domingo, 9 de febrero de 2025

HISTORIA DE ESPAÑA

 CONJUNTOS MONUMENTALES

Las casas de contratación o lonjas eran establecimientos destinados al control de la actividad comercial, el tránsito de personas y expediciones entre España y América. Registraban todas las mercaderías que circulaban entre ambos continentes e intervenían en los juicios comerciales.

Historia

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Las reuniones entre comerciantes, indispensables en todos los países y localidades donde se han practicado transacciones de la misma especie, han debido ser tan antiguas como el comercio mismo y han seguido la evolución de su desarrollo y movimiento. Cuando las exigencias del comercio eran exiguas y la contratación no pasaba de una esfera limitada, dichas reuniones podían celebrarse en cualquier punto, bajo cualquier forma, sin aparato y sin otras condiciones que las precisas para satisfacer su poco importante objeto. Cuando, ensanchada la esfera del comercio, fue preciso facilitar la contratación, simplificar las fórmulas de esta y regularizar todos los actos (poniendo en continua y diaria relación a las personas dedicadas a ellos), las reuniones debieron celebrarse en algún sitio público con fórmulas determinadas para el caso y con ciertas condiciones que cumpliesen con estos fines más complejos.

Tal debió ser el origen de lo que, en unas partes, se llamó casas de contratación, en otras lonjas de comercio y, más adelante, colegios de comerciantes y mercaderes. Por eso, tan pronto como el comercio adquirió mayor grado de prosperidad en el siglo XIII, al tiempo que se fundaron algunos consulados y otros establecimientos, se pensó también en regularizar las reuniones de comerciantes y organizarlas de manera que, ofreciendo las garantías convenientes, pudiesen proporcionar a esta actividad todas las ventajas que eran de esperar de tales mejoras.

Lonja de Barcelona

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Lonja de mar de Barcelona, edificio neoclásico en el emplazamiento en que se encontraban las antiguas.

La lonja más antigua que debemos recordar como casa de contratación en España, era la de Barcelona por haber sido la más floreciente, por las noticias exactas y detalladas que nos han quedado acerca de su régimen y organización. En el año 1380 se aprobó su construcción y los medios propuestos para sostenerla y en 1401 quedó habilitada, celebrándose en ella la famosa reunión de que allí hacemos mérito. Lo dispuesto en las ordenanzas para aquella casa de contratación sirvieron como de modelo para la organización de las demás lonjas y casas de contratación que se fueron estableciendo sucesivamente en la península ibérica.

La entrada en las reuniones de la lonja estaba permitida a cuantos acomodaba concurrir a ellas fueran nacionales o extranjeros, para asuntos del tráfico mercantil. Existía además un cuerpo con el nombre de colegio de mercaderes en que solo eran admitidas personas hábiles y prácticas en el comercio que acreditaran hallarse en actual ejercicio de esta profesión, proceder de linaje limpio y haber nacido en Cataluña cuyas calidades debían aprobarse por los cónsules para que pudiera concederse la inscripción en la matrícula por el ayuntamiento a quien estaba reservada esta facultad en junta con los treinta comerciantes que formaban parte del gran Concejo municipal.

Otras casas de contratación

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Por el orden y bajo las bases adoptadas para el establecimiento de la lonja de Barcelona, se crearon otras en algunas ciudades de la corona de Aragón donde ya el tráfico había comenzado a desarrollarse:

  • la casa de contratación de Perpiñán se estableció en 1412.
  • la de Zaragoza quedó instalada en 1551.

En las provincias de Castilla, cuando reunidas las coronas de Castilla y Aragón y terminada la reconquista pudo abrirse al comercio un campo más dilatado, empezaron a crearse también las lonjas o casas de contratación:

  • la de Bilbao existía de muy antiguo y fue organizada bajo el mismo pie que la de Burgos en 22 de julio de 1511.
  • la de Sevilla fue establecida por los Reyes Católicos tan pronto como se abrió el comercio con las Américas y Felipe II en 1585 mandó construir la suntuosa lonja de comercio que costeó la universidad de mercaderes.
  • en Madrid, se mandó crear casa de contratación y consulado por pragmática de 9 de febrero de 1632 pero esta disposición no llegó a efectuarse y últimamente, según se dice en la ley 6 del título y libro citados.

