CONJUNTOS MONUMENTALES
La Inmaculada Concepción es una talla de los siglos xvi o xvii atribuida a Gaspar Núñez Delgado y a Andrés de Castillejos. Está ubicada en la Iglesia de San Andrés, en Sevilla (Andalucía, España).
Atribución y datación
[editar]Actualmente existen dos posturas en lo relativo a la autoría de la imagen: numerosas fuentes asignan la Inmaculada directamente a Gaspar Núñez Delgado123456 mientras que otras la atribuyen a Andrés de Castillejos.78 Estas últimas tampoco descartan por completo la vinculación de Nuñez a la obra, pues en ellas se afirma que realizó un modelo en barro para que Castillejos lo trasladase a la madera,78 asegurándose a su vez que esto se debió a que este último tenía a cargo también la fabricación del retablo que iba a presidir la figura de la Inmaculada.9 La imagen se fecha comúnmente en 15878 (año en que el administrador parroquial Cristóbal Rodríguez Calvo y su esposa Leonor Nuño de Cabrera contrataron el retablo con Castillejos),10 aunque también se la ha datado en 15867 y en 1612,11 fechas que permitirían seguir atribuyendo la autoría de la pieza a ambos. Esta última datación quedaría reforzada frente a las demás debido a la mención de la obra en una disposición testamentaria de 1589, en la que se establecía que la escultura tenía que tomar como referencia a una Inmaculada emplazada en la Casa Profesa de los jesuitas.12
Descripción
[editar]La imagen, en madera policromada y estofada, es de bulto redondo y mide 1,78 metros de alto. La Virgen posee un rostro juvenil aunque no aniñado como muchas Inmaculadas posteriores. Las facciones poseen cierto grado de angulosidad y en ellas destacan una nariz prominente y unos ojos entrecerrados con la vista dirigida al suelo. El cabello, cuya disposición encaja con el estilo de Jerónimo Hernández (guarda a su vez similitudes con una obra suya, el Cristo Resucitado de la Iglesia de Santa María Magdalena de Sevilla),8 cae sobre los hombros formando pronunciados rizos, los cuales enmarcan tanto el cuello como la cara, girada a la derecha, y dejan a la vista la oreja izquierda. Los brazos están flexionados y las manos juntas en actitud orante, con ambas palmas tocándose y los dedos ligeramente doblados. En ambas extremidades se aprecia un desplazamiento hacia el lado opuesto al que gira la cabeza, gesto estrechamente vinculado a la tendencia artística que Martínez Montañés pondría en práctica por vez primera con la Inmaculada de El Pedroso y perfeccionaría hasta llegar a su obra maestra, La Cieguecita.
La talla, cuya policromía corresponde a Francisco Pacheco8 (aunque también se le atribuye a Alonso Vázquez, quien habría policromado la escultura en 1598),10 viste túnica con motivos florales y manto azul sin apenas adornos (tan solo unos ornamentos en el borde). Este manto, cuyo envés muestra delgadas franjas horizontales de color negro sobre un fondo dorado, presenta una serie de pliegues angulosos desde la doblez de la cintura hasta los pies, donde destaca una peana conformada por una media luna y dos cabezas aladas de serafines en el frente. La imagen, descrita como «arrogante y muy original»,12 posee fuertes lazos con el estilo artístico de Montañés, quien como discípulo de Núñez pudo haberse inspirado en ella para la creación de algunas de sus imágenes concepcionistas.
Inmaculada Concepción | ||
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Autor | atribuida a Gaspar Núñez Delgado y a Andrés de Castillejos | |
Creación | 1586, 1587 o 1612 | |
Ubicación | Iglesia de San Andrés, Sevilla (Andalucía, España) | |
Estilo | manierista | |
Material | madera policromada | |
Dimensiones | 178 cm |
Inmaculada Concepción | ||
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Autor | Juan Martínez Montañés | |
Creación | 1623-1624 | |
Ubicación | Hospital de los Venerables, Sevilla (Andalucía, España) | |
Estilo | barroco | |
Material | madera policromada | |
Dimensiones | 168 × 64 × 49 cm | |
La Inmaculada Concepción es una talla de Juan Martínez Montañés realizada entre 1623 y 1624. Está ubicada en el Hospital de los Venerables, en Sevilla (Andalucía, España).
