jueves, 10 de agosto de 2023

HISTORIA DE ESPAÑA

 ESCULTURAS DE ESPAÑA


Representación de la cruz del coso en el Monumento a los mártires de la Plaza de España de Zaragoza

La Cruz del Coso es un monumento desaparecido de la ciudad de Zaragoza (España).

En el llamado Coso, donde en la Edad Media se celebraban las grandes carreras de caballos, en medio de la calle se elevó en el siglo xv un suntuoso humilladero o templete de dos cuerpos todo de piedra en forma redonda con sus columnas muy bien lavadas puestas en el contorno de trecho en trecho y en su centro una gran cruz de piedra dorada. El objeto propuesto por los autores de este monumento fue eternizar la memoria de muchos de los innumerables mártires de esta ciudad que en aquel lugar fueron pasados a cuchillo y quemados durante la persecución de Daciano cuyas cenizas fueron trasladadas después a la iglesia de las Santas Masas. Por ese motivo una de las puertas más antiguas de la ciudad que se hallaba allí delante se denominaba Puerta Cinegia tomando sin duda este nombre de dichas cenizas y así parecía indicarlo una inscripción en caracteres góticos que había en el arco que se renovó en 1492 para solemnizar el recibimiento y fiesta de los reyes Católicos cuando vinieron de la conquista de Granada.

Este monumento magnífico fue ampliado en 1592 por la Diputación del reino de Aragón y lo reedificó la misma en el año 1682. Fernando VI, rey de España, reparó su cúpula en el año 1749 y Carlos III le aumentó esplendor y hermosura en el año 1767.

Dicha Diputación celebraba todos los años una fiesta a este divino simulacro el día 3 de noviembre hasta que Felipe V abolió las leyes de Aragón y estableció las de Castilla con cuya novedad se suspendió esta y otras festividades a que acudía el Virey de este reino con su antigua Audiencia.

Noticioso de esto el Felipe V y no queriendo privar a los zaragozanos de tan piadosas memorias por real orden de 13 de febrero de 1712 comunicada por su mismo ministro el obispo de Gironda, mandó se continuasen las mismas fiestas pagándolas de su real erario y que todas las noches se encendiera el farol de la Cruz del Coso comunicando al propio tiempo las órdenes convenientes a la Intendencia y contaduría del reino para que satisficieran a la Audiencia del mismo la suma que graduasen para ocurrir a los gastos de estas fiestas sin declinación de la decencia como también el importe de las ejecutadas hasta aquel día.

El año 1808 pereció este célebre monumento en los sitios de Zaragoza.

Restituido el gobierno legítimo se creó una Junta encargada de su reedificación y aprobados los planos se dio principio a la obra sin más fondos que las limosnas de los fieles con las cuales se construyó un zócalo y escalinata con una cruz sencilla, todo de piedra sillería y circundado de unas primorosas verjas de hierro traídas de Vizcaya en cuya puerta se hallaba el escudo de armas de Zaragoza, o sea el león rampante todo dorado.

En este monumento se celebró una misa todos los años el referido día tres de noviembre por disposición del Ayuntamiento de la ciudad hasta que durante la guerra civil del siglo xix se consideró conveniente su derribo habiéndose destinado el valor de sus fragmentos para la compra de parte de los útiles y herramientas de una compañía de bomberos.







La estatua orante de Pedro I de Castilla es una escultura de alabastro que data del 1401 - 1500, y que representa a Pedro I de Castilla (BurgosCastilla30 de agosto de 1334 – MontielCastilla23 de marzo de 1369), llamado el Cruel por sus detractores y el Justiciero por sus partidarios, rey de Castilla desde el 26 de marzo de 1350 hasta su muerte.

Historia y simbología[editar]

Detalle de la escultura.