Casa de contratación de Sevilla

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Archivo de Indias en Sevilla, antigua Casa Lonja, sede del Consulado de Cargadoras a Indias, dependiente de la Casa de la Contratación.

Entre las casas de contratación, la de Sevilla merece un recuerdo particular por el tribunal que se estableció en ella, especialísimo en su clase. Aludimos a la Audiencia real erigida en 1503 por los Reyes Católicos, tan pronto como se estableció y empezó a florecer el comercio de los reinos peninsulares con los de Indias, para perpetuarle en el puerto de Sevilla. Se compuso primitivamente de un presidente, tres oidores, un fiscal, cuatro oficiales, un contador, un tesorero y un factor, que se dividían en dos salas, una de gobierno y otra de justicia. Conocía de todos los negocios relativos a este tráfico y navegación; de las causas de comisos; de las criminales, así de hurtos como de los demás delitos y excesos que se cometían en los viajes de ida y vuelta, de las pérdidas de navíos y mercaderías y de todas las respectivas a los dueños, maestres, marineros y demás gente de mar empleada en los buques de la carrera de Indias, siendo también de su cargo la formación de registros, despachos de buques y exacción de derechos y el percibo, custodia y distribución de los caudales pertenecientes al real Erario. Más adelante fue perdiendo en importancia y atribuciones la Audiencia de la casa de contratación, quedando reducido su conocimiento a solo las dependencias civiles, económicas y criminales de delitos y excesos cometidos en la navegación, a la adjudicación de los caudales de bienes de difuntos que se remitían de América, y al juzgado de alzadas de los pleitos de comercio que ocurrían en el consulado. La Audiencia fue trasladada con la casa de contratación a Cádiz por Felipe V el 12 de mayo de 1717 y Carlos IV, en 18 de junio de 1790, mandó suprimir una y otra con su presidencia, dejando en su lugar un juez de arribadas como lo había en los demás puertos habilitados.

Decaimiento

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Como puede ya inferirse de las últimas indicaciones, la importancia de las lonjas o casas de contratación como establecimientos destinados a la reunión de los comerciantes y a la formalización de sus contratos, comenzó a decaer con el establecimiento de los consulados. Todas las disposiciones que se dictaban, las ordenanzas que se expedían, las reglas que se fijaban, se dirigían a los consulados, universidades de mercaderes y casas de contratación. Ya no eran estos establecimientos especiales contraídos a su objeto: los comerciantes, formando corporaciones con su fuero, con sus privilegios y prerrogativas, se reunían en algún punto de la antigua casa de contratación convertida en consulado. Más adelante ni aun estas reuniones se verificaban ya y vinieron a quedar solamente los consulados con sus tribunales, con sus matrículas de comerciantes y con sus juntas de comercio.






Actual calle Judería, una de las calles que comprendía la antigua judería sevillana.

La judería de Sevilla era el barrio de la ciudad de Sevilla en el que se asentó la comunidad judía desde la conquista de Sevilla por parte de Fernando III de Castilla en 1248 hasta la expulsión de los mismos en virtud del Edicto de Granada dictado por los Reyes Católicos. Actualmente se sigue conociendo como judería a esa zona de la ciudad, que comprende los barrios de Santa Cruz y San Bartolomé.

Historia

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Fuente del barrio de Santa Cruz, antigua Judería de Sevilla.

Aunque existe constancia de la presencia judía en Sevilla desde la época romana y que continuó en el periodo visigodo y musulmán. La expulsión de los judíos de Al-Ándalus ordenada en 1146 hizo desaparecer su presencia en la ciudad.

