SIGLO XV EN ESPAÑA
La Judería de Montblanch fue uno de los principales barrios judíos de la Corona de Aragón durante la Edad Media.
El barrio[editar]
En Montblanch la comunidad judía estaba establecida en el casco histórico de la ciudad, dentro de las murallas y los alrededores de la actual Plaza de los Ángeles y de la llamada Calle de los Judíos, en la que aún se conserva un arco medieval.
El barrio tenía tres portales de entrada:
- El principal (Oeste), que daba acceso directo al centro de Montblanch, permitía la incorporación al Camino Real que cruzaba la villa (a la altura de los actuales Quatre Cantons).
- El portal del Norte, situado cerca de la iglesia de San Miguel.
- El portal del Este, que permitía el acceso a la muralla y al exterior de la villa, actualmente confluencia de las calles de San José y Forn de la ciudad.
El barrio judío tenía una anchura que llegaba al Portal de Bové con salida a la Muralla de Santa Tecla por un lado, y, por otro, hasta el Camino Real, actual Calle Mayor. El fossar dels Jueus (el cementerio) se situó cerca del río Francolí y disponía de varias sinagogas, matadero propio, baños exclusivos y horno propio.
Historia[editar]
Desde el momento de la fundación de la villa (1163) se tiene constancia de un primer grupo reducido de judíos que se instalaron. Poco a poco el grupo aumentó y se formó la judería, que debido a la importancia adquirida fue reconocido como aljama, es decir, que tenía el privilegio de contar con estructura de gobierno presidida por los secretarios y su Consejo.
La aljama montblanquina recibió ya a mediados del siglo XIII un verdadero ejército de privilegios (que se les otorgaba muy probablemente a cambio de contribución a las arcas reales), así en 1261 Jaime I de Aragón declaró válidas todas aquellas ventas que trataran de cereales y mercancías en general, en 1264 se reguló el régimen de usura y en 1265 el monarca les reconoció el derecho de no poder ser detenidos en el interior de la sinagoga.
A pesar de la estrecha relación económica con el Jaime I el Conquistador, en 1268 les sustrae una fuerte suma de dinero para pagar parte de los gastos de la guerra contra Roger Bernardo III de Foix. El rey Jaime II concedió la clausura de la judería el mes de mayo de 1298 por medio de tres portales de acceso. Fue entonces que el número de judíos adquirió la importancia que tuvo en el siglo XIV, cuando disponían de cementerio propio fuera del recinto amurallado, matadero propio, más de una sinagoga y el barrio estaba lleno de una intensa actividad comercial.
Sin embargo la población montblanquina, como sucedía en el resto de Europa, fue hostil a los judíos en diversas ocasiones a lo largo de los siglos, así una de las sinagogas fue derribada hacia 1311 (año en que les fue concedido el privilegio de vestir con túnica telar como lo hacían los de Barcelona, Tarragona y Villafranca del Panadés). Al año siguiente el arzobispo Guillem de Rocabertí abrió un proceso inquisitorial contra la judería bajo la acusación de convertir al judaísmo un judío converso, que hubiera significado casi el fin del barrio, si no fuera por la intercesión de Jaime II. También en 1320 los judíos se quejaron al monarca Jaime II de los nuevos estatutos locales que los Jurados de la Villa les inferían.
Con la llegada de la Peste negra en 1348 los judíos fueron acusados de ser los propagadores y se produjeron varios asaltos y asesinatos en el barrio judío hasta que el rey hizo vigilar el barrio por las autoridades. Estos hechos se repitieron durante el verano de 1391 cuando la futura reina María de Luna envió una carta a los prohombres de Montblanch que «ordenaba castigar y castigar ásperamente todos aquellos que se sabía que injuriaran o escandalizaran dicha Aljama». El pogromo de 1391 dejó a los judíos en un estado económico precario y casi arruinados del que ya no saldrían.
Durante el siglo XV, la Aljama montblanquina perdió su estatus social convirtiéndose en un pequeño barrio judío de la Cataluña Trastámara. En 1489 la Inquisición atacó duramente a los judíos montblanquinos y muchos emigraron al Reino de Mallorca, donde una centuria atrás ya se habían ido varios. Tres años más tarde, en 1492, los Reyes Católicos firmaron el decreto de expulsión -o conversión- de los judíos que significaría el fin de las juderías en sus dominios.
Judíos montblanquinos[editar]
La comunidad judía montblanquina estaba formada por ricos comerciantes que hicieron famosos los tejidos manufacturados de la villa, también había muy buenos plateros, mercaderes, pañeros, banqueros y sastres, los cuales formaban una fuerte red social y económica. Además, debido a las relaciones mercantiles se han encontrado referencias de mercaderes judíos montblanquinos en varios pueblos como Sarral, Santa Coloma de Queralt, Valls, Barcelona o Palma, entre otros.
