SIGLO XV EN ESPAÑA
La judería de Málaga es el sector del centro histórico de Málaga (España) en el que durante la Edad Media habitaba la comunidad judía.
Está situada entre la Calle San Agustín y la Calle Alcazabilla, en las inmediaciones de la alcazaba. También hay noticias de un cementerio hebreo instalado en las laderas del Castillo de Gibralfaro.
Recuperación[editar]
Desde 20041, se vienen realizando obras para la recuperación y rehabilitación del espacio de la judería, dentro del llamado plan de la judería, por el que ya se ha recuperado un torreón mudéjar, restaurado en 2008, y una nueva plaza que conecta las calles Alcazabilla y Granada, y la Aduana, la alcazaba y el teatro romano con el Museo Picasso y la Plaza de la Merced, abierta en diciembre de 2013.2
Estaba incluida la instalación de una sinagoga por parte de la Comunidad Israelita de Málaga. Según el proyecto, la sinagoga albergaría además un museo sefardí,3 pero la sinagoga quedó encallada por falta de medios.
El Barrio Judío de Inca (en catalán Call Jueu d'Inca) es la judería de la ciudad española de Inca, en la isla de Mallorca (Baleares).
Historia[editar]
Se tiene constancia de población judía con la conquista de Mallorca por Jaime I de Aragón en 1229 aunque la presencia de estos ya estaba documentada en el siglo V por el obispo de Menorca, Severo.
El origen de la Judería de Inca se remonta a 1346 a orden del rey aragonés Pedro "El Ceremonioso", por solicitud de Gilaberto de Centelles, Gobernador de Mallorca, debido a los altercados que la comunidad judía sufría por parte de los habitantes de la ciudad de Inca, la mayoría cristianos, quienes se quejaban de la presencia de judíos repartidos por toda la ciudad.
Para definir el lugar, el lugarteniente del gobernador (Berenguer de Oms) junto con un asesor, trazó una primera ubicación a la cual la comunidad judía se negó haciéndoselo saber directamente al rey, ya que el lugar conocido como "calle d'en Prats" tenía casas en completa ruina. Pedro IV aceptó y puso en comunicado a Gilaberto de Centelles la queja por parte de la comunidad judía inquera, y ordenó que se pusiera a un jurisperito que tuviese la confianza de la comunidad para buscar un lugar apropiado.
Debido a que Gilaberto de Centelles tenía que marchar hacia Valencia y Cataluña por asuntos del rey, delegó a Guillermo de Lagostera, quien en 1353 se presenta en Inca con el jurisperito Ramón de Capeir y Jaime de Buadella (jurado de Palma), reuniéndose con los jurados de Inca y secretarios de la Aljama con quienes acuerdan finalmente el lugar conocido como "Calle d'en Pascolet".
A partir de ahí comienzan los problemas en cuanto al índole económico, ya que se embargaban las casas existentes a los cuales los judíos tenían que abonar un precio que los propietarios no estaban de acuerdo, un vacío en el tiempo repleto de reclamaciones al monarca y al gobernador que duraría casi veinticuatro años con el dictamen del rey de que la diferencia de lo pagado y lo valorado por los propietarios se tenía que encargar de abonar la Universidad de Inca, provocando un enfrentamiento entre Universidad y propietarios.
Fueron nombrados cuatro personas, dos cristianas y dos judías para acordar los precios de ventas y alquileres de las casas de lo que sería la judería, pero ante los precios se quejó la Universidad de Inca formulando escrito al rey y paralizando todo el proceso quedando en suspenso por un periodo de diez años donde el gobernador dio orden de ejecutar la sentencia y continuar con el proceso del Barrio, pero no fue hasta 1363 con el nuevo gobernador Bernardo de Tous que se comenzó a ejecutar, se nombran una nueva comisión de valorización formada por Montroig y Palou (cristianos) con Faquim y Fallux (judíos). o Entre 1363 y 1372, no hay referencias conocidas, se sabe que hubo de nuevo quejas por los precios por parte de propietarios embargados de las casas del nuevo barrio, presentando recursos ante las autoridades.
En 1372 se formaliza queja por parte de los secretarios de la Aljama respecto a que el gobernador Tous dio orden de que se creasen dos puertas que mantuvieran el barrio judío cerrado para evitar el pillaje y agresiones por parte de los cristianos a los judíos, debido a que solo existía de uno de estos portales (el portal d'En Reboll), eran agredidos y muchos judíos se marchaban por miedo, por ello exigían la construcción del otro portal y solicitaban penas a los agresores.
Se estipula que los judíos entraron en posesión del barrio entre septiembre y octubre de 1372
En 1391 coincidiendo con los asaltos por parte de cristianos a las juderías aragonesas y castellanas, asaltan también la de Inca y Palma arrasando prácticamente todo el barrio, prendiendo fuego a las casas y comercios.
Datos de Interés[editar]
Se puede considerar al barrio judío de Inca como la segunda Aljama de Mallorca, la principal era la de Palma pero a partir de 1383 los secretarios de la Aljama de Palma delegan a los de Inca, haciéndola de esta manera prácticamente independiente. Esta situación duró muy poco debido a la destrucción en 1391 y a la conversión al catolicismo de la mayoría de los supervivientes.
