SIGLO IX - ANDALUSIES
Abû Muhammad 'Abd Allah ibn Muhammad (en árabe: أبو محمد عبد الله بن محمد), más conocido como Abdalá I (Córdoba, 11 de enero de 844a-ibídem, 15 de octubre de 912),1b fue el séptimo emir omeya de Córdoba desde 888 hasta su muerte. Fue el abuelo de su sucesor, Abderramán III.2
Fue el emir cordobés con menor poder y prestigio, pues únicamente se reconoció su autoridad en la capital del emirato, mientras que las provincias quedaron en manos de rebeldes.
Abdalá I de Córdoba | ||
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Emir de Córdoba | ||
![]() Moneda de cobre del emirato de Córdoba acuñada durante el reinado de Abd Allah. |
Juventud[editar]
Nació el 11 de enero del 844.4 Era hijo de Mohamed I y de Ushar.4 Su madre no era de origen árabe.4
En cuanto al aspecto de Abdalá, era rubicundo, tenía el cabello rubio con grandes entradas, los ojos garzos y la nariz aguileña y era de talla mediana.4 Se teñía la barba para parecer barbitaheño, y el cabello de negro o caoba.4 Era de carácter piadoso, abstemio y generoso; conocía la historia de los primeros califas y la poesía preislámica y era buen disertador y poeta.5 En total tuvo trece hijas y doce hijos.6
Sucedió en el poder a su hermano al-Mundir,7 quien murió el 23 de junio del año 888,c cuando sitiaba a Omar ibn Hafsún en Bobastro.4 En el citado campamento también se encontraba su hermano Abdalá.4 Se dice que, a instigación de este, el médico de la corte utilizó una lanceta envenenada cuando iba a sangrar al emir, que falleció emponzoñado.4 Se le considera responsable de la muerte de varios de sus familiares, entre ellos de su antecesor en el cargo al frente del emirato.85 Ascendió al trono del emirato el 26 de junio.6
Reinado[editar]
Su gobierno se vio alterado por las constantes guerras entre tribus árabes, bereberes y muladíes. Las luchas civiles de la primera Fitna de al-Ándalus, reflejan la existencia de peligrosas tensiones étnicas. Su poder como emir se limitó a las tierras cordobesas, pues el resto de provincias estaban gobernadas por familias rebeldes que no acataban su autoridad.8 Toledo, Zaragoza y Badajoz, todas ellas territorios fronterizos con los Estados cristianos del norte, permanecieron independientes, como lo habían sido la mayor parte del tiempo desde el reinado del emir Mohamed I.9 Durante los últimos años de reinado, el surgimiento en el Magreb del califato fatimí supuso una nueva amenaza al emirato.8 El escaso territorio que controlaba reforzó su tacañería, por la que era famoso.10
Una de sus esposas fue Onneca Fortúnez (también llamada Íñiga), hija de Fortún Garcés, rey de Pamplona.7 Onneca, que se hizo llamar Durr (Perla en árabe),11 le dio un hijo llamado Mohamed como su abuelo, supuestamente tuvo otro hijo, Zayd ibn Abd Allah, padre de Zaydan ibn Zayd, el Zedán Zada de los libros de linajes portugueses.121314 Abdalá lo nombró su heredero, pero posteriormente fue asesinado por su medio hermano al-Mutarrif el 28 de enero de 891.122 El emir había encerrado a Mohamed al sospechar que conspiraba para derrocarlo en un momento en que Córdoba se encontraba amenazada por los partidarios de Ibn Hafsún.2 Abdalá no sólo no castigó a al-Mutarrif por haber asesinado a Mohamed, sino que justificó la muerte de este por su supuesta rebeldía.2 Años más tarde, en 895, ordenó ajusticiar a al-Mutarrif al sospechar de nuevo que este tramaba su caída, esta vez en connivencia con la familia rebelde que había tomado el control de Sevilla.2 Tras ajusticiar al-Mutarrif, Abdalá nombró sucesor a su nieto e hijo del difunto sucesor, el futuro califa Abderramán III, nacido unas tres semanas antes de la muerte de su padre.15d
En el 901 tuvo que afrontar la rebelión de uno de sus parientes, el omeya al-Qitt.8 Este se proclamó el mesías (mahdi) y atacó sin éxito Zamora al frente de tropas bereberes de las marcas inferior y media.16
El emir murió a los 72 años de edad, el 15 de octubre del 912,5 tras veinticinco de reinado.17
Semblanza de Abdalá[editar]
"El emir Abdalá era de color blanco y rubicundo, de pelo rubio, ojos azules y nariz remangada,y de estatura mediana. Se teñía los cabellos de negro".