Se conocen algunos personajes judíos montblanquinos destacados de la época como:
- Astruga (1186), una rica judía conversa que cedió sus bienes al Monasterio de Poblet.
- Abraham Brunell y Juceff Brunell (1323), hermanos que tenían importantes negocios en Sarral.
- Vidal Azday (1321), a quien Jaime II le concedió salveconducto real por seis meses.
- Gaulip (1371), conocido platero posteriormente instalado en Valls.
Además, Montblanch tenía contratados a médicos de gran renombre como:
- Adzay Brunell (1381)
- Bonsenyor Brunell (1391), médico que prestaba sus servicios al propio monarca Juan I de Aragón
- Vidal Mercadell (1492), que se convirtió al cristianismo con el nombre de Joan Marc para librarse del exilio.
Historia[editar]
Los judíos llegaron al antiguo Reino de Asturias en el siglo XI, aunque no es hasta el XIII cuando surge una comunidad judía estable en la ciudad de Oviedo, coincidiendo con el reinado de Fernando III.2 Hasta entonces se encontraban repartidos por el resto de la urbe. Por ley se establecieron, como solía ser habitual, dentro de la antigua muralla. Su actividad principal eran los oficios y el prestamismo, actividad que sólo podían llevar a cabo en la noche. Se permitían no obstante las casas extramuros. El obispo Gutierre de Toledo fue especialmente duro con la comunidad judío, pues dictó la excomunión de quien participase en ritos judíos (bodas o entierros).
Ubicaciones[editar]
El cementerio judío se encontraba cerca del Convento de Santa Clara, en el actual Teatro Campoamor. Esta zona, conocida como Huerto de los Judíos, fue incautado en 1492, dando lugar a varios pleitos. Las viviendas de los sefarditas se ubicaban entre las puertas del Castillo y Socastiello, en la zona de la Plaza Porlier. También la plaza de Trascorrales, calle de Cimadevilla y El Fontán. Existieron hasta dos sinagogas, pero no se conservan restos materiales de la judería.3 En la capilla de La Balesquida, frente a la Catedral, se aprecian unas tijeras, homenaje a los sastres judíos. En 1492 fueron expulsados siguiendo las directrices de la Corona.
Judíos asturianos[editar]
Entre los miembros de la comunidad conversa judía estaban Pedro Menéndez de Avilés, adelantado de La Florida y fundador de la ciudad de San Agustín, y Clara Campoamor, que era de ascendencia asturiana.
La Judería de Sagunto es el antiguo barrio judío de esta ciudad de la Comunidad Valenciana, España. Desde aproximadamente el siglo VIII hasta 1868, Sagunto se denomina Morbyter, Murviedro (español) o Morvedre (valenciano).
Historia[editar]
Se tiene constancia de la presencia hebrea en Sagunto desde tiempos muy remotos. Gracias a unas inscripciones encontradas en placas de plomo, se puede datar desde fines del s. I o principios del s. II. Se trata probablemente de los documentos más antiguos que conservamos que confirman la presencia judía en la península ibérica, tal vez consecuencia de la diáspora tras la conquista romana de Palestina y la destrucción del templo de Salomón en el año 70.1
Se conoce muy poco sobre los hebreos de Murviedro en época islámica. En cualquier caso, por su condición de dimmíes, gozaban de protección por parte de los musulmanes y podían practicar su religión y vivir conforme a sus normas y ritos siempre que no atentaran contra el islam.2
El periodo mejor documentado de los judíos de Murviedro se extiende desde la conquista cristiana en el siglo XIII hasta su expulsión en 1492. Con las conquistas de Jaime I, especialmente la de Valencia en 1238, llegan familias judías al reino recientemente constituido. Provienen de Aragón y de Cataluña, estimuladas por las donaciones de tierras y por los privilegios otorgados por el rey Conquistador. Así, familias como los Vives colaboran en la repoblación y se asientan en Murviedro,3 donde llegan a ser bastante importantes demográficamente como para constituir una aljama, entidad administrativa propia.2
La importancia de la comunidad judía morvedrina queda de manifiesto en el hecho de que determinados cargos públicos son desempeñados por judíos, como por ejemplo el de baile,3 sobre todo durante el reinado de Jaime I. Próximos al poder real, eran a ojos del monarca administradores eficaces. Aun así, en 1283 Pedro el Grande prohíbe a los judíos ejercer cargos públicos.2
Las actividades económicas de los judíos eran esencialmente urbanas, y la mayoría se ganaban la vida como artesanos o comerciantes. Fueron famosos los orfebres de Murviedro, especialmente los plateros.3 En el s. XV destaca Vidal Astori, quien llegó a ser platero del rey.4
La convivencia entre comunidades no siempre fue pacífica, y las tensiones fueron en aumento, sobre todo en el s. XIV. Las dificultades económicas de este siglo unidas a la epidemia de peste acentuaron las tensiones sociales y el antisemitismo, a pesar de la política proteccionista que mantuvieron los sucesivos monarcas hacia los judíos.
