domingo, 10 de octubre de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

 SIGLO XV EN ESPAÑA

En el Medievo, el fogaje (focagium), o la fogueración, era el censo de los fuegos u hogares, es decir, por unidad familiar y/o de vivienda, para el cobro de impuestos directos.

Francia[editar]

El fogaje existió en diversas provincias. Se tendió a generalizar en el siglo XIV cuando las finanzas reales sentaron sobre las villas y sobre las parroquias unas "ayudas" a fin de hacer frente a los gastos crecientes (sueldo de las gentes de guerra, retribución de los oficiales de Estado en número creciente).

España[editar]

Corona de Aragón[editar]

El fogaje fue creado en la época de Pedro II. Según las Cortes de Tarazona de 1495, forman parte de un fuego "todas aquellas personas que habitan una casa y toman la despensa de un superior o pater familias".1​ Se ha conservado documentación de varios fogajes hechos en el Reino de Aragón. El más conocido es sin duda el fogaje de 1495, del que se han conservado en el Archivo de la Diputación Provincial de Zaragoza (que contiene el antiguo Archivo del Reino) los listados completos de los cabezas de familia.2​ Por su parte, Antonio Serrano Montalvo transcribió, analizó y editó este fogaje.3

El fogaje fue pactado en las Cortes Catalanas para que no solo se cobrase en las tierras reales, sino también en los dominios de los señores laicos y eclesiásticos. La organización del cobro de los fogajes y de la confección de las fogueraciones quedó en manos de las Cortes y pronto de la Diputación del General. Sobre la forma de cobro, a veces se establecía una cantidad por fuego y a veces se establecía una cantidad global que se debía dividir por el número total de fuegos contados. Asimismo, aunque a veces fueran contados los masos abandonados (todavía en 1358), los fuegos de musulmanes y los de judíos, normalmente no fue así. En ocasiones, en las Cortes también se pudo pactar el establecimiento de un número convencional de fuegos que había en algunas grandes señorías (casas tasadas); es el caso del marquesado de Tortosa, los condados de Urgel, de Pallars, de Ampurias o los vizcondados de Castellbò o de Rocabertí.






El fogaje de 1495 fue un censo del Reino de Aragón ordenado por el rey Fernando el Católico para recaudar el impuesto de las sisas.1

Ante el peligro de una posible agresión de Carlos VIII de Francia y el problema de la peste negra que afectaba a las antiguas juderías del reino,2​ Fernando II convocó las Cortes de Aragón en Tarazona para que aprobasen la formación de un ejército de 4000 hombres3​ y la ayuda económica necesaria. Las Cortes acordaron aportar para este fin la recogida del impuesto de las sisas, el cual gravaba los artículos de primera necesidad.

Con este fin se dividió Aragón en doce sobrecollidas1​ (divisiones fiscales administradas por un sobrecollidor) y se encargó una investigación de la población aragonesa que recontara los fuegos del reino. Para esto último era necesario que un comisario visitase todos los lugares habitados acompañado de un notario que diese fe de ello, así como de una patrulla militar, pues en algunos sitios no eran bien recibidos ya que el recuento iba a servir para cobrar impuestos. Las sobrecollidas fueron: ZaragozaAlcañizMontalbánTeruel-AlbarracínDarocaCalatayudTarazonaHuescaJacaAínsaBarbastro y Ribagorza.1

La sisa sencilla fue de trece sueldos jaqueses por fuego para localidades de 99 fuegos o menos, 16 para las de 100 o más, y 21 para las ciudades. La sisa doble fue de 16, 22 y 33 sueldos por fuego, respectivamente.

En el fogaje se indicó el número de fuegos de cada lugar, villa o barrio (en el caso de las ciudades), así como los nombres de los representantes del lugar que manifestaban los fuegos que había (vicario, jurado, alcalde...). Se hizo también una relación nominal de los fuegos, registrando el nombre del cabeza de familia, aunque las viudas que lo eran aparecen a veces por su nombre y otras como viuda de... o madre de... Hay que tener en cuenta que un fuego también podía ser un monasterio, por ejemplo.

En algunos casos es posible encontrar información adicional adjunta al nombre, como el oficio o el cargo que ostentaban, o incluso si eran pobres. Las anotaciones son diferentes según las sobrecollidas. También aparecen fuegos moriscos, que en algunos sitios son mayoría e incluso llegando a haber lugares habitados solo por ellos. Cabe destacar que los judíos eran forajidos del reino desde el edicto de expulsión de 1492.






