ESCULTURAS DE ESPAÑA
La Virgen de La Antigua, Nuestra Señora de La Antigua o Antiguako Ama (en euskera) es una de las advocaciones de la Virgen María.
Es una de las imágenes más apreciadas de la Basílica de la Asunción de Nuestra Señora de Lequeitio, siendo entre las imágenes marianas de su época la única que siga recibiendo culto público después de 800 años, más casi otros 500 años según la tradición. La devoción manifestada ininterrumpidamente a través de los siglos, movió a S. S. el Papa Juan XXIII a declararla Patrona de la Villa de Lequeitio y de su Arciprestazgo.
Tradición[editar]
En su origen se entremezclan la leyenda y la tradición. La creencia de que una imagen de la Virgen María fue encontrada por los pescadores, los cuales la pusieron en sitio resguardado, al día siguiente la imagen había desaparecido del lugar, encontrándola los pescadores más tarde a la orilla de la playa, cerca del mar, sobre un árbol de espino blanco.
Volviendo a guardarla, desapareció de nuevo, encontrándola posteriormente sobre el mismo espino blanco. Ante la repetición del hecho y suponiendo que la virgen deseaba permanecer en ese punto, le construyeron una ermita, haciendo uso del tronco del espino como peana-trono para la imagen.
Historia[editar]
La primera mención fidedigna se incluye en la carta fundacional de la Villa, otorgada en 1325, que reconoce la existencia de «la yglesia de Sancta Maria»; refiriéndose a dicha iglesia, el erudito Iturriza decía de «...la consagración de una iglesia que tuvo lugar en 1287 sobre la primitiva ermita».
Si hubo ermita o iglesia en aquellos años no ha quedado huella alguna visible de ella. De hecho, el testimonio artístico más antiguo que se conserva es la talla de la Virgen con el Niño del siglo xii, a la espera de que la arqueología nos desvele más información algún día.
- Menciones
En 1608, Don Juan de Armiaux, en su libro Ramillete de Nuestra Señora de Kodex, escribía: «...en un arenal del mar océano, que ahora es cementerio de la iglesia parroquial de la Villa de Lequeitio, se apareció la imagen de Nuestra Señora "de La Antigua" sobre un espino».
También, Joseph Antonio Ibanez de la Rentería, religioso, en 1696 escribía: «...a la emperatriz de los ángeles, madre dulcísima de los hombres, María Santísima, en su milagrosa imagen de La Antigua, aparecida en la muy noble Villa de Lequeytio del Señorío de Vizcaya».
E Iturriza, en su Historia de Vizcaya, en referencia a la amatxu (en euskera), escribe: «...ahora ocho siglos y medio y aún más venían en públicas romerías varias naciones extranjeras a visitarla, de paso que iban a Santiago de Galicia por la costa marítima, por el temor de los moros que dominaban en Castilla, según consta de los Monumentos de la antigüedad y fragmentos históricos que dejó escrito el Doctor Urrea, varón docto y pío Beneficiario que fue de dicha iglesia parroquial de Santa Maria».

La imagen y su devoción[editar]
La imagen de Nuestra Señora de la Antigua es una talla escultórica perteneciente al siglo xii. Mide 78 cm la Madre, y 38 cm el Niño. Con caracteres propios de la imaginería románica, acusado hieratismo y frontalidad, tiene rasgos como el desplazamiento del Niño sobre la rodilla izquierda de María y el gesto protector con que Ésta coloca su mano izquierda en el hombro de Jesús sugieren cierta cronología tardía.
Sea que la devoción comenzó hacia el siglo viii, siendo aquella otra imagen, la que ahora veneran los lequeitianos, la titular de la iglesia antigua, lo llevan haciendo por más de VIII siglos entonando la Salve cada vez que salían a la mar o mencionando su nombre en cada momento de necesidad.
Entre 1500 y 1683, construido ya el actual templo se la veneraba en un altar adosado a la pared que cerraba la nave lateral izquierda del altar mayor, ya que su Retablo actual debió hacerse hacia el año 1680. Su coronación canónica, otorgada por el Papa Juan XXIII, tuvo lugar el 12 de junio de 1960, y su festividad se celebra el 8 de septiembre.
- Himno a la Virgen de La Antigua:
Elorri zuri ganekoAndra zoragarria,
Emen daukazu onduan Zeure Erria,
Zu zaitugu gure poza Ta errukia.
Bidia erakusteko Zeru gioko izarra,
Lekitarrentzat edonoiz
Erregiña Zeu zara.
La Virgen de la Arrixaca es una advocación mariana originaria de Murcia (España), venerada en la capital desde el siglo xiii.
