SIGLO XII
Se conoce como pacto de Guadalajara al acuerdo firmado, el 29 de octubre de 1207, entre Sancho VII de Navarra y Alfonso VIII de Castilla.
En virtud de este pacto se inició una tregua de cinco años entre ambos reinos y el rey castellano además prometió al navarro mediar entre Pedro el Católico de Aragón para que éste también llegase a un acuerdo con Navarra.
Gonzalo Rodríguez Girón (c. 1160-1231),a también conocido como Gonzalo Ruiz Girón, hijo primogénito de Rodrigo Gutiérrez Girón y de María de Guzmán, fue uno de los magnates más ricos y poderosos de la edad media en Tierra de Campos,2 así como uno de los más leales colaboradores del rey Alfonso VIII, de la reina Berenguela y después del rey Fernando III de Castilla.
Servicios a la corona[editar]
Miembro de la curia regia de los reyes Alfonso VIII y Fernando III de Castilla|Fernando III, fue mayordomo desde 1198 hasta 1216 y de 1217 a 1231.3 Junto con sus hermanos Rodrigo, Pedro, Nuño, y Álvaro, participó en la Batalla de las Navas de Tolosa que se libró el 16 de julio de 1212.4
Después de la muerte del rey Alfonso VIII, fue mayordomo del futuro Enrique I de Castilla hasta que fue sustituido el 29 de diciembre de 1216 por Martín Muñoz de Hinojosa a instancias del conde Álvaro Núñez de Lara quien en 1215 se había hecho con la tutela del rey-niño en contra del parecer de la iglesia y de un segmento de la nobleza, lo cual provocó el alejamiento del bando liderado por Gonzalo quien se unió al partido nobiliario alrededor de la reina Berenguela.
En febrero de 1216, se celebró en Valladolid una curia extraordinaria a la que asistieron magnates castellanos como Lope Díaz de Haro, Gonzalo Rodríguez Girón, Álvar Díaz de Cameros, Alfonso Téllez de Meneses y otros, que acordaron, con el apoyo de la reina Berenguela, hacer frente común ante Álvaro Núñez de Lara. A finales de mayo de ese mismo año, Berenguela decidió refugiarse en el castillo de Autillo (Palencia) cuya tenencia ostentaba Gonzalo Rodríguez Girón, enviándo a su hijo, el infante Fernando a la corte de León con su padre, Alfonso IX.
El 15 de agosto de 1216 se reunieron todos los magnates del reino de Castilla para intentar llegar a un acuerdo para evitar una guerra civil, sin embargo, las desavenencias llevaron a los Girón, los Téllez de Meneses y los Haro a alejarse definitivamente del conde Álvaro Núñez de Lara.
Según la Crónica latina de los reyes de Castilla, el año 1217 fue de gran tensión, quanta nunquam fui tantea in Castella.5 El conde de Lara se enfrentó a la reina Berenguela y sus seguidores, liderados por el conde Lope Díaz de Haro y Gonzalo Rodríguez Girón. La reina se refugió en el castillo de Autillo de Campos que controlaba Gonzalo. Álvaro Núñez de Lara se negaba a renunciar el poder alcanzado hostigando al bando adepto a Berenguela y devastando el valle de Trigueros y sitiando Autillo de Campos, donde se encontraba Berenguela y sus partidarios, así como Cisneros y Frechilla.6
Las circunstancias cambiaron repentinamente cuando Enrique falleció el 6 de junio de 1217 después de recibir una herida en la cabeza de una teja que se desprendió accidentalmente cuando se encontraba jugando con otros niños en Palencia. El conde de Lara, su ayo, intentó ocultar los hechos, llevándose el cadáver del rey al castillo de Tariego, aunque no se pudo evitar que la noticia llegase a la reina Berenguela.7
Inmediatamente, Berenguela encargó a Lope Díaz de Haro, Gonzalo Rodríguez Girón, y a Alfonso Téllez para que trajeran a su hijo Fernando que en esos momentos se encontraba en Toro con su padre el rey Alfonso,8 utilizando como pretexto un hipotético ataque a Autillo, sin desvelar la muerte de su hermano Enrique.8 A pesar de las reticencias de las infantas Sancha y Dulce, los magnates lograron convencer al monarca que Enrique se encontraba sano y vivo,8 partiendo entonces desde Toro con el infante Fernando. Berenguela, la legítima heredera, renunció el trono de Castilla en su hijo Fernando quien poco después fue proclamado rey en Autillo de Campos el 2 de julio de 1217.9
Tenencias, patrimonio y poder[editar]
