domingo, 30 de mayo de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XII

La Chronica Adefonsi imperatoris, escrita en latín por un autor anónimo entre 1153 y 1157,1​ relata los hechos del reinado de Alfonso VII de León y Castilla (1126-57), llamado El Emperador. Es una crónica cortesana, ya que centra su atención en los sucesos de la corte real, pero contiene también abundante información sobre otros hechos de la época. Junto con la Crónica najerense, la Crónica legionense (anteriormente llamada silense) y la Historia compostelana, es una de las obras más importantes para el conocimiento de la historia de la Alta Edad Media hispana.

Alberga también un texto de interés literario, el Poema de Almería, un poema épico en latín escrito entre 1147 y 1149 que alude, entre otros guerreros destacados de su época, al Cid Campeador y a Álvar Fáñez:

Ipse Rodericus, Meo Cidi saepe vocatus
de quo cantatur quod ab hostibus haud superatur
qui domuit Mauros, comites domuit quoque nostros,
hunc extollebat, se laude minore ferebat.
Sed fateor verum, quod tollet nulla dierum:
Meo Cidi primus fuit Alvarus atque secundus.
El mismo Rodrigo, a menudo llamado Mio Cid,
de quien se canta2​ que nunca fue vencido por sus enemigos,
que dominó a los moros y dominó a nuestros condes,
lo ensalzaba [a Álvaro], a sí mismo no se dedicaba tan grandes elogios.
Pero os confieso una verdad que no cambiará con el tiempo:
Mio Cid fue el primero y Álvaro el segundo.


Localización y autoría[editar]

Aunque se postuló como autor a un cronista cercano a la corte del propio rey, y en concreto al obispo de Astorga o al franco (o catalán, pues así eran denominados en esta época) Arnaldo, este último no pudo serlo, pues murió antes de 1153, y la obra contiene datos que solo pueden ser de ese año; tampoco parece que fuera un miembro cercano al séquito regio. Lo más probable es que fuera un estudiante de latinidad o un litteratus no demasiado erudito, que conocía los autores clásicos a los que trataba de emular solo por fuentes tardías y cristianas, y en general de segunda mano, y que probablemente escribió esta biografía del emperador Alfonso con el fin de hacer méritos para su carrera, quizá para poder alcanzar un puesto en la cancillería regia. El texto tiene vinculaciones leonesas o toledanas; o quizá ambas, pues la obra refleja un claro leonesismo, pero también un conocimiento directo y cercano de las tradiciones e historia oral del Regnum Toletanum, es decir, del territorio de la antigua taifa de Toledo, que en ese momento era una zona fronteriza.3

Análisis[editar]

La Crónica del emperador Alfonso no solo es una biografía, sino que tiene un alcance colectivo, al hacer del Emperador un guía mesiánico de los pueblos hispánicos en su espíritu de cruzada neogoticista, muy típico de las crónicas asturianas y leonesas, que cargan sus tintas en la recuperación de la patria gótica perdida a manos de los sarracenos. Particularmente, el enemigo en la crónica de Alfonso el Emperador es el almorávide y el almohade, más que el andalusí, ya que una figura como Zafadola (Sayf ad-Dawlah, último vástago de la dinastía hudí, que fueron reyes taifas de Zaragoza) cumple un papel de aliado de Alfonso VII similar a la que el mudéjar Avengalbón desempeña en el Cantar de mio Cid.4

Esta crónica no tuvo influencia en la cronística posterior, particularmente en las dos obras magnas que forjaron la historia de España un siglo después: el Chronicon mundi del Tudense y De rebus Hispaniae del Toledano. Acaso pudo influir en la Primera crónica de Sahagún, aunque este vínculo tampoco está suficientemente probado.




El Fuero de Alba de Tormes es el documento donde se otorga la carta puebla o fundacional, a los pobladores de la localidad de la villa de Alba de Tormes en Salamanca), y que recopila los usos y leyes que se aplican en su territorio y sus moradores. Fue concedido en Salamanca el 4 de julio de 1140 por Alfonso VII de León y su mujer Berenguela y confirmado por Alfonso X en 1279.

Escrito en romance asturleonés, sigue el modelo del Reino de León y se inscribe dentro de la familia foral de Zamora, Salamanca y Ledesma.




Fuero de Cerezo

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El fuero de Cerezo fue concedido por el Emperador Alfonso VII de León el 10 de enero de 1146 a la villa de Cerezo de Río Tirón1​ (Burgos-España). Fue confirmado por Alfonso VIII en 1165.

NOTAS: La fecha de 1146 que señala Llorente, y que han seguido otros autores, es errónea, como manifiesta Martínez Diez, debiendo ser corregida por el año 1151, según la datación fáctica. Por otra parte, en la relación de localidades de este autor, faltan cinco al saltar entre las dos Salinillas del Fuero, error que han cometido otros autores...

