lunes, 2 de agosto de 2021

HISTORIA DE ESPAÑA

SIGLO XV EN ESPAÑA

Antón de Montoro (¿Montoro, Córdoba,? c. 1404 - Córdoba, c. 1483) fue un poeta satírico judeoconverso del siglo XV perteneciente a la lírica cancioneril.

Biografía[editar]

Vivió durante los reinados de Juan II y Enrique IV y, aunque hay quien dice que falleció en 1477, alcanzó a ver los primeros años del reinado de los Reyes Católicos. Hijo de un judío orfebre ambulante, era aljabibe o ropero , esto es, sastre, humilde oficio que no dejaron de recordarle los poetas rivales tan asiduamente como su estirpe judaica y ser converso él mismo; incluso se burlaron de ello otros poetas judeoconversos, como Juan de ValladolidRodrigo Cota, el comendador Román o Juan Agraz, a los que respondió violenta y jocosamente. Por el contrario, otro converso, el gran Juan Álvarez Gato, lo elogia. Fue protegido por Pedro Fernández de Córdoba, señor de Aguilar, más conocido como Pedro de Aguilar. Tras la muerte de este, su hijo Alonso de Aguilar, hermano del futuro Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba y alcalde de CórdobaAntequera y Alcalá la Real, le dispensó una protección similar. Tuvo relación con grandes poetas nobles de la Escuela alegórico-dantesca, como el marqués de Santillana y Gómez Manrique, e imitó incluso al más grande de todos ellos, Juan de Mena, en unos pocos poemas de arte mayor. Vivió buena parte de su vida en Córdoba, donde ejerció su profesión, y residió en los barrios de San Andrés y Santo Domingo, conocidos núcleos conversos de dicha ciudad.

Formó parte de los poetas de cancionero y, en las 164 composiciones que nos han quedado de él, cultivó todos los temas (lírica de amor cortés, de burlas -en la que destacó especialmente-, satírico, obsceno, de elogios, de circunstancias, devotas) e intervino en polémicas poéticas, por ejemplo, defendiendo a las mujeres de los dicterios que contra ellas escribió Pere Torrellas.

Sus primeras composiciones datables se remontan a 1448, cuando redacta "Oh cama, de nuevos de ver girifaltes", un complejo poema de arte mayor donde denuncia a los responsables de la muerte de los dos hermanos comendadores. Los últimos poemas, también de tema político, son las tres extensas composiciones que produce entre 1473 y 1474 tras los motines anticonversos o pogromos de Córdoba y Carmona en los que protesta ante Enrique IV, Isabel la Católica y Alfonso de Aguilar, por las persecuciones de que es víctima su grupo. Solicitó piedad a los Reyes Católicos durante las persecuciones de judíos producidas a finales de siglo y se obsesionó profundamente con la situación de los judíos y judeoconversos. En su composición "Montoro a don Alonso, cuando la destrucción de los conversos en Córdoba" refiere los hechos reales sucedidos en Córdoba durante la Semana Santa de 1473, cuando durante tres días se produjo un pogrom de judíos y conversos del que él pudo escapar. No sería su única composición inspirada en hechos reales, ya que en 1448 había escrito el poema "A la muerte de los dos hermanos Comendadores", una elegía acerca del asesinato por parte de Fernán Alonso, Veinticuatro de Córdoba, de su esposa Beatriz de Fiñestrosa, dos de sus criadas y dos Comendadores de la ciudad.

Otorgó testamento en 1477, pero murió entre 1483 y 1484 en la época de Isabel y Fernando, después de que Sixto IV firmara la Bula de la Inquisición y el Tribunal del Santo Oficio se instaurara en Córdoba.




Ruy Páez de Ribera (Sevilla, h. 1370 - d. de 1424) fue un poeta español del Prerrenacimiento que escribió en el reinado de Juan II de Castilla (primera mitad del siglo XV). No debe confundirse con su homónimo, el novelista algo posterior, pero del mismo siglo, Ruy Páez de Ribera.