La posición de Gonzalo Rodríguez Girón se consolidó una vez que el reino quedó pacificado y había desaparecido el peligro que representaba el conde de Lara y sus hermanos. Fue mayordomo mayor del rey Fernando III de Castilla y destacado miembro de la curia regia. Tuvo varias tenencias en diferentes periodos, entre ellas Monzón, Liébana, La Pernía, Gatón de Campos, Herrín de Campos, Peñas Negras, Cervera, Guardo, la mitad de la importante tenencia de Carrión—compartida con su hermano Rodrigo Rodríguez Girón—y en 1194 suceció a su padre en la tenencia del castillo de Torremormojón. También aparece como señor del lejano castillo de Entrepeñas (en las cercanías del Monasterio de San Román de Entrepeñas, en Santibáñez de la Peña) y fue propietario de varios lugares en el término de Boadilla de Rioseco, Carrión, Cardeñosa de Volpejera, Revenga de Campos, y Villasabariego de Ucieza así como en Cordovilla.10 En 7 de septiembre de 1221, el rey Fernando el Santo recompensó a Gonzalo su fidelidad y servicios prestados con el señorío de Autillo de Campos «para vos e para vuestros fijos et para vuestros nietos, e para los que vengan después de vos del vuestro linaje para siempre jamás»,11 merced confirmada posteriormente a sus descendientes por otros monarcas.
Benefactor[editar]
En 1209, junto a su primera mujer, fundó el Hospital de la Herrada, entregando al obispado de Palencia la administración del hospital que poseían en Carrión en el barrio de San Illodo y San Antonino, hospital en el camino de Santiago Francés, junto a la villa de Carrión, para dar limosna y hospedar a los peregrinos y curarlos de sus enfermedades.10
Gonzalo falleció alrededor de 1231 y recibió sepultura en el Hospital de la Herrada que había fundado.
Matrimonios y descendencia[editar]
Contrajo un primer matrimonio alrededor de 1190 con Sancha Rodríguez3 (fallecida entre 1209, fecha de su última aparición en la documentación, y 1212, meses antes del segundo matrimonio de Gonzalo).10 Algunos autores opinan que fue hija de Rodrigo Rodríguez de Lara (ca. 1130-1190), llamado conde de Lara, aunque este personaje jamás ha sido documentado, y de una Elvira García de Azagra. El medievalista Jaime de Salazar y Acha sostiene que Sancha fue hija del alférez real Rodrigo Fernández de Toroño y de Aldonza Pérez de Carrión, hija de Pedro Muñoz de Carrión, tenente en Aranga y descendiente de los Banu Gómez y del magnate gallego Pedro Froilaz.3
Un documento esclarecedor, citado por varios autores, menciona a todos los hijos habidos de sus dos matrimonios, salvo a Gonzalo. El 8 de mayo de 1222 en la documentación de la Catedral de Palencia, Gonzalo, mayordomo del rey, en compañía de sus hijos y su segunda esposa ratificó a la sede episcopal palentina, que se lo retorna de por vida, la donación de un hospital en el barrio de San Zoilo de Carrión con todos sus bienes y derechos. Los hijos del primer matrimonio fueron:12
- Rodrigo González Girón,3 nacido antes de 1194 y fallecido en 1256.
- Gonzalo González Girón13 (m. 1258) canciller mayor del rey Fernando III de Castilla, a quien acompañó en la conquista de Sevilla.b
- Teresa González Girón, quien suscribe el documento de 1222 con el consentimiento de su marido, Rodrigo González.c
- María González Girón, también suscribe el citado documento con el otorgamiento de su primer marido, Guillén Pérez de Guzmán,13 hijo de Pedro Rodríguez de Guzmán y de Mahalda. María volvió a casar con Gil Vázquez de Soverosa,15 teniendo sucesión de ambos matrimonios. De su primer matrimonio con Guillén Pérez de Guzmán tuvo a Mayor Guillén de Guzmán, amante de rey Alfonso X.
- Aldonza González Girón casada antes de 1222 con Ramiro Fróilaz,13 hijo del conde Froila Ramírez y la condesa Sancha Fernández.
- Elvira González Girón (m. después de 1255), quien suscribe el documento con la autorización de la abadesa del Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas.13d
- Sancha González Girón (m. después de 1269), también monja, quien suscribe con el permiso de la abadesa del San Andrés de Arroyo13e
- Brígida González Girón, monja en el Monasterio de Santa María de la Consolación de Perales,13 quien firma con el consentimiento de la abadesa.
