ESCULTURAS DE ESPAÑA
La Dama Oferente de Castellar es una estatuilla/exvoto de bronce que data de entre los años 500 a. C. - y 101 a. C., que representa a una dama o sacerdotisa en actitud oferente, y que fue esculpida por los iberos en la región conocida por los romanos como Oretania, y cuyo hallazgo se produjo en la localidad de Castellar, Jaén, (Andalucía), en el yacimiento arqueológico denominado "Cueva de la Lobera".1
Simbología[editar]
Se trata de un exvoto, y representa a una mujer ibérica en actitud oferente, siendo esta pieza y las numerosas halladas en yacimientos ibéricos una muestra de la religiosidad del pueblo ibero.1
Características[editar]
- Forma: Dama o sacerdotisa oferente.
- Material: bronce.
- Contexto: Edad del Hierro II.
- Estilo: Ibérico.1
- Técnica: a la cera perdida.
Conservación[editar]
La pieza se expone de forma permanente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, con el número de inventario 18 538.
Con el nombre de esculturas de Porcuna se conoce un conjunto de esculturas ibéricas que datan de la primera mitad del siglo V a. C. realizadas en piedra calcarenita blanca de fino grano conocida como «piedra de Santiago de Calatrava». El grupo escultórico procede, en su mayoría, del yacimiento de Cerrillo Blanco (Porcuna, Jaén, España), excavado desde 1975. Originales y algunas reproducciones de los más importantes originales se exponen en el Museo de Jaén.
Historia[editar]
Las esculturas fueron destruidas y sus fragmentos se enterraron poco después del 400 a. C., que constituye la fecha ante quem de su realización. De 1975 data el hallazgo de las esculturas del Cerrillo Blanco de Porcuna, cuyas excavaciones se prolongaron hasta 1979. La restauración y recomposición de los fragmentos que componen las esculturas fue emprendida por Juan González Navarrete y continuada por Iván Negueruela.
El yacimiento corresponde a la ciudad ibérica de Ipolka, correspondiente al pueblo Túrdulo y situada en el eje principal de comunicación de los íberos, la Vía Heraclea.
Descripción[editar]
El estilo de las esculturas del Cerrillo Blanco de Porcuna está emparentado con el del final de la escultura griega arcaica y el comienzo del periodo clásico, particularmente relacionado con los artistas de Focea.
El estilo de este conjunto escultórico es de gran homogeneidad, lo que se debe, probablemente, al trabajo de un solo taller aunque con varios artífices. La mayor parte de las estatuas son representaciones de guerreros, a veces hombres batiéndose o cazando, o de figuras investidas de autoridad ceremonial o religiosa. En ocasiones las figuras humanas están luchando con fieras o animales mitológicos, como sucede en la escultura de la Grifomaquia en la que un hombre pelea contra un grifo. Por último, hay otras que reproducen animales o criaturas mitológicas individualizadas: así ocurre con el león, el toro, el águila o una esfinge.

Los grupos estatuarios están labrados en un solo bloque de piedra en bulto redondo, lo que supone una evolucionada concepción de la composición escultórica, en analogía con el sistema de representación de los frontones de edificios y mausoleos de la escultura griega, como en los templos de Zeus en Olimpia, o el de Afea en Egina. Buen ejemplo de ello es el grupo formado por un guerrero a caballo que hiere con su lanza a otro guerrero caído. Por todo lo cual se ha pensado que el trabajo fuera dirigido por un escultor griego, lo que explicaría el correcto modelado de la anatomía, la serenidad del rostro (visible en el Guerrero de la doble armadura, cuyo casco refleja modelos helénicos), la suavidad de las aristas y el dinamismo en la representación del movimiento.
Las esfinges gemelas de El Salobral son una pareja de esculturas ibéricas halladas en 1901, de manera accidental, en la pedanía albaceteña de El Salobral. Es común el error de referirse a ellas como una sola (esfinge de El Salobral) cuando, en realidad, existen dos esculturas idénticas, talladas en espejo para ser ubicadas de manera contrapuesta con la finalidad de flanquear la entrada o esquinas de un túmulo funerario.
Expolio[editar]
Tras su hallazgo, como producto del expolio arqueológico que padeció la escultura ibera a principios del siglo xx, fueron vendidas por el arqueólogo Pierre Paris al Museo del Louvre. En la actualidad una de ellas, la más famosa, se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, mientras que su hermana, menos conocida, se halla en los fondos del Museo Municipal de Saint-Germain-en-Laye, cerrado desde 1979 por sus graves carencias en materia de seguridad, que permitieron el robo de una de sus obras emblemáticas -El Prestidigitador- atribuida a El Bosco. La esfinge que está en Madrid retornó en 1941 en la misma operación que permitió a España recuperar la Dama de Elche, la Esfinge de Agost y parte del Tesoro de Guarrazar.
Características[editar]
Al igual que otras, como la Bicha de Balazote, se considera que formaba parte de un conjunto funerario turriforme similar al Sepulcro de Pozo Moro. El carácter de estas esculturas, dotadas de un significado mágico, era apotropaico (es decir, defendía el monumento funerario frente al expolio y protegía la memoria del difunto) y psicopompo (un vehículo para conducir el alma del difunto al mundo de ultratumba). La esfinge conservada en España conserva restos de policromía, especialmente un rojo intenso, considerado el color de vida por su parecido con el de la sangre humana. Por sus rasgos estilísticos se fecha su cronología a finales del siglo vi a. C..
Esfinges gemelas de El Salobral | ||
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![]() Esfinge conservada en Madrid | ||
Autor | desconocido | |
Creación | 475 a. C.- 425 a. C. | |
Ubicación | Esfinge 1: Museo Arqueológico Nacional, Madrid, ![]() Esfinge 2: Museo Municipal de Saint-Germain-en-Laye, Saint-Germain-en-Laye, ![]() | |
Estilo | Ibero arcaico | |
Material | Piedra caliza | |
Dimensiones | Altura: 55 cm Longitud: 53 cm Anchura: 21 cm |
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