Al-Múndir (Córdoba, 844 – Bobastro, 888), sexto emir independiente de al-Ándalus. Sucedió en el trono a su padre Mohámed I en 886; reinó solo dos años.1 Su madre fue Ailo.
Biografía[editar]
Durante el reinado de su padre, recibió el mando en las operaciones militares contra los cristianos y muladíes rebeldes. En el año 865 dirigió una operación en el valle del Duero contra Ordoño I que fracasó parcialmente. De regreso a Córdoba, derrotó en Burgos a Rodrigo, conde de Castilla, lo que hizo retroceder las fronteras cristianas hacia el norte. Intentó conquistar León, Zamora y Astorga pero Alfonso III le venció en Valdemora en 878. Llevó a cabo una expedición contra los Banu Qasi y Alfonso III, pero fue derrotado en el año 883 en la batalla de Cellorigo. Sin embargo, en 884 tuvo éxito en la expulsión de Ibn Marwán de Badajoz.
En los años de su reinado se concentró en combatir sin éxito al rebelde Ómar ben Hafsún. Falleció precisamente asediando la principal fortaleza de este, Bobastro, el 23 de junio del 888, tras un año, once meses y doce días de reinado.1 Le sucedió su hermano Abdalá I, instigador al parecer de su muerte —parece que hizo que el médico de su hermano lo sangrase con una lanceta envenenada—.1
Ibn Idhari lo retrata así: «Moreno, de cabello ensortijado...tenía el rostro marcado de viruelas.»
Santa Celeste (? - 850) es una santa y mártir cristiana que murió ejecutada bajo el reinado de Abderramán II.
Biografía[editar]
Los datos biográficos de Santa Celeste son prácticamente inexistentes. Únicamente se conoce que se encontraba en Córdoba (España) cuando se produjo una intensa persecución contra los cristianos ordenada por el rey Abderramán II, quien había promulgado leyes contra aquellos que profesasen dicha religión, aunque al parecer los cristianos podían ejercer libremente su fe siempre y cuando no atacasen al islam, lo cual era penado con la muerte. Según la tradición, Celeste, cuya familia era conocida, fue arrestada por ser cristiana. Abderramán trató inicialmente de convencerla de renunciar a su fe mediante halagos, pero ante la negativa de Celeste a abandonar el cristianismo, el rey la entregó a un verdugo para que fuese decapitada. Su muerte ocurrió, al parecer, en 850, mismo año en que empezaron las ejecuciones de los conocidos como mártires de Córdoba.12
Reliquias[editar]
Las reliquias de Santa Celeste, custodiadas en una urna de cristal protegida en su lado derecho por una reja, se encuentran situadas frente al altar de la Iglesia de Santa Teresa la Nueva, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Estas reliquias consisten en un cuerpo relicario el cual alberga los huesos de la santa, de los cuales resultan parcialmente visibles las manos y la planta de los pies, estas últimas en su totalidad gracias a la base transparente de las cáligas que lleva puestas la estatua y a un espejo ubicado frente a las mismas. De igual modo, el cabello de la imagen, el cual se halla cubierto en parte por un velo, es original. La efigie, esculpida en cera, luce un vestido de novia así como un ramo de flores sobre su abdomen, resultando desconocido el hecho de por qué la imagen lleva puesta esta vestimenta, ya que no se sabe con certeza si Santa Celeste está vestida de novia por ser patrona de las prometidas o si ostenta dicho patronazgo en base a su atuendo, aunque esto último parece ser lo más probable. Considerada milagrosa, las reliquias de la santa gozan de gran devoción, siendo costumbre que muchas mujeres acudan a dejar