Todo apunta a que el barrio poseía sinagoga, puesto que aparecen en unos documentos de 1392 una licitación de la conversa Bartomeua reclamando los derechos de herencia de las propiedades de su abuelo "Jucef Ben Baharon rabino de la escuela Judaica del Call".1
En el plano realizado por el presbítero Sebastián Sanz en 1808, aparece referenciado como "El Call" y numerado con el 10.
En 2014 fue encontrado el que es por ahora el plano más antiguo de Inca, atribuido a Jerónimo de Berard en 1790, según los investigadores de la UIB (Antoni Ginard, Joan Estrany y Francesca Tugores) fue utilizado por Sebastián Sanz para efectuar su grabado de 1808, ya que ambos (Jerónimo y Sebastán) habían realizado colaboraciones conjuntas.
Actualmente en el casal de Can Monroig (antiguo Can Mora), los propietarios realizaron un proceso de restauración total y excavaciones hallando restos arquitectónicos y cerámicas con la probabilidad de que se traten de restos del antiguo barrio judío así como de la época musulmana.
Localización actual[editar]
El Barrio Judío se localiza entre las calles de Sant Francesc, la Virtut, Can Valella, Pare Cerdà, el Call y la Rosa.
Demografía[editar]
Se calcula que eran aproximadamente unas 306 personas, eran un sector muy activo dedicado a la artesanía y al comercio.
La comunidad judía de Mallorca se remonta a los tiempos romanos. Se han descubierto vestigios que se remontan al siglo V y, probablemente, aumentó bajo el dominio árabe, ya que su rastro vuelve a aparecer en el año 1114, en las crónicas de la razzia pisano-catalana, y después de 1229, tras la conquista de la isla por parte de Jaime I, que informan de la existencia de un barrio judío junto al palacio real de la Almudaina, comunidad que posteriormente fue denominada chueta.
Con la conquesta aragonesa, que contó con participación repobladora de judíos de la península,1 llegaron a la isla nuevos contingentes que se instalaron en el barrio judío, el cual fue respetado los primeros tiempos pero que, a mediados del siglo XIII, fue cedido a los dominicos para que edificaran su convento. A cambio, se le iba a ceder un espacio a los judíos desposeídos en el actual barri de la Calatrava, el cual recibió el nombre de Call Major (Judería Mayor, en castellano). Aparte de en la ciudad de Mallorca, en el siglo XIII constan comunidades judías en Inca, Felanich, Sinéu, Alcudia, Sóller y Pollensa.
Los judíos mallorquines estaban organizados mediante una aljama. Se regían con leyes y tributos propios y estaban sometidos únicamente a la autoridad real. Con altos y bajos constantes, producto de las exacciones tributarias[cita requerida] y las tensiones religiosas, la comunidad judía de Mallorca gozó durante unos años de gran esplendor en el siglo XIV, en que llegó a contar con cerca de tres mil personas (aproximadamente el 15% de la población de la ciudad). Amurallaron su barrio, edificaron sinagogas, articularon un sistema institucional propio en torno a los secretarios de la Aljama y su Consejo, y se creó el barrio judío de Inca.
Algunos judíos mallorquines o residentes en la isla destacaron singularmente en diferentes esferas del conocimiento. Los rabinos Aaron Ha-Cohan, natural de Narbona y refugiado en Mallorca, que fue autor de Orhot Hayyim; Vidal Efraim, quien también fue astrólogo; Xim’on ben-Cemah Duran, autor de importantes libros de literatura rabínica y poesía y que trató especialmente el problema de los anussim o conversos. Los médicos Judà Mosconi, Lleó Grec, Aaró Abdal-Hagg, Cresques Helias, Jonatas March y Mose Ben Ishaq Remós, más importante en su faceta de poeta o el astrónomo Isaac Nafuci.
Desde el punto de vista de la cultura occidental, destacó la Escuela Cartográfica Mallorquina, que determinó el desarrollo del conocimiento geográfico medieval y, posteriormente, influyó en el proceso de expansión europea en África y América, proceso en el cual fueron miembros destacados Cresques Abraham, autor del Atles Català; su hijo Jafuda Cresques, convertido al cristianismo con el nombre de Jaume Ribes, y Samuel Corcós, convertido con el nombre de Macià de Viladesters, y que fueron continuados por los conversos y sus descendientes a lo largo del siglo XV.
El año 1391 una revuelta campesina, dirigida inicialmente contra el poder político y los excesos fiscales pero seguramente influida por los asaltos generalizados a las juderías castellanas y aragonesas de ese mismo año, acabó con el asalto de los barrios judíos de la ciudad de Mallorca y de Inca. Muchos judíos fueron asesinados y expoliados, y finalmente una buena parte de ellos acabó exiliada o se convirtió. Después de un breve periodo de decadencia, el año 1435 los que aún quedaban fueron obligados a convertirse al cristianismo, finalizando ese año la existencia oficial de judíos en la isla. De todos modos y como en otros lugares, un porcentaje importante de los judíos mallorquines practicaron el criptojudaísmo, esto es, continuaron practicando su religión pero simulando ser cristianos, y se articularon en la organización de la Cofradía de San Miguel o "de los conversos", posteriormente de Nuestra Señora de Gracia, como instrumento de cohesión interna, ayuda mutua y resolución de conflicto. En esta comunidad es donde se desarrollará, a partir del siglo XVII, la cuestión chueta, que acabó en las condenas inquisitoriales y el posterior proceso de estigmatización de esta minoría, que se conserva aún en la actualidad.
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