Historia
[editar]La imagen fue realizada entre 1623 y 1624 por Martínez Montañés1 para uno de los retablos laterales de la iglesia del Convento de Santa Clara de Sevilla, realizado también por Montañés aproximadamente en el periodo 1621-1626 y con un añadido de Francisco de Ocampo en 1633.2 La talla se custodió en la iglesia conventual hasta que fue adquirida en el siglo xxi por la Fundación Focus para ser expuesta en la colección permanente del Centro Velázquez, situada en el Hospital de los Venerables.23
Descripción
[editar]La imagen, en madera policromada y de bulto redondo, muestra a la Virgen bajo la advocación de la Inmaculada. A diferencia de muchas Purísimas del barroco, en esta talla la Virgen luce aspecto de mujer madura, pues en el rostro se aprecian arrugas dotadas de gran profundidad así como un mentón marcado y, en general, facciones angulosas muy alejadas del aspecto aniñado de otras imágenes de Montañés, como la Inmaculada de El Pedroso. La Virgen presenta unos ojos casi cerrados y la vista dirigida al suelo, todo ello potenciado por la profundidad de los párpados inferiores y por unas cejas arqueadas que crean claroscuros. El cabello, como es habitual en la imaginería concepcionista de la época, presenta raya al medio y caída sobre los hombros mostrando profusas ondulaciones. Los brazos están flexionados y las manos juntas en actitud orante, con las palmas apretadas, detalle que se aprecia también en la Inmaculada venerada en la Iglesia de San Andrés, si bien esta última tiene el rostro girado hacia la derecha. La imagen del Hospital de los Venerables tiene ambos brazos desplazados hacia la izquierda, detalle presente también en la Inmaculada de El Pedroso que alcanzaría su máximo exponente con La Cieguecita.
La Virgen, con una altura de 1,68 metros, viste túnica de estampado floral con caída vertical hasta los pies, donde se producen notables drapeados, y porta un manto ricamente estofado el cual posee una disposición asimétrica en la que se dibuja una cascada de pliegues en el lado derecho, dotados estos de una amplitud y profundidad tan grandes que a nivel estilístico esta Inmaculada se aleja de las anteriores obras de Montañés. La figura se apoya en un escabel compuesto por una media luna y, frente a la misma, los rostros alados de dos serafines (detalle más propio de Alonso Cano que de Montañés, pues en las Inmaculadas de este último suelen aparecer una o tres cabezas en vez de dos), todo ello dispuesto sobre una sencilla peana barroca.
Legado
[editar]Esta Inmaculada destaca en el catálogo de Montañés por ser el referente más inmediato de su obra maestra, La Cieguecita,1 creadora de una tendencia artística la cual sería imitada con posterioridad y supondría a su vez la ruptura definitiva del canon impuesto por Gregorio Fernández.
La talla tuvo el honor de participar en la exposición Montañés. Maestro de maestros, celebrada en el Museo de Bellas Artes de Sevilla del 29 de noviembre de 20194 al 14 de marzo de 2020. La exhibición tenía prevista su clausura para el 15 de marzo,56 pero la declaración del estado de alarma con motivo de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 produjo su cierre un día antes, debiendo permanecer la imagen en el museo más tiempo del inicialmente previsto a causa del confinamiento decretado por la pandemia.
Inmaculada Concepción | ||
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Autor | Juan Martínez Montañés | |
Creación | 1606-1608 | |
Ubicación | Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, El Pedroso, Sevilla (Andalucía, España) | |
Estilo | barroco | |
Material | madera policromada | |
Dimensiones | 155 cm | |
La Inmaculada Concepción es una talla de Juan Martínez Montañés realizada entre 1606 y 1608. Está ubicada en la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, en El Pedroso, Sevilla (Andalucía, España).