La imagen de esta Virgen es una talla de madera policromada de finales del románico, que data del siglo xii, no queda prácticamente nada de la talla original y su estado se debe a las sucesivos procesos de restauración. Su festividad se conmemora el último domingo del mes de mayo, ya que el 1 de mayo de 1243 el infante don Alfonso (posteriormente Alfonso X el Sabio), hijo de Fernando III el Santo entraba pacíficamente en la ciudad de Murcia, tras lo acordado en el Tratado de Alcaraz con los sucesores de Ibn Hud, el último auténtico emir árabe de Mursiya.
Origen legendario[editar]

Su nombre, Santa María de la Arrixaca, proviene del lugar de donde se le rindió culto: el arrabal de la Arrixaca. Hay una leyenda popular bastante peregrina que explica otro origen del nombre, según la cual la imagen fue hallada por un labrador que araba el campo con una yegua o jaca, mientras pronunciaba "arre" para que ésta avanzara; en aquel tiempo vendría a ser como arri (de arre) y xaca (de jaca), que se fusionarían como Arrixaca. Otra explicación es que sea de origen vasco-navarro, pariente de los términos toponímicos Arriyaga, Arrillaga, Arrixaga o Arrixaca, que etimológicamente pudiera significar lugar de piedras, de arri piedra y -aga lugar de, resultando "x" o "y" como epentesis.
Hay controversia entre los distintos investigadores si la imagen ya estaba en Murcia a la llegada del futuro rey Alfonso o si fue él mismo el que la trajo a la ciudad. En el primer caso, se apunta a que la imagen se localizaba en una capilla del arrabal de la Arrixaca, donde se les permitía el culto cristiano a los mercaderes italianos, principalmente de Pisa y Génova, que venían por el comercio de la seda, ya que en la esa época la ciudad de Murcia era una de las principales productoras del Mediterráneo. La segunda hipótesis es que la imagen fue traída por el infante don Alfonso y situada en una ermita mozárabe del barrio de la Arrixaca.
En cualquier caso, don Alfonso le dedica una Cantigas, especialmente la 169 [1].
Patrona no-oficial de la Ciudad de Murcia[editar]
La Arrixaca se venera en la Capilla Real de la iglesia de San Andrés en la ciudad de Murcia y, aunque en 1746 perdió su título de patrona en favor de la Virgen de la Fuensanta, sigue siendo una de las principales advocaciones marianas del lugar.
Virgen de la Arrixaca | ||
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![]() Virgen de la Arrixaca | ||
Origen | ||
País | ![]() | |
Santuario | Iglesia de San Andrés (Murcia) | |
Datos generales | ||
Veneración | Iglesia católica | |
Festividad | Último domingo de mayo | |
Fecha de la imagen | Siglo xiii | |
Estilo | Románico |
La Virgen de la Majestad de Astorga es una imagen románica del siglo xii, de madera policromada y revestida de plata durante el siglo xiii. Se venera en la catedral de Astorga (España), colocada dentro de un retablo realizado por Juan de Peñalosa en el siglo xvii,1 y en la capilla del ábside del lado del Evangelio.
Descripción[editar]
Se trata de una imagen de las llamadas Sedes sapientiae que sigue los modelos y representa la Virgen como trono de Dios. En su espalda se conserva un hueco con una tapa, pues en su origen debió de hacer la función de relicario.2
Datada de principios del siglo xii, está realizada en madera enyesada y pintada y mide 118 centímetros de altura. La imagen está formada por la Virgen sentada sobre un trono con decoración de estilo bizantino cuyos brazos tienen el remate hecho con unos extraños cuernos. El busto de María está modelado en forma plana y la cabeza redondeada con la cara ovalada y la facciones del rostro bastante pronunciadas. Los cabellos están dorados y cubiertos con un velo azul, sobre el que llevaba una corona de madera, que más tarde se le cortó para sustituirla por otra más lujosa de plata. La túnica es de anchas mangas y está policromada de carmín con pequeños adornos en blanco y oro; por debajo de estas mangas se aprecian otras más ceñidas de color azul. El manto que la cubre es dorado y con una magnífica cenefa con las señales de haber tenido cabujones con piedras incrustadas.
El Niño se encuentra totalmente de frente, entre las rodillas de su madre y un poco separado de ella. En una mano sostiene un libro mientras que con la otra está bendiciendo. La túnica tiene pliegues de estilo bizantino, aunque la pintura policromada está oculta por el revestimiento de plata que se realizó en el siglo xiii, conservado en la figura del Niño y perdido en su mayor parte en las vestiduras de la Madre.
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