Gonzalo se casó por segunda vez alrededor de mayo de 1213 con Marquesa Pérez quien pudo haber sido de la casa de los Villalobos o de los Manzanedo, aunque su filiación no ha sido confirmada.18fg Juntos suscribieron un documento de 1222 mencionando a los hijos de este matrimonio, todos menores de edad en esa fecha.19En 1224, con su esposa Marquesa, donaron al Hospital de La Herrada que había fundado la iglesia de Santa María de Baquerín.20 Los hijos de este segundo matrimonio, que no tuvieron tanta relevancia histórica como los del primero, fueron:20
- Pedro González Girón
- Muño González Girón
- Nuño González Girón
- María González Girón (m. después de 1266), también conocida como María Girón (igual que su hermana, hija del primer matrimonio de su padre), contrajo matrimonio con Ponce I de Urgel, dejando a los dos hijos tenidos de este segundo matrimonio, Ermengol y Álvaro, un importante patrimonio en los reinos de Castilla y de León.21h
- Leonor González Girón, esposa, según Luis de Salazar y Castro, de Gonzalo Gómez de Roa, ricohombre y señor de Aza y de Roa, con quien tuvo tres hijos; uno de ellos, Juan González de Roa, ostentó el maestrazgo de la Orden de Calatrava.
- Inés González Girón.
- Mayor González Girón, posiblemente la mujer de Lope López de Haro «el Chico», hijo de Lope Díaz II de Haro y de la infanta Urraca Alfonso de León.
El Tratado de Sahagún123 (también conocido como Paz Perpetua de Sahagún) fue firmado en Sahagún el 4 de junio de 1170452 entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón.
Según los términos del acuerdo, Alfonso VIII de Castilla garantizaba al monarca aragonés, el pago de 40 000 maravedís durante cinco años por parte de Ibn Mardanish26 y que este aceptaría el arbitraje de cuatro condes6 en las querellas pendientes,2 mientras que Alfonso II de Aragón a cambio de ese dinero se comprometía a tener paz con el "rey lobo" durante cinco años.
El tratado de Berdejo fue firmado el 5 de octubre de 1186 en Berdejo entre el reino de Castilla y el de Aragón contra el de Navarra.
Es similar a los tratados de Ágreda del 21 de enero de 1186 y el de Sauquillo del 30 de septiembre de 1187 en contra del señor de Albarracín, en manos del navarro Pedro Ruíz de Azagra, pero en éste se amplía a ayudarse mutuamente contra Navarra. Se obligan a no firmar un pacto con Sancho VI el Sabio sin consentimiento del otro. En él Alfonso VIII de Castilla se arrepiente de la firma de las paces de 1179 y presiona para conseguir la parte del territorio de Álava que quedó en manos del rey de Navarra.
El Tratado de Cabreros fue un acuerdo suscrito el día 26 de marzo de 1206 entre Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla en el municipio vallisoletano de Cabreros del Monte para tratar de poner término a las disputas existentes entre ambos reinos por la posesión de diversas fortalezas que se hallaban en manos de Alfonso VIII, y por la posesión de los castillos que constituían la dote de la reina Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII y esposa de Alfonso IX de León, de quien el soberano leonés se había separado en 1204.
Antecedentes[editar]
En 1197 Alfonso IX de León se había desposado con la infanta Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII de Castilla y de la reina Leonor de Plantagenet para poner término a la guerra que desde el año 1195 había enfrentado a ambos reinos. En las capitulaciones matrimoniales, otorgadas en la ciudad de Palencia el 8 de diciembre de 1199, dos años después de celebrarse el matrimonio, Alfonso IX confirmó la entrega a su esposa de las torres de la ciudad de León, Astorga, Valencia de Don Juan, y otros treinta castillos, al tiempo que entregaba como garantía a su primo Alfonso VIII diez castillos, en prenda de la seguridad de lo acordado entre ambos.1Los castillos entregados por Alfonso IX a su esposa se encontraban dispersos en territorio leonés, gallego y asturiano, contándose entre estos últimos los de San Pelagio de Barro, Aguiar da Moa, Alba de Búval, Canderrei y Aguiar de Pedraio.2Por su parte, Alfonso VIII de Castilla entregó a su hija Berenguela como dote todas las poblaciones y fortalezas leonesas de las que se había apropiado durante la guerra castellano-leonesa de 1196-1197, y que eran reclamadas por Alfonso IX de León.