Historia
[editar]Diego Pérez Cabeza, oriundo de El Pedroso, fue un destacado conquistador y poblador del Nuevo Mundo; partió en 1561 rumbo a Perú, donde se desempeñó como menestral al servicio del virrey Nicolás López de Velasco.1 Fallecido en 1582, dispuso en su testamento que se enviase a España una determinada cantidad de dinero (11 484 pesos y 4 reales de plata)2 destinada, entre otras labores, a sufragar en la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación el levantamiento de una capilla y un retablo en honor a la Inmaculada Concepción,2 debiendo donarse una parte para la constitución de una capellanía con el fin de que se oficiasen misas por su alma ante un retablo presidido por un cuadro de Hernando de Esturmio dedicado a Santa Catalina de Alejandría, el cual, debido a que el dinero enviado resultó insuficiente para construir la capilla, pasaría a ocupar el ático del nuevo retablo dado el deterioro de la estructura que lo alojaba originalmente.3 Todas estas tareas fueron encomendadas a Martínez Montañés, quien firmó el contrato de las mismas en presencia de un escribano el 9 de mayo de 1606,4 elaborando la imagen de la Virgen entre 1606 y 160856 y el retablo entre 1606 y 1609.7 El escultor se comprometió además a costear la madera necesaria y a dirigir las labores de instalación de la imagen de la Inmaculada y del resto de esculturas y piezas de la estructura, durando toda la obra en torno a tres años pese al plazo inicialmente estipulado de ocho meses.8 La talla de la Inmaculada presidió el retablo hasta que, por motivos de seguridad,8 fue emplazada en otro de estilo neoclásico fechado a principios del siglo xviii y ubicado en la Capilla Sacramental del templo.1
Descripción
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Según una descripción del catedrático José Hernández Díaz:
Es una bellísima Virgen aniñada, de poético y bello talante, cuyo concepto cambiará años después hacia la sublime interpretación de la Theotocos. La representa en oración, la mirada baja y las manos puestas oracionalmente en forma ovalada…9
La imagen, en madera policromada y de bulto redondo, representa a la Virgen bajo la apariencia de una niña. Las características que denotan este aspecto radican en la forma suave y rechoncha del rostro, con unos pómulos redondeados y sin apenas arrugas de expresión, y en el cuerpo, demasiado pequeño con relación a la cabeza. La Inmaculada posee una melena con leves ondulaciones la cual cae sobre los hombros y perfila tanto el rostro como el cuello. Los ojos están abiertos y miran inadvertidamente hacia el suelo. Los brazos están flexionados y las manos juntas en actitud orante, pudiéndose apreciar un ligero desplazamiento al lado izquierdo que a su vez contrasta con el movimiento de la cabeza, girada al lado contrario, lo que crea un efecto muy alejado del hieratismo patente en el estilo impuesto por Gregorio Fernández; esta diferencia se vería acentuada con La Cieguecita, obra maestra de Montañés que sentaría las bases para un nuevo concepto artístico el cual sería imitado por tallistas contemporáneos y posteriores.
La Virgen, de 1,55 metros de alto, viste una túnica en la que resaltan pliegues casi verticales rematados en la base por una profusión de drapeados tan numerosos que simulan un fruncido. Por su parte, toda la figura se cubre con un manto repleto de ricos estofados que, gracias a su vuelo y disposición asimétrica, dota de movimiento y fluidez a la obra, destacando principalmente los pliegues en forma de abanico presentes en el vientre, acentuados a su vez por el contrapposto originado gracias a la flexión de la pierna derecha. La Inmaculada se apoya en un escabel con forma de media luna en cuyo frente se halla la cabeza alada de un serafín, lo cual se ajusta a la doctrina de Francisco Pacheco (quien policromó la obra),10: p. 14 si bien carece de una aureola de doce estrellas en referencia a las doce tribus de Israel.
Legado
[editar]Esta escultura, influenciada por Jerónimo Hernández8 y Gaspar Núñez Delgado,11 es una de las obras más destacadas de Montañés ya que constituye su primera Inmaculada,12 en la cual se pueden apreciar casi todos los detalles que definen su estilo y que irían evolucionando con el paso del tiempo hasta culminar, veinte años después, con La Cieguecita, su obra más destacada dentro del género inmaculista así como dentro de su catálogo en general. La talla de El Pedroso influyó no solo en La Cieguecita sino también en otras esculturas de corte concepcionista, como por ejemplo la Inmaculada de la Iglesia de San Andrés,13 también de Montañés, o la Purísima venerada en la Iglesia de San Julián, de Alonso Cano. Sumado a esto, la obra sirvió también de inspiración en la pintura, destacando principalmente un cuadro de Velázquez14 fechado hacia 1618.
La Inmaculada de El Pedroso fue solicitada en 2009 para ser exhibida en la National Gallery de Londres, si bien no llegó a ser expuesta ante la negativa del consejo pastoral.15 Años después tendría el honor de participar en la exposición Montañés. Maestro de maestros, celebrada en el Museo de Bellas Artes de Sevilla del 29 de noviembre de 201916 al 14 de marzo de 2020. La exhibición tenía prevista su clausura para el 15 de marzo,1718 pero la declaración del estado de alarma con motivo de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 produjo su cierre un día antes, debiendo permanecer la imagen en el museo más tiempo del inicialmente previsto a causa del confinamiento decretado por la pandemia.
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