lunes, 7 de agosto de 2023

HISTORIA DE ESPAÑA

 IGLESIAS DE ESPAÑA

La arqueta de Leyre, también llamada arqueta del monasterio de Leyre, está considerada una de las joyas del arte islámico y de los marfiles hispanomusulmanes, es una pequeña arca o arqueta de marfil de elefante, que data de la época del Califato Omeya en la península ibérica, territorio llamado Al-Ándalus.

Historia[editar]

Fue tallada en el Califato de Córdoba, por el artista Faray, en el año 1004 d. C., y destaca por su increíble detalle y finura en la ejecución (Nota: la Arqueta de Leyre no es un píxide, así llamado un tipo de recipiente cilíndrico como, por ejemplo, el Bote de Zamora).

Contiene inscripciones que indican que fue un regalo a Abd al-Malik al-Muzaffar (975 - 1008), jefe político y militar de al-Ándalus (1002 -1008), durante el califato de Hisam II, más conocido por ser el hijo de Almanzormilitar y político andalusícaudillo del Califato de Córdoba y valido de Hisham II.

Conservación[editar]

La pieza se exhibe en el Museo de Navarra en Pamplona, aunque anteriormente perteneció al monasterio de Leyre, a la iglesia de Santa María la Real en Sangüesa y al Tesoro de la catedral de Pamplona.

Características[editar]

  • Forma: rectangular con la tapa con forma de pirámide truncada.
  • Material: marfil de elefante y plata.
  • Medidas: 23,6 x 38,4 x 23,7 centímetros
  • Inscripciones con tallas modeladas y abultadas con atauriques, la reparación del califa Hisham II, gacelas, águilas, leones, un unicornio y antílopes.


Arqueta de Leyre
AutorFaray
Creación1004-1005
UbicaciónMuseo de Navarra,
 Pamplona
EstiloCalifato de Córdoba
MaterialMarfil de elefante y plata
Dimensiones23 x 38 x 23 cm









El Cristo de Carrizo es una obra románica (siglo XI) de marfil, procedente del antiguo monasterio de monjas cistercienses, Santa María de Carrizo de la Ribera del municipio de Carrizo de la Ribera (LeónEspaña. Se guarda actualmente en el Museo de León. Se la considera como obra maestra cuyo escultor fue posiblemente un discípulo del autor del Crucifijo de don Fernando y doña Sancha.1

Descripción[editar]

Cristo de Carrizo. Detalle de la cabeza, grande y expresiva.

Es una talla pequeña, de 33 cm, que a pesar de su tamaño ofrece las características de las grandes esculturas. Tal y como corresponde a su época románica, es un cristo de cuatro clavos, vivo, con los ojos grandes y abiertos (ojos de azabache, según la costumbre de los talleres de eboraria de León), con expresión que no acusa el dolor. La anatomía de su cuerpo está suavemente modelada. Los cabellos (que caen sobre sus hombros) y la barba siguen la técnica de estilización geométrica. Lleva paño de pureza que cae hasta las rodillas. Esta prenda está cuidadosamente labrada. Todavía pueden verse los orificios preparados para incrustar piedras preciosas en el ceñidor y en la orla de la parte inferior.Ver imagen completa.

El crucifijo iba apoyado en una cruz que se perdió, siendo sustituida por una moderna. Por eso el dorso, que no iba a estar a la vista, se dejó sin tallar. Tiene en la espalda y en las rodillas unas cavidades destinadas a guardar reliquias.

Existe una copia en la localidad de Carrizo hecha por el escultor José Lonjos a una escala de 5:1 para que pueda salir en procesión y pueda ser vista por los ciudadanos asistentes. Está hecha en madera de abedul policromada.










El crucifijo de don Fernando y doña Sancha es una obra maestra en el arte de la eboraria, datado alrededor del año 1063 y que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Fue una ofrenda de los reyes Fernando I de León (c.1010-1065) y su esposa Sancha de León (1013-1067), que formaba parte del ajuar que regalaron a la colegiata de San Isidoro de León. Se cree que fue el primero en la Edad Media Hispánica con la representación de la imagen de Cristo, ya que era costumbre que las cruces, ya fueran de materiales nobles, como de oro o marfil o simplemente de madera, estuvieran realizadas sin imágenes. En el inventario de la dotación precisamente se aclara este hecho:

...una cruz de marfil con la imagen de nuestro Redentor crucificado.1

Descripción[editar]

Medidas de la cruz: 52 centímetros de alto, 34,5 de brazos, 7 de ancho y 1 de grueso.

Medida del Cristo: 305 milímetros de alto.

La imagen del Cristo está tallada en marfil y es de bulto redondo y representado vivo, con la cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha de cara ovalada en la que resaltan los grandes ojos abiertos con las pupilas incrustadas con piedra de azabache y presenta una barba y bigote con el pelo ondulado;2​ en el cuerpo tiene señalados los pectorales y las piernas completamente verticales, con los pies traspasados por un clavo individual cada uno; ha perdido los dedos de la mano derecha. El perizonium o falda corta de pudor (o paño de pureza), le cubre hasta las rodillas y está anudado a la cintura con un gran lazo. En la parte trasera del cuerpo, como era común tiene un hueco para usarlo como relicario. La cruz donde está clavado es latina, con una decoración en todo su borde de personajes que representan los bienaventurados ascendiendo al cielo y otros personajes descendiendo a los infiernos. Hay imágenes entremezcladas de animales y vegetales. Sobre la cabeza del Cristo hay grabada la inscripción:

IHCNAZA
RENUSREX
IVDEORV

Y encima también tallado en la cruz la representación de Cristo resucitado portando la cruz.

En la parte inferior del brazo mayor de la cruz debajo de los pies del Cristo crucificado, se puede ver la figura de Adán y otra inscripción:

FREDINANDUSREX
SANCIAREGINA

El reverso de la cruz se encuentra totalmente tallado con adornos vegetales, en el centro el Agnus Dei, y en los cuatro extremos de la cruz los símbolos de los cuatro evangelistas.




Anverso del Crucifijo de don Fernando y doña Sancha

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