El texto del Fuero ha sido publicado por Llorente (1807), quien señala como su fuente la COLECCIÓN DIPLOMÁTICA de Martínez Marina. Otras publicaciones que lo incluyen son las de Martínez Diez (1981) y Pérez Avellaneda (1983 y 2009), quien presenta, en esta última obra, una justificación actualizada de las equivalencias entre poblaciones antiguas y actuales, incluidas las desaparecidas.

Es importante documentalmente ya que nombra 134 aldeas del alfoz de Cerezo, quedando este comprendido desde el valle de Losa hasta la sierra de la Demanda y el valle de Juarros, cubriendo territorios hoy pertenecientes a las provincias de ÁlavaBurgos y La Rioja.

Enumeración de las poblaciones[editar]

Castello de Peones (Castil de Peones), et Revillagosos (Revillagodos), et Quintana-Embides (Quintanavides), et Sancta Eulalia (Santa Olalla de Bureba), et Sancta Maria de Invierno (Santa María del Invierno), et Petrafita (Piedrahíta de Juarros), et Villa-Escusa de Solana (Villaescusa la Solana), et Otero (granja San Otero en término de Cerratón de Juarros), et Villamaior de Sombria (Villaescusa la Sombría), et Quintanela del Monte (Quintanilla del Monte en Juarros), et Sanctus Johannes de Ortega (San Juan de Ortega), et Villanasur (Villanasur Río de Oca), et Caprus-la-ibierno (Despoblado junto a Agés), et Sancto-Venia (Santovenia de Oca), et Villamorico (Villamórico), et Sanctus Ceprianus usque Modubar (Modúbar de San Cibrián), Sanctus Adrianus maior, y Sanctus Adrianus minor (ambos San Adrián de Juarros), Halariza (Alarcia), Valmala (Valmala), Sancta Crux del Valle (Santa Cruz del Valle Urbión), Arzeledo de yuso, Arceledo de suso (ambas poblaciones estaban junto a Soto del Valle y Garganchón), Garganchón (Garganchón), Sauto (Soto del Valle, hoy barrio de Santa Cruz del Valle), Arzeledillo (Areceredillo, granja en término de Ezquerra), Tolsantos (Tosantos), Sanctus Michael de Petroso (San Miguel de Pedroso), Esguerra (Ezquerra), Villagalixo (Villagalijo), et Sanctus Clemens (San Clemente del Valle), Sanctus Vincentius (San Vicente del Valle), Sancta Eulalia (Santa Olalla del Valle), Espinosa (Espinosa del Monte), Villanova (despoblado en término de Fresneda de la Sierra), Fresneda (Fresneda de la Sierra Tirón), Villa Eterna (Eterna), Sanctus Petrus de Monte (San Pedro del Monte), Sotillo (Sotillo de Rioja), Sanctus Johannes de Buradon (despoblado junto a San Pedro del Monte), Radizela de Campo (Redecilla del Campo), Castrillo (despoblado junto a Ibrillos), Ensenilas (Encinillas, despoblado entre Fresno y Cerezo), Terrazas, Sagrero (ambos despoblados entre Belorado y Fresno), Fresno (Fresno de Río Tirón), Castrillo de Carrias (Castil de Carrias), Quintanela de So-Carrias (despoblado en Bañuelos de Bureba), Bannuelos (Bañuelos de Bureba), Quintana de Loranco (Quintanaloranco), Loranquillo (Loranquillo localidad ya despoblada), Villa de suso (despoblado junto a Quintanaloranco), Lorancos (despoblado junto a Loranquillo), Valdegrun (término de Cerezo, conocido como Valdebrún), Vallazum (término de Cerezo, conocido como Vallún), Quintanela de Sancto Garcia (Quintanilla San García), Pisces aureos (despoblado cerca del anterior, conocido como Pecesorios), Vallarta (Vallarta de Bureba), Vallartilla (despoblado al suroeste de Vallarta), Ecclesia Salennia (Grisaleña), Quintanela de bon (Quintanillabón), Aguilar de Bureba Aguilar de Bureba, Quintana de yuso (Quintanabureba), Quintana de suso (despoblado junto a la anterior), El Hoyo (despoblado junto a Salinillas de Bureba), Revilla-falcon (Revillalcón), Salinillas-1 (Salinillas de Bureba), Piernegas (Piérnigas), Bueso (Buezo), Sanctus petrus de Foz (San Pedro de la Hoz), Faedo (Ahedo de Bureba), Salinillas-2 (Salas de Bureba), Galvarros (Galbarros), Término (Santa Gadea del Cid), Cabos redondos (Caborredondo), Ripiella (despoblado en término de Fuentebureba), Pradano (Prádanos de Bureba), Alcocero (Alcocero de Mola), Cuevacardel (Cueva Cardiel), Villalmondar (Villalmóndar), Villalvos (Villalbos), Villanova de Conde (Villanueva de Teba), Villanova de Iudeos (Villanueva de Judíos) despoblado junto a Pancorvo), Artable (Altable), Foncea Foncea, Arce Arce (antigua población cercana a Foncea), Cellorigo (Cellorigo), Buxedo (Bugedo), Galvarruli (Galbárruli), Ferrera (Herrera, despoblado junto al monasterio de camaldulenses), Sajuela de yuso, Sajuela de suso (ambas enclave burgalés de Sajuela) en la Rioja, cercanas a Castilseco, Castrilseco (Castilseco), Vilaseca (Villaseca), Naharruli (Casalarreina), Saja-Zaharra (Sajazarra), Fonzaleche (Fonzaleche), Sanctus Michael de Leyva (barrio de Leiva hoy desaparecido), Tormantos (Tormantos), Sanctus Emilianus de Iecora (San Millán de Yécora), Quintanilla de Duennas (Quintanilla de las Dueñas, desopoblado de Cerezo), Arto (despoblado de Cerezo), Trepeana (Treviana), Pradolongo (Pradoluengo), Pancorbo (Pancorvo), Moriana (Moriana), Tejuela (Tejuela despoblado junto a Santa Gadea del Cid), Fontecha (Fontecha), Alzedo (Alcedo), Bergüenda (Bergüenda), Bachicabo (Bachicabo), Barrio (Barrio), Nograro (Nograro), Monte (despoblado entre Nograro y Quejo), Quexo (Quejo), Sanctus Sadorninus (San Zadornil), Vilanova de Gurendez (Villanueva de Valdegovía), Sanctus Emilianus (San Millán de San Zadornil), Villafria (Villafría de San Zadornil), Pinedo (Pinedo), Valpuesta (Valpuesta), Carcamo (Cárcamo), Gurendez (Gurendez), Villannane (Villanañe), Villamaderne (Villamaderne), Tuesta (Tuesta), Posada (antigua población probablemente en la Bureba), Espeio (Espejo), et Castellum (despoblado en término de Cárcamo).