A partir de la conquista de Sevilla por el rey castellano Fernando III en 1248, los judíos comenzaron a poblar en abundancia la ciudad. Como en otras urbes cristianas, el rey, en el repartimiento, asignó un barrio a esta comunidad, en las proximidades del Alcázar.

La judería ocupaba una superficie aproximada de 16 Has. Se encontraba separada del resto de la ciudad por una muralla que la delimitaba. Esta partía del Alcázar, continuaba por la calle Mateos Gago, Fabiola, Madre de Dios, iglesia de San Nicolás, calle Conde de Ibarra, plaza de las Mercedarias, calle Vidrio y Tinte, en las cercanías de la Puerta Carmona y terminaba en la actual Puerta de la Carne (de Bab Chauar o Puerta de las Perlas, luego de Minjoar).1

Poco después de la conquista, el rey Alfonso X les concedió cuatro mezquitas para que las convirtieran en sinagogas,2​ que corresponden a las actuales iglesias de Santa María la Blanca y de San Bartolomé, la antigua iglesia de Santa Cruz (situada en la actual plaza de Santa Cruz) y el convento de Madre de Dios.3

En 1391 se produjo el asalto a la judería por parte de los cristianos, que se transmitió al gran parte de la Corona de Castilla.4[cita requerida] En la primavera de ese año, el Arcediano de ÉcijaFerrand Martínez empezó a instigar a los cristianos sevillanos contra los judíos. En marzo de ese mismo año, comenzó la revuelta, entrando las masas en la judería destrozando tiendas y agrediendo a los habitantes. Esta revuelta se apagó al llegar las fuerzas del orden, pero los responsables quedaron impunes. Debido a esta impunidad, el 6 de junio de ese mismo año de 1391, la multitud volvió a entrar en la judería, esta vez asesinando a unos 4000 judíos, gran parte de los que habitaban en Sevilla. Por ello, el rey impuso una multa a Sevilla que se llevó pagando durante 10 años.5

En 1492 se decretó la expulsión de los judíos de España o su reconversión al cristianismo. En Sevilla no tuvo tanta repercusión ya que tras la matanza de 1391 y la inseguridad que le siguió, quedaban muy pocos judíos en la ciudad hispalense.6

No obstante, la huella de la comunidad judía en Sevilla puede detectarse en las entrañas de la ciudad como prueba la presencia de un enterramiento hebreo localizado en la calle Cano y Cueto a raíz de la intervención arqueológica previa a la construcción de un aparcamiento subterráneo.  El cementerio, situado a extramuros, se extendía más allá de los terrenos de la actual Diputación de Sevilla, aledaña a la Puerta de la Carne. Los restos óseos y enseres encontrados se custodian en el Museo Arqueología de Sevilla excepto una de las tumbas que, protegida por una cristalera, puede contemplarse hoy en día en la planta menos uno del citado aparcamiento.






Alameda de Hércules
Jardín histórico

Vista de la Alameda tras finalizar las obras en diciembre de 2008.
Ubicación
PaísBandera de España España
Comunidad Andalucía
Localidad Sevilla
Dirección41002
Coordenadas37°23′55″N 5°59′38″O
Características
EstiloRenacentista
Historia
Construcción1574]
Columnas romanas con las estatuas de Hércules y Julio César
Cartel indicativo

La Alameda de Hércules es una importante alameda o jardín público situado en el centro histórico de Sevilla, y por su antigüedad (1574) se clasifica como el más antiguo jardín público de España y de Europa.1​ El amplio jardín de la Alameda de Hércules es el más extenso de los espacios públicos localizados en el interior del casco antiguo de la ciudad. Se encuentra ubicado en el extremo norte de la urbe amurallada, cercana al río Guadalquivir por un lado y próximo al barrio de la Macarena por otro.

