identificado con el Maestro de las Predelas (fl., 1447 - 1482) fue un pintor gótico del segundo estilo internacional, activo en Mallorca, donde se le documenta a partir de 1447 como pintor y mercader.1

Formado en la tradición del gótico internacional y posiblemente en relación con el taller de Bernat Martorell,2​ representa junto con Rafel Móger, y más dotado que él, la apertura de la pintura mallorquina a las nuevas influencias flamencas y renacentistas italianas.3​ Aunque documentado en Mallorca desde 1447, cuando contrató junto con el también pintor Guillem Martí un retablo de cuatro tablas para la cofradía de los santos Juanes de Sóller, es probable que no se estableciese definitivamente en ella hasta 1456. En esta fecha la priora del monasterio de Santa Margarita le reclamó la conclusión del retablo que tenía contratado con el monasterio. Su predela, que es lo único que se ha conservado (monasterio de la Concepción de Palma y Museo de Mallorca), junto con la misma pieza de otro retablo dedicado a la Resurrección (Museo Diocesano), sirvió a Chandler R. Post para fijar la personalidad del entonces todavía anónimo Maestro de las Predelas, al que el historiador norteamericano tenía por seguidor de Jaume Huguet.4

Desde 1451 —cuando vendió a un esclavo— hay, además, abundante documentación relativa a un Joan Rosat de oficio mercader, nombrado en 1470 cónsul de los nizardos en Mallorca, que probablemente se trate del propio pintor, a quien también se documenta en alguna ocasión ocupado en actividades comerciales y financieras por las que, a partir de 1468, podría haber abandonado la pintura. Había fallecido en 1482 cuando se celebraron exequias en la catedral de Mallorca, indicándose que la muerte había ocurrido en Florencia.

Tablas del Retablo de san Bernardino, san Onofre y santa Catalina, temple y óleo sobre tabla, 310 x 172 cm, Museo de Mallorca.





Joan de Rua

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Tabla central del retablo de Sant Miquel de Verdú, Museu Episcopal de Vic.

Joan de Rua fue un pintor gótico español activo en tierras de las actuales provincias de Tarragona y Lérida, identificado con el llamado Maestro de Cervera.

Nacido en Montblanch, el 15 de septiembre de 1483 firmó el contrato para la ejecución del retablo de Sant Miquel de Verdú, actualmente en el Museu Episcopal de Vic. La localización de este contrato ha permitido atribuir a Joan de Rua un importante grupo de pinturas tardogóticas catalanas que habían sido agrupadas en torno a la figura de un anónimo Maestro de Cervera por el retablo del Ángel Custodio de Santa María de Cervera, grupo al que pertenecerían también las tablas del retablo de San Eloy y santos Abdón y Senén de la iglesia de San Miguel de Montblanch, conservado en el Museo Diocesano de Tarragona o el retablo de la Virgen del lirio de Vilanova de Bellpuig.12​ Del pintor, quizá formado en Valencia, deudor estilísticamente de Joan Reixach y de Jaume Baçó Jacomart y anteriormente identificado con el valenciano Pere Girard,3​ únicamente se conocía la noticia de su intervención en 1496 en el policromado de unos tabernáculos en el panteón real del monasterio de Poblet.

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