Vida y obra[editar]

Poco se conoce sobre él. Nacido en Sevilla hacia 1370, era de origen noble. Por un documento sabemos que en 1394 su madre, Juana Enríquez, le donó casas y bienes «para ayudarle a mantener su matrimonio con Beatriz Martínez, hija de Juan Martínez de Barrasa, alcalde mayor de Sevilla». Debió tener ciertos problemas económicos, pues Francisco Rodríguez Marín descubrió un documento fechado pocos años después (1403) por el que vendía "lo último que le quedaba, el donadío del Castril, en La Puebla de los Infantes" (Sevilla).1​ Juan Alfonso de Baena dice en su Cancionero que era «vezino de Sevilla, el qual era omne muy sabio, entendido e todas las cosas qu’él ordenó e fizo fueron bien fechas e bien apuntadas». Fue discípulo de micer Francisco Imperial, pero no imitó a Dante Alighieri como su maestro,2​ sino que prefirió escribir alegorías morales dentro de la poética del arte mayor que Imperial creó, la llamada Escuela alegórico-dantesca. Compuso, pues, decires en dodecasílabos agrupados en coplas reales, aunque también los hizo en octosílabos, entre 1408 y 1424, según Joaquín González Cuenca y Brian Dutton.

Se le recuerda fundamentalmente por las obras que aparecen en el Cancionero de Juan Alfonso de Baena. Muchas de ellas tienen un tema común: la pobreza. La más importante y famosa es el Proceso que ovieron en uno la Dolencia e la Vejez e el Destierro e la Pobreza, un debate narrativo en que estos cuatro personajes alegóricos, en un valle «espantable, cruel, temeroso» discuten «por quál d’ellas antes el omne podría / seer en el mundo jamás destroído». Cada uno toma sucesivamente la palabra y defiende su supremacía relatando los males terribles que causa al hombre. Al final, el propio poeta, tomado como juez, sentencia que la Pobreza es la más terrible de todas: «Juzgo a Pobreza por más abastada».

El pobre non tiene parientes ni amigo, / donaire nin seso, esfuerço e sentido

El hispanista Pierre Le Gentil estima que es un debate superior a otros anteriores, incluso del propio Imperial, y encuentra fuentes principalmente francesas desde Jean de Meung a François Villon, pasando por Michaut Taillevent, Pierre Chastellain y Meschinot. Chandler R. Post insiste en que la fuente primordial es el Roman de la Rose de De Meung, y Marcelino Menéndez Pelayo descubría en las fuentes francesas y en poeta andaluz la huella común del Eclesiastés.3​ También se recuerda con admiración su Proceso que ovieron la soberbia e la mesura y Francisco López Estrada estudia un decir suyo dirigido en 1424 al rey Juan II celebrando la victoria del alcaide de Antequera Rodrigo de Narváez y el Comendador de Osuna contra el rey de Granada, "Señor rey, vuestra noticia...".4​ Otro poema cortesano se dirige a la reina Catalina y uno en concreto, el Dezir a manera de confessión, examina de una manera general su conciencia siguiendo el orden de los siete pecados capitales imitando el examen de conciencia que sirve de introducción al Rimado de Palacio del canciller Pedro López de Ayala.




El Maestro Francisco de Medina (Sevilla, 1544 - 20 de marzo de 1615)1​ fue un profesor sevillano, eminente filólogo y poeta en castellano y latín. Junto con Fernando de Herrera, trabajó en los comentarios a la poesía de Garcilaso de la Vega, titulados Anotaciones a las Obras de Garcilaso de la Vega (Sevilla, 1580).

Biografía[editar]

Nació en Sevilla en el año 1544 y murió el 20 de marzo de 1615. Sus padres fueron el contador Francisco de Medina y doña Lucrecia de Medina. Desde su adolescencia, Medina se dedicó al estudio de las letras leyendo libros en romance y otras lenguas2​. Avalle-Arce indica que los estudios del maestro Mediana muestran que fue un autodidacta. De acuerdo a Pacheco, Medina se graduó de Bachiller en Artes y Filosofía en el colegio de mase Rodrigo, donde también ganó dos cursos de Teología (139-140). Además, según se puede apreciar en el retrato de Francisco Pacheco, Medina se graduó de licenciado en Artes y Filosofía en la Universidad de Osuna en 1570 (Pacheco 139-140). Entretanto, en 1564 hizo un viaje a Italia donde frecuentó las academias de Roma3​.