Este jardín fue tomado como modelo por otras ciudades a ambos lados del Atlántico. En él se inspiraron las alamedas de San Pablo de Écija (1578), la Alameda de los Descalzos de Lima (1611) y la Alameda Central de Ciudad de México (1592).2

Antecedentes

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Fuentes en superficie
Las otras tres columnas del templo de la calle Mármoles

El origen de la Alameda debemos buscarlo en el antiguo cauce del río Guadalquivir que atravesaba de norte a sur lo que actualmente es el centro de la ciudad, comenzando su entrada por la zona de la Alameda y terminando en la zona de la Catedral. Dicho cauce fue trasladándose al oeste con el paso de los años, formando el actual meandro y permitiendo el progresivo avance del núcleo urbano primitivo hasta llegar a su situación actual. La Alameda es una zona baja en la que se acumulaba el agua del río cuando este se desbordaba, quedando en su lugar una laguna de agua estancada junto a las primitivas murallas de origen romano. Esta laguna quedaría intramuros, al ampliarse la muralla en época almorávide (siglo XI) conociéndose desde la conquista de Fernando III como La Laguna o La Laguna de la Feria por su proximidad a ésta.3

Por otro lado, según una leyenda no documentada, cuando Leovigildo fue designado en 584 para reinar, al año siguiente 585 su hijo Hermenegildo se convirtió al catolicismo -frente al arrianismo de reyes anteriores- y se autoproclamó rey en la ciudad, sublevándose contra su padre. Leovigildo hizo cambiar el curso del Guadalquivir, cortando el paso de agua al brazo menor del río que circulaba por la actual Alameda de Hércules a fuerza de obstaculizar su paso para provocar la sequía a los habitantes de la ciudad.

Historia

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En 1574 el conde de Barajas drenó con acequias los terrenos donde se iba a construir la alameda, los cuales se inundaban a menudo con las aguas que allí se acumulaban de los asiduos desbordamientos del río, los remanentes de las fuentes públicas y las aguas residuales de escorrentía, lo adornó con estatuas y fuentes y lo pobló con hileras de árboles. Nombró a un alguacil que lo vigilara, encomendó el riego y limpieza a los aguadores que vendían el agua de gran calidad de las fuentes, procedente del manantial del Arzobispo.

En el extremo sur se colocaron en abril de 1574 dos columnas, muestra de la incuestionable admiración por los restos arqueológicos romanos de la época. Estas columnas provienen de un edificio situado en la calle Mármoles (del que aún existen otras tres columnas en la citada calle) y de su traslado se encargó el maestro fundidor Bartolomé Morel. A su vez estas columnas habían sido reutilizadas en dicho edificio, por lo que se cree que pudieran provenir del Traianeum de Itálica.4​ Sobre las mismas se colocaron dos esculturas realizadas por Diego de Pesquera, de Hércules (fundador mítico de la ciudad) y Julio César (restaurador de Híspalis). El primero era una copia del Hércules Farnesio, de tamaño monumental próximo al real de la copia romana procedente de las Termas de Caracalla. Dicha copia de 1574 es la primera en mármol de gran tamaño realizada en Europa del héroe tebano, que tanto éxito tuvo desde su descubrimiento (1546) de la mayor parte de la pieza escultórica, la cual estaba incompleta por falta de la cabeza (aparecida en un pozo del Trastévere, ca. 1550) y piernas (aparecidas en 1560 en las Termas de Caracalla).5

Además, dichas esculturas representaban a los dos monarcas de la nueva casa reinante en España. Así, Hércules representa al emperador Carlos I y Julio César representa a su hijo Felipe II, y ambos cierran la composición arquitectónica del monumento mirándose, lo que de manera invisible cierra el conjunto al estilo de los arcos de triunfo romanos. Terminado así el primer monumento civil de Sevilla, en el cual se resalta la grandeza pasada de la ciudad y además se destaca igualmente a la nueva monarquía, pues Carlos I había usado en su escudo las dos columnas de Hércules que actualmente se mantienen en el escudo de España. El 28 de diciembre de 1574 se dio por concluida la nueva Alameda, aunque siempre fue necesaria su renovación a lo largo de los años.6