Por ello, por razones de seguridad, pero también para preservar su identidad, la aljama pidió en 1321 permiso para construir un muro que los separase del resto de la ciudad, el cual fue concedido por Jaime II. En realidad, se trataba simplemente de cerrar los accesos al barrio, dejando solamente algunos pasajes abiertos. Hoy en día se conserva uno de estos accesos, el Portalet de la Jueria o de la sangre.2
En 1348 los unionistas de Valencia asaltan Sagunto y saquean la judería.1 Y en 1363, durante la guerra contra Castilla o guerra de los Dos Pedros, el barrio judío de nuevo es objeto de pillaje y destrucción. Las tensiones alcanzarán su punto culminante en 1391, cuando en junio estalla una revuelta popular que asalta la mayoría de las juderías de la península ibérica. La de Valencia, la más importante del reino, es destruida completamente y su población forzada a convertirse al cristianismo. Sin embargo, la aljama de Murviedro constituye una excepción, ya que las autoridades municipales la protegieron, aunque sus vecinos tuvieron que buscar refugio en el cercano Castillo.2 Se evitó así la destrucción de la judería, y gracias a ello hoy en día conserva el trazado original de sus callejuelas, y algún otro elemento visible. Al conservarse el barrio y ser destruidas otras aljamas, la morvedrina se convirtió en núcleo de atracción para otros judíos, y su afluencia desde otras poblaciones del reino fue importante en los años posteriores. De esta forma, a partir del s. XV la judería saguntina se convirtió en la principal del reino.23
La expulsión[editar]
El 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos firmaron el decreto de la Alhambra, o edicto de expulsión de los judíos de las Coronas de Castilla y de Aragón. Alrededor de 700 judíos de Sagunto, cifra que representaba un tercio de sus habitantes, tendrán que abandonar el país antes del 31 de julio. Junto con otros judíos del territorio valenciano y de aquellos llegados desde Aragón, los morvedrinos embarcarán en el puerto de Sagunto para dirigirse principalmente a Italia y al norte de África.5
Situación[editar]
La judería se sitúa en la parte alta de la ciudad, junto al camino que conduce al Castillo, y tiene como límite meridional el teatro romano. El barrio comprendía el perímetro de las actuales calles del Teatro romano por el oeste, de mosén Gaspar Batalla por el norte, y la calle del Castillo por el este. En esta última se encuentra la puerta de entrada, el Portal de la Judería o Portal de la sangre. Se trata de un arco de medio punto por el cual se accede al conjunto urbano. Después de 1391, con la llegada otras familias, el barrio se extenderá hacia el este, al otro lado de la calle del Castillo.6
Elementos más relevantes[editar]
La topografía urbana actual conserva prácticamente el mismo trazado de época medieval, con sus callejuelas estrechas e irregulares, sus callejones sin salida y sus plazoletas. Todavía hoy se pueden apreciar algunos elementos que nos recuerdan la presencia judía:
- Torre de defensa: data probablemente de 1366, tras la guerra de los dos Pedros, y se encuentra al inicio de la calle del Castillo. Es la única torre que hay en el interior de la ciudad, hecho que explicaría su carácter defensivo de la judería, por su extremo nordeste.
- Sinagoga: desaparecida en la actualidad, pero se han encontrado restos bajo algunas viviendas de la calle Sangre vieja. Se cree que fue construida sobre el podio del antiguo templo de Diana, del que se conserva uno de sus muros.
- Mikve o baño ritual. Es una pequeña estancia abovedada situada al lado de la sinagoga. Se puede acceder a ella descendiendo una escalera de dos tramos, y aún se aprecia el caño por el que entraba el agua. Se alimentaba de una balsa adyacente que recogería las aguas pluviales.
- Mezuzá o pergamino con versículos de la Tora. En el marco derecho del pórtico de una casa de la calle del Castillo se encuentra el hueco destinado a colocar el receptáculo cilíndrico con la mezuzá.
- Necrópolis: M. Civera identifica hasta tres zonas donde hubo cementerios judíos, en una franja de unas 4 hectáreas situada detrás del teatro romano, y a los pies de las murallas del castillo. Por una parte, encontramos alrededor de 60 hipogeos, excavados en la roca de la montaña. Por otra, tenemos una serie de enterramientos con sepulturas individuales, de forma trapezoidal y con orientación norte-sur, la cabeza hacia el sur. Junto a los cuerpos se han encontrado diversos objetos (brazaletes, pendientes) de oro y de plata.
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