El Fuero de Oviedo, es un fuero otorgado a la ciudad asturiana de Oviedo por parte de Alfonso VI.

Historia[editar]

El documento fue realizado a raíz de la visita del monarca a la Catedral de Oviedo y la apertura del Arca Santa en ese mismo viaje. El escrito original no se conserva, teniendo referencias de él gracias un documento de Fernando IV fechado en 1295 en el que ve inscrito el Fuero otorgado en 1145 por Alfonso VII confirmando el anterior de Alfonso VI.

Texto[editar]

El fuero contemplaba dos facetas de gobierno, la parte político-organizativa y la parte sobre el Derecho Civil.

Leyes organizativas[editar]

En la parte organizativa indicaba :

...el cargo de merino recayese siempre en un vecino de la ciudad, no siendo obligatorio y teniendo únicamente el rey la potestad de deponerlo; que los habitantes de la ciudad fuesen sólo vasallos del Rey, siendo libre todo siervo del fisco real que se acoja al Fuero; la inviolabilidad del domicilio; la exención de la fonsadura excepto cuando estando movilizados todos los hombres de armas de los demás concejos, el Rey estuviese cercado o requiriese auxilio en combate; la igualdad ante la ley de magnates y vecinos llanos; la exención del servicio personal al que obligaba la posesión de tierras.

Derecho Civil[editar]

En la parte del derecho civil indicaba:

...que los propietarios de tierras fuesen libres de venderlas aun cuando abandonen la ciudad y que pudiesen testar siempre y cuando no privasen por completo de herencia a sus hijos.

El incumplimiento del derecho conllevaba una multa,

...castigándose el falso testimonio y el allanamiento de morada y considerándose eximente del cargo por agresión el haber sido injuriado por el agredido con los calificativos de cornudo, sodomita, traidor o similares. Se prohibía el procedimiento del embargo cuando el demandado prestaba fianza, se establecía la obligatoriedad de prestar declaración y se instituían la prueba caldaria y la prueba del duelo.

Otras disposiciones[editar]

El texto se completaba con disposiciones por las que se permitía el comercio libre de sidra y pan y castigar a los comerciantes que engañaran en las medidas.