La vigilancia de la dote quedaría a cargo de doce caballeros que serían vasallos de la reina Berenguela, pero que debían mantenerse leales al soberano leonés, con el beneplácito del soberano castellano, y en caso de separación matrimonial, la dote continuaría en poder de la reina Berenguela. No obstante, se estipuló que en el caso de que Alfonso IX se separase de su esposa, las fortalezas entregadas por el soberano leonés y que constituían la dote quedarían bajo control castellano. Así mismo, fueron previstas todas las posibles contingencias, tales como que Alfonso IX matase a su esposa, que la maltratase, o que la privase de libertad.
Después de contraer matrimonio, Alfonso IX de León y su esposa fueron excomulgados por el papa Inocencio III, quien justificó tal sentencia por el grado de parentesco que unía a los cónyuges, ya que Berenguela era sobrina segunda de Alfonso IX de León. A pesar de la excomunión que pesaba sobre ellos, los reyes de León procuraron retrasar cuanto pudieron la separación matrimonial y en mayo de 1201 Inocencio III ordenó a Pedro Suárez de Deza, arzobispo de Santiago de Compostela, a Martín López de Pisuerga, arzobispo de Toledo, y a los obispos de Palencia y de Zamora que confirmasen la sentencia de excomunión contra Alfonso IX de León.3
Debido a la sentencia de excomunión e interdicto que pesaba sobre ellos, los reyes de León se separaron en abril de 1204, tras una asamblea de prelados castellano-leoneses que se reunió en la ciudad de Valladolid, y en el mes de mayo de 1204 la noticia de la separación de ambos cónyuges llegó a Roma. El 19 de junio de 1204 el papa Inocencio III levantó la sentencia de excomunión e interdicto que pesaba sobre el rey de León y sobre sus principales consejeros, entre los que se hallaba Pedro Fernández de Castro "el Castellano", haciéndose público dicho levantamiento en el mes de octubre de 1204, según consta en un privilegio otorgado por Alfonso IX a la Catedral de Astorga.4
Tras la separación de Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla, surgió un conflicto entre los reinos de Castilla y León por la posesión de los castillos que constituían la dote de la reina Berenguela, y que le habían sido entregados a ella por el soberano leonés. Inocencio III manifestó que las fortalezas en disputa pertenecían a Alfonso IX, y amenazó con la excomunión a Berenguela de Castilla y a su padre Alfonso VIII si se negaban a devolver las fortalezas al rey leonés, sugiriendo además el Pontífice que en caso de no alcanzar un acuerdo entre ambas partes el pleito fuese remitido a la Santa Sede.5
Tratado de Cabreros[editar]
Con el propósito de mantener la paz entre los reinos de Castilla y León y de poner fin al pleito existente sobre la posesión de las fortalezas que constituían la dote de la reina Berenguela de Castilla, Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla se entrevistaron en el municipio vallisoletano de Cabreros del Monte el día 26 de marzo de 1206.
Alfonso VIII de Castilla concedió a su nieto, el infante Fernando de León, los castillos de Monreal, El Carpio, Valderas, Bolaños de Campos, Villafrechós, Castrotierra de Valmadrigal, Almanza, Siero de Asturias y Siero de Riaño, que eran reclamados por Alfonso IX de León desde que su primo Alfonso VIII se apoderó de ellos durante las guerras que ambos habían mantenido en el pasado. De este modo, Alfonso VIII cumplía lo dispuesto en su testamento, otorgado el 8 de diciembre de 1204, en el que disponía que dichas fortalezas deberían ser entregadas a su muerte a su nieto Fernando, a no ser que sus testamentarios dispusiesen que dichas fortalezas fueran entregadas a Alfonso IX de León.
Por su parte, la reina Berenguela de Castilla entregó a su hijo, el infante Fernando de León, el municipio de Cabreros del Monte y todas las fortalezas que constituían su dote y que le habían sido entregadas por su antiguo esposo, Alfonso IX de León, y que en ese momento se hallaban en poder de Alfonso VIII, quien se había hecho cargo de ellas tras las capitulaciones matrimoniales de Alfonso IX, como garantía por parte del soberano leonés.Por su parte, Alfonso IX de León entregó a su hijo, el infante Fernando de León, los castillos de Luna, Argüello, Ferrera, Gordón, Tiedra y Alba de Aliste. Quedó fijado además en el tratado de Cabreros qué castillos debían ser considerados propiedad del reino de León y cuáles del reino de Castilla.6
El documento que recogió las cláusulas del tratado fue redactado en romance castellano, y aunque contenía algunos leonesismos, fue, según algunos expertos, el primer documento oficial de extensión considerable en ser redactado en lengua romance.