Se trata de una escultura funeraria, originariamente concebida como estatua yacente en la tumba del monarca, en el interior de la capilla mayor del Convento de Santo Domingo el Real de Madrid, donde fueron trasladados los restos mortales por petición expresa de la nieta del rey, doña Constanza, hija de Juan de Castilla y abadesa del antedicho convento.1

El monumento funerario fue reconstruido en 1504 por orden de los Reyes Católicos y fue entonces cuando la estatua, que inicialmente era yacente (recostada), fue transformada en orante (arrodillada). En el siglo XVII se le seccionaron parcialmente las piernas para poder introducir la figura en un nicho.

La estatua fue encontrada en 1845 por la «Comisión de Monumentos» en el sótano del convento y trasladada al coro de la iglesia junto al sepulcro de su nieta Constanza. En 1869, año de la demolición del convento, ingresó en el Museo Arqueológico Nacional.

Características[editar]

Conservación[editar]

La pieza se expone de forma permanente en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid con el número de inventario 50234 desde el año 1869, a donde fue trasladado con motivo de la demolición del Convento de Santo Domingo El Real.


Estatua orante de Pedro I de Castilla

MaterialAlabastro
Altura143,5 cm
Ancho70 cm
Profundidad36
PeríodoEscultura gótica
ProcedenciaSevilla
Fecha1360
Ubicación actualMuseo Arqueológico Nacional (Madrid)









Retrato de aparato que formó parte del monumento funerario del obispo Fray Lope de Barrientos, que estuvo la gloria es de Dios bajo una cúpula mudéjar artesonada, en la capilla del Hospital de la Piedad de Medina del Campo, fundado por él mismo (actualmente desaparecido). Se conserva en el Museo de las Ferias de Medina del Campo. El testamento del obispo, del año 1454, describe como deseaba que fuera su tumba:2

"...que el cadáver lo entierren y sepulten en nuestra capilla mayor de nuestro hospital, e lo pongan bajo del bulto de alabastro, según por la vía que nos tenemos fecha e ordenada"

Está esculpido en alabastro, son varias piezas pegadas y ensambladas con espigas metálicas. El rostro es tan naturalista que se supone haya sido obtenido a partir de una máscara mortuoria de cera. Es posible que el cuerpo hubiese estado preparado mucho antes en espera de la muerte el obispo. No es descabellado, pues, pensar que el diseño de estatua orante sea del año 1454 cuando el obispo testó (como vemos en líneas anteriores), aunque no fuese terminada hasta la muerte de Fray Lope.

Al final de la Edad Media se empieza a representar a los difuntos como si estuviesen vivos, en este caso el personaje aparece rezando arrodillado (orante). Se ha indicado que quizá sea la primera figura de modelo orante, ya que se data en el año 1469; aunque tal vez las esculturas de la tumba de los Velasco en el Monasterio de Guadalupe (provincia de Cáceres) de Egas Cueman, del año 1467, sean documentalmente anteriores (sin duda esta es de superior calidad artística). Sin embargo, sabemos que, antes de ir al citado monasterio, Egás Cueman y su hermano Hanequin de Bruselas trabajaron en la Catedral de Cuenca,3​ siendo obispo de la diócesis el propio Lope de Barrientos y, como acabamos de decir, la escultura parece preparada con cierta antelación a la fecha del óbito. Otra figura muy similar es la del infante de Castilla don Alfonso, de la Cartuja de Miraflores (Burgos), por Gil de Siloé (1490).

Es de autor anónimo pero, hay poderosas similitudes con el estilo general de los escultores borgoñones, entre ellos Gil de Siloé, por el virtuosismo en el trabajo del alabastro, tanto en los bordados de la casulla como en los encajes de los puños, las joyas o la pedrería de la mitra y la estola; pero también con el de Egás Cueman por la dureza del plegado y la intensidad de la expresión. En lo referente al rango social del personaje, la abundante ornamentación, la figura del perro, los bordados de la casulla… reflejan la importancia del retratado (lujo, suntuosidad, refinamiento…).


Estatura orante del Obispo Barrientos (1469) (Alabastro, 150×58×72 cm)

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