su ramo de novia bajo el féretro de cristal en señal de gratitud. Así mismo, es habitual que en el interior de la urna que contiene sus restos se encuentren mensajes escritos por fieles que acuden a venerar a la santa. Además de sus huesos y su cabello, junto al rostro de la efigie se conserva un cáliz con la sangre de Santa Celeste, algo muy habitual en los cuerpos relicario. Debido a que la iglesia fue en sus orígenes un convento, la reja ubicada junto a las reliquias cumplía inicialmente la función de aislar a las monjas de clausura cuando estas asistían a misa.1
Respecto a la traslación de las reliquias de Santa Celeste, las mismas fueron llevadas a México por los jesuitas en fecha desconocida, siendo depositadas en un principio en la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto, ubicada a aproximadamente cien metros de la Iglesia de Santa Teresa la Nueva, conociéndose que para 1867 estas reliquias, todavía custodiadas en la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto, eran expuestas a la veneración de los fieles el 1 de noviembre.3 Según una hoja informativa ubicada junto a la urna que contiene los huesos de la santa:
Aquí yace el cuerpo (reliquias) de Santa Celeste quien defendió su fe contra el gobierno del rey Abderramán II, cuando se fundó este convento a principios del siglo XVIII, las religiosas carmelitas, con ayuda de su fundadora Manuela Molina solicitaron el cuerpo de Santa Celeste para tener así las reliquias de su cuerpo, para que los feligreses tomaran como ejemplo la vida santa de ella quien nunca negó su fe y amor por Cristo y fue una mártir siendo decapitada por mandato del rey Abderramán II.
Celeste | ||
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![]() Cuerpo relicario de Santa Celeste en la Iglesia de Santa Teresa la Nueva (Ciudad de México) |
Onneca u Oneca (Íñiga) Fortúnez de Pamplona12 (c. 848 – después de 958)3 fue una noble vascona4 del Reino de Pamplona, posteriormente denominado Reino de Navarra. Era hija de Fortún Garcés de Pamplona y su esposa Auria o Oria (Awriya bint Lubb ibn Musa).
Por la época en que nace Onneca la península ibérica se encontraba bajo el dominio de la dinastía musulmana Omeya. Solo los reinos del norte de Asturias y Pamplona y los condados catalanes permanecían cristianos, perpetuando las tradiciones hispanorromanas visigodas. Oneca era miembro de la Casa de los Íñiguez, que hacía honor a su bisabuelo Íñigo Arista, quien había fundado el Reino de Pamplona hacia 824, apenas 25 años antes del nacimiento de Oneca.5 La información sobre la vida de Oneca es parcial. Datos biográficos sobre ella provienen de dos fuentes principales: el Códice de Roda y los relatos de historiadores musulmanes andalusíes, que hacen referencia a Oneca por el nombre árabe Durr (در), que significa "perla".
Onneca es principalmente conocida por haber contraído matrimonio con un príncipe de la dinastía Omeya. Aunque las uniones matrimoniales entre concubinas esclavas cristianas y gobernantes musulmanes eran frecuentes, el caso de Onneca es uno de los pocos ejemplos en los cuales una princesa cristiana contrae matrimonio con la realeza musulmana.1 Este matrimonio generó lazos familiares entre las familias gobernantes cristianas y musulmanas de la península ibérica, conduciendo inicialmente a una colaboración estrecha entre la casa de Íñiguez y los musulmanes Omeyas.6 Los efectos políticos del matrimonio de Oneca se hicieron sentir más allá de su muerte, acaecida en fecha incierta.