El Poema de AlmeríaPrefatio de AlmariaPraefatio Almeriae ('Prefacio de Almería') o Carmen de expugnatione Almariae urbis ('Cantar de la conquista de Almería') es un poema épico en latín medieval en 385½ hexámetros leoninos.1​ Fue añadido al final de la Chronica Adefonsi imperatoris, una crónica del reinado de Alfonso VII de León. Narra la victoriosa campaña militar del año 1147 que culminó en la conquista del puerto de Almería. El poema, tal como se conoce, está inacabado, terminando de forma abrupta antes de la narración del sitio de Almería. De las 385 líneas y media que se conocen, 293 consisten en la clásica enumeración de los guerreros o dénombrement épique propia de la poesía épica.12

Este poema ha sido motivo de un gran interés por parte de críticos y académicos ya que aporta importantes claves para entender los orígenes y el desarrollo de la épica castellana (los cantares de gesta) y la naturaleza de las costumbres aristocráticas y militares de los reinos cristianos en la Hispania medieval.12​ Ha sido descrito como «una reliquia de incomparable interés para la arqueología cultural del siglo XII»32​ y «un espléndido reflejo de su tiempo y, en este sentido, de gran valor también como literatura».45​,2​ En cuanto a su estilo, ha sido relacionado con el paralelismo de la poética de la Biblia Hebrea y con los modelos clásicos de Virgilio y Ovidio.





El segundo sitio de Coria llevado a cabo por el Alfonso VII de León el Emperador empezó a comienzos de mayo de 1142 y finalizó con la capitulación y toma de la ciudad12​ en junio del mismo año.

Antecedentes[editar]

Alfonso VII tomó parte en las operaciones

La Crónica de Alfonso III menciona una posible toma temporal de la ciudad por dicho monarca junto a otros lugares al sur del Sistema Central, siendo sin embargo su motivación probablemente habría sido la de profundizar en la despoblación del territorio más que la de conquistarlo.3​ Fue conquistada por Alfonso VI en septiembre de 1079,nota 1​ en un movimiento estratégico del monarca que le sirvió creó para crear una cuña que amenazaba a las importantes ciudades musulmanas de Toledo y Badajoz,7​ previo a la conquista de Toledo en 1085. Fue mantenida como plaza cristiana, de manera precaria, hasta 1110-1113, cuando pasó a manos almorávides10​ tras la muerte de Alfonso VI en 1109. Alfonso VII había asediado la ciudad — la plaza más importante entre el Sistema Central y el Tajo11​ en el ámbito de expansión leonesa— en vano en julio de 1138, operación militar durante la cual su general Rodrigo Martínez falleció en combate.12

Asedio[editar]

El éxito del sitio 1142 marcó el comienzo de una serie de operaciones militares que caracterizaron la parte final del reinado de Alfonso VII, durante la cual el emperador lideró en persona por lo menos ocho expediciones en territorio musulmán.13​La fuente principal que documenta el asedio es el segundo libro de la Chronica Adefonsi imperatoris, que sitúa temporalmente el asedio «dos años y seis meses después de la captura de Oreja».nota 2​ La respuesta inicial de la población de Coria, tanto almorávides como los musulmanes locales, fue la de fortificar las puertas de la ciudad impidiendo la entrada o la salida con una "resistente muralla de refuerzo".nota 3​ Aunque las armas de asedio habían sido usadas en el sitio anterior cuatro años antes, en 1142 fueron más eficaces:

La península ibérica hacia 1150 —aunque solo unos pocos años después del asedio ya refleja el desmonoramiento del imperio almorávide en favor de los almohades—; Coria está cerca de la frontera musulmana marcada por el río Tajo y de la frontera con el joven Reino de Portugal
[Alfonso] ordenó a sus ingenieros que construyeran una torre de madera que se elevara por encima de las murallas de la ciudad, además de maquinaria de asedio, catapultas y pluteos con los que comenzó a debilitar las murallas y destruir las torres.nota 4

Desafortunadamente para las fuerzas de defensa la hambrunas atacó. El asedio todavía estaba en curso el 6 de junio cuando, desde el lugar donde estaba acampado, Alfonso otorgó la villa de Fradejas a la diócesis de Zamora.9​ El fuero de dicha concesión atestigua que Ponce Giraldo de Cabrera —posiblemente señor de la cercana Salamanca y recientemente nombrado príncipe de Zamora— y Ponce de Minerva estaban presentes en el sitio.14​ Con el incremento de los muertes y la inanición de los asediados, los almorávides ofrecieron a Alfonso lo siguiente: si en un periodo de treinta días no pudieran conseguir apoyo desde el exterior, capitularían la ciudad con todos sus cautivos y riquezas.nota 5​ Se solicitó auxilio a destacados dirigentes de Al Ándalus como el emir almorávide y los gobernadores de Sevilla y Córdoba, pero dado que ninguno pudo ofrecer ayuda, la guarnición se rindió pacíficamente.15

Tras la toma de la ciudad Íñigo Navarro fue nombrado obispo de la refundada diócesis de Coria. Alfonso marchó entonces al norte hacia Salamanca, donde el abad cluniacense Pedro el Venerable le estaba esperando. 

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