Francisco de Medina pertenecía a la Escuela Sevillana que también incluía a Fernando de HerreraFrancisco de PachecoCristóbal de las Casas, Diego Girón, entre otros.1​ El grupo se congregaba primeramente en la casa de Juan de Mal Lara, y posteriormente cambió su ubicación hacia el palacio del conde de Gelves. A este grupo se puede añadir unos cuantos visitantes o forasteros de paso. Sin embargo, centrales a este grupo serían las aportaciones de Fernando de Herrera. La excelente habilidad del Maestro Medina como humanista lo llevó a sostener una íntima amistad con Francisco de Herrera, más conocido como "El Divino", poeta de herencia petrarquista y autor de las Anotaciones á las Obras de Garcilaso de la Vega.

Obra[editar]

Su prólogo a las Anotaciones á las Obras de Garcilaso de la Vega constituye uno de los manifiestos más interesantes en la evolución de la poesía española en la segunda mitad del siglo dieciséis. De igual manera este prólogo es una reflexión sobre la dignidad de la lengua vernácula y el concepto del translatio imperii.

A mediados del siglo XIX se dijo que Francisco de Medina también colaboró con José Sancho de Rayón en el manuscrito de un poema en noventa y tres octavas, titulado “Elogios á María Santíssima”. Francisco de Medina también colaboró con excelentes apuntamientos y notas de mucho valor literario a unos sonetos de José María de Alava, catedrático de la Universidad sevillana, que fueron publicados en la misma ciudad por don Juan Colón y Colón (1841), pero se desconoce el paradero de estos. Asimismo, escribió también unos supuestos Apuntamientos de las cosas notables de Sevilla, que cita el doctor don Ambrosio de la Cuesta Saavedra, en sus “Adiciones á la Biblioteca de don Nicolás Antonio”.4​ No obstante, esta información de La Barrera necesita verificarse.


Uno de los más grandes admiradores de la elocuencia de Francisco de Medina fue Miguel de Cervantes de Saavedra.5​ Por ello lo incluye en la octava número 42 del "Canto de Calíope" comparándolo con Cicerón y Demóstenes:

Los rios de eloquencia que del pecho

del graue antiguo Ciceron manaron;

los que al pueblo de Atenas satisfecho

tuuieron, y a Demostenes honraron;

los ingenios qu'el tiempo ha ya deshecho,

que tanto en los passados se estimaron,

humillense a la sciencia alta y diuina

del Maestro Francisco de Medina (42).
Bonilla y Schevill 222

También fue elogiado por Juan de la Cueva en Viaje de Sannio y Cristóbal de Mesa en Restauración de España y Francisco de Pacheco en su Libro de retratos.6

Obras[editar]







Hernán o Fernán Pérez de Guzmán (c. 1377/1379-Batres, c. 1460)1​ fue un poeta e historiador español.2​ Pertenecía a una familia distinguida por sus conexiones literarias, su tío fue el también historiador y poeta Pedro López de Ayala, y su sobrino fue el marqués de Santillana, uno de los autores más importantes de Juan II de Castilla.