La Lonja (en catalán Llotja) es un edificio situado en el municipio de Castellón de Ampurias (GeronaEspaña). Fue Casa del Concejo municipal de Castellón y Lonja del Mar, y posteriormente pasó a servir como sede del ayuntamiento. Conserva la estructura de finales del siglo XIV (sobre el año 1393 aproximadamente), aunque con algunas reformas del siglo XVIII. En su fachada destaca un gran escudo en relieve. Igualmente, en el interior existe una bóveda de crucería gótica con el emblema de la villa en la clave y las aperturas laterales con columnas y capiteles.1​ En la actualidad sus dependencias se utilizan como centro social y cultural.

Lonja de Castellón de Ampurias.





La Lonja de Tortosa es una obra del gótico catalán que se encuentra en la ciudad de TortosaEspaña, y se considera un precedente de las lonjas posteriores de la Corona de Aragón.1

Fue construida en el siglo XIV (entre los años 1368 y 1373) y ampliada posteriormente pero del antiguo recinto únicamente se conserva el Porche del trigo. El director de las obras fue el cantero tortosino Arnau Marco.2​ Se trata de un edificio rectangular, de poco más de 12 x 30 metros, dividido en dos naves que se comunican a través de tres grandes arcadas de medio punto. Longitudinalmente se abre al exterior mediante cuatro arcos apuntados. Hay dos más en uno de sus frentes mientras que el otro, el que originalmente daba al río Ebro, está formado por un muro con dos ventanales góticos.

En 1880 se practicaron gestiones para recuperar su titularidad en favor del municipio, gestiones que no dieron resultado.3​ Finalmente el 4 de junio de 1932 se publicó en la Gaceta de Madrid su devolución al Ayuntamiento de Tortosa que en septiembre de ese mismo año acordó el traslado del porche desde su ubicación original hasta el parque municipal Teodoro González, donde permanece.El traslado supuso un verdadero cambio en la naturaleza del edificio, que pasó de ser heterogéneo y cerrado a homogéneo y abierto.4​ La reedificación finalizó el 12 de agosto de 1933.

El edificio forma parte del Catálogo de edificios y elementos históricos de la ciudad de Tortosa.


Lonja de Tortosa.






En la serie de las primeras monedas catalanas que han circulado en tiempo de los condes de Barcelona y reyes de Aragón por Vallseca, Marquilles, Ducange, Campillo, Capmany se cuenta la moneda nombrada bruna.

Se considera la bruna como si fuese una clase de moneda diferente de la moneda de unetobosonayacuaternoduplo, terno, etc. y a la verdad si se reflexiona que el ser bruna la moneda depende de su color, es evidente que puede aplicarse esta cualidad accidental a toda clase de monedas. Puede sospecharse que se originó su nombre del francés o bien del idioma castellano. Es constante que la palabra francesa brune significa el color que tira a negro y los castellanos al color negro también le llaman bruno o bruna la cosa negra. Bruna es el nombre propio de esta moneda y de aquí es que la moneda cargada de mucha liga se llamó moneda negra según Nicolás Oresme de mut. monet. cap. 3 que circuló en el principado. Según dice Andrés Bosch en titols de honor de Cataluña lib. 4 cap. 27 pag. 490: como en Castilla la que labró D. Alfonso X.

Aunque en el cronicón Barcinonense citado por Marca pag. 755 se escribe que en el año 1200 circulaba en Barcelona la moneda bruna que duró hasta el año 1209.

Anno Domini MCC. currebat Harchinonae monet a quae dicebatur bruna, et duravit usque in anuo MCCIX

No fue peculiar esta moneda solo de Barcelona sino también de las demás ciudades que labraban moneda con mucha liga. La moneda de Manresa y la de cuaterno también se nombró moneda bruna. De la primera consta de una escritura de venta de 17 de enero de 1111 con la cual Pedro Mercurio y su mujer vendieron al prior de Montserrat un manso en el término de Guardiola por precio de doce sueldos moneda de Manresa nombrada bruna. De la segunda, lo asegura Marquilles: moneta quaternalis bruna ut quídam referunt... in usat. solid. aur. fol. 360.

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