Matrimonio con el Emir Abdullah[editar]
Fortún Garcés padre de Oneca, que era el heredero al trono de Pamplona, fue capturado en el año 860 en el pueblo de Milagro durante una expedición punitiva contra el pequeño reino de Pamplona comandada por Muhammad I, emir musulmán de Córdoba. La expedición asoló el territorio del reino cristiano y las fuerzas musulmanas se apoderaron de tres castillos. Fortun Garcés, apodado al-Anqar (الأنقر) por los musulmanes a causa de ser tuerto, fue llevado a Córdoba, donde permaneció detenido durante dos décadas en un cautiverio dorado.7
Onneca acompañó o siguió a su padre a Córdoba, donde se casó con Abdullah (o Abd Allah) el hijo de Muhammad I hacia 862/863. Se desconoce cuándo o cómo llegó a Córdoba. Tal vez fuese capturada junto con su padre, o enviada a acompañar a su padre en la corte en una fecha posterior. Posiblemente Oneca era todavía una adolescente cuando le dio a Abdullah un hijo llamado Muhammad en el año 864.3 Al convertirse en esposa de Abdullah, Oneca pasó a ser llamada Durr, un nombre árabe que significa "perla".8 Según algunas fuentes, se convirtió al Islam.910 Además de Muhammad, Oneca y Abdullah fueron padres de dos hijas: al-Baha' y Fátima la joven,11supuestamente tuvieron otro hijo, Zayd ibn Abd Allah, padre de Zaydan ibn Zayd, el Zedán Zada de los libros de linajes portugueses
Hacia 882, luego de permanecer casi dos décadas en Córdoba, Oneca debió regresar a Pamplona con su padre, quien había tomado recientemente posesión del trono, y por tanto abandonó a su marido e hijos musulmanes.12
Abdullah se convirtió en emir en 888, y Muhammad, el hijo de Oneca, fue designado heredero al trono. Sin embargo, el 28 de enero de 891 Muhammad fue asesinado por al-Mutarrif, su medio hermano más joven. Existen discrepancias entre los historiadores sobre si al-Mutarrif actuó impulsado por su propia cuenta o si fue instigado por su padre Abdullah. Al-Mutarrif inicialmente no fue ajusticiado, pero nuevamente sospechoso de tración fue decapitado en 895 por orden de su padre. Por lo tanto Abd-ar-Rahman, el hijo de Muhammad que había nacido tres semanas antes del asesinato de su padre, fue quien sucedió a su abuelo Abdullah como emir de Córdoba. Conocido en occidente como Abd-ar-Rahman III, posteriormente se coronó califa.13 Por lo tanto, Oneca fue abuela por parte paterna de Abd-ar-Rahman III, quien heredó de ella y de su madre Muzna, de raíces vascas, rasgos europeos tales como ojos azules y pelo rojizo claro, el cual Abd-ar-Rahman intentó modificar tiñéndose su barba para asemejarse más a un árabe típico.24
Matrimonio con Aznar Sánchez de Larraún[editar]
Al poco tiempo de regresar a Pamplona, casó con su primo el conde Aznar Sánchez de Larraún, hijo de Sancho Garcés y nieto de García Íñiguez de Pamplona. Tuvieron un hijo y dos hijas, probablemente nacidos entre 883 y 890. Sus hijas, Toda y Sancha, se convertirían en reinas consortes de Pamplona al contraer matrimonio con miembros de la dinastía Jimena, que llegó al poder en el año 905 después de desplazar del trono al padre de Oneca, Fortún Garcés:
- Sancho, de quien se tienen noticias solamente a través de las genealogías del Códice de Roda, probablemente fallecido siendo joven.3
- Toda Aznárez casó con Sancho I Garcés, uniendo a las casas reales de Íñiguez y Jimena.14
- Sancha Aznárez contrajo matrimonio con el hermano de Sancho Garcés I de Pamplona y quien sería su sucesor Jimeno Garcés. Según el Códice de Roda, fue asesinada en Galias in villa Laco por su hijo García Jiménez, quien después fue asesinado por Ihoannes Belescones et Cardelle Belascones in Salerazo.
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