Biografía[editar]

Probablemente naciera en 1376 y falleciera en 1458.2​ Señor de Batres,2​ fue hijo de don Pedro Suárez de Guzmán y de doña Elvira de Ayala.1​ Embajador en Aragón en tiempo de Enrique III de Castilla, participó en la batalla de La Higueruela, durante la cual salvó la vida a Pero Meléndez de Valdés, capitán de la mesnada del señor de Hita. Fue muy amigo del obispo de Burgos, el gran humanista hispanojudío Alfonso de Cartagena, con quien compartía un gran interés por la filosofía estoica de Séneca y a cuya muerte dedicó una sentida elegía funeral o planto, las Coplas a la muerte del obispo de Burgos. Por ser pariente del arzobispo de Toledo, don Gutierre Gómez, fervoroso partidario de los infantes de Aragón, siguió a López Dávalos y a Fernando de Antequera y cayó en desgracia ante Juan II de Castilla, pagándolo con la prisión, de la que saldría para retirarse a su señorío de Batres a los cincuenta y seis años para consagrarse a la lectura y el estudio, y de allí apenas volvió a salir hasta su muerte,13​ acontecida a los ochenta y dos años de edad, según conjeturas muy verosímiles.

Recuperó, con ayuda de los caballeros templarios, el castillo de Bullas, después de haber sido entregado el reino de Granada en 1286.4

Obras[editar]

Prosa protohumanística[editar]

Para Marcelino Menéndez y Pelayo es el primer prosista del siglo XV, pues su escritura se halla desnuda de mala retórica y ajena de pedanterías y se ciñe castiza y perfectamente al asunto; es ya una prosa renacentista perfectamente equilibrada y clásica.1

Como psicólogo es muy penetrante, un gran analista y observador de la naturaleza moral, e imparcial historiador; su obra maestra es Generaciones y semblanzas, una colección de treinta y cinco retratos biográficos de los cortesanos más importantes de su tiempo, tercera parte desgajada de una obra más extensa, el Mar de historias (Valladolid, 1512; reimpreso en Sevilla en 1527 y 1542 y en Valencia en 1531), una versión en prosa del Mare historiarum de Giovanni Colonna3​ dividido en tres partes: la primera, es una colección de retratos de emperadores y príncipes; la segunda retratos de sabios y santos, y la tercera, ya comentada, y única debida íntegramente a su pluma, semblanzas y obras de los reyes Enrique IIIJuan II y "los venerables prelados e nobles caballeros que en los tiempos de estos nobles reyes fueron", la mayor parte de los cuales conoció en persona. La obra comienza con un prólogo sobre la verosimilitud en la historiografía. Por otra parte, encargó traducir las Epístolas morales de Séneca y las obras de Salustio.1

Lírica moral[editar]

Su poesía es muy distinta a su prosa y pertenece plenamente a la lírica cancioneril, en el tema amoroso (Decir a Leonor de los PañosDecir que fizo a su amiga), moral (Requesta fecha al magnífico Marqués de SantillanaCoplas de vicios e virtudes, que posee elementos populares, Coplas a la muerte del obispo de Burgos, sobre su amigo Alfonso de Cartagena) y didáctico (Loores a los claros varones de España; es conceptuosa y afectada de carga grecolatina, como era habitual en su tiempo. Parece que la lírica amorosa es anterior a su destierro y de su época cortesana, y la moral y didáctica de su última época. Se encuentran obras suyas en el Cancionero de Baena.5​ Destaca sobre todo su poema Que las virtudes son buenas de invocar e malas de platicar, porque en él prescinde de las florituras cancioneriles y adopta la misma llaneza de su prosa. Floresta de los philosophos es una colección de sentencias de autores clásicos, sacadas la mayor parte de ellas de Séneca, inédita hasta 1904;3​ Las Setecientas (Sevilla, 1492, muy reimpreso luego, al menos siete veces más hasta 1564), remedo en verso del más famoso poema de Juan de MenaLas Trescientas o Laberinto de Fortuna, y algunas otras obras de menor interés.

Influencia de Dante[editar]

En su biblioteca de Baltres se conserva un manuscrito de Dante AllighieriFrancesco Petrarca y Giovanni Boccaccio.1​ Aprendió italiano a partir de la Divina comedia de Dante, que le produjo gran cantidad de material para su producción educativa y moral, por lo que quedó impresionado y conmovido, y lo definió como «la flor de los florentinos / dulçe poeta vulgar».6​ En ese sentido, Pérez de Guzmán pudo ser el primer poeta en impartir el pensamiento de Dante en España.

 

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