A pesar de la muralla y de las infraestructuras de drenaje acometidos, la Alameda siguió constituyendo una de las zonas más inundables de la ciudad, por su cercanía al río y por su baja cota. A título de ejemplo en el año 1649, año de la fatídica epidemia de peste que asoló Sevilla, se relata que la Alameda estaba tan inundada que se navegaba por ella con barcos.7

En 1764, 190 años después de su inauguración, se iniciaron nuevas obras de gran importancia promovidas por el Asistente Larumbe, que consistieron en la plantación de más de 1600 álamos, el aumento del número de fuentes a seis y la colocación en la zona norte de dos nuevas columnas que el escultor Cayetano de Acosta realizó y erigió rematadas con dos leones portando cada uno de ellos un escudo, el de España y el de Sevilla. En ella se comenzaron a celebrar las fiestas locales de la velada de San Juan y San Pedro, en sustitución de las fiestas locales del Corpus Christi. Estas nuevas fiestas de finales del mes de junio fueron el precedente de las después famosas fiestas locales de la feria de Abril.6

Alameda de Hércules en Historia de España en el siglo XIX

En 1876 los pedestales de las columnas se protegieron del público con verjas. En 1885 se colocó junto a las columnas de los leones una fuente de mármol, conocida popularmente como "la Pila del Pato", que se encontraba en el siglo XIX en la plaza de San Francisco, junto al Ayuntamiento. Esta fue trasladada luego a otro lugar de la ciudad y actualmente está en la plaza de San Leandro. A finales del siglo XIX, la Alameda presentaba su mejor estado, siendo convertida en un Paseo lleno de teatrillos, quioscos y puestos, que desaparecerían tras la Guerra Civil.8

Durante el último cuarto del siglo XX, se celebraba un mercadillo, ya desaparecido. Por la noche es una animada zona de copas y restaurantes, estando casi completamente erradicada la prostitución por la que fue famosa durante mucho tiempo. Según datos del año 1989, existían unos 35 prostíbulos en la zona.9

En diciembre de 2008 se terminaron oficialmente las obras de remodelación urbanística de esta zona, que provocaron una alteración de los restos de un jardín histórico que, aunque descuidado, permanecía básicamente inalterado. Las mismas han supuesto una restricción del tráfico de vehículos y se eliminó el albero que cubrió su suelo durante el siglo XX y las verjas que protegían del público a los pedestales de las columnas. El espacio se completó con la instalación de varias fuentes y surtidores.10

Inundaciones

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Azulejo situado en la Alameda de Hércules de Sevilla que señala el nivel que alcanzaron las aguas en la inundación de 1961.

La zona de la Alameda a pesar de la colmatación de la laguna existente a lo largo de los siglos es probablemente el punto más bajo de la ciudad con una altura de cuatro metros sobre el nivel del río. En épocas de crecidas del Guadalquivir era una de las primeras zonas anegadas de la ciudad. En el siglo XIX se inundó en repetidas ocasiones por el cierre de los husillos para evitar la entrada de las aguas del río que se encontraba a un nivel superior lo que a su vez impedía la evacuación del agua interior de la ciudad que terminaba inundándola.

En 1961, durante la riada del Tamarguillo, la última gran inundación sufrida por la ciudad de Sevilla, fue una de las zonas anegadas en las que las aguas alcanzaron un nivel más alto. A principios del siglo XXI se puso en servicio un denominado «tanque de tormentas» de 24 metros de profundidad y una capacidad de 11 500 m³ para absorber las aguas de lluvia caída durante los periodos de precipitaciones intensas. Se utilizó para ello el antiguo recinto de la estación de metro de la Alameda ejecutada en los años setenta del XX.11

Edificio relevante

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Casa de las Sirenas

Como edificio relevante se encuentra la Casa de las Sirenas, palacete del siglo XX, hoy edificio municipal utilizado como centro cívico, en el que se organizan exposiciones, cursos, talleres y actividades culturales y vecinales.

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